27 de junio de 2014

Pablo Iglesias le abre la puerta grande a Rubalcaba

El cinismo, o tal vez la fragilidad de la memoria, nos presenta hoy a Alfredo Pérez Rubalcaba como un gran hombre de Estado al que se despide como a los buenos toreros, con una gran ovación y el olvido de sus tardes negras.

El mismo Rubalcaba que hizo el trabajo sucio en aquella terrible jornada de reflexión de marzo de 2014, el que sirvió de escudero al infame Zapatero durante sus dos legislaturas, el que ha sido capaz de justificar y defender tripartitos, aborto libre y educación para la ciudadanía, ayer era despedido por tirios y troyanos –y cómo no, por el cursi pomposo de Posada, como un gran prócer de la democracia.

Me quedo con el Suum cuique tribuere de Ulpiano y líbreme Dios de juzgarle, pero sus actos y dichos están en la hemeroteca.  No derramaré una lágrima por un político que tanto daño a hecho a nuestra nación por mucho que lo que haya de venir sea peor.

Pero la pura verdad es que Rubalcaba se va, porque Pablo Iglesias le echa. La izquierda se está echando al monte encendida por la mecha del sectarismo que prendió el infame con su escudero.  El hijo se revuelve contra el padre y lo aparta, porque la semilla del odio acaba dando sus frutos podridos. Descanse en paz.


LFU       

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