27 de agosto de 2007

Nerja, verano de 2007.


Próximo ya el final de estas vacaciones de verano, es hora de recapitular, de hacer acopio de lo esencial. Dios y mi mujer saben que nunca podré agradecerles lo bastante la enorme dicha de poder pasar casi un mes con mi mujer y mis hijas, con mis padres y con todos mis hermanos, cuñados, cuñadas y sobrinos -ya somos 35- en un ambiente de alegría contagiosa que es capaz de hacer olvidar todos los sinsabores de la vida. Es el regalo más grande que Dios les ha dado a mis padres, sin duda como recompensa de una vida llena de privaciones y sacrificios, que al final se han visto compensados con creces. En una casa con tanto bullicio es mérito de todos y cada uno convertir la convivencia en camaradería, conciliar el sueño siestero en medio de los gritos de tanta chiquillería, aceptar con resignación las manías de los otros, pero nada de esto sería posible si Dios no habitase, como lo hace cada día, entre los jazmines de El Alamillo.


LFU

26 de agosto de 2007

S.O.S.

La Fundación Nacional Francisco Franco se ha visto obligada a lanzar a la red un mensaje general de socorro ante la precaria situación económica que atraviesa esta dignísima casa. La ausencia de toda subvención por parte de todas las Administraciones Públicas -para las que la conservación de un archivo de más de 45.000 documentos pertenciente a quien rigió los destinos de nuestra Patria durante 40 años no es merecedor de consideración alguna-, unida a los estragos que la edad está haciendo entre los benefactores de la Fundación y a las reservas de tantos otros que miran para otro lado no vaya a ser que les tachen de fascistas, hacen que el sueño de mantener vivo y activo el último referente serio, digno y cabal de la España de Franco, de la España de nuestros mayores, de sus realizaciones materiales y conquistas sociales, de la verdad contra la manipulación de la historia, esté en serio peligro de fenecer.

Son legión los que de una y otra forma son tributarios de aquella España -empezando por los que llevan su apellido- pero los más de 30 años de mentira y manipulación histórica han hecho mella en la mayoría como en la sociedad española enera. Son mcuhos los que en estos años hemos tenido que despedir, en su último viaje a los luceros. Dios quiera que no tengamos que asistir también, a las exequias de una casa cuyas señas de identidad han sido siempre la lealtad, el honor, la entrega y la generosidad.

LFU

2 de agosto de 2007

Oración

Mi hermano César me regala esta preciosa historia que me da pie para justificar mi ausencia de estos días atrás provocada por la sobrecarga de trabajo y por el inicio de mis vacaciones. Procuraré mantener esta tribuna aunque hasta el 15 de septiembre, me temo que no con la frecuencia que me gustaría. Felices vacaciones a todos. Y para los de habla francófona, un saludo especial.

LFU

Ocurrió en el muy elitista Servicio Aéreo Especial. En el cadáver, bien plegado en un bolsillo de la guerrera, un papel. Y en el papel, un oración que hoy se conoce como "Plegaría del Paracaidista". El soldado se llamaba André Zirnheld. Su canto fue adoptado después por los paracaidistas de la Infantería de Marina francesa. Es de una belleza acerada y recta, como un juramento ateniense. Para leer, reflexionar, guardar y volver a leer:
“Me dirijo a ti, mi Dios, porque sólo tú puedes dar lo que uno lleva dentro.
Dame, Dios mío, lo que te sobra. Dame lo que nadie te pide nunca.
No te pido riqueza, ni éxito, ni siquiera salud.
Todo eso te lo piden tanto que ya no debes tener más.
Dame, Dios mío, lo que te sobra; dame lo que los demás rechazan.
Yo quiero la inseguridad y la inquietud, la tormenta y la pelea.
Y te pido que me lo des, Dios mío, definitivamente.
Que yo pueda estar seguro de tenerlo siempre. Porque no siempre tendré
coraje para pedírtelo.
Dame, Dios mío, lo que te sobra; dame lo que nadie quiere.
Pero dame también el coraje, y la fuerza y la fe.
Porque sólo tú puedes dar lo que uno lleva dentro”.

Versión Original
Je m'adresse à vous, Mon Dieu,Car vous donnezCe qu'on ne peut obtenir que de soi.Donnez-moi, mon Dieu, ce qui vous resteDonnez-moi ce qu'on ne vous demande jamais.Je ne vous demande pas le reposNi la tranquillité,Ni celle de l'âme, ni celle du corps.Je ne vous demande pas la richesseNi le succès, ni même la santé.Tout ça, mon Dieu, on vous le demande tellementQue vous ne devez plus en avoir.Donnez-moi, mon Dieu, ce qui vous reste.Donnez-moi ce que l'on vous refuse.Je veux l'insécurité et l'inquiétude.Je veux la tourmente et la bagarreEt que vous me les donniez, mon Dieu, définitivement.Que je sois sûr de les avoir toujours,Car je n'aurai pas toujours le courageDe vous les demander.Donnez-moi, mon Dieu, ce qui vous reste.Donnez-moi ce dont les autres ne veulent pas.Mais donnez-moi aussi le courageEt la force et la Foi.