"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

11 de octubre de 2013

Jacobinos y acomplejados

Con la aprobacíón de la Ley de Educación, se han vuelto a poner al descubierto los lastres que arrastran la izquierda y la derecha de España.

La izquierda muestra nuevamente su carácter intrínsecamente jacobino,  escasamente demócrata y sobradamente soberbio al anunciar a bombo y platillo que la ley nace muerta y que lo primero que harán, tan pronto el Pp pierda la mayoría, será derogarla. Y no dudemos que lo harán, como hizo Zapatero con la tardía Ley de Educación que Aznar dejó para los postres de su segunda legislatura.  Otro tanto se avecina con la reforma de la ley del aborto –si es que finalmente sale adelante- y con cualquier ley que afecte al esquema de ingeniería social de la izquierda, que no acepta la democracia salvo cuando le otorga el poder.  Nada nuevo bajo el sol. Basta remontarse al mes de octubre de 1934, cuando la izquierda decidió que no era tolerable que la derecha se mantuviese en el poder y dio un golpe de Estado que dinamitó la II República. No hay más que ver los ejemplos de linchamiento mediático de la juez Alaya, los aplausos a las zorras pintarrajeadas reivindicando la sacralización del aborto y las propuestas de tipificar como delito la reivindicación y defensa del régimen del 18 de julio, equiparándolo al nazismo y al racismo, pero curiosamente, no al comunismo.

Mientras tanto, en la otra orilla, los complejos atávicos atenazan a una derecha pusilánime incapaz de encontrar ninguna clase de referentes en nuestra historia que no sea la “sacrosanta” Constitución pastiche de 1978, con la que parece haber comenzado, tanto España, como  la edad moderna. Y a falta de referentes y principios, centrémonos en recuperar la economía, que es lo único importante, aunque la nación se despedace. De las tres leyes estrella del proyecto de ingeniería social de Zapatero, únicamente la de Educación va a ser aprobada al final del segundo años de legislatura; la del aborto-con cientos de miles de criaturas masacradas cada año-  no ha iniciado aún su tramitación parlamentaria y la última, la perversa, sectaria y antidemocrática Ley de Memoria Histórica, que viene a clasificar a nuestros padres y abuelos en buenos y malos, y más soterradamente, a dinamitar todo el proceso de la transición, ni siquiera la tocarán por miedo a que les llamen franquistas y les recuerden sus orígenes que no son otros que los de siete ministros de Franco que fundaron su partido, aunque ahora abjuren de lo que un día fueron sus mayores y pisoteen la tumba de sus padres. Tampoco es nada nuevo. En 1932 la derecha ganó las elecciones y tuvo miedo de gobernar, por lo que para no soliviantar a la izquierda encargó a Lerroux formar gobierno. Y cuando acabaron sus complejos y Gil Robles decidió entrar en el Gobierno, la izquierda se levantó, arrasó media España, sacó a sus líderes golpistas de la cárcel y linchó a los supuestos represores de la revolución de Asturias.

Con estos mimbres, el porvenir que nos espera no tiene nada que ver con las alegrías que se anuncian con la subida de la bolsa.


LFU

9 de octubre de 2013

Antología del disparate


«Espero que con la serie Isabel de TVE, los españoles se enteren bien de una vez por todas quién fue esa canalla, esa cabrona, ese ser repugnante que tanto daño hizo a España». Elena Benarroch al Diario de Mallorca

Comentario: Nótese que la ínclita empresaria socialista no menciona al Rey Fernando el Católico, al que salva inexplicablemente de sus elegantes improperios pese a la solidaridad que emanaba del “Tanto monta…”, lo que me hace pensar que o  no ha oído hablar de él con anterioridad –lo cual parece verosímil- o se trata únicamente de un estúpido comentario machista, lo que puede resultar paradójico.

«El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García Margallo, ha cerrado la puerta este martes a un referéndum pactado y ha apostado por "buscar una fórmula" que permita a Cataluña "encajar" en España a través de una reforma de la organización territorial del país»

Comentario: Sr. Margallo, Si Cataluña es parte de España como mi brazo lo es de mi cuerpo, salvo que se haya desencajado previamente, no es necesario procurar encaje alguno. Es impropio de un ministro de España.

Sánchez-Camacho pide un nuevo modelo que limite la solidaridad de Cataluña.

Comentario: Yo propongo ser al Partido Popular que limite de una vez por todas la presencia de la Sra. Sánchez Camacho de la vida política nacional.

«Los salarios, en España, crecen moderadamente». Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Comentario: No hay comentarios. 


Celia Villalobos: "Yo también quiero ver a señores en bolas. Y a Cristiano Ronaldo"

Comentario: Merdellona


LFU

3 de octubre de 2013

A mi madre en su cumpleaños (y II)



MARGARITA CUMPLE 80

No conocí tu época áurea: de trenes especiales, toros con la mítica Grace
o la sobrevalorada Jackie, cocktails con los grandes de España.
Ninguna ha recogido, como tú, los frutos que sembraste.
Ninguna ha cumplido, como tú, con el cargo que le dieron.

El Señor, previó tus aptitudes de Reina
en el tablero de ajedrez de la vida.
Llegarías a todo y muchas veces.
Engendrarías 8 peones que mantendrían la partida abierta.
Te soñó Reina, que fuese madre, profesora, administradora, chófer, cocinera,
enfermera, Depósitum Fidei, abuela por décadas,
mástil en la tormenta, esperanza tras la derrota, asilo tras el combate.
Ahí estabas tú, diciendo sí, con las cuentas del Rosario
entre tus manos.

De tu primer nieto A. a tu última nieta V. han pasado 30 años.
Testigo soy de tu entusiasmo invariable,
de tu sonrisa solar, de tu voz alborotada, de tu mesa bien provista,
de las tardes de domingo que pulverizan el viejo hogar,
todo, para deleite de ellos, tus nietos.

En tu sangre confluyen estirpes probadas en la adversidad:
linajes de rara fidelidad religiosa, ingenieros en un país de hidalgos,
mercaderes ahítos de sierras frías. Todos buscaban la luz de Málaga
que perdura en tus ojos; su calidez mediterránea que tiene asiento en tu corazón,
inhábil a lo mezquino.

Más allá de la mirada amable de la sangre,
emociona pensar la gratitud de tantos, acogidos en tu hogar,
atónitos espectadores de tu infinita hospitalidad, de tu gratuita entrega.
Algunos ya no están y te elogiarán ante tu Ángel Custodio,
que divertido, a fuerza de oírte,
habla alto, con acento de la calle San Lorenzo.

Son sólo 80, pero se antojan pocos.




César Utrera-Molina Gómez
Septiembre 2013

2 de octubre de 2013

A mi madre, en su cumpleaños


Hoy es día de dar, por lo mucho que hemos recibido. Nada mejor podemos ofrecerle a mi madre hoy que reunirnos su marido, sus ocho hijos (con los ocho que les "soportan" ) y sus veinte nietos para dar gracias a Dios por toda su vida y celebrar su cumpleaños en plenitud. Pero venciendo mi timidez, a manera de ejercicio de primero de jazmines, le ofrezco también un modestísimo soneto, deficientemente resuelto pero que me ha costado muchísimo. Muchas felicidades con todo el cariño de tu hijo que tanto te quiere.


A mi Madre

Pensando en ti, mamá, me he preguntado
por qué tuve al nacer tanta fortuna,
por qué quiso el Señor poner mi cuna
en un portal de amor tan habitado.

En tu mirada azul busco el consuelo
de mi ayer. Escuchar tu voz, saberte
cerca me alivia, me hace más fuerte
saber que estás conmigo en mi desvelo.

Ocho vidas son tu mejor legado,
ocho latidos que en tu seno fueron
semilla de un amor ilusionado.

Gracias por dar más de lo que te dieron;
por poner siempre a Dios a nuestro lado
y ser de las que nunca se rindieron.



Luis Felipe

30 de septiembre de 2013

A vueltas con el "franquismo"

Hay que reconocer la habilidad de la izquierda para dar la batalla del lenguaje y ganarla. Entre sus muchos logros, el poner el apellido “democrático” a las repúblicas soviéticas, la popularización del término “fascista” como sinónimo de radical, violento o totalitario, (salvando de la quema el término “comunista”). Ahora, en España, toda la izquierda  (incluida UPyD) se ha unido en el ataque furibundo al “franquismo”, tratando de popularizar el término “crímenes franquistas” como verdad de fe proclamada sin rubor en los telediarios (¡¡Qué vergüenza ver al Presidente de RTVE pidiendo disculpas por haber llamado "Caudillo" a Franco en un telediario al comentar una noticia de 1960!!), y promoviendo la inclusión del franquismo, junto con el nazismo y el terrorismo etarra (no el comunismo que sigue siendo algo muy respetable y muy democrático), como verdaderos anatemas en su proyecto de tipificación de los llamados “delitos de odio”. De esta manera, quieren expulsar de la legalidad a cualquiera que ose defender las virtudes del Régimen del 18 de julio y niegue su carácter criminal, incluyéndolos junto con los criminales nazis y etarras en el delirante delito de “negacionismo”, inventado por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial y que ahora recogen los perdedores de nuestra Guerra de liberación. Como escuché hace tiempo, la historia la suelen contar los vencedores...menos en España.

Para ello, tienen en el prevaricador Garzón el mejor ariete. Desde Argentina, dictando literalmente los esquizofrénicos autos de la Juez Servini, pretende hacer calar en la sociedad como verdad inatacable que el franquismo fue un régimen criminal que goza de impunidad gracias a un deleznable pacto en la transición, invalidado por la traición de unos y el poder que tenían aún los otros.

Pues bien, lo repetiré una y mil veces, aunque haya un día en que me cueste la libertad. Franco, la mitad del Ejército y la mitad de España no se alzó contra la democracia, ni contra la legalidad vigente, sino contra un sangriento proceso revolucionario marxista, iniciado en 1934 y culminado en el remedo de elecciones de febrero de 1936, acompañado de una persecución religiosa furibunda que llenó de mártires las tierras de España y destruyó una parte importante de nuestro patrimonio cultural.

Franco mantuvo a España fuera de la guerra mundial, venció al maquis (una guerrilla comunista que quería reanudar la guerra civil y provocar la intervención extranjera), y llevó a España desde la ruina a una situación de pleno desarrollo, creando una clase media inexistente en España, alzando a nuestro país hasta la 10ª potencia industrial, con una renta per cápita en 1975 en un 83% de la media de la Unión Europea (ahora estamos en menos un 75%) con pleno empleo, con una protección social sin precedentes y la presión fiscal más baja de toda la OCDE, dejando a un país en paz y preparado para una democracia constructiva.

¿Qué hubo represión después de la guerra? Innegable. También la hubo en Francia, con verdadera y brutal saña, con los colaboracionistas a quienes se fusiló a millares, en Italia, en Inglaterra, en Alemania y en el resto de los países de Europa, sin que por ello se hable hoy de crímenes de la RFA, del Gobierno de Su Majestad, etc.. ¿Qué se cometieron injusticias en la posguerra?. Sin duda y con ser lamentable, hay que situar dicha represión en el contexto histórico del final de una guerra fratricida y en la incertidumbre de un conflicto mundial al que nos querían llevar de cabeza los perdedores de la guerra. Pero eso que llaman –impropiamente- “franquismo” fue mucho más.

Si quieren hablar de “crímenes franquistas”, ¿qué apellido habrá que ponerle a los “crímenes de Estado” de los Gal? ¿Y a la corrupción sin límite que ha atravesado toda la clase política? ¿Se trata de crímenes democráticos?

No sé si, a la larga, la mejor manera de imponer tus tesis a la sociedad es criminalizar al oponente. Desde luego es la mejor para el que carece de argumentos y falsifica la realidad. Pero ésta estrategia totalitaria es la que ha adoptado la izquierda, que ha visto cómo el rescatar una y otra vez el nombre de Franco le produce jugosos e inmediatos réditos ante una derecha acomplejada que, ayuna de principios y referentes, se aferra a la economía como tabla de salvación sin importarle que manipulen la historia y pisoteen la tumba de sus padres.  


LFU

20 de septiembre de 2013

La Legión ahora está de guardia. Por José Utrera Molina

  • Artículo publicado hoy en La Gaceta

    El espíritu de la Legión estará siempre contra quien pretenda romper la unidad de España.

  • Hoy, 20 de septiembre, se cumple el 93 aniversario de la fundación de la Legión. No se trata hoy de glosar un aniversario intrascendente. Tampoco de inclinar las banderas con el gesto de un patriotismo estéril. Se trata, por el contrario, de levantar en el aire enrarecido de España los valores que siempre ha defendido a ultranza la Legión española. El valor, la dignidad, la bravura, el ofrecimiento permanente de la vida, el saber que la proximidad de la muerte no podía levantar ninguna epidemia de miedo sino por el contrario, ver esta última circunstancia con la naturalidad de quien vive en la certeza de la existencia de otra vida.
    Vivimos un mundo absolutamente desquiciado. Los principios que sostuvieron durante tantos años el espíritu de la Legión están siendo atacados permanentemente, aunque nadie puede negar que, en este ataque, hay siempre un principio de respeto inamovible. 
    Se ha criticado a la Legión atribuyéndole un culto innecesario de la muerte, una mirada permanente a lo que ella significa. Pues bien, todo esto produce una buenaventura en el soldado, en su ánimo, en su estilo, en su ofrecimiento, en su dedicación permanente. Yo he vivido el espíritu del Tercio, lo confieso, con delirio apasionado. Para mí, el título de mayor honor que poseo no es otro que el de cabo honorario de la Legión que me obliga permanentemente a estar fundido en el honor de su Credo y en el alma de sus ordenanzas.
    El eco que en la mayoría de los españoles despierta la Legión es indudable. No se trata de una unidad presuntuosa y altanera, sino recia, marcial y entregada a su misión y a su servicio. El legionario es el arquetipo de lo que fue siempre el espíritu del Ejército español, su quinta esencia. Es decir, el legionario ha creído siempre en el amor, en la esperanza y en la vida mostrando su permanente caballerosidad. Su heroísmo no lo pueden negar ni siquiera los que se han constituido como enemigos porque la tradición militar española que elevó a grados inconmensurables de grandeza el espíritu de la Legión española, permanece en pie frente a tantas e injustas agresiones. En una ocasión, comentando con el Caudillo de España Francisco Franco, cofundador de la Legión, las características de las unidades que componían los Tercios me contestó: “En los momentos más agudos de las crisis que desgraciadamente tuvo nuestro país, en la primera línea, sin afán egoísta, sino con el espíritu lleno de amor a España figuró siempre la Legión. Primero en Marruecos; en la revolución de Asturias del 34, después y en nuestra contienda civil, donde laureadas, medallas militares y otras distinciones fueron numerosísimas. Ahora –añadió– la Legión hace guardia”. Yo permanecí en silencio escuchando las palabras de Franco y quise descifrar el mensaje que me trasmitía: “La Legión ahora está de guardia”. 
    Yo me he solidarizado durante toda mi vida con el espíritu de la Legión. Para mí fue un honor inmerecido revistar sus unidades en mi viaje como ministro a Ceuta y Melilla. Puedo afirmar que fue el momento de mayor emoción de mi vida política y que no lo cambiaría por ninguno de los actos y aconteceres que tuve que vivir durante mi etapa de ministro. La Legión ha llevado la vida en la palma de la mano con voluntad de hacer fraternas y aliadas las banderas de la justicia con el signo de la libertad. A los muchos hombres que ofrecieron su vida por el honor de España dedico estas líneas que brotan de mi corazón torrencialmente, porque jamás fui indiferente al espíritu, a la dignidad y al honor que la Legión española representaba y representa. 
    Estoy seguro de que si alguna vez alguien pretendiese romper la unidad de España, el espíritu de la Legión estará siempre contra la tribu, manteniendo en alto el sueño de una España unida y digna y ofreciendo con su sudor, con su voluntad y su sacrificio la entrega que España exige y que el honor demanda.
    José Utrera Molina es cabo honorario de la Legión.

16 de septiembre de 2013

Firmeza o cobarde aceptación del desafío. Por José Utrera Molina

(Artículo publicado el pasado sábado 14 de septiembre de 2013 en ABC)

«Todos los españoles amamos a Cataluña. Sólo un grupo enaltecido por el egoísmo ha decidido traicionar sus raíces, despreciar su historia, desafiar la legalidad y lanzarse hacia la nada»

No quisiera remontarme a un hecho que tuvo en mi vida una importancia esencial. Se trata de recordar una circunstancia que dio origen a mi inconmovible patriotismo. Es un recuerdo puntual, pero válido en circunstancias como las que atravesamos. Contemplo a mi abuelo –que tenía por cierto, cuatro años menos de los que yo cuento hoy– llorando, abrazado a un aparato Telefunken que difundía a las ondas la noticia increíble para algunos de la Declaración del Estado Catalán. Era el 6 de octubre de 1934.

Ahora contemplando el fervor a la tribu de una considerable minoría de catalanes, palpita mi corazón y siento un escalofrío imparable. Estamos en una circunstancia aún más grave que la que atravesó España en 1934 pero ahora con menos recursos dialécticos, con infiltraciones inverosímiles de otras posiciones históricas y con la valoración exagerada que se hace de grupos minoritarios contrarios a la esencia de España. ¿Es posible que en el tiempo en que vivimos, en el que los grandes espacios tienden a la globalización y en el que se tratan de igualar las enormes diferencias que separan a los pueblos, puedan existir los que, insensatamente, apoyan la ruptura de un baluarte que durante siglos tuvo su independencia y su unidad y se inclinó siempre ante las banderas del honor y de la libertad?

La tercera de García de Cortázar «Reaccionarios en Cadena» con el que tantas veces modestamente he disentido, da fuerza a mi queja, a mi amargura y a mis palabras dolientes. Se trata de un artículo admirable y extraordinario, profundo y ejemplar y merece tener consecuencias en estos espacios pálidos y vacíos donde los españoles se preocupan más de las modas, de los modos y de los caprichos deportivos que de la propia existencia de España. Yo quiero unirme desde aquí a García de Cortázar en la defensa de esas ideas esenciales y así lo proclamo sin limitación alguna.

Vargas Llosa también ha afirmado con rotundidad que el independentismo no es otra cosa que un regreso a la tribu. He escuchado la opinión de muchos venerables supervivientes de otro tiempo. Se horrorizan y hasta llegan a pedir la cercanía de la muerte. Les duele tanto España que si ya que no pueden combatir, pretender trasladar sus últimas quejas al Dios Omnipotente sirviéndose incluso de la cercanía de su última hora.

Nadie niega la personalidad de una tierra a la que yo he amado siempre, que ofrece un haz de virtudes ciudadanas que posiblemente no conozcan otras regiones. Un sentido elegante de la medida, del respeto mutuo, una gran sensibilidad hacia lo bello, un respeto a una tradición y a un profundo sentido estético que también ahora pretenden conculcarse. Poco puedo hacer yo para combatir este desastre, pero quedaría en mi corazón un amargo hueco si no clamara en mi independencia para advertir que nos encontramos en una situación límite y que el gobierno tiene la obligación histórica y moral de poner diques definitivos a esta penosa algarada situacional. He hablado, precisamente hoy, con un grupo de amigos catalanes que están escandalizados. Yo diría que nunca como hoy sienten ardiendo la sangre de sus corazones. Querrían morir por la unidad de España y no son palabras convencionales, ni actitudes de emergencia, ni miedos colectivos, ni refugios dialécticos. La muerte y la gloria campean sobre unas gentes siniestramente doloridas, atacadas en su raíz, vapuleadas en sus creencias, insultadas en sus costumbres, negadoras de la verdadera realidad de esta magnífica tierra que se llama Cataluña.

Yo he amado siempre a esta tierra española, lo hice desde que escuché a José Antonio Primo de Rivera la mejor de las alabanzas en la que ponderaba el equilibrio, el sentido de la historia y la verdadera personalidad de Cataluña. ¿Es posible que ésta voz de arrebato, unida a tantas como las que hoy se producen en el espacio español, no sirva para detener este inmenso desastre? ¡Cataluña es España!

Todos los españoles amamos a Cataluña. Sólo un grupo enaltecido por el egoísmo, por la pasión sectaria y por una animadversión patológica ha decidido traicionar sus raíces, despreciar su historia, desafiar la legalidad y lanzarse hacia la nada. Yo alivio mi conciencia uniéndome, ya muy lejos, a las lágrimas de mi abuelo que posiblemente contemplará consternado el abismo histórico que quieren abrir los que tiene el corazón corrompido, la voluntad maniatada y el alma aprisionada por el egoísmo y la cobardía. No quiero pronunciar el antiguo grito que recuerda mi corazón juvenil: «Ahora o nunca», pero confieso que me siento inclinado a aceptar, ante el radicalismo desafiante, otras soluciones de emergencia.

¡Por España, por su unidad y por su vida!