"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

27 de marzo de 2008

Nerja, primavera 2008

El final de unas vacaciones felices es inseparable de una sensación de nostalgia por las horas que se fueron. Gracias a mis padres, tengo la suerte de poder regresar una y otra vez al luminoso paisaje de mi niñez, que ahora también es el sueño de mis hijas. Es verdad que, para mí, para los míos, Nerja no sería lo mismo sin "El Alamillo", sin sus toques de campana gastronómicos y sus despertares envueltos en gritos infantiles; sin sus multitudinarios desayunos y sus grandes peroles; sin la poesía que inunda sus paredes y el amor de unos padres que han logrado que dos generaciones queden atrapados por esa invencible atracción telúrica que solo produce un verdadero hogar. Pero aún así, Nerja siempre será uno de los lugares más bellos de nuestra querida España.

24 de marzo de 2008

El Infierno vasco

Gracias a El Baluarte de la Hispanidad de mi aguerrido amigo Abu Saif al-Andalusi he podido ver el avance de esta película que seguramente pasará inadvertida para gran parte de los medios de comunicación, porque no propugna la eutanasia, el incesto o la aberración ni pone a Franco y a la mitad de España de vuelta y media. Zp no irá al estreno ni tampoco Bardem y compañía. Seguro. Pero debería ser de exhibición obligada en el resto del mundo para que de una vez por todas abran los ojos sobre lo que está pasando en una parte de España. Es significativa, por retratar la cruda realidad, la frase de uno de los aparecientes: "A mí no me ha echado ETA. Me ha echado el nacionalismo vasco".

ETA no sería nada sin la inestimable colaboración que del nacionalismo vasco -me refiero también al denominado "nacionalismo moderado"- ha tenido durante los últimos treinta años. Sin ETA, el nacionalismo vasco sería testimonial y la sociedad vasca, menos cobarde. Sin el nacionalismo vasco en el gobierno, ETA acabaría desapareciendo. Esto no es un silogismo. Es la pura verdad, aunque les duela a algunos.

LFU


20 de marzo de 2008

Cerrado por vacaciones

Debo disculparme con mis lectores por no haber actualizado esta página desde el día 11 de marzo, pero imponderables de carácter profesional, primero, y después, el lógico deseo de evadirme del mundanal ruido en esta Semana Santa, me han impedido escribir una sola palabra. Volveremos en unos días. Feliz Pascua a todos.

LFU

11 de marzo de 2008

El secuestro de la infancia


¿A quien no le preocupa la clase de dibujos animados y películas que ven nuestros hijos? Sin darnos cuenta, las películas, los juguetes y las modas obligan cada vez más a nuestros hijos e hijas a jugar a ser mayores sin quemar antes la etapas fundamentales de la infancia. Los peligros que se esconden tras la cercenación de la infancia son muchos, pero pocos son conscientes de su trascendencia en la formación de la personalidad de nuestros hijos.

Por eso, y por su indudable interés y acierto, sobre todo para quienes tenemos mayor facilidad para engendrar niñas, reproduzco a continuación, el magnífico artículo de Carmen Posadas que está colgado en su web, :

Mamá, quiero ser sexy.

Los médicos han dado la voz de alarma pero de momento nadie les hace demasiado caso: la infancia de nuestros hijos es, a los efectos, tres o cuatro años más corta de lo que fue la nuestra. El fenómeno no por curioso deja de ser inquietante. Las niñas, por ejemplo, ya no quieren jugar con plastilina o montar en bici, lo que quieren es bailar como Shakira, vestirse como Paulina Rubio y tener el pelo de Beyoncé. Lo malo es que también pretenden hacerse piercings, usar minifalda y tener “novio”. Pero el fenómeno va aún más allá.Hace unos meses muchos pusieron un grito en el cielo por un anuncio de Armani en el que aparecían dos niñas asiáticas de seis o siete años maquilladas y vestidas de tal guisa que parecían un reclamo procaz que incitaba al turismo sexual. El anuncio fue retirado y la firma se disculpó pero a nadie se le escapa que la publicidad lo que hace es mirarse en el espejo de la sociedad y utilizar rasgos que ya existen en ella. Dicen los especialistas que la alimentación actual y la obesidad infantil adelantan la pubertad de modo que hoy las niñas y los niños se desarrollan antes; pero no solo se trata de eso.

En la oscarizada película Little Miss Sunshine puede verse cómo una familia de clase media hace todo tipo de locuras para que su niña de seis años llegue a tiempo de tomar parte en un concurso de belleza infantil en el que las participantes (maquilladas, peinadas y siliconadas) resultan ser la versión bonsái de Britney Spears o la tonta de Paris Hilton. El fenómeno no se limita a las niñas, los chicos también reclaman su acceso precoz a la feria de vanidades: uno pide que le hagan mechas rubias en el pelo, otro quiere un pendiente en la oreja y todos reclaman un piercing o un tatuaje. Según los expertos, el problema no es únicamente que con esta tendencia se les esté robando a unas y otros una etapa tan fundamental en la vida de todo ser humano como la niñez. El mayor problema reside en que la evidente erotización de la infancia eleva los riesgos de sufrir alteraciones de conducta, enamoramientos frustrados y por supuesto trastornos alimentarios tan temidos como la anorexia. Los medios de comunicación, la publicidad y los modelos a imitar (cantantes infantiles y demás monstruitos) potencian dicho fenómeno desde una edad tan temprana que los chicos no están formados para asumirla. En otras palabras, la sexualidad precoz acaba por eclipsar diversos aspectos importantes de la personalidad y se convierte en el único baremo válido para juzgar a alguien. Cada época tiene sus excesos y sus absurdos.

Cuando yo era niña, las chicas usábamos vestiditos de nido de abeja y los chicos pantalón corto hasta que las hormonas hacían de las suyas y a nosotras nos apuntaba el pecho y a ellos les crecían pelos en las piernas. Tal vez entonces, años recatados aquellos, se alargaba tontamente la infancia pero lo cierto es que tenía su encanto. Aún recuerdo mi primer lápiz de labios comprado a escondidas (trece años) y mis primeros zapatos de tacón (cerca de los catorce). Era yo por tanto una anciana comparada con estas lolitas actuales que andan ya pidiendo guerra a los ocho y que, probablemente, ni siquiera recuerdan cómo comenzaron en tales lides. Los distintos ritos iniciáticos –desde el bar-mitzva de los judíos a los tatuajes de los adolescentes maoríes, por ejemplo–, servían antaño para marcar la frontera entre la edad infantil y la adulta a los doce o trece años. Naturalmente no voy a ser tan retrógrada (ni tan ilusa) de pedir que volvamos a ellos, tampoco de que regrese la deliciosa posibilidad que tuvimos nosotros de ver cómo nuestra infancia se disolvía poco a poco hasta convertirse en adolescencia. Lo único que pretendo al señalar el fenómeno es alertar a ciertos padres que parecen encantados de que sus niños y niñas sean tan precoces. Pienso que sería mejor que los ayudasen a vivir y a disfrutar de su infancia un poco más y que les explicasen que ya tendrán tiempo harto suficiente de ser sexys, de enamorase y por supuesto de llorar y sufrir por amor. Ayudarles, en definitiva, a que nadie ni nada les robe la infancia porque es, todos los viejos lo sabemos, posiblemente la etapa más feliz de la vida. CARMEN POSADAS

9 de marzo de 2008

Una derrota sin paliativos

El infame ha vuelto a ganar las elecciones y gobernará, si Dios no lo remedia, cuatro años más en España o en lo que quede de ella. Ante esta realidad aplastante, no cabe consolarse con subidas de escaños ni excusas por el estilo. El peor presidente de la historia de España, el que ha vuelto a resucitar las dos Españas, el que ha mentido descaradamente una y otra vez a todos y cada uno de los Españoles, el que ha puesto a las instituciones al servicio de su imagen, de su poder personal y de su sectarismo, despojándolas de cualquier atisbo de independencia y solidez, el que llegó a inclinar la rodilla del Estado ante los terroristas y fue capaz de la villanía de contar los muertos en un debate, ha vuelto a ganar las elecciones.

Rajoy sabe que su tiempo se ha agotado. No había más que escuchar sus palabras en el balcón de Génova y el sombrío rostro de su mujer, para darse cuenta de que se estaba despidiendo. El partido popular debe hacer cuanto antes, una profunda renovación si no quiere instalarse en una eterna oposición de la mano de Jimenez Losantos. Los más de doscientos mil votos de Rosa Díez -cuya presencia en el parlamento habrá de darnos más de una satisfacción- deberían hacer reflexionar al Pp. Por cierto, por el balcón de Génova no asomó la cerviz la Presidenta del partido popular en Madrid.....

Que el buen Dios -que no entiende de plebiscitos democráticos- nos ayude.

LFU

1 de marzo de 2008

4 de marzo



Para la mayoría, esta fecha pasará inadvertida en el calendario, solo marcada por la resaca de un debate en el que el infame lo fue más que nunca sacando a los muertos en su defensa y el aspirante no fue capaz de fulminarlo.

Pero para aquellos que alguna vez en su vida han sentido el azul mahón en sus corazones, el 4 de marzo les traerá el recuerdo de una mañana luminosa de la Castilla de 1934 en la que sonaron, poéticas y juveniles, las voces de José Antonio, Onésimo y Ramiro en medio de un clamor de unidad que los tres rubricarían dos años después con el sacrificio supremo de sus vidas.


Para mí, el 4 de marzo es mucho más. Cuando yo apenas contaba cinco años de vida, mi padre, José Utrera Molina, en el mismo escenario vallisoletano en el que se proclamó la unidad de un movimiento nuevo, pronunció el que posiblemente sería el mejor discurso de su vida política. El más vibrante y genuinamente jose antoniano, por la poesía que impregnaba sus palabras y por el fondo unitario de su mensaje: el último de los que conseguirían devolver al teatro Calderón la emoción de una efemérides inolvidable que hace tiempo cayó en el olvido. Todo un canto a la Esperanza, a la unidad y a la superación de la fractura nacional, y una profesión de fe en la juventud, en un tiempo en el que muchos se apresuraban a vender de nuevo su alma por treinta denarios. He visto la grabación y leído el discurso muchas veces. Y aunque es imposible transmitir con palabras la emoción de unas imagenes inolvidables, no me resisto a transcribir algunos de sus últimos párrafos:

(...) A los jovenes no les va ni la simulación, ni la hipocresia, ni el enredo, los jóvenes quieren que nos liberemos de una vez para siempre de cualquier clase de espíritu de contienda y que quememos, de verdad, nuestro corazón en la superación de las fracturas el alma nacional. No quieren vivir bajo un cielo vacío, ni quieren existir en un aire muerto, ni pueden disciplinar su indignación ante los que quieren detenerse y ver también el tiempo forzosamente encadenado y detenido. Quieren también que España amanezca, pero que amanezca con justicia para todos. La juventud sigue a los hombres, pero no está dispuesta a alistarse con los budas.

Creo que cuando los mayores se saben servidores de una causa justa y cuando de verdad se hallan empeñados en empresas de signo moral auténtico, tienen siempre el respeto de los jóvenes. (...) Creo en la juventud; los que no creen en ella no pueden creer tampoco en el amor, en la esperanza y en la vida. Por eso estoy seguro de que la juventud estará con nosotros, si llevamos la conducta en el corazón y no en los labios, si somos capaces de llevar la vida en la palma de la mano, si nos atrevemos, en suma, a alzar con ellos fraternas y aliadas, las banderas de la justicia con el signo de la libertad.

Estamos en la esperanza. Por eso nuestros ojos no están hundidos en la nostalgia y nuestras venas repiten, en esta mañana castellana, la conmovida jaculatoria de nuestra fidelidad a los que cayeron por una España mejor, más justa y más libre. Elos esperaron sin esperanza, creyeron con generosidad y combatieron sin odio, por eso les sentimos junto a nosotros y estamos orgullosos de fundirnos, después de tanto tiempo, con el vigor de sus espíritus que hoy cumplen su destino sobre la luz de la etierra. En nuestro corazón oímos aún el sonoro silencio de sus voces vivas que vuelven a exigirnos, por encima de todo, el sagrado compromiso de la unidad y el abrazo fraterno de los que combatieron en trincheras distintas.

Camaradas; no pueden morir nuestros caminos, no pueden perecer nuestras ilusiones; sólo los que se cansan pueden ser vencidos. Hay alma todavía en las estrellas, hay otro sol ardiendo en la aventura, hay otro día. Caballeros de la camisa azul: templemos el brazo y clavemos otra vez la Rosa de los Vientos en el corazón de esta Castilla escueta y esencial, fraterna ysolidaria, y hagamos penitencia y sacrificio para que nazca limpia, audaz y joven, la nueva y alegre mañana de España.


LFU