9 de julio de 2008

Contra la anestesia de la mayoría

La Universidad Católica de Valencia ha colgado en la web de su observatorio de Bioética http://www.observatoriobioetica.com/, un vídeo decisivo sobre el aborto, un inexistente "derecho" que el infame pretende reactivar y ampliar para dejar al partido popular -envuelto en sus contradicciones e incapaz de adoptar una postura clara- con el paso cambiado. Se llama “No mires para otro lado”. Advierto que las imágenes son tan brutales como lo es la propia realidad del aborto.

Como sé que la mayoría de vosotros preferirá no verlo, mi amigo DAL me envía unos versos de Miguel D'Ors que no tienen desperdicio:


LECCIONES DE HISTORIA
(La larga marcha hacia ninguna parte)

(…)

V.


La segunda mitad del siglo XX
proclamó la bandera de la paz y de la vida
la vida de Mick Jagger,
la vida de Alí Agca, la de Charles
Manson, la de Bokassa,
la de José Rodríguez, son sagradas;
la vida de las focas y la de las sequoias
y hasta la vida de los vietnamitas
son sagradas, etcétera…

Muy bien, señores, pero
mientras el Universo se llenaba
de palomitas rosas, mientras todos ustedes
hacían el amor y no la guerra,
en cada útero un Auschwitz, un Dachau, un Stalin,
un Führer, un Vietnam, un Paracuellos,
un negro y fiero bombardeo.
Todo legal, no sufra, todo a cargo
de la Seguridad Social, naturalmente.

Cinco, veinte, sesenta millones, ochocientos
millones de personas –Dios lleva cuenta exacta–
asfixiadas, quemadas, trituradas
(con absoluta higiene y música ambiental
para que nadie diga).
Yo he escuchado sus llantos diminutos,
he visto sus milímetros de espanto,
sus deditos de leche desvalida
moviéndose en el cubo funerario.

Yo levanto estos versos como un volcán de rabia
y grito a las estrellas
que el mayor genocidio de este planeta fue
la segunda mitad del siglo XX


Miguel d’Ors, Es cielo y es azul, 1984



Es un deber moral de todos y cada uno de nosotros, llamar a la conciencia de la gente sobre lo terrible de la realidad del aborto. En este caso, los avances de la ciencia no han hecho sino dejar al descubierto una realidad que muchos quieren esconder. Y no hay excepciones que valgan para justificar el asesinato de un ser humano. Por eso resulta especialmente sangrante que en la emisora de la Conferencia Episcopal, un enano miserable que presume de ateo, esté ahora predicando la defensa de los tres supuestos actuales de la ley despenalizadora, utilizando una demagogia inadmisible. Cosas veredes...


LFU

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