"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

4 de febrero de 2013

Ponte Anido


Me entero hoy, por La vida sin filtro que por causa de La Ley de Memoria Histórica se ha borrado de las calles de La Coruña, donde nació, el nombre del Cabo de Zapadores Antonio Ponte Anido  que recibió la Cruz Laureada de San Fernando por un acción heroica en la Batalla de Krasni Bor, .....Y siento náuseas.

«Los españoles replican al fuego y a los gritos. <<¡Arriba España!>>
La superioridad numérica del adversario es abrumadora y caen segados por las balas. El cabo Ponte Anido tiene los ojos puestos en el T-34. Vislumbra el centelleo del cañón abriendo fuego contra la masa de españoles y, de pronto, el corazón deja de golpearle en el tórax y se siente sumido en una fría serenidad. Varias ideas cruzan su cerebro como balas trazadoras. 

Quizá deba obedecer la orden de su capitán, alejarse por entre las isbas de la izquierda e intentar cubrir la distancia que separa del PC del comandante Alfredo Bellod Gómez, jefe del Grupo de Zapadores de Asalto 250, para decirle: <> Pero él también está herido, le han alojado hace un rato una bala en el cuerpo y duda poder escurrirse con la necesaria rapidez por las calles infestadas de adversarios. Los ve. El cabo de enlaces los ve deambular sus sombras espectrales por entre las isbas calcinadas. Medita un instante y llega a la conclusión de que deberá optar por una de ambas soluciones: quedarse donde está y aguardar a que se despeje la situación, o intentar destruir el T-34, con lo que acoso logre salvar la vida de algunos de aquellos camaradas en apuros. Y de los heridos que tal vez continúan alojados en el edificio del hospital, hacia donde parece querer dirigirse ahora el carro de combate.

Descarta la primera posibilidad, y haciendo acopio de aire en sus pulmones, se levanta y corre en línea recta. En ese momento el carro se ha detenido y gira su torreta con indecisión. Las ráfagas de pistola ametralladora y las granadas de mano que le lanzan los españoles emiten un sonido de campana al rebotar en las planchas de acero. El enlace se detiene en plena galopada, se le doblan las rodillas y cae de bruces en la nieve alcanzado por un rafagazo. <> Oye sus alaridos. Oye el chirriar del T-34... <> Le escribió días atrás. <> Tardará en llegarle la carta. <> Luego recibirá el oficio dándole cuenta de la muerte de su hijo en acto de servicio. Sus compañeros de cuartel del Regimiento de Zapadores nº 4 de Lugo, le echarán de menos... <>

Crispadas las mandíbulas por el dolor, extrae con manos ansiosas la min T del macuto, se acoda en la nieve con esfuerzo, se arrodilla, se incorpora, da unos pasos tambaleantes y se arroja de bruces junto a una de las cadenas del carro.

Le llegan unos gritos confusos:

-¡Eh, muchacho, lárgate de ahí...!

Le cuesta respirar, se siente débil, pero trata de sobreponerse. El sudor le resbala por la frente, ancha y despejada, y se le cristaliza en las mejillas. Sus ojos, grandes y soñadores, atisban desde el suelo la oruga que gira y chirría a medio metro de distancia de su rostro. Le anima la idea de que la dotación del carro no pueda verle. La mina magnética le pesa entre las manos. Inquieto, temeroso de que le flaqueen las fuerzas en el último instante, deposita la carga entre la oruga y la rueda de tracción, introduce el detonador en el mango, tira del cordel y retrocede penosamente, centímetro a centímetro, dejando en la nieve una huella de sangre oscura. Sabe que solo dispone de cinco segundos para ponerse a salvo, pero no puede moverse con l velocidad precisa. Comprende que no podrá salvarse. ¿O acaso...? <<¡Ay, madre ayúdame...!>> DE pronto se alza una llamarada deslumbrante y sus oídos parecen estallarse al estruendo de la explosión.

-¡Muchacho...!

Alguien corre hacia él.

-Ha muerto...

El cabo de enlaces Antonio Ponte Anido, Toñín, ha muerto a las tres y cuarto de la tarde.»

(Del libro “ ...y lucharon en KRASNY BOR” de Fernando Vadillo.) 

Sobran las palabras....Así trata España a sus mejores héroes.

LFU

4 comentarios:

Unknown dijo...

Educados en el odio desde la lactancia lo reflejan y manifiestan siempre que pueden. La ley de Memoria Histórica fue creada para ello.

Ayer vi un gran reportaje en TV2 de la vida de Stalin. 20 millones de asesinatos de seres inocentes -decía- otros autores sostienen que fueron 30.

En la actualidad, estos individuos que tratan de borrar cualquier rastro del anti-bolchevismo, si pudieran no dudarían en actuar de igual forma que el mayor asesino de la historia de la humanidad: Stalin. No pueden, pero si pudieran, si pudieran, en la actualidad, en pleno S XXI, volverían a actuar igual. Es el dominio, el gobierno del odio.

Para mi esa es la única y verdadera memoria histórica: "la del odio que alimenta la "nomenklatura" heredera del bolchevismo":

Saludos.-

Anónimo dijo...

Tenemos tantas historias preciosas como esta...

Pepo

Gracias por recordarlas

Anónimo dijo...

Pero nadie nos quitará aquel heroísmo, hace poco hizo 75 año, de Krasny Bor, quiten lo que quiten de sus calles. Aquella gesta permanecerá siempre y los políticos quitaplacas desaparecerán.
Un abrazo.
José Manuel

Unknown dijo...

A este humilde y heroico cabo zapador coruñés y a su inmolación generosa que trasciende cualquier elogio,debo mi existencia. LOOR Y GLORIA AL LAUREADO CABO.
Que mi encono y mi odio caiga sobre las cabezas de sus vilipendiado Y LAS DE SUS HIJOS