A prueba de bombas
De entre las muchas sorpresas con que Dios aguarda tras sus muros, una lleva impresa, a golpe de bala, la historia reciente más dramática de España: la reliquia del monumento al Sagrado Corazón de Jesús, que el 28 de julio de 1936 fue fusilado por un grupo de milicianos de la República, volado con tres cargas de dinamita una semana después, y que presenta seis impactos de proyectil... Ninguno, por increíble que parezca, alcanzó al enorme corazón que buscaban herir. Quienes mejor conocen su historia son las religiosas del monasterio, que, desde tiempos de santa Maravillas, adoran, reparan y acompañan al Sagrado Corazón de Jesús que corona el Cerro.

Los milicianos, convertidos
Ciertamente, se hace difícil entender que ningún miliciano alcanzase al Corazón. El bloque de piedra -de más de metro y medio de ancho, por uno de alto- presenta seis impactos de bala que, aunque pasaron cerca, no alcanzaron su objetivo. «El Señor quiso demostrar que el hombre no puede matar a Dios, aunque su indiferencia le cause un gran dolor -dice una religiosa-. No hay bala que le duela tanto como la ingratitud. Es lo que le pasa a cualquiera que ama y es despreciado. En los años 80, pedimos enrejar las ruinas del antiguo monumento, porque había profanaciones, insultaban a Dios, gritaban ¡Mueran las monjas!..., pero Dios los amaba. Él quiere llevar almas al cielo, y nosotras también, porque los intereses de Dios son nuestros intereses. Por eso le adoramos, reparamos las ofensas que recibe y oramos por todos los hombres; sobre todo, por los pecadores». ¿También por los que fusilaron la imagen de Cristo? «¡Claro! Si supieran lo que hacían, no lo hubieran hecho», dice una carmelita. «Y tanto... Dos de ellos se arrepintieron y se convirtieron», apunta otra. Y da más datos: «Hace tiempo recibimos una carta de las Hermanitas de la Caridad, de Zaragoza, que nos contaban cómo un hombre pidió confesión y se arrepintió, por fusilar al Corazón de Jesús, de Getafe. Y el juez que juzgó a otro de ellos, contó que el miliciano pidió trabajar en la construcción de una iglesia, aunque no le conmutasen la pena, para expiar la ofensa de haber fusilado la imagen del Cerro. ¡Cómo no vamos a rezar por ellos!»
De no ser por un pequeño golpe en una esquina del Corazón, fruto de la caída del monumento cuando fue dinamitado, no sería fácil distinguir la antigua piedra que veneran las religiosas en la capilla de la Santa Reliquia -como empezó a llamarla santa Maravillas- de la reconstrucción que hoy corona, como antaño, el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la Península. Un emplazamiento nada casual: «Estamos aquí con el Sagrado Corazón de Jesús para acompañarle, adorarle y orar por España. Él ha querido reinar en España desde el corazón del país, y nosotras oramos por todos los hombres desde el Corazón de Jesús. Porque el Señor tiene corazón, no es un ser etéreo», dice una carmelita. Son palabras que se confirman por los sentidos, no sólo por la fe, porque quien visita el carmelo del Cerro de los Ángeles y observa el monumento, experimenta la sensación de estar, no sólo en el corazón geográfico del país, sino en el corazón latiente de España; como si las oraciones de estas religiosas sostuvieran muchas más vidas de las que uno pueda imaginar.
(José A. Méndez/Alfa y Omega) Publicado el 21 de diciembre de 2008 en ReL
3 comentarios:
Interesante y emocionante.-
Gracias.
Con esta entrada te has hecho presente en la Jornada de puertas abiertas!!
Muchísimas gracias por enseñarnos.
Arriba España, Viva el Sagrado Corazón de Jesús!
Pepo
Corazon de Jesus,en la Oracion te ofrecemos el mundo entero,todo lo que es bueno y hermoso te lo ofrecemos para tu Gloria.Toda herida o imperfeccion te la presentamos para obtener tu PERDON y CURACION.
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