"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

10 de julio de 2007

18 de julio


El 18 de julio de 1936 marcó el principio de la rebelión de España contra su disolución. Supuso el principio del fin de la deriva revolucionaria, marxista y atea que el Frente Popular había decidido imprimir a nuestra nación. Y todo ello fue posible gracias a un puñado de Españoles de distinto credo y extracción social que no dudaron en ofrecer generosamente su vida y su hacienda al servicio de la Patria y de la Religión católica. Su sacrificio no fue estéril. España se convirtió en la primera tumba del comunismo y los españoles disfrutaron de un largísimo período de paz -inédito en su historia- que permitió recuperar la convivencia y conseguir cotas altísimas de desarrollo económico unidas a conquistas sociales hasta entonces inimaginables.


Hoy como ayer, España vuelve a estar en peligro de autodestrucción. Pero la sociedad española se encuentra moralmente desarmada, intencionadamente encanallada, y sin capacidad de respuesta ante el riesgo de su destrucción. El relativismo, el hedonismo y el nihilismo impregnan nuestra juventud, ayuna de valores y certezas y la devoran como la carcoma a las maderas pobres. Por eso nuestro reto es, si cabe, más dificil. Los que creemos en España y nos resistimos a contemplar impasibles su desaparición, no podemos callar. Nuestro reto es dificil porque no tenemos más que la palabra, pero contamos con la ayuda de Dios, para el que nada hay imposible.


Por eso, desde esta mi humilde tribuna, quiero poner mi granito de arena por España. Y no se me ha ocurrido ninguna fecha mejor para empezar esta labor que la que supuso el fin de la desesperanza y el miedo para los que creían en Dios y amaban a España.


LFU