10 de noviembre de 2009

El tonto del muro


Ayer tuve ocasión de discutir con un auténtico estúpido, procedente de lo más rancio de la izquierda cavernícola española, que trató de comparar la caída del muro de Berlín con la muerte de Franco, sin que se le moviera un pelo del flequillo. El muchacho parecía tan bien aleccionado en el argumentario progre como ignorante de nuestra reciente historia.

Es muy posible que el muchacho en cuestión se tentase bien la ropa antes de soltarle semejante estupidez a uno de los millones de alemanes que vivieron bajo la bota de la Stasi hasta hace veinte años, tras largas décadas de negación de la dignidad humana. Uno de los millones de alemanes a los que les hubiera gustado mucho poder viajar libremente al otro lado del muro o a cualquier país del mundo, como hacían los españoles en los años 40, 50, 60 y 70; a los que les hubiera gustado leer la prensa extranjera todos los días, como podían hacer libremente los españoles en todo momento; que hubieran cambiado, sin pensarlo, su miserable vida aplastada por el comunismo por una existencia alegre como la que había en España en los años 60 y 70 del siglo XX; uno de esos miles de alemanes a los que el muchacho en cuestión debería explicarle por qué cuando Franco murió en la cama de un hospital, los españoles en lugar de salir corriendo a saltar muros y alambradas salieron a hacer cola para rendir un último tributo a quien tanto hizo por España. Recordando las palabras de Fernando Ónega en aquél momento cumbre de nuestra historia reciente, le diría al imberbe muchacho que «así no mueren Europa, los dictadores; así solo mueren los grandes hombres de la civilización».

Y hoy me encuentro con que Zapatero va a Palonia y suelta la misma estupidez……

LFU

3 comentarios:

  1. Zapatero, una vez más, ha demostrado su talla intelectual: la de un indigente intelectual. A mí me da vergüenza ajena. Hay que ver el ridículo que hacemos en el extranjero gracias a este tipo.

    Esta comparación de Zapatero me ha hecho recordar una anécdota acaecida cuando yo vivía en Viena. Desayunando un día en una cafetería, la gente hablaba de política, y como mi nacionalidad era conocida, salió el tema de Franco. Comenté que no era justa la apreciación negativa, distorsionada, que algunos tenían de Franco, a lo que un macarra sin demasiada formación respondió comparándome a Franco con Fidel Castro (!), sin que tampoco se le moviera un pelo del flequillo, perdón, de la melena.

    Basta comparar cómo elevó Franco a España (no sólo económica, sino también moralmente) y cómo ha dejado Castro a Cuba, o la libertad que tenía un español en 1970 con la que tiene un cubano en 2009 (no pueden ni salir al extranjero), para demostrar la falsedad de tal argumentación. Al comprobar el bajo nivel intelectual de mi contertulio y para evitar una discusión que a nada conduciría, renuncié a seguir con tal debate.

    Ya ve usted, don Luis Felipe, hay necios y tontos en todas partes. Algunos hasta llegan a presidentes.

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  2. Yo no creo que sea tan tonto. Me inclino más por su iniquidad que por su necedad.

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  3. Yo ya expongo mi teoría en mi rinconcito:

    http://blogs.andalunet.com/gonzalo/2009/11/10/el-muro/

    LFU, mucho más peligroso es un imbécil que un malvado. Aunque yo no le quito de ninguna de las dos.

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