"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

11 de julio de 2012

Un clamor

IVA Francia 19,6% Salario base: 1428€ 
IVA Holanda 19% Salario base: 1446€ 
IVA España 21% Salario base: 641€.


Se trata tan sólo de números, pero bien significativos. Y es que ni en Holanda ni en Francia tienen que sostener un disparatado Estado de las Autonomías que antes de desintegrar España en su unidad va a conseguir su desintegración por ruina absoluta.


No puede cargarse sobre la espalda del ciudadano medio el terrible fracaso de una estructura territorial que sólo ha servido para servir de acomodo a más de 400.000 políticos profesionales convirtiendo a los partidos políticos en la principal agencia de colocación de España.


Los españoles no necesitan las autonomías para vivir y realizarse. Necesitan poder vivir con dignidad, tener un trabajo digno, acceder a la vivienda y mantener a su familia. Esto está empezando a ponerse muy, pero que muy feo. Si Europa nos impone recortes, el Gobierno debe atender a lo que es un clamor en la calle y afrontar de una vez por todas la reforma inaplazable del título VIII de la Constitución.


Que Dios nos ampare


LFU

10 de julio de 2012

Bronca o subida de impuestos, pero no ambas.

Empiezo a estar más que harto del tonillo sarcástico y paternalista del Ministro Montoro. Si van a subirnos los impuestos díganlo ya de una vez, expliquen los motivos y asuman su responsabilidad, pero ya está bien de regañarnos como si fuéramos imbéciles, cuando no son capaces de afrontar una reforma en profundidad de una estructura territorial sistémica e insostenible.


LFU

5 de julio de 2012

Juicio a Franco. De J.J. Esparza


Título: Juicio a Franco
Autor: José Javier Esparza.
Editorial: Libros Libres
Año: 2011

Los últimos 8 años del socialismo español capitaneados por la figura de Rodríguez Zapatero han estado preñados de polémicas iniciativas, hijas en su mayoría de diversas y, probablemente, de las peores influencias ideológicas que anidan en la izquierda española. Sin duda, la denominada “Memoria Histórica”, ha sido una de las herramientas más significadas de la lucha política del extinto ya, último periodo socialista, que desembocó -¿casualmente?- en la crisis política y económica más aguda de la democracia española.

Lo curioso de esta desdichada iniciativa política es que ha brindado una oportunidad extraordinaria a través del libro de Esparza para entender no sólo este fenómeno en sí, sino también determinadas claves esenciales y ocultas pero tremendamente vivas del escenario político español. El breve, pero muy fecundo, ensayo de Esparza aporta una serena y rigurosa reflexión, no exenta de amenidad, imprescindible para explicar la realidad española de los últimos 70 años.

El Juicio a Franco de Esparza se vale de diversas y muy variadas aportaciones intelectuales: desde la teoría freudiana de la muerte del padre a la teología política de Carl Schmitt; desde las categorías filosófico-políticas jüngerianas a las contribuciones intelectuales de Gonzalo Fernández de la Mora y con ellas proporciona una razonada explicación a la insólita vigencia del debate político sobre Franco a casi 40 años de su desaparición, a su incómoda y compleja pervivencia en sus detractores y herederos; y no sólo eso, sino que aporta una muy cumplida e inédita explicación al decurso y sentido no sólo de la Era de Franco sino también del propio personaje.

Se trata de una obra rara por lo original y sintética pese abordar una realidad compleja, pero en todo caso resultará indispensable para todo aquél que sin complejos ni filtros ideológicos previos quiera enfrentarse a nuestra historia y por ello a las claves que explican el presente de nuestra amada y doliente España.

César Utrera-Molina Gómez

2 de julio de 2012

¡Arriba España!


«No servimos para cosas bajas, pequeñas o menudas. No servimos más que para las cosas altas y grandes. Por eso cuando decimos "Arriba España", en esas dos palabras, a un tiempo, resumimos nuestra Historia y ciframos nuestra esperanza. Porque lo que queremos es que España vuelva a "su sitio": al sitio que la Historia le señala. Y el sitio es ese: "Arriba". Es decir, cerca del espíritu, del ideal, de la fe... Cerca, sobre todo, de Dios.»

 José María Pemán, 1939

 Aún a costa de repetirme, la ocasión la pintan calva. Gracias al fútbol -invento ingles, que paradoja- los españoles de aquí y de allá, vuelven a sentirse orgullosos de lo que son, porque juntos somos capaces de lo mejor. Hoy no salen, se encuentran en un aprieto los genios de la disgregacion, porque no pueden resistir la marea nacional que todo lo abarca. España, aunque por ahora solo sea en el fútbol, está otra vez arriba y como anoche, como siempre, me apetece gritar a pleno pulmón, sin connotaciones hemipléjicas y sin complejos trasnochados, ¡Arriba España!

 LFU

19 de junio de 2012

Ante el derrotismo, fe en España


Hastiado del panorama derrotista español,  que arrastra los pies cada mañana en pos del desolladero mundial, vapuleado por intereses especulativos de los mercados,  la impune desvergüenza de las agencias de calificación -antaño ciegas ante gigantes con pies de barro- desorientado por la colosal disparidad de diagnóstico y pronóstico de nuestros más preclaros economistas e impotente ante la numantina resistencia de una mastodóntica clase política a adelgazar de verdad un Estado inviable desde el punto de vista histórico y económico,  urge más que nunca recuperar el aliento nacional para reafirmarnos en nuestras enormes posibilidades como Nación.

El grito de "Arriba España" no era sino un ferviente anhelo revolucionario de superación del pesimismo noventayochista. No podemos resignarnos y ofrecer un espectáculo de brazos caídos a nuestros hijos. No lo hicieron nuestros mayores que ante peores escenarios sacaron adelante España con esfuerzo e ilusión, pero sobre todo, con fe en España. No tenemos derecho a aniquilarles su esperanza y para eso nada mejor que buscar en las raíces de nuestra Historia para levantar la cabeza ante las dificultades.

«No servimos para cosas bajas, pequeñas o menudas. No servimos más que para las cosas altas y grandes. Por eso cuando decimos "Arriba España", en esas dos palabras, a un tiempo, resumimos nuestra Historia y ciframos nuestra esperanza. Porque lo que queremos es que España vuelva a "su sitio": al sitio que la Historia le señala. Y el sitio es ese: "Arriba". Es decir, cerca del espíritu, del ideal, de la fe... Cerca, sobre todo, de Dios.»

José María Pemán, 1939

Pues eso, ante el desolador panorama de los cenizos y fáciles profetas de la desgracia, ante la indignidad de los que se aprestan a expatriar su dinero al tiempo que se quejan porque nadie confía en nuestra nación, hoy me apetece lanzar al viento un enorme  ¡Arriba España!

LFU

18 de junio de 2012

El caso Divar y la caza mayor

Lo más sensato que he leído sobre el asunto Carlos Divar lo ha escrito Requero en La Razón .

Confieso que me asquea el espectáculo bochornoso de los sabuesos progres encabezados por el nauseabundo ¿periodista? José María Calleja -y azuzados desde la sombra por el delincuente Garzón- haciendo pedazos la fama y la honorabilidad personal de su víctima en forma tan grosera que no pienso glosar en esta página.

Hipócritas y fariseos volentes, populo contribuyente, Divar dimite por lo mismo que han venido haciendo los Presidentes y vocales del CJPJ, del Tribunal Constitucional y de muchos organismos nacionales y autonómicos durante décadas, que ahora se considera piedra selectiva de escándalo y se utiliza como munición apropiada para abatir la pieza.

Si indecente era el manejo alegre del gasto público por parte de la mayor parte de los organismos públicos, queremos luz y taquígrafos para depurar responsabilidades desde el año 1985 hasta hoy, en un lado y en otro. Lo demás, es pura hipocresía.

LFU

12 de junio de 2012

Basagoiti ofende a la bandera


He ido aparcando la entrada por falta de tiempo, pero no quiero dejar pasar más días sin denunciar públicamente la indecencia del presidente del Partido popular vasco, Antonio Basagoiti al calificar despectivamente la bandera nacional que ha estado vigente en España desde 1938 a 1981, como “la bandera del pollo”.

Tenía al Sr. Basagoiti por hombre algo más versado y prudente, por lo que sus declaraciones –hechas en el marco de la polémica que antecedió a la pitada nacionalista en la final de la Copa del Rey- me sorprendieron desagradablemente. 

Mucho me temo que la cultura de Basagoiti no le alcanza para conocer que el Águila de San Juan ha formado parte de la historia heráldica del escudo de España desde que Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, la incorporasen al escudo real como símbolo de la catolicidad de la nación Española a finales del siglo XVI.


El Régimen surgido del 18 de julio de 1936, al recuperar la bandera bicolor, lejos de hacer del escudo nacional señal de banderías partidarias o excluyentes, recuperó para nuestra bandera nacional la heráldica de los Reyes Católicos, sustituyendo el cuartel de Dos Sicilias por el de Navarra, incorporando el del reino de Granada, las columnas de Hércules y la cinta con el lema ”Plus Ultra” –tomadas de la heráldica de Carlos I- y sustituyendo la divisa de los Reyes Católicos, “Tanto Monta”, por "Una, Grande y Libre", única aportación heráldica del nuevo Estado.


Por esa bandera -que usted señor Basagoiti ha despreciado e insultado con su estúpida gracieta, equiparando a quien le lleva con quienes insultan y vejan nuestro himno y al Jefe del Estado- han entregado su vida muchos españoles. Ese escudo –que, por cierto, preside el único ejemplar firmado de la Constitución Española- ha cubierto los féretros de muchos españoles asesinados por ETA.  Esa bandera, jurada con unción por tantos miles de españoles antes de que el señor Basagoiti tuviera uso de razón, merece un enorme respeto que el presidente del Pp vasco no ha sabido guardar, en un alarde de ingenuo progresismo que seguramente habrá arrancado la sonrisa sarcástica de los que le quieren a usted fuera de Vascongadas, con bandera o sin ella.

Me viene a la memoria aquella placa que figuraba en uno  los muros del Alcázar toledano,  dedicada por la Academia de Infantería Turca y decía: «Un estandarte no es una bandera si no se ha derramado sangre por ella. Una tierra no es una patria si no se ha muerto por ella».  

Se ha rebajado usted, señor Basagoiti, para solaz de sus adversarios, insultando a una bandera que –como muchas otras en nuestra historia- ha sido de todos, por la que se ha derramado mucha sangre e ingentes dosis de heroísmo, desde nuestras fronteras a las lejanas estepas de Rusia, en las que cayeron bajo esa bandera cinco mil jóvenes españoles.

Así que desde aquí le pido y le exijo una decorosa rectificación y una disculpa pública. Su agravio es doble por lo que usted representa. Mientras no lo haga, sólo merecerá para quien esto escribe el mayor de los desprecios como indigno hijo de España.

LFU