"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

8 de abril de 2008

Una lección para todos

(Dedicado a nuestro entrañable amigo canadiense Pierre Roberge y a su mujer).

A muchos debería avergonzarnos ver como países como Canadá honran a sus muertos, sin esconderlos en fríos hangares de madrugada. Toda una lección de patriotismo sin complejos.

LFU


6 de abril de 2008

La basura de "El País"

El viernes, por casualidad, me topé con un ejemplar de "El País" que llamó mi atención por el escandaloso titular de portada “Guardias civiles fabricaron el caso contra una clínica abortista”. Tras leer la información, sentí verdaderas náuseas por el miserable ejercicio de manipulación que constituía dicho titular. Hace falta atesorar mucha maldad para publicar algo semejante, pero de ese Diario ya nada puede sorprenderme, sino la ingenuidad de algunos de sus lectores. A la reunión convocada por el inefable Bermejo con los dueños de los mataderos humanos, le sigueron las amenazas a los jueces. A éstas, se suma la basura del buque insignia de PRISA. Pensaba escribir sobre ello, pero alguien me envió lo escrito por Eulogio López en Hispanidad, a quien cedo gustoso mi tribuna para su divulgación entre mis queridos lectores.
LFU

Otra canallada de El País contra los más débiles

La edición del 4 de abril del diario El País podrá pasar al anuario de la Infamia periodística. Noticia de portada, a cuatro columnas. “Guardias civiles fabricaron el caso contra una clínica abortista”. El pobrecito matadero no es otro que la clínica Isadora, obra de Marisa Castro, la diputada de Izquierda Unida y feminista de pro que decidió convertir su ideología en mercado y sus principios en negocio. En fino: luchó por la despenalización del aborto y luego puso una clínica para poder liberar a las mujeres de sus “paquetes” y a ella misma de la pobreza.
Por su supuesto la noticia es una manipulación de primer orden. Como los embustes más peligrosos y los artificios más dañinos, recoge hechos ciertos y los sitúa en contexto erróneos. Es sabido: toda gran mentira debe radicarse muy cerca de la verdad. De otra forma no es creíble.

Por supuesto que la denunciada contra Isadora fue “fabricada” por la Guardia Civil. Como casi todas las denuncias, en Isadora hubo un denunciante, la Guardia Civil investigó, un juez no vio indicios, y otro sí… y siguieron investigando. “La Guardia Civil fabricó”; por supuesto, es su trabajo. Y El País lo sabe.

La noticia, por supuesto, viene a cuento de que el juez que no le gusta a El País, el que permitido continuar las investigaciones, ha citado a declarar el mismo viernes a médicos y personal de la clínica Isadora, es decir a unos señores que se dedican a trocear, asfixiar o envenenar a niños no nacidos. Y claro, hay que defenderles -a los del abortorio, no a los niños-. Y todo ello en medio de un fraude de ley galopante, donde se utiliza el coladero ridículo, pueril y miserable del peligro para la salud psíquica de la madre. Y El País lo sabe.

Primer subtítulo (ideas-fuerza del Gran Hermano): “Los agentes desobedecieron al juez que les ordenó cerrar las pesquisas”. Mentira. Un juez consideró que no había pruebas suficientes. Los agentes siguieron investigando y otros jueces descubrieron que sí, que había indicios. El mismo diario lo reconoce en el texto, pero recuerden que la clave de la manipulación en prensa -en los medios audiovisuales, que emplean el lenguaje oral, es otra cosa- los lectores de la noticia completa no llegan ni al 10% de los lectores de los titulares. Y El País lo sabe.

Naturalmente, El País sigue la técnica del verdugo que se convierte en víctima, pero su espíritu de matón le puede. Así, los dos firmantes de esta repugnancia profesional -lo siento, pero a mí sí me gusta mi profesión- Oriol Güell y Mónica Belaza-, o sus jefes, han añadido un segundo subtítulo, que contiene la amenaza: “Interior abrió una investigación ante las irregularidades”. Las irregularidades inventadas por El País se entiende, pero ese viejo amigo de PRISA que es el ministro del Interior, Rasputín Rubalcaba, siempre al servicio de Janli Cebrián y los Polanco, no podría por menos de echar una manita, “andecha”, que decimos en Asturias, una colaboración desinteresada. En plata: se trata de amedrentar a los guardias civiles para que no investiguen lo que sus jefes políticos y editoriales no quieren que se investigue. Es la historia de esa perversión de la libertad que es el socialismo zapatista, otra secreción de El País: Si controlas los resortes de poder no hace falta que luches por tus principios, te basta con controlar a las personas, tener capacidad para inflingirles dolor, que era la definición de poder que más gustaba a George Orwell. Te basta con luchar contra las personas: basta con abrir un expediente a un juez -acuérdense del juez Ferrín Calamita-, o de investigar a los investigadores, a los guardias civiles, que para eso su salario depende de Rasputín. Y El País lo sabe.

Cuando en España se asesinan a 100.000 niños no nacidos, seres inocentes e indefensos, mientras las clínicas abortistas hace unos millonarios, mientras se produce un permanente fraude de ley, mientras España se ha convertido en el paraíso del aborto... hay que ser muy, muy miserable, para publicar esta sarta de mentiras. Y esto, no creo que lo sepa El País. O, al menos, no creo que lo acepte. Sólo Lope de Vega era tan sincero consigo mismo.

A la postre, de lo que estamos hablando es de miles de casos como el de Fátima, una mujer musulmana que abortó en Isadora y que cuenta su historia de esta forma.

Eulogio López

2 de abril de 2008

1º de abril

Por su indudable interés como documento audiovisual histórico, creo que nada mejor que este video para conmemorar la efemérides del 1º de abril, consagrado mundialmente por esa inutil, masónica y lamentable institución en la que se ha convertido la Unesco como "día de la diversión en el trabajo".

LFU

27 de marzo de 2008

Nerja, primavera 2008

El final de unas vacaciones felices es inseparable de una sensación de nostalgia por las horas que se fueron. Gracias a mis padres, tengo la suerte de poder regresar una y otra vez al luminoso paisaje de mi niñez, que ahora también es el sueño de mis hijas. Es verdad que, para mí, para los míos, Nerja no sería lo mismo sin "El Alamillo", sin sus toques de campana gastronómicos y sus despertares envueltos en gritos infantiles; sin sus multitudinarios desayunos y sus grandes peroles; sin la poesía que inunda sus paredes y el amor de unos padres que han logrado que dos generaciones queden atrapados por esa invencible atracción telúrica que solo produce un verdadero hogar. Pero aún así, Nerja siempre será uno de los lugares más bellos de nuestra querida España.

24 de marzo de 2008

El Infierno vasco

Gracias a El Baluarte de la Hispanidad de mi aguerrido amigo Abu Saif al-Andalusi he podido ver el avance de esta película que seguramente pasará inadvertida para gran parte de los medios de comunicación, porque no propugna la eutanasia, el incesto o la aberración ni pone a Franco y a la mitad de España de vuelta y media. Zp no irá al estreno ni tampoco Bardem y compañía. Seguro. Pero debería ser de exhibición obligada en el resto del mundo para que de una vez por todas abran los ojos sobre lo que está pasando en una parte de España. Es significativa, por retratar la cruda realidad, la frase de uno de los aparecientes: "A mí no me ha echado ETA. Me ha echado el nacionalismo vasco".

ETA no sería nada sin la inestimable colaboración que del nacionalismo vasco -me refiero también al denominado "nacionalismo moderado"- ha tenido durante los últimos treinta años. Sin ETA, el nacionalismo vasco sería testimonial y la sociedad vasca, menos cobarde. Sin el nacionalismo vasco en el gobierno, ETA acabaría desapareciendo. Esto no es un silogismo. Es la pura verdad, aunque les duela a algunos.

LFU


20 de marzo de 2008

Cerrado por vacaciones

Debo disculparme con mis lectores por no haber actualizado esta página desde el día 11 de marzo, pero imponderables de carácter profesional, primero, y después, el lógico deseo de evadirme del mundanal ruido en esta Semana Santa, me han impedido escribir una sola palabra. Volveremos en unos días. Feliz Pascua a todos.

LFU

11 de marzo de 2008

El secuestro de la infancia


¿A quien no le preocupa la clase de dibujos animados y películas que ven nuestros hijos? Sin darnos cuenta, las películas, los juguetes y las modas obligan cada vez más a nuestros hijos e hijas a jugar a ser mayores sin quemar antes la etapas fundamentales de la infancia. Los peligros que se esconden tras la cercenación de la infancia son muchos, pero pocos son conscientes de su trascendencia en la formación de la personalidad de nuestros hijos.

Por eso, y por su indudable interés y acierto, sobre todo para quienes tenemos mayor facilidad para engendrar niñas, reproduzco a continuación, el magnífico artículo de Carmen Posadas que está colgado en su web, :

Mamá, quiero ser sexy.

Los médicos han dado la voz de alarma pero de momento nadie les hace demasiado caso: la infancia de nuestros hijos es, a los efectos, tres o cuatro años más corta de lo que fue la nuestra. El fenómeno no por curioso deja de ser inquietante. Las niñas, por ejemplo, ya no quieren jugar con plastilina o montar en bici, lo que quieren es bailar como Shakira, vestirse como Paulina Rubio y tener el pelo de Beyoncé. Lo malo es que también pretenden hacerse piercings, usar minifalda y tener “novio”. Pero el fenómeno va aún más allá.Hace unos meses muchos pusieron un grito en el cielo por un anuncio de Armani en el que aparecían dos niñas asiáticas de seis o siete años maquilladas y vestidas de tal guisa que parecían un reclamo procaz que incitaba al turismo sexual. El anuncio fue retirado y la firma se disculpó pero a nadie se le escapa que la publicidad lo que hace es mirarse en el espejo de la sociedad y utilizar rasgos que ya existen en ella. Dicen los especialistas que la alimentación actual y la obesidad infantil adelantan la pubertad de modo que hoy las niñas y los niños se desarrollan antes; pero no solo se trata de eso.

En la oscarizada película Little Miss Sunshine puede verse cómo una familia de clase media hace todo tipo de locuras para que su niña de seis años llegue a tiempo de tomar parte en un concurso de belleza infantil en el que las participantes (maquilladas, peinadas y siliconadas) resultan ser la versión bonsái de Britney Spears o la tonta de Paris Hilton. El fenómeno no se limita a las niñas, los chicos también reclaman su acceso precoz a la feria de vanidades: uno pide que le hagan mechas rubias en el pelo, otro quiere un pendiente en la oreja y todos reclaman un piercing o un tatuaje. Según los expertos, el problema no es únicamente que con esta tendencia se les esté robando a unas y otros una etapa tan fundamental en la vida de todo ser humano como la niñez. El mayor problema reside en que la evidente erotización de la infancia eleva los riesgos de sufrir alteraciones de conducta, enamoramientos frustrados y por supuesto trastornos alimentarios tan temidos como la anorexia. Los medios de comunicación, la publicidad y los modelos a imitar (cantantes infantiles y demás monstruitos) potencian dicho fenómeno desde una edad tan temprana que los chicos no están formados para asumirla. En otras palabras, la sexualidad precoz acaba por eclipsar diversos aspectos importantes de la personalidad y se convierte en el único baremo válido para juzgar a alguien. Cada época tiene sus excesos y sus absurdos.

Cuando yo era niña, las chicas usábamos vestiditos de nido de abeja y los chicos pantalón corto hasta que las hormonas hacían de las suyas y a nosotras nos apuntaba el pecho y a ellos les crecían pelos en las piernas. Tal vez entonces, años recatados aquellos, se alargaba tontamente la infancia pero lo cierto es que tenía su encanto. Aún recuerdo mi primer lápiz de labios comprado a escondidas (trece años) y mis primeros zapatos de tacón (cerca de los catorce). Era yo por tanto una anciana comparada con estas lolitas actuales que andan ya pidiendo guerra a los ocho y que, probablemente, ni siquiera recuerdan cómo comenzaron en tales lides. Los distintos ritos iniciáticos –desde el bar-mitzva de los judíos a los tatuajes de los adolescentes maoríes, por ejemplo–, servían antaño para marcar la frontera entre la edad infantil y la adulta a los doce o trece años. Naturalmente no voy a ser tan retrógrada (ni tan ilusa) de pedir que volvamos a ellos, tampoco de que regrese la deliciosa posibilidad que tuvimos nosotros de ver cómo nuestra infancia se disolvía poco a poco hasta convertirse en adolescencia. Lo único que pretendo al señalar el fenómeno es alertar a ciertos padres que parecen encantados de que sus niños y niñas sean tan precoces. Pienso que sería mejor que los ayudasen a vivir y a disfrutar de su infancia un poco más y que les explicasen que ya tendrán tiempo harto suficiente de ser sexys, de enamorase y por supuesto de llorar y sufrir por amor. Ayudarles, en definitiva, a que nadie ni nada les robe la infancia porque es, todos los viejos lo sabemos, posiblemente la etapa más feliz de la vida. CARMEN POSADAS