"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

13 de diciembre de 2010

"Me imagino que el mar no habrá cambiado" Jósé Utrera Molina


Reproduzco a continuación, el articulo de Antonio D. Olano en "El Imparcial" sobre el libro recopilatorio de sonetos de José Utrera Molina, recientemente editado en edición no venal.



Un poeta surge de repente. Y, tras una pausa y un después resurge. Aun que, de pronto, crea que se le rompió la poesía. Y, supitañamente se encuentre con “el verso roto”. Más que réquiem es un canto de amor el que dedica a otro poeta, Rafael de Penagos, del que tiene presente su bonhomía, su poesía, su fidelidad al padre “sobre todo la música de su voz que resonará para siempre en mi ya lastimada memoria”.

No siempre, César, la memoria veranea dentro de sí mismo. El poeta grande, inmenso al que me refiero nunca cambió de bandera, ni de fidelidades. Es constante como el mar que “me imagino que el mar no habrá cambiado, que como siempre, romperá su espuma, en el pecho del viejo acantilado”, Así recorre, que viajera es la poesía, Málaga natal. Su amada Sevilla:


Parece que fue ayer y ya es mañana.
Mi tiempo en las orillas de tu rio
se ha dormido detrás de mi ventana
.

Canta y bautiza al torero de Ecija y le llama:

Corazón de león. Sobre la arena,
¡Qué difícil lección de Geometría!
¡Qué importante lección de gallardía
Tiene el hondo sabor de tu faena!

En su recuerdo confiesa:

Me quedo con el mar y mi memoria,
arca de mis recuerdos olvidados
que aparecen de pronto iluminados
alumbrando la noche de mí historia.

Abre Penagos el pórtico a sus 14 sonetos, fastuosos, con mando en plaza de su dominio y doma de los catorce versos. Recuerda a Pepe Hierro que apuntaba que el soneto no es una composición en desuso sino algo dichosamente habitable dentro de su geométrica y mágica tersura.

Recuerda los sonetos memorables de Lope, Góngora, Quevedo, Juan Ramón, Gerardo Diego, los Machado, Miguel Hernández…Y, de aquella manera, de su presencia solemne que lidia al alimón con su amigo Manolo Alcántara, así el poeta , navega líricamente por el mar, por la mar que hace volar las olas sobre el puerto.

Y se adentra mar adentro. ¿Se puede encontrar, tallar mejor el mascarón de proa que él lo hace con sus versos?. No es el marinero en tierra de su paisano Alberti, sino el marinero en mar, que es lo que vale:


Pero tengo mi barca marinera.
Tiene sus velas rotas. Su madera
maltrecha me sostiene todavía.

Navego aún. Me alejo de la orilla.
Dejo la tierra atrás. ¡Qué maravilla
perder de vista al mundo por un día!.


El poeta que repara la poesía rota reedita, y añade valiosísimas opiniones —me quedo con todas y elijo la de su nieto Rodrigo Ruiz- Gallardón- ese poeta con el verso que sale de sus entrañas se llama José Utrera Molina.

Todavía, y espero que para siempre, nos quede la Poesía .Gracia y gracias.

Antonio D. Olano

10 de diciembre de 2010

La habitación de Franco



Tuve la satisfacción de contemplar cómo el nutrido grupo que nos acompañaba estaba formado por gente sencilla que no hacía más que alabar la obra de Franco. Concretamente recuerdo a tres señoras extremeñas que le agradecían a Franco su colosal obra hidrográfica y la seguridad social, dos de los logros más evidentes del régimen del 18 de julio. Mayor fue mi alegría cuando constaté que el guía que ilustraba la visita dejaba escapar, en su enorme discreción y prudencia, alguna expresión de la que acaso sólo los muy avezados en francología podíamos interpretar como una identificación plena con el Caudillo. Pero todo esto aumentó mi zozobra, pues era evidente que el gobierno no iba a consentir por más tiempo ninguna clase de regocijo nostálgico en un espacio público.

Relaté a mis hijas la emoción que sentí al estrechar la mano del hombre que salvó a España de las garras del comunismo y la situó entre las primeras potencias industriales del mundo. Pude indicarles el sitio que ocupó su abuelo en el Consejo de Ministros y cómo mi recuerdo más nítido de las palabras que me dijo Francisco Franco es el de "sólo te pido una cosa: que seas tan bueno como tu padre".

Finalmente, tras atravesar el pequeño salón y el vestidor con sus uniformes y condecoraciones, la visita acabó con una sonrisa cuando el guía nos hizo ver que la única contribución que Franco hizo al mobiliario que se encontró en el Palacio -que nunca se varió durante cuarenta años salvo el cuarto de baño que se "modernizó" en 1974,- fueron dos horribles flexos de marcada tendencia vanguardista de los 60, que el General pidió para las mesillas de noche, para poder leer mejor en la cama.

Aquí podéis ver la fotografía de una habitación que quizás nunca más pueda ser vista por nadie, porque un gobierno imbécil, cretino y ridículo ha decidido que los españoles no tienen derecho a conocer su historia.

Estoy seguro de que el Fiscal general del Estado ha ordenado ya practicar diligencias por si la actuación de Patrimonio Nacional tiene encaje en los artículos 321 y 322 del Código Penal que trata de los delitos contra el Patrimonio Histórico.....

Como siempre, la oposición se mantendrá silente. No sé que hubiera ocurrido si en vez de hacer esto con las habitaciones de Franco, se les ocurre hacer lo propio con las de Felipe II en El Escorial, aunque en España, amigo, todo es posible.

LFU

3 de diciembre de 2010

El PP rinde homenaje a Santiago Carrillo




El Partido Popular ha completado esta misma semana, con su explícito apoyo al nombramiento de Santiago Carrillo como hijo predilecto de la villa de Gijón, una serie de actuaciones miserables que son reflejo de la falta de principios y de respeto a un mínimo código de dignidad por lo que se refiere a la historia reciente de España, algunas de las cuales quisiera recordar a continuación:

20 de noviembre de 2002. El PP de la mayoría absoluta apoya en el Congreso una Proposición no de Ley condenando al régimen de Franco.

20 de noviembre de 2001. La Asamblea de Madrid, con mayoría absoluta del PP, rinde homenaje a las Brigadas Internacionales.

17 de marzo de 2006. El PP apoya la condena al franquismo en el Consejo de Europa, sede donde tiene refugio lo más granado de la masonería internacional.

2007. El PP muestra su apoyo a determinados artículos de la Ley de Memoria Histórica, entre los cuales figura en famoso artículo 16 sobre el Valle de los Caídos.

El Ayuntamiento de san Leonardo de Yague con mayoría absoluta del PP retira de la localidad Soriana el monumento al General Yagüe.

El 29 de junio de 2009, el Ayuntamiento de Madrid con el voto favorable del PP retira a Francisco franco los honores concedidos por la Corporación y la medalla de oro del Consistorio.

21 de noviembre de 2008. el Ayuntamiento de Sevilla retira con el apoyo del PP todas las condecoraciones concedidas a Francisco Franco y elimina de su callejero todos los nombres que tuvieran alguna relación con el franquismo (y algunos más, como el de General Merry, héroe de la Guerra de Cuba, sustituido por la insigne Pilar Bardem).

1 de diciembre de 2008. La Diputación de Málaga aprueba retirar todos los honores concedidos a Francisco Franco y a todas las personas que tuvieron algo que ver con el franquismo, con la ausencia de los diputados del PP, que se ausentaron del pleno para no votar en contra.

Que el Partido Popular rinda ahora homenaje al responsable de uno de los mayores genocidios de la Historia de España debe mover a la reflexión a aquellos que quieran prestarle su apoyo en el futuro.

LFU

30 de noviembre de 2010

Leguina y la sensatez en la izquierda

Me producen infinita alergia los sectáreos. Por eso aborrezco a Rodríguez Zapatero y a sus secuaces, pero también a Jiménez Losantos y a los suyos, cuando hacen añicos la ecuanimidad y prostituyen la verdad. Y por eso, cuando leo o escucho a alguien de la izquierda pronunciarse con sensatez vuelvo a creer, sólo por un instante, que España tiene solución. Joaquín Leguina escribió ayer en su blog un artículo titulado "Muerte digna" , del que me gustaría reproducir alguno de sus párrafos:

«(...) Mas, sea como sea, habremos de admitir que el ciclo zapaterista toca a su fin. Lo anunció –de forma subliminal pero certera- el Vicepresidente Primero del Gobierno cuando dijo que dentro del “paquete de leyes” que el Gobierno piensa enviar al Parlamento había que señalar como la principal una destinada a ocuparse de “una muerte digna”.

En el caso de ZP, esa muerte digna se refiere tan solo a su periplo político -el vital será, y eso deseo, largo y tranquilo- porque la máquina del tren zapaterista agotó el carbón hace ya tiempo y empieza a nutrir su caldera –como en la película de los hermanos Marx- con la madera de los vagones. Es hora, pues, de prepararle un funeral de primera donde le despediremos a él y también a sus viudas (de ambos sexos), que son muchas.

Aquéllas y aquéllos que -sin oficio ni beneficio previos- llegaron a la política para hacerse fotos mientras aplaudían las ocurrencias de su jefe, también quienes lo jalearon mientras perpetraba los destrozos característicos en quien creyó que en política valía todo, incluida la destrucción del Estado. En fin, las viudas que rieron las gracias a su jefe y protector mientras desenterraba el más rancio anticlericalismo o metía al país en los más inesperados vericuetos: la España plural, el nuevo Estatuto catalán, el pacto con el nacionalismo periférico de distintos pelajes, a cuyos “éxitos electorales” se ha llegado cabalgando sobre dislates como aquel de la partición de las aguas fluviales nacionales o sobre leyes lingüísticas excluyentes… En fin, todas esas desconsoladas viudas deben partir con él.

Y cuando, ya pronto, llegue la hora de volver a retomar los viejos objetivos de igualdad, de solidaridad, de defensa del bienestar social y vuelvan a utilizarse los viejos métodos de selección interna que sustituyan a la paridad y al amiguismo en beneficio del mérito y la capacidad (que con tanta saña fueron desechados por el zapaterismo)… En fin, cuando suene el gong y haya de elegirse a un nuevo líder que dirija la reparación de la nave y la prepare para una nueva singladura, entonces todos los socialistas –jóvenes, trabajadores de todas las clases y mayores -se han de olvidar de fotogenias y de sonrisas para elegir a una persona solvente que haya trabajado –desde la albañilería a la electrónica- fuera de la política antes de aspirar a dirigir el Partido y el Gobierno de España. Alguien con un fuste personal labrado en la vida “de fuera”. Alguien con sentido de Estado.»

Desde la distancia y en el respeto, ¡chapeau!

LFU

29 de noviembre de 2010

Lo que os perdéis





Ayer, tras asistir de nuevo a la celebración de la eucaristía en la explanada de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, me llegó este correo, que no me resisto a reproducir y hago mío (ante su falta de firma), con alguna apostilla, pues coincide con mi reflexión:

Para todos aquellos que no nos acompañais los domingos a las 11,00 en
la Misa conventual de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los
Caidos simplemente os manifiesto que es una pena, que vosotros os lo
perdeis:

Os perdeis la gran espiritualidad que allí se vive en compañía de los magníficos monjes benedictinos. (Resulta emocionante ver la alegría en el rostro de los monjes -algunos de ellos hombres de avanzada edad-, verdaderamente ateridos por el frío, pues no llevan ni guantes, ni gorros, ni abrigo, pero reconfortados por el calor de la compañía de los miles de fieles que les arropábamos.)

Os perdeis gozar de esa Eucaristía bajo la tutela de la gran Cruz del Valle, en ese precioso entorno. (Y con el canto de las vices blancas de la soberbia escolanía del Valle, que estremece ante la cercanía de las nubes)Os perdeis el sentimiento de Comunidad que allí se respira entre todos los asistentes. (Muchos de ellos, personas de muy avanzada edad, a los que no les importó pasar una hora a la interperie, bajo un frío helador.) Os perdeis ofrecer a Dios el fuerte dolor en los pies producto del
intenso frío. (Me atrevo a añadir que también el fuerte dolor de orejas, para los que no las llevaban tapadas.)

Os perdeis el magnífico caldo con el que nos obsequian los monjes al
terminar la Misa. (Aunque va de suyo que nadie acude allí por el caldo, doy fe de que era espectacular, nos calentó las entrañas y nos alimentó de verdad, pues debía llevar cociéndose desde el sábado a mediodía) Y sobre todo, os perdeis la posibilidad de poder participar en un momento histórico, en un hecho decisivo en la defensa de nuestra Fe y nuestra civilización, y la satisfacción y bienestar interior que produce el sentirse con la conciencia del deber cumplido.

No sigamos dormidos y anestesiados, no seamos cómodos, sintamonos realmente libres y capaces de rebelarnos contra lo "socialmente incorrecto".

No confundamos raciocinio e intelegencia con justificacion y cobardía. Si no reaccionamos algún día nos arrepenterimos y entonces las posibles soluciones serán más complicadas e imposibles.

Un fuerte abrazo

LFU

26 de noviembre de 2010

José Antonio, despeinado


Curiosa imagen de José Antonio, despeinado. Si hay algún personaje cuya imagen, congelada por su asesinato a los 33 años, quedó grabada para la posteridad con un peinado perfecto e inamovible, ese fue José Antonio Primo de Rivera.

La circunstancia en la que se tomó la fotografía, además, justificaba el desaliño, pues el fundador de la Falange, que estaba celebrando la primera Junta política de su movimiento en el Parador Nacional de Gredos, acababa de toparse en la recepción con el amor de su vida, Pilar Azlor de Aragón y Guillamas, XV condesa de Luna, XVIII duquesa de Villahermosa, III duquesa de Luna etc., quien acababa de contraer matrimonio con Mariano de Urzáiz Silva y Salazar, XII conde del Puerto -que fue más del agrado de los padres de aquella que el Marqués de Estella- y pasaba en el Parador su viaje de bodas.

(La fotografía está reproducida en el reciente libro de Luis Togores y Gustavo Morales "Falangistas". Ed. La Esfera de los Libros, 2010.
LFU

24 de noviembre de 2010

Sucedió en Madrid y Dios lo hizo


Lo que sigue es totalmente veraz. Es el relato de un sacerdote Carmelita de cómo entre él y Red Madre consiguieron salvar la vida a un niño que iba a ser abortado por una madre angustiada y desesperada. Yo ya soy socio de Red Madre. ¿y tú?


«Es el miércoles 16 de noviembre de 2010. Las doce en punto de la mañana y me dispongo a llevar la comunión a los enfermos que viven cerca de nuestro convento. Voy al Sagrario y llevo al Señor conmigo en el porta viático. Él es el consuelo de los enfermos en el dolor, es la medicina del alma y es mejor tener el alma sana aunque el cuerpo esté enfermo, me digo recordando esta doctrina de Nuestra Santa Madre Teresa. Voy a la calle, recogido, con el Señor en mis manos. Es la hora del Angelus. Está lloviendo, hace frío en Madrid y las hojas caducas de los árboles de nuestro jardín conventual han formado una alfombra al paso del Santísimo en esta otoñada que anuncia ya el cercano invierno. Salgo a la calle y llevo al señor sobre mi corazón, signo de que le quiero llevar dentro del mismo como tesoro en vasija de barro. Pienso todo esto, recogido. Los coches circulan veloces porque la hora punta pasó y ya no hay atascos en la calle Arturo Soria. La vida agitada de la gran ciudad va a su ritmo. A 20 metros del convento hay un semáforo en rojo para los peatones. Hay que esperar. Son pocos los viandantes en esta zona más residencial que de comercios, ajardinada en buena medida.

Una joven espera a mi lado a que el semáforo se ponga en verde y mientras tanto aprovecha para hacerme su pregunta:

Por favor. -¿me puede decir dónde está la clínica del Bosque? (Tiene el acento dulce, propio de los hispanoamericanos. Me quedo mirándole a los ojos unos instantes, con amor grande y no con menos grande tristeza)

Ella refleja la tristeza en su rostro.

Le contesto:

-No vayas, por favor, no vayas.

Ella se ha quedado perpleja ante mi respuesta. Piensa quizá que es una clínica de medicina general, y por eso me pregunta a mí, fraile que no pasa desapercibido.
Esta clínica está a 200 metros de nuestro convento y es exclusivamente un abortorio que lleva funcionando más de 30 años.

El semáforo se pone en verde y comienza a caminar mientras le insisto.

-No vayas, por favor. Allí matan niños. No vayas si no quieres colaborar en el
asesinato de tu propio hijo al que llevas dentro.

Se le han llenado los ojos de lágrimas. Se ha encontrado con su propia realidad, con su soledad, con su sufrimiento. Me dice que vive en la zona de Aluche. Ha venido hasta aquí, sin rumbo, mientras que todos los abortorios de Madrid, (que se enriquecen con la ayuda económica de la Comunidad de Madrid), están más cerca de su casa que este. La clínica del Bosque, El Bosque de la muerte, es la que más lejos está. De punta a punta.

Ella continúa caminando sin rumbo y yo a su lado y en su dirección, repitiendo lo mismo sin respetos humanos. Vamos los dos con paraguas. Está lloviendo y hace mucho frío.

-Por favor, espera (le digo), vamos a hablar. Te vamos a ayudar, conozco gente que te puede ayudar. Por favor, no lo hagas, te arrepentirás toda tu vida. Espera… vamos a hablar, espera…

Si sigue caminando estoy decidido a ir a su lado hablándole hasta la misma puerta de esa clínica.

He logrado detenerla y se ha echado a llorar argumentando:

-No lo puedo tener, me va a echar del trabajo, estoy sola, no le podré sacar adelante.

-Espera, -le digo- vamos a llamar a quienes te pueden ayudar. Hay otras alternativas.

-Tengo cita y llego tarde -me dice con ademán de marchar. Sigo caminando con ella.

-Espera. ¿Cómo te llamas?

-Mónica, me dice.

- Yo Migue Ángel. Espera Mónica, ya estoy llamando.

Veo que el teléfono tiene muy poca batería y espero que dure. Llamo a Pilar Gutierrez, del Movimiento Unidos por la Vida, con la que he cooperado en algún proyecto y le cuento muy brevemente la situación y le paso el teléfono para que hable con Mónica mientras esta se seca las lágrimas con mi pañuelo.
Pilar le dice que no lo haga mientras yo lo pongo todo en las manos del señor al que llevo en las mías y miro al cielo encomendándolo a todos los bienaventurados, mártires y santos inocentes de todos los tiempos. Y pido la intercesión de nuestras MM. Carmelitas Descalzas para que la fecundidad espiritual de su vida se manifieste, y pienso en todos los contemplativos de la Iglesia. Y Mónica corta la conversación. Se defiende de Pilar como de mi. Ante la propuesta de dar a su hijo en adopción, prefiere abortar.

Mónica corta la conversación. Tiene prisa. Llega tarde a la cita en la que va a programar su crimen. Me pasa el teléfono y pilar me da breves y claras recomendaciones. Dígale…

No hay tiempo. Hay que actuar.

-Mónica, escúchame –le digo- hace mucho frio, ven a mi casa, que está muy cerca.

Ven, por favor, vamos a hablar.

-No puedo, pierdo la cita. Ha sido mi novio me ha dado la dirección de la clínica.

- No te preocupes, -le digo-, no tienes que ir allí para nada.

-Pero usted no me comprende, no está en mis zapatos.

-Si te comprendo –le digo- no estoy en tus zapatos, pero estoy en mis sandalias para intentar tocar la tierra. Vamos.

Desde una habitación del Hospital Anderson, Almudena de Castro observa la escena. Está cuidando a su madre, Paquita Carpeño, operada de cáncer, a la que iba a llevar la comunión. Le dice a su madre que me está viendo, en la calle, con una chica, que seguro que voy a visitarla. No. Se vuelven hacia el convento.
Al día siguiente llevaré la comunión a los enfermos.

La he tomado ligeramente del brazo y recorremos despacio los pocos metros que nos separan del convento.

Ella no sabe que hace un año. El 28 de diciembre, lloviendo también, nos concentramos con Alternativa Española al lado de ese Bosque, para rezar por los nuevos santos inocentes de hoy y por sus madres, víctimas de este doble crimen. (En este instante, mientras esto escribo, un amigo sacerdote me pone u sms diciéndome: Celebré la Santa Misa por Miguel Ángel y sus padres)

Estamos volviendo al convento, que está muy cerca. De nuevo, la alfombra de hojas recibe al Señor, a Mónica con la nueva vida en su seno y a este fraile. Entramos. Se me ocurren mil cosas que decirle y que hacer. Vamos a un ordenador, le digo que se siente y busco en google: video sobre el aborto. Me llama pilar dándome el teléfono de una institución pro vida y me dice que busquemos la página “No más silencio” y “Apóstoles de la vida”.

He encontrado un video precioso que vi hace tiempo y que promocionó Intereconomía. Ha salido este video providencialmente. Recuerdo que es tremendo. Y Mónica me dice que ya lo conocía. Lo ve sin dejar de llorar. En este vídeo, un niño habla a su madre desde el seno materno, felíz por haber sido concebido. La mamá tiene problemas diversos y decide ir a abortar. El niño establece un monólogo con su madre, entristecido y mostrando, finalmente su terrible sufrimiento mientras está siendo víctima inocente de este asesinato. Es conmovedor.

Me dice Mónica que si no tengo nada que hacer. Le digo que no. Solo estar con ella.
Busco un testimonio de una chica que cuenta su vida después de haber abortado. Mónica lo escucha atentamente.

La dejo sola en la habitación. Llamo a mi buen amigo Antonio Torres, al móvil varias veces, no lo coge, llamo al fijo. Me dicen que le dirán que me llame. Llamo a Mercedes Montoro, su esposa, le cuento muy brevemente y me dice que rápido se ponen en camino o ella o Antonio. Ellos colaboran en organizaciones pro vida. Mercedes me dice: -Padre, van para allá Antonio. En media hora están en su convento. Va a Red madre a buscar a Esperanza para que vaya con él y van para allá. En media hora estarán allí.

Le digo a Mónica que esté tranquila, que van a venir a ayudarnos. Tiene miedo, porque teme la pérdida del trabajo por estar embarazada. Le digo que no se preocupe, que nos van a ofrecer otras alternativas. Todo esto mientras le sirvo un café y unos dulces.

Me pregunta por mi vocación, porque decidí ser sacerdote. Cuando le digo que fui al seminario con 10 años se sorprende.

Me dice que es de Bolivia y que su novio era español. Al quedarse embarazada la ha dejado. Su Madre vive en España, pero apenas se tratan. Ella vive con su hermana, con la que la relación es nefasta. Está sola.

Me dice que es protestante y que en su confesión tampoco aprueban el ataque a la vida, que ella ha rezado esta mañana y que no cree en las casualidades. Interpreta como providencial el encuentro conmigo. Mónica está más serena. Le pido que se deje ayudar, que ame la vida que lleva dentro y que ya verá como todo sale bien.
Mónica está bautizada. Ella misma lo pidió en su juventud. Nos une el mismo bautismo en Cristo.

Llaman a la puerta. Ya están aquí Antonio y Esperanza. Han llagado en 20 minutos escasos. Antonio, como siempre que se trata de algo importante a desplagado las alas de su coche y de su caridad. “Nos apremia el amor de Cristo”, pienso con San Pablo.
Nos reunimos los cuatro y Mónica comienza a contar toda su historia desde el principio. Ya tiene un hijo de cinco años. Ella lleva año y medio en España y se casó, muy joven con un militar en Bolivia. El niño está con su padre. Lleva dos años sin verlo. Ella tiene 25 años y el que ha sido su novio en España, 24. Este está trabajando y no quiere que ella tenga el niño, por eso la ha mandado a la clínica que él ha buscado. Ella duda del mutuo amor.

Esperanza está curtida en estas lides, por experiencia propia y por su trayectoria en Red Madre. Escucha, anima, propone, llora y rie con las dos víctimas de este asunto, madre e hijo. Le habla de cómo ayudan a todo en red madre. Con detalle, le habla del centro de acogida, de cómo ella puede vivir allí y seguir trabajando después de tener a su hijo. Tienen guardería para que esté cuidado mientras el tiempo de trabajo… Mónica se ha ido serenando.

Antonio, con una amabilidad sorprendente, habla a Mónica desde Dios. Ella sabe bastante de la biblia. Tiene cultura. Ella recuerda nuestro encuentro a las 12 del mediodía y dice que, al saber mi nombre, se acordó del pasaje de la anunciación. Dice que no hay casualidades y que esto ha sido para ella un signo de Dios.
Antonio le dice que la vida que lleva dentro no es de ella, que es un regalo de Dios para ella. Todo con una delicadeza genial. Mónica escucha con atención.
También, en la conversación, han surgido algunas bromas y hemos reído.

Yo he escuchado con atención. He intervenido, brevemente, alguna vez. Hemos escuchado atentamente. Hemos hablado despacio. He pedido a Mónica su teléfono, email, correo postal. Todo. Antonio le pregunta que si es niño, cómo se llamará. Ella afirma sin titubeos: Se llamará Miguel Ángel. Esperanza llama a un médico ginecólogo para que la pueda recibir. Tienen cita hoy mismo a las 15 horas en la clínica Moncloa. Son las 14,30.

Toso el tiempo ha estado el Señor con nosotros en el porta viático en la humilde apariencia de pan.

Mónica no se cree aún lo que le ha sucedido. Le parece un sueño. Confiesa que rezó por la mañana antes de salir de casa.

Hay que ser puntuales y a las 14,45 hay que salir. Vamos hacia el coche de Antonio. Esperanza, Mónica y Antonio van a Moncloa. Yo me quedo en el convento con el cansancio de quien regresa de una terrible batalla y con la confianza en el Señor.
Esperanza y Mónica se quedan en la Clínica Moncloa. El médico es extraordinario.
Sigo en comunicación con Mónica por teléfono y email. Está con paz. Esperanza se encargará de lo psicológico y material, yo de lo espiritual, que también es importante. Ya he encontrado amigos que me ofrecen ayuda económica para ella y que tiene preparado un buen ajuar para cuando nazca el niño. Esperamos que esta nueva vida sea para gloria de Dios.

Ayer jueves 18 de noviembre me regaló mi amiga maría del Mar Núñez un niñito de cerámica, precios, durmiendo plácidamente y protegido por las alas de un ángel, el Ángel de Dios. He llevado este detalle a correos y le llegará a Mónica.
Qué terrible la soledad y el sufrimiento de estas chicas.

Sucedió en Madrid y Dios lo hizo.

Dios te guarde. +

P. Miguel Ángel M. de D.»