"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

23 de enero de 2014

Políticos y estadistas en el debate del aborto


Cuando los principios se miden en número de votos se pone al descubierto el cinismo de quienes dicen defenderlos. Surgen así los “consensos sobrevenidos” y la necesidad de conseguir “amplios espacios de consenso”, que no son sino eufemismos para evitar decir lo que realmente se piensa: que sólo se está dispuesto a defender los principios mientras ello no implique peligro para mantener el poder.

La soledad sonora en la que la dirección del Partido popular ha dejado al Ministro de justicia en la defensa de los derechos del concebido no tiene otra lectura que la del coste electoral que los expertos demoscópicos –con el inefable Arriola, señor de Villalobos, al frente- anuncian para el partido si decide seguir adelante con su reforma de la ley del aborto.

Decía Winston Churchill que la diferencia entre un político y un estadista es que el primero  piensa sólo en las próximas elecciones y el segundo, en las próximas generaciones. Abraham Lincoln no habría pasado a la historia si en lugar de empeñarse en aprobar la decimotercera enmienda hubiera apostado por la comodidad de mantener las cosas como estaban, pues la esclavitud gozaba de un amplio consenso entre los norteamericanos, tanto o más que el que, según Cospedal existe sobre la nefasta legislación sobre el aborto de 1985.

La defensa del derecho a la vida del niño no nacido choca frontalmente con la inercia egoísta de una sociedad anestesiada incapaz de escandalizarse ante las histéricas invocaciones de un supuesto derecho de la mujer a decidir sobre la vida de su hijo como si fuera parte de su propio cuerpo. No es difícil encontrar paralelismos con la esclavitud pues los amos se consideraban con derecho a decidir sobre la vida de sus esclavos. La negación de la evidencia científica –que el embrión es un ser humano diferente de sus progenitores- lleva a los partidarios del aborto a abrazar sin despeinarse los postulados eugenésicos del profesor Mengele sobre la selección de la raza bajo el pretexto del daño psicológico a la madre, que no es sino otro macabro eufemismo para enmascarar la cómoda evitación del sacrificio.

Defender políticamente la vida frente a la cultura de la muerte tan consensuadamente instalada en nuestra sociedad por los postulados del materialismo más cobarde e insensible requiere un ambicioso plan de pedagogía social, pero sobre todo exige valentía, coraje y una profunda convicción por encima del cálculo electoral, tres virtudes que, desgraciadamente, no parece que adornen a nuestro presidente del gobierno ni a su corte, lo que me hace temer que el recorrido del actual anteproyecto será corto y frustrante y que Mariano Rajoy no pasará a la historia como un verdadero estadista.


LFU

3 comentarios:

Pepo dijo...

Aunque así parezca a priori, e impere el calculo electoral y la comodidad de no dar la batalla por los principios en algunos, tenemos que luchar.

Hay que despertar las conciencias, como bien escribes, chocando con la cultura de la muerte.

Como ya nos has enseñado en otros artículos, cuando peor se pone la situación y se crece el enemigo, más probabilidades tenemos de dar la batalla.

Saludos desde las Américas

JMM dijo...

Tampoco entiendo yo lo del falso consenso de la Ley de 1985.
Arriola es el cáncer del PP pero tiene sus seguidores; los que se aferran al poder y renuncian a cualquier principio que pueda hacer peligrar su futuro en el cómodo sillón.
Si el Ministro de Justicia está dispuesto a no ceder y a seguir adelante con este Proyecto de Ley pese a las consecuencias, puede dar por bien empleada toda su carrera política aún con los errores que haya podido cometer. El haber vuelto a sacar el debate del aborto, cerrado totalmente en falso, es ya un gran avance.
Abortar es matar y es lo que no se quiere reconocer, prefieren mirar para otro lado.
La vergüenza imperdonable del PP es no haber cerrado filas con un tema tan importante para la HUMANIDAD. Tenían la posibilidad de liderar, a nivel europeo, la defensa de la vida y parece ser que no van a parar hasta que el Ministro de Justicia ceda en su postura.
Dios quiera que la cordura se implante pero, por desgracia, lo veo cada día más difícil.

Un abrazo

JMM

Anónimo dijo...

El aborto es y sera siempre un genocidio consentido en nombre de falsas libertades y progreso.El mantenimiento de la despenalizacion,no solo en España,sino en paises del entorno europeo demuestra la capacidad de insensibilidad del ser humano hacia sus semejantes.Que quiera ser usado como reclamo electoral me parece canallesco,y lo mas triste del PP desde que en noviembre de 2012 ganara las elecciones es que no abordase la reforma entonces,contaba con una capa popular de respaldo amplisima,ahora lo estan haciendo tardiamente y los demagogos y las ultrafeministas radicales de la izquierda estan empleandolo como simple matematica electoral.Simplificando la cuestion,si los padres y madres de muchos diputados proabortistas hubieran pensado con la misma frivolidad y crueldad que piensan sus hijos quizas ahora mismo no estarian hablando porque no habrian nacido.