"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

27 de julio de 2009

Crónica social: Una horterada inoportuna

Quizá llevado por la desidia estival y tras terminar una nueva relectura del "Madrid de Corte a Checa" de Foxá (al que cada vez le saco más jugo y resulta imprescindible en plena hégira Zapaterista) ayer cayó en mis manos el último número de la revista Hola, dedicada fundamentalmente a la boda de un alto directivo del Grupo Prisa que ocupa su portada y páginas centrales.

Lo de menos es que la boda, a juzgar por las imágenes, fuera una colosal horterada de dos días seguidos al más puro estilo americano con ceremonia civil en el jardín, fiestas pre y post, damas de honor uniformadas y todo el famoseo posible asistiendo encantado a los fastos y posando para la revista, que promete una segunda entrega.

Lo que verdaderamente debe servir de reflexión y el motivo de este comentario es -como tan certeramente me apuntaba mi mujer- lo que estarán pensando los miles de empleados del grupo Prisa que han perdido su empleo por los diversos EREs solicitados, al ver el lujo escandaloso exhibido por uno de sus altos directivos, precisamente cuando la empresa que dirige se arrastra por los parqués cada mañana dejando miles de parados en el camino con sus correspondientes miles de dramas en sus hogares.

Tengo muy claro que si yo fuera su jefe –quien por cierto ha tenido el buen gusto de no aparecer en ninguna de las imágenes- tendría algo más que unas palabras con el protagonista de una exhibición tan snob como inoportuna.

No conozco a los recién casados –a quienes personalmente deseo lo mejor- pero creo que no han empezado su andadura conyugal con la mejor tarjeta de presentación. Ojalá Dios les conceda algo más de sensibilidad de la que han demostrado en este inoportunísimo reportaje.

LFU

24 de julio de 2009

El Caballero de la Resignación



Título: El Caballero de la Resignación.
Autor: Vintila Horia.
Editorial: Ciudadela.
Año: 2008.


El Caballero de la Resignación es una novela de aventuras, pero no sólo eso. También es una novela amor que se desliza en un momento de la narración al mundo del espionaje y la alta política del siglo XVII. No es una mera novela histórica, el autor juega en esta novela y en otras, al recurso de la alegoría con un momento histórico del Occidente contemporáneo. Aventuras, historias de amor y espías, Venecia en el cenit de su poder, el bosque como metáfora de la libertad, los juramentos como vínculos reales y de conciencia, la resistencia ante la invasión extranjera, la riqueza como narcótico ante el peligro. Todos estos temas tejen una historia que tiene diversos encajes que a su vez permiten diversas lecturas, todas interesantes y ninguna prescindible. No defrauda, lo aseguro.

Vintila Horia es el autor, casi un desconocido para el público actual, pero lo cierto es que su vida no desmereció en interés, intensidad y dramatismo a las novelas que como ésta, fue escribiendo a lo largo de su vida.

El terror rojo echó a Vintila de su Rumanía natal tras la Segunda Guerra mundial, previamente, fue encarcelado junto con su mujer por los nazis en un campo de concentración y sobrevivió. De un talento indiscutible y una erudición asombrosa, trató de asentarse primero en Francia donde ganó el premio Goncourt de 1960 por su novela “Dios ha nacido en el exilio”, y el mandarinazgo cultural de izquierdas de la época (Sartre y cía) que no le perdonaba su adscripción conservadora consiguieron que no le entregaran el premio y tuvo que abandonar el país. También vivió en Italia donde fue asiduo de Papini y llegó con el tiempo a ganar el premio Dante, pero sus andanzas vitales terminaron asentándose en España dónde escribió asiduamente en el “asesinado” diario “EL ALCAZAR” y fue profesor en la Complutense de Periodismo y Catedrático en la de Alcalá en la facultad de Filosofía y Letras.

Siempre me ha fascinado su actitud vital. Vintila fue inmune a la desesperanza y allí donde estuvo, trabajó en los más diversos oficios imaginables para subsistir y no dejó por ello de escribir, de dar conferencias y de entender y analizar las claves de un mundo, el Occidental, del que se sentía parte y defensor hasta su último aliento. Fue siempre fiel a su origen fronterizo, la Dacia, en tiempos el último reducto latino ante la barbarie oriental. En su condición de exiliado no se dejó contagiar por el virus de la amargura, ni se abandonó al éter de la nostalgia, al contrario cada lugar que habitó da la impresión de que fecundó con nuevos matices su obra, que estoy seguro que está destinada a permanecer entre los grandes escritores del siglo pasado.

Leer a Vintila es leer a un resistente europeo, a alguien a quién le privaron varias veces de todo lo material y a quien no lograron doblegar nunca en espíritu. Reivindicar su talento y obra es apostar por la esperanza, por la construcción de torres de vigía que alumbren el camino de la Civilización que siempre debe estar en marcha. Por último recomiendo a quién le interese el autor a leerle a través de un blog que publica sus artículos culturales: http://vintila.blogspot.com/ y a seguir a la Editorial Ciudadela, que se atrevió, como siempre a publicar a este autor maldito para los bienpensantes de hoy.

César U-M

23 de julio de 2009

Efemérides



Hoy hace 40 años que el entonces Príncipe de España, D. Juan Carlos de Borbón y Borbón, juró lealtad a Francisco Franco, a las Leyes fundamentales del Reino y a los Principios del Movimiento Nacional:"recibo de su excelencia el Jefe del Estado, el Generalísimo Francisco Franco, la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936". Hasta la fecha, nadie le ha exigido pública contrición. Han preferido las lanzadas a moro muerto, que son menos comprometidas ante el silencio cobarde de muchos. Pero todo se andará.

LFU

22 de julio de 2009

Gibraltar. Una visita humillante.



La visita del canciller español a Gibraltar es altamente representativa de la importancia que este gobierno concede a la dignidad nacional de España. Como era de esperar, la visita trata de justificarse bajo el pretexto de la necesidad de mantener un diálogo para mejorar las condiciones de los habitantes de la zona y la consigna de los medios afines es rebajar la importancia de la visita relegándola a un segundo plano como si fuera un acto de normalidad diplomática rutinaria.

Como siempre, engañarán a muchos, pero no a todos. En el mundo de la diplomacia, el lenguaje de los gestos es capital y el hecho de que el Ministro de Asuntos Exteriores español quiebre un statu quo mantenido durante 300 años por los sucesivos gobiernos de España, no es cuestión baladí. Si tan rutinaria era la visita, España podía haber enviado a un Director General del Ministerio y la noticia hubiera carecido de relieve alguno en los medios de comunicación. No tengo ninguna duda de que el Gobierno de Su Majestad Británica –que para este tipo de asuntos es modélico- jamás habría cometido tamaño desatino en semejantes circunstancias.

Dados los términos inequívocos del Tratado de Utrecht, el reconocimiento de facto a Gibraltar como interlocutor válido es sumamente peligroso por constituir un acto propio que la colonia no dudará en utilizar en sus ilegítimas pretensiones de autodeterminación. Además, que el canciller español visite la colonia tras las chulescas advertencias y amenazas del impresentable gobierno de la roca sobre el uso de unas inexistentes aguas territoriales no deja de ser un gesto de debilidad y de falta de dignidad colosal.

Siempre he pensado que la verja nunca debió reabrirse, pues el coste de mantenimiento de la colonia y las malas condiciones de vida acabarían a la larga por minar la voluntad de los llanitos y de Gran Bretaña. Pero bien pensado, la apertura de la verja podría convertirse en una baza importante a jugar por el gobierno español. Habría que ver qué pasaría si después de tantos años de disfrutar de todas las ventajas de ser español sin serlo y de no sufrir ninguna de sus desventajas, España decidiese cerrar la verja. Habría que ver si el cara de Caruana y sus amiguetes dejaban Sotogrande para vivir en la roca muertos de asco dependiendo de la ayuda, alimentos y agua que vengan de la metrópoli.

España debe retomar seriamente la reclamación de su soberanía sobre el Peñón exigiendo un calendario para la descolonización, como hizo China en su día con Hong Kong. China empleó todas las formas de presión de las que disponía –que no eran pocas- para forzar la voluntad de Gran Bretaña. Nosotros sólo disponemos de una: el cierre de la verja (aunque sea por motivos sanitarios como hizo Aznar en su día) si en un plazo determinado no existe un compromiso formal para el retorno de la soberanía. No olvidemos que según el Tratado de Utrecht, mientras Gibraltar permanezca en manos británicas, debe estar incomunicado del resto de España por vía terrestre, y carece de aguas territoriales: "Pero, para evitar cualquiera abusos y fraudes en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra". Mientras no se juegue esa baza (por muy complicada que ésta sea, dado el estatus de la colonia dentro de la Unión Europea), Gibraltar seguirá siendo una vergüenza para España y un escandaloso chollo para los gibraltareños.

LFU

20 de julio de 2009

Violaciones de menores ¿De qué se extrañan?

La solución no es el endurecimiento de la ley del menor, ni la reforma del Código penal, aunque esto tampoco pueda demorarse. Son sólo parches que intentan vendernos como soluciones, cuando el problema es mucho mayor y se encuentra en el modelo de sociedad que se nos ha impuesto desde la visión progre-materialista de la realidad.

Siempre será más cómodo endurecer las penas para los menores que embridar a los mayores y ponerles frente a la cruda realidad de un modelo de vida que aboca al desastre a las nuevas generaciones. Los datos son escalofriantes: el 34% de los estudiantes andaluces no acaban el bachillerato. ¿Cuál es la solución que se lo ocurre al mameluco de Chaves? Pagar a los estudiantes que continúen sus estudios. Esto es así, por increíble que parezca.

No puede pretenderse que la juventud sea modélica cuando la sociedad que les sirve de modelo está podrida. Se ha desterrado la disciplina de las aulas y de los hogares; se ha abandonado la cultura del esfuerzo sustituyéndola por la del subsidio y el-pase- usted-con-cuatro-suspensos-que-no-pasa-nada; se ha extirpado la religión sustituyéndola por la ideología de género y se fomenta por doquier la deshumanización del sexo a base de repartir preservativos para “coronar rollos”.

Los mensajes que se transmiten por los medios de comunicación son, además, muy poco edificantes, cuando no totalmente destructivos (me viene a la cabeza el anuncio de Ondacero por las mañanas "si tu vida sexual está bien lo demás no importa". ¡Y qué decir de Internet, donde los mayores peligros están al alcance de un ratón!. Pero, ¿Cuántos padres controlan los programas que ven sus hijos? ¿Alguien se ha parado a pensar en la nocividad que para un niño sin capacidad de discernimiento tienen los dibujos animados del estilo Los Simpson, pensados y escritos para adultos? ¿Cuántos limitan y controlan el uso de Internet?, ¿cuántos se preocupan de dónde, con quién, cómo y a qué hora están sus hijos?.

Ya sé que es un verdadero incordio establecer continuamente reglas para los niños, ponerles limitaciones y cortapisas, hablarles seriamente de los peligros que les rodean, exigirles respeto a los mayores y a los demás y corregirles de vez en cuando con algún que otro cachete que escueza cuando deciden explorar las consecuencias de su rebeldía. Pero ellos lo necesitan porque constituyen su propia seguridad y su bagaje para el futuro.

La sociedad necesita enfrentarse con dramas como los de las dos últimas violaciones de menores por menores, para mirarse al espejo y ver el resultado del experimento. La solución no está en llenar las cárceles de niños de catorce años (aunque como parche resulte aconsejable), sino en procurar que a los que hoy tienen cuatro, nunca se les pase por la cabeza cometer semejantes monstruosidades.

LFU

17 de julio de 2009

El 18 de julio y Julián Besteiro

Por mucho empeño que ponga la izquierda en falsificar la Historia y la derecha en ponerse de perfil -y a veces de rodillas- para huir de “hipotecas” del pasado, la verdad siempre acabará abriéndose paso frente a la mentira.

El 18 de julio de 1936 no se produjo en España un golpe de Estado al estilo decimonónico nacido de la voluntad caprichosa de cuatro generales. La legitimidad del alzamiento deriva precisamente de la ilegitimidad de ejercicio de los poderes públicos de la Segunda República que subvirtieron el orden público con un claro e imparable propósito revolucionario que se inició con el golpe de Estado de la izquierda contra el gobierno radical-cedista en octubre del año 1934.

El desorden y el caos reinante en la España de 1936 a raíz del triunfo de las Fuerzas del Frente Popular en las elecciones de febrero, cuyos líderes –hoy honrados indecentemente en toda España- hacían llamadas abiertas a la revolución marxista, y a la dictadura del proletariado (Largo Caballero dixit); los atropellos y la salvaje persecución religiosa alentada desde el propio Komintern; el secuestro y persecución de la prensa hostil y el encarcelamiento (José Antonio) y asesinato (Calvo Sotelo) de dirigentes de la oposición, convirtieron en legítima defensa el pronunciamiento que hoy hace setenta y tres años se inició en las plazas españolas del norte de África y se extendió como la pólvora por el resto de la Nación.

Y para que nadie pueda tacharme de sectario, quiero reproducir aquí las palabras de uno de los socialistas más honestos que tuvo la II República, con quien faltó –todo hay que decirlo- generosidad por parte de los vencedores: Julián Besteiro, responsable del Consejo de Defensa de Madrid. En un memorándum privado, que, reprodujo el diario ABC en su número del 1 de abril de 1963, Besteiro explica en unas pocas pero significativas palabras toda la guerra, desde su gestación (J.M. Martínez Bande, los cien últimos días de la República, Caralt, Barcelona, 1973, Pág. 165):

“La verdad real: estamos derrotados por nuestras propias culpas: estamos derrotados nacionalmente por habernos dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que han conocido quizás los siglos... La reacción contra ese error de la República de dejarse arrastrar a la línea bolchevique la representan genuinamente, sean los que fueran sus defectos, los nacionalistas (es decir, el bando llamado “Nacional”, capitaneado por Franco), que se han batido en su gran cruzada anti-Komitern.”

Pese a todo, la verdad es que hoy, setenta y tres años después, merced al odio de Zapatero y a la anuencia de una derecha acomplejada de su propio pasado, España rinde público homenaje en sus calles a los bolcheviques y olvida y expulsa a los que la salvaron del caos, de la barbarie y de la sinrazón.

Pero la mentira no durará para siempre.

LFU

16 de julio de 2009

"Juntos, nada más"



Título: Juntos, nada más
Director: Claude Berri
Actores: Audrey Tautou, Guillaume Berri, Laurent Stocker.
Estreno: Diciembre 2008
(Basada en la novela del mismo título de Anna Gavalda)

Algo está cambiando en Francia y esta película puede que se apunte a esa tendencia que parece encabezar su mediático presidente. Ojalá que así sea.

Uno podría pensar que estamos ante una historia de amor convencional con esos matices que el cine francés incorpora al género (en este caso la extraña pero efectiva presencia de Audrey Tautou, la actriz principal, cuyo papel tiene ecos claros del de Amelie) pero hay suficientes pistas en el film que nos permiten despegar un poco del relato puramente cinematográfico y descubrir un profundo y descarnado retrato social y cultural de la Francia actual que el director inserta en una potente y verdadera historia de amistad y amor.

La apuesta por el realismo con el que el film aborda el entorno de los personajes es una virtud que redunda en la credibilidad de lo contado. Se trata de un realismo iluminador, al servicio de la historia. Me explico, no quiere como docenas de películas fallidas (francesas y españolas) quedarse en la muestra o denuncia de una situación sino que es el punto de partida para contar una historia, para que se entienda la misma y la evolución de sus personajes.

En la apuesta por tratar a los personajes y a su contexto con verosimilitud, nos encontramos con que el director opta por subrayar tres ideas que modulan su discurso. La primera, la prevención ante la gran ciudad (Paris y su inmensidad despersonalizadora) y la alabanza de una cierta ruralidad. La segunda, el deterioro implacable de la institución familiar en Francia y el alto precio personal que se paga por ello. Por último, se denuncia de manera sutil pero eficaz las lacras de una sociedad moderna como los sueldos bajos, horarios laborales incompatibles con la vida personal, la dificultad del acceso a la vivienda.

En el marco anterior nos encontramos con unos personajes que bordean la soledad y el sinsentido, las drogas como forma habitual de ocio, el miedo al compromiso, el sexo desvinculado del amor, las relaciones familiares como cargas o como una herencia pesada e indigesta. Este es discurso que ya conocemos, y la valiente (que no original) forma de resolverlo, revela la novedad de la mirada de esta muestra del cine francés.

La novedad de la resolución del drama planteado entre los personajes está en optar por una conexión real y profunda entre los personajes. La que procede de la amistad y el amor auténtico, el que resulta del compromiso, de la fidelidad y de la búsqueda de un proyecto de vida común y público sin salvedades. No se plantea de un modo ortodoxo o tradicional, pues lo cierto es que personajes como los que habitan en la película están lejos de una tradición que amparaba dicho amor, pero que no ha sabido tener una voz propia y vigorosa en el mundo de hoy.

De alguna manera el entierro del 68 del que se hablaba en Francia cuando la campaña presidencial, se empieza a certificar si el mundo de la cultura, no sé si por virtud o quizá más bien por necesidad, comienza a mirar más allá de los abismos del 68 y reivindica algo que siempre ha estado ahí: el corazón humano.

César U-M