17 de enero de 2013

Cambiar todo para que todo cambie.


Leo en la prensa que el foro Sociedad Civil presidido por Ignacio Camuñas (el otrora conocido como “Nacho de Noche”) presentó ayer una propuesta de reforma constitucional que supondría un cambio radical del actual sistema político. La primera es suprimir las comunidades autónomas para establecer «un estado unitario con un solo gobierno, un único parlamento y un tribunal supremo para todo el territorio». «España no puede seguir así», remachó, «porque no nos podemos permitir 17 gobiernos, 17 parlamentos, 17 tribunales superiores de justicia y 17 tribunales de competencia».

La segunda, cambiar la Ley Electoral e instaurar un sistema mayoritario con 300 circunscripciones pequeñas que elegirían a un solo diputado. Los otros 50 se votarían en circunscripción nacional. Además, plantean la supresión del Senado, porque en un estado unitario no tendría sentido mantener una pretendida cámara territorial.

El ex ministro expuso que el Estado de las Autonomías se ha demostrado «un intento fallido» porque «tuvo como función esencial dar acomodo a los nacionalistas catalanes y vascos». Más de 35 años después, esos nacionalistas han demostrado su «gran deslealtad» y que quieren «romper España» al aspirar a la independencia de Cataluña y del País Vasco.

«Queremos purificar nuestra democracia», añadió el ex ministro, «que se retiren las subvenciones a los partidos y a los sindicatos y que estas enormes organizaciones que hoy son los partidos cobren una dimensión menor, dejando paso a la sociedad civil».

En efecto,  los nacionalistas han demostrado una gran deslealtad....pero los que diseñaron el modelo constitucional, acreditaron, en el mejor de los casos, una colosal ingenuidad. Espero que nadie nos venga nunca más con lo de la “modélica transición”, porque la verdadera transición no la hicieron Suárez, Torcuato, ni el Rey. La dejó hecha el régimen anterior que tomó una España pobre y desgarrada y dejó una nación reconciliada, en paz y desarrollo, para que otros sentaran después las bases para la decadencia de nuestra Nación.

Nunca es tarde si la dicha es buena, reza el adagio castellano.  Ojalá nos hubieran ahorrado tanto sufrimiento y evitado que España se convirtiese en un lodazal infectado de corrupción y desvergüenza.  Pero bienvenida sea esta iniciativa y bienvenidos Camuñas y los demás que vengan con humildad al camino del sentido común, porque para que todo cambie, antes es preciso cambiarlo todo.

LFU

1 comentario:

  1. Ojalá se cumpliesen las propuestas de Ignacio Camuñas, pero con pesimismo -lo que más me molesta- las considero una verdadera utopía.

    En el año 1982 viví en Méjico, país y gente maravillosa, pero entonces me impactó el grado de corrupción que existía. Hoy puedo decir con total seguridad que España lo ha superado con creces.

    Saludos.-

    ResponderEliminar