"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

12 de abril de 2013

La debilidad de Rajoy ante el nacionalismo.


Ahora que se acerca el doloroso e inexorable trámite anual de hacer las cuentas con Hacienda conviene recordar cómo a Mariano Rajoy no le tembló el pulso a la hora de hacer tabla rasa de todas sus promesas electorales y subirnos los impuestos hasta niveles confiscatorios. Todo, porque, según él, no había otra salida para afrontar la situación precaria en la que se encontraban las finanzas del Estado.  Todo por España, nos decía, mientras metía la mano en nuestros bolsillos cada mes con subidas de retenciones, IVA y demás impuestos.

Sin embargo, no se aprecia, ni por asomo, el mismo pulso en el Presidente que todos quisiéramos ver ante la chulería constante y grotesca del nacionalismo catalán. Es una realidad que en una parte de España se vulnera cotidianamente la ley por parte de la Administración y que toda referencia a un estado de derecho resulta quimérica; es clamoroso el desafío constante del gobierno autonómico a las instituciones del Estado, cumpliendo o no las resoluciones de la administración de justicia según le convenga en cada momento; y también lo es la quiebra económica de las finanzas del gobierno catalán, que se ha dedicado a dilapidar sus ingresos manteniendo siete canales autonómicos, embajaditas sin cuento y otras aldeanas zandarajas con una mano, poniendo la otra para que España le ayudase a pagar la nómina de sus funcionarios.

¡Ya está bien! Resulta absolutamente indignante tener que apretarse el cinturón cada año para que a Mariano le salgan las cuentas y al tiempo asistir a la desvergüenza de un gobierno golpista e insumiso que está chuleando impunemente todos los días a España con mentiras y estupideces.  Si no se le cayó la cara de vergüenza al subirnos a todos los impuestos como lo hizo, que haga lo mismo plantando cara de una vez con todas las armas que tiene a su alcance al Gobierno catalán o que se vaya, porque España no admite en este momento un gobernante pusilánime cuando está en juego su unidad. Y si el gobierno no garantiza que se cumpla la ley, tal vez sea el momento de plantearse  una denuncia por delito de omisión del artículo 11 del Código penal. 

Es muy cómodo abusar de los silentes y callarse ante los vociferantes, pero eso sólo tiene un nombre: cobardía.   

LFU

4 de abril de 2013

La imputación de la Infanta. Una mala noticia para España

La alegría por el mal ajeno es el mismo pecado que la envidia pero al revés, ya que ésta implica  tristeza por el bien del otro. Esta es la primera razón por la que no me alegro de la imputación de la Infanta Cristina.

La segunda, algo más egoísta, es porque tras leer el auto del Juez Castro de su contenido podría deducirse que el juez de alguna forma ha cedido a la presión mediática y social con el objeto de que no pueda sospecharse de la existencia de un trato de favor por consideración a la persona de la Infanta, lo que, de ser así, sería ciertamente preocupante.

Una cosa es el reproche social que puede merecer la Infanta por haber cerrado los ojos o mirado para otro lado ante el inusual aumento de su patrimonio merced a la actividad profesional de su marido y haber descuidado la obligada discreción de un miembro de la familia real mudándose a una vivienda tan señalada y otra muy diferente es el reproche penal que dicha conducta debe merecer conforme a la ley.

La tercera, porque a pesar de lo escaso de mis fervores dinásticos, creo en el valor que tiene la Corona en estos momentos de decadencia de España, como depositaria de una tradición secular de la historia de España y en su papel vertebrador, alejado de los caprichosos dictados del sufragio universal que tanto daño han causado en los últimos años.  Y no nos engañemos, los ataques a la Corona son alentados por los mismos que añoran la tenebrosa II República, celebraron la maldita Ley de memoria histórica y se mostrarían conformes con la desintegración de nuestra nación.

Y la cuarta, por la pésima imagen que todo esto proyecta de España hacia el exterior en un momento ciertamente delicado en el que necesitamos más que nunca ofrecer una imagen de fiabilidad para atraer la inversión exterior.

Que se me entienda bien. Todo esto tiene un origen que no es otro que el nada ejemplar comportamiento de SM el Rey durante muchos años en el terreno económico –en lo personal no entro- de lo que saben mucho algunos entrañables amigos suyos que pasaron por la cárcel. Que el Rey tuviera fieles escuderos no implica que toda su familia pudiera cubrirse con el mismo paraguas. Y todos sabemos que hasta en las mejores familias los niños acaban emulando a sus padres. Es evidente que en esa familia ha sobrado desahogo y ha faltado ejemplaridad.

Por estas cuatro razones, como cristiano y como español, no puedo alegrarme en absoluto de la imputación de la Infanta, que es una pésima noticia para España.

LFU 

3 de abril de 2013

"La hora de la Monarquía". La obra cumbre de Luis María Anson, el gran fabulador.


El célebre fabulador Luis María Anson alcanzó la cumbre de la mentira con su fábula histórica “Don Juan” en el que se inventó sin rubor una historia reciente de España absolutamente delirante que únicamente  encuentra acomodo en la retorcida mente del atrabiliario y rijoso académico.

Pero mucho antes de alcanzar la cima de su popularidad, dejó escrito un libro excepcional “La Hora de la Monarquía”. (Ediciones Prensa Española 1958), dedicado a su entonces maestro Eugenio Vegas Lataipe, en el que abomina de lo que ahora defiende con ardor, la monarquía liberal, defendiendo la monarquía católica representativa,  del que merece la pena extractar algunas afirmaciones que seguramente harán la delicia de muchos.

Entre todas ellas, resulta especialmente profética la siguiente: “En España la alianza de la Monarquía con el liberalismo o el izquierdismo significaría, en un plazo más o menos corto, indefectiblemente, la anulación y eliminación de la Monarquía. Por eso sobra la miopía política de algunos monárquicos que propugnan la colaboración con los grupos liberales o izquierdistas”.  

Visto lo visto, parece que lleva camino de no equivocarse….pero no se pierdan las que siguen:

Yo quiero afirmar que si se entiende por democracia el gobierno del pueblo por el propio pueblo, la lucha de partidos, el ateísmo en el Estado y el sufragio universal, soy radicalmente antidemócrata

“para algunos el totalitarismo es lo contrario al liberalismo. Y, sin embargo, tienen una misma e idéntica esencia”.

“dentro de ese concepto de liberalismo (negación del orden divino) tan liberal es el Dictador ruso como la Asamblea francesa. El error está en el poder humano sin límites, en no aceptar, en negar la ley cristiana, revelada como fundamento de la sociedad”.

el sufragio, los partidos sin límite, el parlamentarismo absoluto, eso ya no quedan hombres inteligentes que lo defiendan”, porque “los delirios liberales conducen primero a la mediocridad, luego a la corrupción, finalmente a la anarquía y al caos”.

De hecho, la doctrina liberal “no es nada que se pueda tomar en serio. Es, cuando mucho, el oportunismo político, la incapacidad y la incompetencia y, eso sí, indefectiblemente, la pedantería y la suficiencia”.

“el monárquico liberal es un completo absurdo, aunque eso sí, un absurdo bastante frecuente. A la larga tal vez sea más dañino para el país y para la propia Institución que el mismo republicano”.

“La democracia inorgánica, el sufragio universal, los partidos políticos y el parlamentarismo, este es el atractivo y nefasto ropaje exterior que emboba a los ingenuos, a los débiles mentales o a los que no han estudiado suficientemente”.

“Porque si el liberalismo católico, en sí mismo, no es tan condenable como el socialismo, resulta, sin embargo, mil veces más peligroso. Los enemigos son siempre preferibles a los traidores”.

“En cuanto a la libertad de enseñanza, nada existe más peligroso para el Catolicismo que este principio, hijo bastardo de la Revolución laica”. Por ello, “donde no quede más remedio, es evidente que habrá que aceptar la libertad de enseñanza, pero éste no es el ideal de la Iglesia”. Porque lo ortodoxo es que “el error no tiene ningún derecho” y “sólo puede haber libertad para la Verdad”.
la libertad de prensa “ha de tener forzosamente unos límites”, de modo que “quienes han propugnado una libertad absoluta de Prensa, han fracasado”

“la Monarquía liberal es la táctica que emplean los republicanos para llegar más fácilmente a la República”.

El monárquico Anson propugna “la Monarquía pura, a la que hoy se llama representativa para diferenciarla de sus varias adulteraciones históricas: la Monarquía absoluta, la Monarquía liberal, la Monarquía electiva”.

 “el derecho de sucesión no se funda solamente en que el heredero se ha educado desde la niñez en su profesión, convirtiéndose así en un ‘profesional’. Ni se basa tampoco en la permanencia de la Jefatura suprema del Estado. La justificación más profunda de la función monárquica consiste en que, en virtud de la herencia, el Monarca no ha de agradecer su puesto a éste o al otro grupo, sino sólo a la voluntad del Todopoderoso”.

si el fin del Estado es el Bien Común, el sistema político más aceptable será aquel capaz de conseguir ese Bien Común de manera más perfecta. De aquí nace una adhesión espontánea a la Monarquía representativa y una repulsa completa de la República en cualquiera de sus formas, sobre todo en la más pura, la liberal y parlamentaria, del sufragio universal y del partidismo sin medida”, puesto que “pocos principios revolucionarios existen en la actualidad tan desprestigiados, teórica y prácticamente, como el del sufragio universal”. Nada peor: “el sufragio inorgánico es un pésimo, un lamentable sistema representativo”.

 “La Monarquía en España o es católica o no puede existir porque la llamada Monarquía liberal es el puente tendido hacia la República, es el pacto entre la Institución y la Revolución”.

“O restauramos íntegramente la Monarquía de Su Majestad Católica, o empujamos a la nación hacia la República, hacia la Revolución y hacia el abismo”.

“En los países gobernados por un Estado católico, no se puede consentir la existencia de ningún partido que propague principios religiosos, sociales o políticos distintos a los de la doctrina católica”.

“En una Monarquía católica es inadmisible la existencia de cualquier partido que, directa o indirectamente, ataque o menoscabe los siguientes principios fundamentales: La Religión Católica, la unidad nacional, la Monarquía representativa, la legitimidad dinástica, la representación orgánica, los derechos y deberes de la persona y el resto de los principios contenidos en las leyes fundamentales de la nación”.

Impresionante ¿no creen?. El caso es que anoche, en un descuido, me pareció escuchar al gran fabulador hablar de la «atroz» dictadura de Franco y del daño que éste hizo a la monarquía (supongo que se refería a la designación de Juan Carlos como sucesor). Y, de repente, me vino a la memoria aquél libro tan curioso que tan pocos conocen……

LFU

1 de abril de 2013

¡Resucitó!

(Resucitado de Juan de Ávalos que corona el Cementerio de los Monjes de la Abadía de la Sta. Cruiz del Valle de los Caídos)

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

LFU

14 de marzo de 2013

Habemus Papam Franciscum


Este es un tiempo nuevo. Hoy luce con fuerza el sol que anuncia una nueva primavera. La Iglesia se acostó anoche con la emoción de tener un nuevo pastor que lo tiene todo por delante. La experiencia nos demuestra cómo los Papas desafían en su pontificado a su propia singladura vital. Como apuntaba ayer mi amigo DAL, lo primero que hizo fue invitarnos a todos a orar juntos. Buen principio para un papado que está por escribirse y que con la ayuda del Espíritu Santo será providencial para la Iglesia.

Mi emoción también por el orgullo que para todo español debe representar tener un Papa hispanoamericano y jesuita, que lleva impresa de forma indeleble la huella de España en su lengua y en su carisma. Todo un homenaje a nuestros ancestros que se jugaron el tipo llevando a tierra americana nuestra lengua y nuestra fe.

Que Dios te bendiga e ilumine, Papa Francisco, unido a la causa de los más menesterosos.

LFU

12 de marzo de 2013

El proyecto de Zapatero sigue vigente


Escribí hace tiempo que para mí, Zapatero era más malo que corto de luces y la prueba del nueve está en que, en lo esencial, su maléfico proyecto de ingeniería social sigue vigente.

A casi un año y medio de su adiós, sigue vigente la aberrante legislación abortista de la “Ley Aido” al amparo de la que se despedazan cada día embriones a capricho de sus progenitores en el plazo marcado por la ley.

Sigue vigente –y seguirá per secula seculorum- la nociva ley del divorcio express que ha convertido el matrimonio en el mayor contrato basura que contempla nuestro ordenamiento jurídico. El matrimonio es el único contrato que en nuestro ordenamiento jurídico puede ser resuelto unilateralmente por una de las partes sin alegar causa alguna y aunque la otra parte se oponga, a partir del tercer mes de su suscripción. ¿Qué pensaríamos si se aplicase este régimen de ruptura unilateral sin causa y en tres meses, a la compraventa, al contrato de trabajo o al arrendamiento de vivienda, por ejemplo?.  La ley protege el derecho a romperlo pero no protege el derecho a defender su vigencia. Esto no sucede con ningún otro contrato. Solo hay "acción" (en el sentido procesal del término) para divorciarse; no existe "acción" legítima para defender el matrimonio a partir del tercer mes desde la boda. Este es un fenómeno jurídico absolutamente singular y sin precedentes en nuestro ordenamiento jurídico que tiene una trascendencia social indudable por cuanto afecta a terceras personas (los hijos) necesitados de protección.

Y sigue campante, airosa y desafiante, la famosa Ley de Memoria Histórica, como una herida abierta que no deja de supurar y al amparo de la cual los guardianes del rencor y del odio y los talibanes iconoclastas dan rienda suelta a sus bajas pasiones tratando de manipular nuestra historia reciente conforme a su visión sectaria de la misma.

¿En qué hemos cambiado? Resulta indudable que no se cometen los disparates de antaño en política económica ni en política exterior (exceptuando el papelón del príncipe de Asturias en el “funeral” del sátrapa venezolano), aunque la presión fiscal se está haciendo insoportable, unida a la congelación de inversiones y la ausencia de crédito. No estamos ya en manos de iletrados e iluminados como Aído, Blanco, etc., pero, desgraciadamente, en lo esencial, sigue vigente el proyecto de ingeniería social sectario y maléfico del infame que, aunque apartado de todos, sigue regocijándose al contemplar la incapacidad de la derecha para proponer un modelo social alternativo que neutralice el daño que a España causa su obra.

LFU