"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

17 de enero de 2011

"Con el tiempo" de Enrique García-Máiquez


A mi amigo DAL le debo, entre otras cosas, el conocimiento de Enrique García-Máiquez -cuyo blog sigo a diario desde entonces- y también su nuevo libro de poemas “CON EL TIEMPO” editado por Renacimiento que me regaló esta Navidad mientras tomábamos un improvisado aperitivo junto a un Belén de los de río, molino y castillo que da la bienvenida en su nueva casa.

Como sería pretencioso por mi parte hacer una crítica literaria del libro, me limito a reproducir alguno de los versos que más me han llegado, pues, en definitiva, la poesía ha de llegarte -o más bien llenarte- el corazón.

Y es que el corazón de su autor llena las páginas de este libro. Desde unos limpios y profundos versos dedicados al recuerdo de su madre, recientemente fallecida:

Nos vemos mucho más
desde que has muerto:
te veo cada noche
cruzar mis sueños.


La madrugada
-que es de cristal y alondra-
nos desampara.


al gozoso contraste entre el dolido y magistral "El hijo que no tengo"

A ese otro hombre
le duele recordar que al paso de los años
su hijo acabará marchándose;
A mí saber que siempre
tendré conmigo al mío.


y el alegre y aturdido "El llanto de una niña sostiene las constelaciones”, tras el inesperado nacimiento de su primera hija:

El llanto de una niña es una fuerza de gravedad: nos tiene
con los pies en el suelo. A los planetas
los aguanta en sus órbitas. No estallan
en sonoros aplausos los satélites.
Y no se echan, felices,
a bailar las estrellas porque el llanto
-el llanto portentoso de mi hija-
las mantiene, muy serias, en suspenso.


Y termino con un canto a la esperanza:

El pasado me pisa los talones.
Amo el presente, pero apenas dura
aquí.
Enseguida
va y me coge las vueltas
y se echa a mis espaldas
igual que un peso muerto y es mi sombra
que espesa por las noches y me envuelve.


Pero yo me resisto. Hacia delante
huyo cada mañana
con los brazos abiertos.
Con los poemas es lo mismo, nunca
dejaré de pensar que un verso luminoso
espera a que lo escriba.
¿Qué importan los que dejo –negro sobre blanco-
en el papel detrás?


Lo dicho, que un aperitivo lleva a otro. Quien quiera saber el menú completo, que lo lea y disfrute como yo.

LFU

14 de enero de 2011

Escudos "franquistas"



Leo hoy en ABC que acaban de retirar el escudo nacional vigente hasta 1981 de la fachada del Tribunal de Justicia de Cáceres en aplicación de la infame Ley de memoria histórica, por franquista. No está de más recordar a los poco leídos y menos ilustrados que dicho escudo era el mismo que el de los Reyes Católicos sustituyendo las armas del escudo de Sicilia por las del de Reino de Navarra, añadiendo las columnas de Hércoles, de la heráldica del Emperador Carlos I y añadiendo el lema "Una, Grande y Libre", única y ciertamente osada aportación -ésta última- efectuada por el régimen del 18 de julio al escudo nacional.

Y yo me pregunto, ¿a qué esperan para arrancar la primera página del ejemplar firmado de la Constitución Española?

¡Necios, más que necios!

LFU

11 de enero de 2011

Malsines contra fumadores


Quería escribir sobre la nueva ley antitabaco y el fomento de la delación promovido por el gobierno infame, pero se me ha adelantado Francisco Rico, de la Epañola, con un magistral artículo, que me ha enviado mi hermano César (gracias) y que suscribo de la cruz a la fecha.

Tan sólo apuntar que al artículo le falta para mí la contradicción más flagrante de la ley. Si se quiere proteger a los trabajadores del humo, ¿porqué no se protege a todos los ciudadanos prohibiendo ya de plano la venta de tabaco en lugar de incrementar la recaudación a través de los impuestos que gravan la venta?. No se puede estar en misa y repicando.
LFU

10 de enero de 2011

La mala educación


Quien necesite explicaciones carece de buena educación. La imagen está tomada en la misa de cierre del año santo compostelano en la catedral de Santiago de Compostela. Dudo que se permitiese tamaña grosería en una mezquita o en una sinagoga.