"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO
Mostrando entradas con la etiqueta Crítica de cine. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Crítica de cine. Mostrar todas las entradas

9 de febrero de 2017

LA LA LAND


Me llevó mi hija de quince años. Ella quería verla y yo también, aunque los musicales no me terminan de convencer por aquello de la credibilidad: uno no se pone a cantar en plena calle por cualquier motivo y, desde luego, la reacción que eso provoca en el prójimo tiene poco que ver con la emulación.

A estas alturas, todo el mundo sabe que los protagonistas de la película son un músico de jazz puro que aspira a abrir su propio club en L.A., y una aspirante a actriz que quiere convertirse en una estrella y trabaja de camarera en los estudios Warner Bros. para pagarse el alquiler.

Lo que entendemos por éxito, lo que hacemos y -lo que es más importante- a lo que renunciamos, por conseguirlo, y si eso termina teniendo algo que ver con la felicidad, es el tema principal de la película. Y parece que el tratamiento del mismo interesa de verdad a Damien Chazelle, su director, porque éste ya filmó la magistral “Whiplash”, una película áspera, con aristas, de las que hacen pensar y se disfrutan al mismo tiempo.

En “LA LA Land. La ciudad de las estrellas”, los personajes son responsables; esto no quiere decir que siempre toman las decisiones que podríamos considerar correctas desde nuestra atalaya distante, sino que soportan, asumen y entienden las consecuencias de sus decisiones. Y esto resulta curiosamente original en el cine comercial.

Esto no quiere decir que la película sea dura en absoluto, de hecho es bastante “blanca”. Para conseguirlo, la música amortigua el peso de la historia; su argumento, que al principio parece un cuento de hadas sobre el sueño americano, es solvente. Todo está tratado desde el compromiso con la verdad y la ausencia de concesiones a la ñoñería.

La historia se desarrolla principalmente en un año natural y se cierra unos años después. En las dos horas casi justas que dura la película vemos cómo se conocen los protagonistas, cómo se enamoran, cómo sus carreras empiezan a despegar y cómo eso afecta a su relación y, en la misma medida, cómo sus sueños iniciales, puros, se adaptan a las circunstancias, buscan compromisos, se renuncian en parte su pureza original, vuelven a ella (con consecuencias) en un reflejo casi hiriente de lo que ocurre tantas veces en nuestras vidas.

En definitiva, una película madura, una gran película, en la que el aspecto formal tiene poco que ver con la idea que la mayoría de nosotros probablemente tiene sobre lo que es un musical clásico.



Lezo

28 de junio de 2013

Un Dios prohibido. Indispensable

Hace una semana que, acompañando a mi padre y a un sobrino mío, fui al cine Palafox a ver la última película de la productora "Contracorriente". Una película políticamente incorrecta, por cuanto refleja la verdad -con crudeza edulcorada- de la terrible persecución religiosa llevada a cabo por anarquistas, socialistas y comunistas durante nuestra guerra civil y socialmente indispensable, pues constituye un testimonio de primer orden del valor, la templanza y el perdón con que los 51 mártires de Barbastro se entregaron a sus verdugos, que los medios de comunicación públicos y privados continúan silenciando de forma vergonzosa.

Lo peor de la película, su excesivo metraje, que rompe en ocasiones el hilo emocional de una historia estremecedora. Su excesiva fidelidad al testimonio de los hechos les ha impedido lograr un desenlace más apretado y emocionante. La falta de medios -el coste de la película no ha superado los 300.000 €- se nota en el sonido, en el abuso de descorados y en la bisoñez de la mayor parte de sus actores, compensada por la espléndida interpretación de la hija de Lolita Flores, Elena Furiase en uno de los mejores papeles de la película y la fortuna de algunas escenas de gran emotividad.

Lo mejor, la ausencia de un excesivo misticismo en la película, que prefiere reflejar la vibrante humanidad de sus protagonistas antes de tomar la palma del martirio, las dudas de algunos ante la terrible tentación de conservar la vida a cambio de una rápida y fácil apostasía, las tentaciones de la carne y la inmensa fuerza de la fe, que les llevó al martirio con la alegría de quien sabe que está a punto de abrazar la Gloria eterna y el abrazo del Padre.

La película es toda una lección de fe y de esperanza para los cristianos y de auténtica memoria histórica en vena para todos. No me extraña que, en más de una sesión alguien se haya levantado al final para gritar con fuerza, como aquellos jóvenes mártires un enorme ¡Viva Cristo Rey!. Y es que uno sale del cine con ganas de proclamar a los cuatro vientos su condición de católico y español. Solamente por eso, nadie debería perderse esta película.  

LFU

25 de febrero de 2013

Revivir la Pasión


El sábado, aprovechando un par de horas de soledad en casa, vi de nuevo La Pasión de Gibson. Me estremecí de nuevo contemplando la crudeza de la pasión y muerte de Jesús, reflexionando sobre su humanidad y la consciencia de su misión salvífica. El continuo diálogo del Hijo con el Padre y el acecho constante del demonio que acaba siendo derrotado por la entrega amorosa de Cristo en la Cruz.

La película, durísima –como lo fue la tortura y muerte de Jesús- te atrapa y envuelve y te invita a la oración. Duele y emociona desde el primer instante  y constituye una inestimable ayuda para vivir la Cuaresma.

Así que  no puedo por menos que recomendarla como práctica cuaresmal, aunque reservada a los mayores de 18 años.

LFU

21 de noviembre de 2012

Me hallará la muerte. De J.M. De Prada


Ficha técnica
Fecha de publicación: 08/11/2012
592 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-233-3921-1
Código: 10010543
Formato: 13,3 x 23 cm.
Lomo 1246
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Áncora & Delfin



«Me hallará la muerte...» escoge la gesta de la División Azul, en su faceta militar pero también de maniobra política interna y geopolítica, sirviendo como marco sociológico, político e histórico para concitar la atención de una ambiciosa y compleja trama. Se apunta así, De Prada, a la estela de otras novelas publicadas en los últimos años, que pese a la mayor o menor calidad de su factura, sin embargo han ganado el favor de muchos lectores. Entre ellas, merece la pena recordar, especialmente, la de José María Blanco Corredoira, la muy grata, sencilla y sólida "Añoranza de Guerra".

En lo literario, De Prada mantiene el buen oficio narrativo con momentos de prosa inspirada en las dos primeras partes de la novela que, sorpresivamente, hace aguas en la tercera parte, sin posibilidad de rescate, pues la ambiciosa historia trenzada hasta ese momento degenera en una suerte de folletín truculento con aspiraciones de novela negra, teniendo demasiado de lo primero y poco de lo segundo, salvo cumplir con alguna de las prescripciones canónicas del Código Hays, olvidando que el mal en muchas ocasiones es sutil y no siempre grosero y procaz.

Resulta contradictorio que la seriedad con que el autor inicia la novela, que revela un cuidado estudio del habla de la época y de sus estratos sociales, así como la preparación de una compleja urdimbre argumental con mezcla de géneros: del picaresco al épico, de la crónica histórica y social a la novela psicologista, de pronto se diluye para quedarse en una tentativa de obra mayor como si las prisas o un hito sobrevenido hubiese arruinado el esfuerzo previo invertido. Así, los personajes, inicialmente bien delineados, degeneran en alfeñiques sin consistencia y credibilidad, sometiéndolos a un maltrato insólito que no se compadece con los mimbres con los que se les presenta. Del mismo modo, el retrato de la España de la posguerra acaba resultando en exceso esquemático, de trazo grueso y desfigurador que no se compadece en absoluto, con la pretensión declarada de rigurosa documentación del autor al señalar: y la labor de documentación, a veces muy penosa. Y es que hablo de una época lejana pero lo suficientemente cercana para que las personas de cierta edad puedan notar que chirrían algunos elementos(El Cultural del diario El Mundo, 16 de noviembre de 2012). 

Por otro lado, tanto el reiterado abuso de procacidades, gratuitas en muchas ocasiones, como la repetición monótona de expresiones o frases hechas del texto como apostilla de la acción revelan ora una autocomplacencia acrítica en la reiteración ora una limitación, probablemente sobrevenida, para llevar a puerto seguro el proyecto de novela que en su inicio parece atisbarse.

Insistiendo en uno de los desequilibrios más notables de la novela, resulta especialmente inesperado, por tener el autor conocimiento y acceso directo a personajes que participaron en esa época, el trazo grueso con el que describe la posguerra española en general, y particularmente, la injusta y maniquea inquina con que despacha a la Falange y a los falangistas. Se ofrece un aguafuerte expresionista de la España de la posguerra en línea con el antifranquismo literario más ortodoxo, siendo no sólo un dislate nada original -ya Cela inauguró esa senda con «La Colmena»- sino que resulta incompatible con un análisis histórico mínimamente objetivo. Si el régimen descrito estaba habitado por fatuos idealistas, lameculos profesionales, corruptos uniformados y plutócratas en convivencia con el poder político, ¿cómo es posible que emergiera de él, una clase media que vertebró socialmente el país?, ¿cómo es posible que el sistema iniciado en 1978, recibiera una administración ligera de funcionarios y el sistema impositivo más benigno de Europa?, ¿cómo es posible que el ordenamiento jurídico existente, en el que Estado estaba sujeto a control, pudo ser homologado prácticamente en su totalidad para el inicio de la vida democrática?; ¿Cómo ese régimen vendido al capitalismo americano acabó prácticamente con la miseria secular de muchas partes de España, la infravivienda y el analfabetismo en menos de 40 años?.

Resulta triste y un poco absurda esta deriva del texto pues trasluce un rencor sin rebaja alguna hacia todos los protagonistas de ese pasado que pretende describir con verosimilitud. Nadie se salva. Los falangistas, una de dos: o eran unos tontos idealistas o unos aprovechados; los democristianos unos lamentables meapilas; y los tecnócratas del Opus Dei, una panda de sectarios, y así con todos… Esa pretensión descriptiva, demoledora e inmisericorde, parece destilar un prejuicio ideológico que sólo puede proceder de la indigesta asimilación de un tradicionalismo mal entendido cuya pugnacidad sin límite hace frontera con el nihilismo más extremo.

Esperamos, pues, que en la próxima novela, De Prada, retome su mejor pulso narrativo y lo ponga al servicio de causas artísticas más nítidamente provechosas, libre de absurdos ajustes de cuentas, estériles siempre, siendo seguro que el resultado literario mejorará, pues la grandeza de miras, él bien lo sabe, siempre redunda en el buen resultado de la obra literaria.

César Utrera-Molina Gómez

20 de enero de 2012

La Bandera



Un buen amigo me envía el vínculo a la película La Bandera, película francesa de 1935 sobre la Legión Española protagonizada por al galán del cine francés Jean Gabin. La película es soberbia y el final épico y emocionante.

Se ve la Barcelona de los años treinta, en plena II República, la Rambla y parte del barrio del Raval y los acuartelamientos de la Legión del protectorado español.

La película está basada en el libro "La Bandera" del famoso novelista francés Pierre MacOrlan (de su verdadero nombre Pierre Dumarchais) (Ed. Gallimard, París, 1931) que presentaba a través de la historia del héroe, un parisiense llamado Pierre Gilieth, la manera de vivir y de servir de los legionarios del Tercio en sus luchas contra las cabilas de Abd El Krim y otros cabecillas rifenses.

Sorprende además la existencia de algunas escenas algo subidas de tono para la época.

Imprescindible documento que le hace a uno lamentarse de que con la historia tan heróica que tenemos, nuestro cine no haya sido capaz de hacer películas como ésta cuando los medios económicos y técnicos lo han permitido.

LFU

29 de noviembre de 2011

«Un Dios salvaje»


TÍTULO ORIGINALCarnage
AÑO2011
DURACIÓN79 min.
PAÍS
DIRECTORRoman Polanski
GUIÓNRoman Polanski, Yasmina Reza (Obra: Yasmina Reza)
MÚSICAAlexandre Desplat
FOTOGRAFÍAPawel Edelman
REPARTOKate Winslet, Christoph Waltz, Jodie Foster, John C. Reilly
PRODUCTORACoproducción Francia-Polonia-Alemania-España; France 2 Cinema / Versatil Cinema /Constantin Film Produktion / SBS Productions / SPI Poland
WEB OFICIALhttp://www.sonyclassics.com/carnage/
PREMIOS2011: Festival de Venecia: Sección oficial a concurso
GÉNEROComedia. Drama | Comedia negra
SINOPSISAdaptación de la obra teatral homónima de la autora francesa Yasmina Reza. Ha sido rodada en Europa, pero la historia se desarrolla en Nueva York. En la obra original, los protagonistas son dos matrimonios que se reúnen, en principio de manera civilizada, para hablar de la reciente pelea que han tenido sus hijos en un parque. Pero el encuentro se complicará hasta límites insospechados. (FILMAFFINITY)

Dos parejas se reúnen para tratar un incidente violento entre sus hijos adolescentes. Es la excusa para un potente texto, radiografía, en parte, de ese occidente opulento, hipócrita y nihilista, ahíto de recursos y silente en respuestas verdaderas al corazón del hombre.

Con brillantez, Polanski resuelve el traslado de las tablas al cine. Estupendo el trabajo de las dos actrices, cada una con un momento distinto de matizada madurez. La réplica masculina, dos secundarios de altísimo nivel, aportan consistencia y verosimilitud dando vida a sus respectivos personajes. Sin duda, Polanski se sintió cómodo con la atmósfera de progresiva tensión que la obra teatral plantea. Sin estridencias y con sentido del humor inocula en la pantalla los ingredientes que hacen de la película, una obra mayor.

El pesimismo sobre las relaciones hombre-mujer, el desengaño de la condición humana y la desesperanza articulan la melodía de fondo que de un tono inicial de amable cortesía, progresivamente acumula tensión, dramatismo y disonancias. El sentido de los diálogos, va progresivamente afilándose y los personajes de forma progresiva abandonan sus máscaras sociales para mostrarse tal cual son, en un progresivo ejercicio de exhibición psicológica, divertido y dramático.

Resulta demoledor el progresivo desmoronamiento de los clichés social-progresistas y sus argumentos derivados de pretendida concordia social, política y familiar cuando se abandona el discurso de lo políticamente correcto y asoman las distintas almas, hambrientas y ayunas de verdad, justicia y bien, no sólo para “el mundo” sino para su minúsculo entorno familiar. Resulta elocuente el eco del silencio sobre lo esencial que recorre toda la película, la única mención a lo trascendente resulta irrespetuosa, precisamente, para ahuyentar rápidamente su presencia. Pero este provocativo silencio y desdén, resulta moral como otras políticas de Polanski. Todo el mundo quiere amar y ser amado con plenitud; quiere tratar y ser tratado con justicia y desea que la sociedad en que viva, así lo reconozca. Ser honrados con el malestar y la desesperanza que produce vivir sin respuestas verdaderas, es un primer servicio a la Verdad.

César Utrera-Molina Gómez

18 de octubre de 2011

"Somewhere". de Sofía Copola



TÍTULO: Somewhere
AÑO: 2010
DURACIÓN: 98 min.
DIRECTOR: Sofia Coppola
GUIÓN Sofia Coppola
MÚSICA Phoenix
FOTOGRAFÍA Harris Savides
REPARTO Stephen Dorff, Elle Fanning, Chris Pontius, Michelle Monaghan, Kristina Shannon, Karissa Shannon, Alden Ehrenreich, Lala Sloatman
PRODUCTORA Focus Features / Pathé / Medusa Film / Tohokushinsha / American Zoetrope
WEB OFICIAL http://www.somewherethemovie.com
PREMIOS 2010: Festival de Venecia: León de Oro - mejor película
SINOPSIS Johnny Marco (Stephen Dorff) es un actor de gran éxito cuya vida de excesos y lujo cambia por completo cuando, sin previo aviso, se presenta su hija de once años (Elle Fanning), fruto de un matrimonio fracasado. Johnny es una estrella de cine que vive en un lujoso hotel de Hollywood, conduce un ferrari y sale con bellas mujeres sin comprometerse con ninguna.


Como “peros” que legítimamente se pueden poner a esta película cabe enumerar: el estilo deliberadamente moroso y reiterativo que ayuda poco al desarrollo de la historia; que ésta se parece demasiado a la mejor acabada y con más ritmo “Lost in translation”; que la intención moralizante es tan obvia que acaba empalagando, que el humor de la directora aparece aquí menos sutil, menos punzante que en otras ocasiones. Todas estas objeciones, con ser ciertas, no apagan el fogonazo de belleza que sucede en la película.

Sucede en la película la aparición de la hija preadolescente del protagonista y la pantalla se llena: de la ternura que sólo las hijas tienen; de la dulzura, ingenuidad e inteligencia que la feminidad infantil atesora en su transición a ser mujer, y su presencia, suave y discreta, silencia, apaga la sordidez de la vida de un padre en disolución, y naturalmente provoca una crisis para su padre treintañero y perpetuo adolescente cuya fibra moral queda resucitada. Todo ello por asistir a la irrupción de la belleza irreversible de tener una hija, de sentirse padre.

César Utrera-Molina

21 de septiembre de 2011

El árbol de la vida


Merece la pena leer la crítica fresca y directa del Baluarte sobre una película inusual que está dando mucho que hablar. Podéis leerla pinchando aquí.

LFU

25 de marzo de 2011

Encontrarás Dragones (There be Dragons)

«(…) lastra la autenticidad de la película un planteamiento en parte maniqueo y en parte ideológico del hecho religioso, social y político que la película cuenta»

Director: Roland Joffé
Productores: Mount Santa Fe
Guionistas: Roland Joffé
Actores: Charlie Cox, Dougray Scott, Wes Bentley
Género: Biografía, Drama, Histórico
País: Argentina, España, Estados Unidos
Duración: 120 min.
Año: 2011
Titulo Original: There Be Dragons
Web Oficial: http://www.dragonsresources.com/

Valor, talento y autenticidad, son ingredientes indispensables de toda obra con pretensión artística, que aspire a perdurar en el tiempo, y busque tocar la fibra religiosa del espectador. «Encontrarás Dragones», superproducción hipanoamericana con actores internacionales que aborda la figura de San Josemaría, resulta un intento bienintencionado pero falto de los ingredientes adecuados para cuajar en algo destinado a permanecer.

Falta valor y sobra vis comercial. Abordar el hecho cristiano y la santidad en la actualidad, requiere de una cierta audacia, pero en este caso ésta parece atenuada por los muy estudiados toques que hacen de la película un producto aceptable para la mentalidad dominante. En esta clave debe entenderse la inclusión de un personaje, judío de religión, que poco tiene que ver con la biografía del Santo y el tratamiento, tosco por desfigurado, poco riguroso –hasta risible– y en sintonía con la imagen que la izquierda nacional e internacional hizo y hace de la Guerra Civil española. Adaptarse a ciertos cánones del pensamiento dominante de este tiempo, rebaja, inevitablemente, la osadía de promover a un Santo español. Tampoco revela un gran coraje, un rodaje en inglés, suavizando las aristas incómodas de las circunstancias que rodearon al Santo para facilitar la digestión del producto en el mundo anglosajón tratando quizás de asegurar así, el retorno de la cuantiosa inversión económica que delata la factura de la película.

Se echa en falta el talento exhibido por su director, Roland Joffe, en otras ocasiones. La promoción publicitaria insiste en la completa libertad creativa que se ha dado al director, sin embargo, asistimos al desarrollo de una trama que resulta desigual, repetitiva y en última instancia poco convincente. El recurso narrativo de las tramas paralelas que en La Misión resultó efectivo aquí resulta algo forzado y el metraje de la película se resiente de la falta de inspiración y de un final aparentemente sorprendente pero previsible.

En definitiva, lastra la autenticidad de la película un planteamiento en parte maniqueo y en parte ideológico del hecho religioso, social y político que la película cuenta. El tratamiento ideológico de la película, quizás se entienda mejor acudiendo a las palabras de Alexis Carrel (premio nobel, científico converso al cristianismo) cuando en sus Reflexiones sobre la Condición de la Vida dice que "nuestra época es una época ideológica, en la que en lugar de aprender de la realidad con todos sus datos, construyendo sobre ella, se intenta manipular la realidad ajustándola a la coherencia de un esquema prefabricado por la inteligencia". Resulta claro que Joffé ha hecho una construcción intelectual, imaginaria y más o menos ideal sobre el perdón y la reconciliación a partir de la vida de San Josemaría y por eso manipula a su gusto la Guerra Civil, utiliza la parte de la vida del santo que le interesa para encajar con un propósito concreto que tiene en su cabeza. Así se entiende la falta de rigor histórico: es necesario que los hechos se adecuen al relato que cuenta, no importa su verificación y contraste con la Historia. Lo cierto es que el resultado religioso no convence, porque a San Josemaría se le ve desde un prisma elaborado por el director, ausente de la frescura, la autenticidad, grandeza, drama y contradicciones de su vida real, la de un Santo. Queriendo promover a un Santo, sale una película en parte pagana por ideológica.

Partiendo del presupuesto anterior, se entiende mejor por qué la película es fallida. En el principal personaje de ficción, Manolo, no resulta creíble. Se le dibuja como un compendio de vicios (envidioso, iracundo, soberbio) y de decisiones equivocadas cual espantapájaros al que colgarle todos los sanbenitos posibles en espera de la conversión frente a todas las virtudes que adornan al Santo. La trama paralela aquí no ayuda. Este esquematismo resta verosimilitud a la experiencia religiosa que pretende por la falta de carnalidad real y de peso específico propio de la contrafigura del Santo, pues éste se queda sin réplica humana veraz. La estatura del Santo se ha medido y se medirá por su acción sobre los hombres de carne y hueso, no por medirse frente a sombras humanas de un guión. Por eso, nos deja fríos la peripecia del “malo” y su proceso de conversión. Sabemos que se convertirá pero no por qué y eso no lo compra nadie sin forzar la propia razón y sustituirla por un sentimentalismo que es un mal sucedáneo de la experiencia cristiana. Fallida por impostada.

En contraste a esta película es imposible no recordar dos títulos “La historia verdadera -A straight story” de David Lynch y “De Dioses y de Hombres” de Xavier Beauvois que abordan la reconciliación y el hecho religioso de la Cristiandad con una hondura y verdad, innegables. Sólo por ser fieles al hecho original.


Por César Utrera-Molina Gómez.

9 de febrero de 2011

El discurso del Rey



Como sucede con los libros que enganchan de verdad, «El Discurso del Rey» es una de esas películas que uno desearía que no acabasen nunca. Confieso que no conocía la historia de las dificultades oratorias de Jorge VI y mucho menos la intrahistoria del proceso de superación de las mismas gracias a los buenos oficios del profesor Lionel Logue.

Geniales los diálogos y excelsa la realización en una cinta que mantiene la tensión del expectador ante la angustiosa impotencia del protagonista para expresarse en público, con planos en los que personajes y espectadores bajan la mirada ante lo embarazoso de la situación.

Impecable la ambientación y la caracterización de los personajes, cabiendo resaltar el contraste entre el sentido de la responsabilidad del Duque de York y la enajenación sentimental del Príncipe de Gales, doblegado a los misteriosos encantos de Wallis Simpson.

Y absolutamente insuperable la actuación de ese gigante polifacético de la pantalla que es Colin Firth –Bardem, mejor que ni aparezcas en la gala de los Oscar- y del gran actor Geoffrey Rush en un papel que le viene como anillo al dedo.

Os dejo a continuación un vínculo en el que podréis ver la comparativa del verdadero discurso y del pronunciado en la película, para apreciar fidelidad con la que el Director ha recreado una historia de superación personal y de sentido del deber, que no debéis perderos.

LFU

26 de julio de 2010

"Bella"


Anoche una película me volvió a reconciliar con el mundo. "Bella" es el nombre de una película pensada y realizada con amor. Es todo un canto a la vida, un revulsivo para conciencias adormecidas y una invitación a la conversión individual. La película, que gira en torno a una joven embarazada abocada por las circunstancias a terminar con la vida que lleva en su seno, es de una actualidad pavorosa y huye de fáciles demagogias.

Su propósito es salvar muchas vidas y me consta que ya lo ha conseguido; que cualquier mujer embarazada que quiera abortar y vea la cinta, quede tocada en su corazón y cambie su decisión.

Pero la película y lo que en ella acontece va más allá del valioso mensaje en favor de la vida. La impresionante fuerza de sus protagonistas nos lleva a dar un sobrecogedor paseo por el verdadero valor de la familia, de la humildad, de la entrega y del perdón. Es un prodigioso canto al amor, sin mojigaterías.

El argumento de la película podría resumirse en una frase: Si quieres hacer sonreir a Dios, cuéntale tus planes.

En una palabra: imprescindible

LFU

15 de julio de 2010

La última cima




Título original: La última cima
Dirección y guión: Juan Manuel Cotelo.
País: España.
Año: 2010.
Duración: 82 min.
Género: Documental.
Producción: Manuel de Cominges, Antonio Torres y Javier de Silos.
Dirección artística: Raúl E. Recuero.
Sonido: Íñigo Guerrero (Iglú Producciones)
Realizador: Alexis Martínez
Distribuidora: European Dreams Factory.
Estreno en España: 4 Junio 2010.

El hecho de que unas cuantas miles de personas hayan asistido y todavía puedan asistir a una sala comercial de cine para ver un documental sobre un sacerdote, entre otras muchas consideraciones, no sólo es una rareza sino también una pequeña victoria a la hegemonía cultural del nihilismo, a la menguante propuesta cultural progresista e incluso a los productos hipercomerciales yankis.

El documental parte de un hecho concreto. La muerte de un sacerdote produce un interés sobre su vida, y simplemente, la recogida de testimonios de sus allegados, proporcionó material para crear una película que habla de él, de su trayectoria, de sus amigos, de su carrera eclesiástica, pero sobre todo, la película necesaria e involuntariamente trata de la presencia de Otro, en la vida del sacerdote.

Parecería importante hablar de la persona concreta que protagoniza el documental, pero no lo es tanto. Percibí, a través de la catarata de testimonios que el documental sabiamente y con ritmo aportaba sobre él, la presencia indisimulada del Otro a quien el sacerdote decidió seguir. De suerte, que durante cerca de dos horas, escuché con interés, agrado, sorpresa y hasta emoción, según los testimonios ofrecidos por el director del documental, el breve acontecer en la tierra de un sacerdote, pero el interés, agrado y emoción que sentí tenían la fuerza y persuasión del Otro que le llamó, impulsó e hizo plena su vida y que, evidentemente, es coprotagonista del documental.

De lo anterior, parece claro que no es muy preciso hablar de un documental sobre un sacerdote solamente, más bien de una película sobre cómo Cristo actuó en la vida de Pablo Domínguez que se hizo sacerdote de Aquél.

César Utrera-Molina

PD: Es de esperar que algunos de los que siempre tratan de adaptar, suavizar y hacer digerible el mensaje cristiano, sin mucho resultado, tomen nota de la eficacia y potencia con la que en este documental se manifiesta aquél.

Nota de LFU: Mi agradecimiento a mis amigos Antonio Torres y Manuel de Cominges, así como a Javier de Silos, por el enorme valor de su compromiso. Sin duda el éxito inesperado de la película y su valor evangelizador, está siendo su mayor recompensa.

24 de febrero de 2010

«Up in the air»


Título: Up in the air.
Director: Jason Reitman.
Actores: George Clooney, Anna Kendrick y otros.
Año:2009


El hiperprofesionalismo, la libertad reducida a la ausencia de vínculos y una cierta mitomanía moderna centrada en los viajes en avión, de la mano de un muy convincente George Clooney ayudan a construir un relato de la realidad laboral en los Estados Unidos tras la última crisis financiera e inmobiliaria. Nos hallamos ante una película convincente, verosímil pese a su tendencia a la hipérbole y entretenida en el que el humor y el drama están al servicio de una narración recurrente y nunca agotada en el cine americano, una historia de conversión.

Una buscada sencillez narrativa, bien trabada de elementos clásicos nos presenta un modo de vida y unos avatares que sólo puede encarnar con éxito y credibilidad un actor con los galones de Clooney. No se trata de una interpretación contenida, más bien hace de él mismo, y resulta creíble. Se utilizan recursos clásicos para preparar la evolución del protagonista. Un acierto indiscutible, la contrafigura de la joven que le acompaña en sus viajes. Él la tutela y a su vez no puede dejar de verse secretamente influido por un corazón joven que no se resigna al cinismo del que él ha hecho un estilo de vida. El director ha sabido producir esa extraña y eficaz interrelación de personajes que ya probó Cervantes con maestría.

En cierto modo, esta película es un buen termómetro de una cierta cultura moral estadounidense. Franca y sincera al describir una realidad. No evita afrontar lo criticable de su modo de vida y por ello mismo, uno percibe que su músculo moral no ha muerto, que tras los oropeles de la sociedad opulentísima que han construido persiste una conciencia viva, que no se resigna con aquello que le incomoda pese a su poder de seducción y que mira más allá de lo inmediato, de la última novedad impuesta por la sociedad de consumo que ellos mismos inventaron.

En conclusión, no creo exagerar si digo que es una película cristiana, de claras raíces bíblicas que partiendo del drama de la soledad moderna y de la tentación de la autonomía solipsista no tiene miedo en revisitar al universal del hijo pródigo, reivindicando en última instancia, los anhelos auténticos del corazón humano. Supongo que muchos críticos la tildarán de convencional, de historia moralizante y bien intencionada. Lo cierto, es que justo al empezar la Cuaresma en España, se estrena una historia de conversión y de gracia. Gracias Hollywood. God bless America.

César Utrera-Molina

22 de febrero de 2010

"John Adams"



Doy la bienvenida a mi hermana Reyes, con una interesantísima aportación sobre esta miniserie de la HBO que fue la gran triunfadora en los premios Emmy 2008, con 13 galardones –se llevó los primeros de las categorías más importantes, incluidas la de Mejor Miniserie, Mejor Guión, Mejor Dirección, Mejor Actor Protagonista (Paul Giamatti) y Mejor Actriz Protagonista (Laura Linney)- y también lo ha sido en los Globos de Oro 2009,donde, tras ser la serie más nominada, ganó todos los premios a los que concurrió; entre ellos el que obtuvo el veterano actor británico Tom Wilkinson como Mejor Actor Secundario.


«Mi buena amiga Leticia Ruiz, conservadora de pintura española del Museo del Prado, me recomendó que no dejará de ver la serie histórica que la productora de Tom Hanks y Gary Goetzman han dedicado a la figura de John Adams, adaptando el libro de David McCullough, John Adams, ganador del permio Pulitzer. Como suele acertar en sus recomendaciones, la semana pasada la compré en fnac, recién salida a la venta, y aprovechando unos maravillosos días de vacaciones en Nerja, he podido ver completos los siete capítulos que forman la serie. He disfrutado tanto con ella, que mi intención no es otra que dar a conocer una producción modélica en el género de la cinematografía histórica. De la mano de los magníficos actores Paul Giamatti y Laura Linney que dan vida al que fuera segundo Presidente de los Estados Unidos, y a su mujer Abigail, el director Tom Hooper, recrea a la perfección a la América de finales del siglo XVIII, en que se estrena su independencia, en un escenario que respira autenticidad tanto en la ambientación como en cada uno de los personajes (Washington, Jefferson, Franklin etc...). Resulta especialmente apasionante la llevada a escena de las relaciones diplomáticas de la joven nación americana con la Francia prerevolucionaria y con su antigua metrópoli, llegando la película a uno de los momentos álgidos, con el nombramiento del primer presidente de los EEUU y el papel de John Adams como ministro plenipotenciario ante la corte de Jorge III.

Paralelamente al relato histórico, nos adentramos en la historia familiar del que fue primer vicepresidente y segundo Presidente de los Estados Unidos, en la que valores como la lealtad, el amor, y la obediencia conforman a la mayoría de sus integrantes, en un destino no exento de tragedia, en parte propiciado por el desarrolló de la vocación política de Adams, entendida sin reserva alguna al servicio de su Nación, y sacrificando en ella, la atención a algunos de sus hijos en momentos cruciales de su crecimiento; y marcado también por la enfermedad, pero alcanzando ésta caracteres heroicos, al afrontarla con valentía, entereza e impresionante resignación cristiana.

Es una película fiel a la verdad histórica, magníficamente recreada y en la que conceptos como el patriotismo, la entrega y el amor están encarnados en sus protagonistas principales logrando momentos de enorme emotividad. También se recoge la presencia de intrigas políticas a las que tampoco fue ajena aquella época, así como consideraciones nada desdeñables sobre la política, hoy de plena actualidad.

Es una serie emocionante que estimula a adentrarse en aquella época mítica de los forjadores de la Nación americana, con el enorme atractivo de la actuación magistral de Paul Giamatti y Laura Linney, protagonistas también de una reconfortante y ejemplar historia de renuncia y amor. Desde esta tribuna os invito a no dejar pasar esta oportunidad para disfrutar de una producción que con seguridad os encariñara con un personaje hecho así mismo, desde humildes orígenes y al que su amor a la ley, le llevaría a los más altos designios de su Nación.

Reyes Utrera»