[Extracto del artículo publicado por JOSÉ JAVIER ESPARZA en la revista RAZÓN ESPAÑOLA, número 153, de enero-febrero de 2009]:
¿Qué es el ZAPATERISMO?
1. Aniquilación de la estructura del Estado: nuevos estatutos de autonomía que promueven el carácter «nacional» de las regiones españolas y destruyen la unidad de España; nuevas transferencias...
2. Furioso anticatolicismo: acoso a la identidad social cristiana, manifestaciones y actos hostiles a la Iglesia, arrinconamiento de la religión en la escuela, intento de confinar la religión a la esfera de lo privado; al mismo tiempo, estímulo de otras confesiones, y especialmente de la islámica.
3. Ofensiva destructiva en el plano de la moral ciudadana: legalización del «matrimonio» homosexual, legislación a favor de los transexuales, fomento de la sexualidad entre niños y adolescentes, divorcio-express...4. Relativización del derecho a la vida y de su protección jurídica: aborto, eutanasia, experimentación con células madre embrionarias...
5. Manipulación ideológica de la educación por parte del Estado: asignaturas de adoctrinamiento cívico-político, EPC, normativa legal que antepone el cumplimiento de objetivos ideológicos al rendimiento académico...
6. Rendición ante el terrorismo: en nombre del «proceso de paz» los portavoces políticos del terrorismo vuelven a la vida pública mientras desde el poder se castiga a las victimas del terrorismo y se presiona a los jueces, los atentados mortales son sólo «desgraciados accidentes», asesinos confesos salen a la calle...
7. Destrucción del Ejército, denigrándolo, convirtiéndolo en un cuerpo de protección civil y ayuda humanitaria, haciendo del servicio a la Patria algo vergonzante, aparcando a los más valiosos y promocionando a los ideológicamente próximos, congelando los sueldos para desalentar a los más capaces.
8. Resurrección de la Guerra Civil: «memoria histórica» republicana por ley, reescritura de la historia, división de los españoles en «buenos» y «malos», demonización de los que ganaron la Guerra, recuperación de las querellas pendientes de 1936.
9. Giro radical a la política exterior: acercamiento a regímenes autoritarios y dictatoriales de Iberoamérica o de la esfera islámica, promoción de Turquía ante la Unión Europea, aislamiento de España entre los países occidentales, «alianza de civilizaciones», antiamericanismo...
10. Tolerancia y fomento de la inmigración masiva: regularización multitudinaria, ineficacia en el control de entradas, indolencia en la expulsión de ilegales, discurso permanente de estímulo a la acogida.
Esto, entre otras maldades, es el zapaterismo.¿Es posible entender todo este conjunto de líneas de acción, encontrar alguna coherencia interna? Sí, es posible.Si uno contempla la trayectoria de España bajo el Gobierno Zapatero sólo puede extraer dos posibles conclusiones: la primera, que el patrón del barco está pilotando de oído, sin más rumbo que el marcado por el azar y sin otra preocupación que mantenerse en el timón; la segunda, que el piloto sabe dónde nos lleva y que esta perversa singladura en realidad tiene una meta definida, un objetivo concreto.
Nosotros vemos las cosas del segundo modo: creemos que Zapatero tiene una dirección. Pero esta certidumbre no nos tranquiliza, sino más bien al contrario, porque también creemos saber cuál es la dirección de Zapatero. Podemos llamarla «nihilismo», pero en Europa, hace quince o veinte años, a esto ya se lo llamó «ideología de la cancelación». Ellos, en cambio, lo llaman «progreso»... progreso hacia el abismo.
Nosotros vemos las cosas del segundo modo: creemos que Zapatero tiene una dirección. Pero esta certidumbre no nos tranquiliza, sino más bien al contrario, porque también creemos saber cuál es la dirección de Zapatero. Podemos llamarla «nihilismo», pero en Europa, hace quince o veinte años, a esto ya se lo llamó «ideología de la cancelación». Ellos, en cambio, lo llaman «progreso»... progreso hacia el abismo.
El zapaterismo como «tercera izquierda»
En España empieza a extenderse la sensación de que todo socialismo pasado fue mejor. Eso responde a una cuestión de hecho. El socialismo de Felipe González trastornó muchas cosas y afectó a los valores de los españoles, pero nadie sintió (al menos después de 1984) el temor de que fuera preciso salir a la calle, pistola en mano, para defender lo más sagrado. Por el contrario, el socialismo de Zapatero, pusilánime en tantas cosas, está demostrando una agresividad extraordinaria en las cosas más importantes de la vida: la religión, la familia, el orden social, el derecho a la vida... El socialismo de González era socialista; el de Zapatero es simplemente nihilista. Esto es aterrador, pero a la vez interesante. Y el interés del nihilismo zapateril reside en que muestra la verdadera faz de lo que podríamos llamar «la tercera izquierda».
La primera izquierda fue revolucionaria y roja: Rusia en 1917, Alemania en 1919, España entre 1934 y 1936... Su paraíso era la Unión Soviética. Esa izquierda acabó ahogada en el baño de sangre de Paracuellos, del Gulag y de la checa. Millones de muertos: Stalin, Pol Pot, Mao Tse Tung. Hoy sólo sobreviven Castro y Kim Jong II.
La segunda izquierda fue reformista y blanca: el laborismo británico, las socialdemocracias alemana y sueca, también los socialismos francés (Miterrand) y español (González)... Su paraíso era Suecia. Pero la segunda izquierda acabó colapsada, doctrinalmente hablando, por algo tan simple como la incapacidad para mantener la utopía del Estado-Providencia.
En cuanto a la tercera izquierda, era una incógnita: nieta de revoluciones sanguinarias e hija de experimentos inviables, su gran reto era construir un nuevo paradigma teórico. Aún no ha habido tal, pero en el ámbito de la izquierda llevan tiempo asomando la cabeza las corrientes nihilistas bajo las banderas de la antiglobalización. Y en las capillas marxistas se ha ido construyendo un santoral nuevo que ya no bebe en los viejos paraísos soviético o sueco, sino en las revelaciones de cartón-piedra de Mayo del 68, de la «revolución sexual», de la «insurgencia latinoamericana», de los eternos derrotados rojos, de las ensoñaciones libertarias, del tercermundismo militante, del ridículo progresismo del «no a la guerra», del ecologismo radical, del feminismo excluyente y de la bandera del arco iris.Con esos materiales se ha cuajado una doctrina que está más cerca del nihilismo que del socialismo, pero sin perder la destructiva carga marxista. Es lo que se ha venido en llamar «ideología de la cancelación». Doctrina caótica y perversa, sí, pero eficaz, porque engañosamente promete la felicidad en la Tierra.
¿Qué es la ideología de la cancelación? Es la convicción según la cual la felicidad de las gentes y el progreso de las naciones exige cancelar todos los viejos «obstáculos» nacidos del orden tradicional. Hay que cancelarlo todo, destruirlo todo: religión, patria, familia, moral, valores, educación, identidad,... porque todo eso es solo un lastre, un vestigio de un mundo «retrógrado y oscuro». Debe ser liquidado. La liquidación, por supuesto, ya no se ejecutará al viejo estilo, con banderas rojas y tiros en la nuca; esas cosas ya no se llevan, porque asustan al gentío. Lo que tenemos delante es, más bien, una «revolución light»: un movimiento de apariencia blanda y suave, amable, sin conmociones sanguinarias y, ante todo, envuelto abundantemente en las rituales invocaciones al diálogo, el talante y la paz. La «revolución light» ya no actúa prioritariamente sobre las estructuras que sostienen al poder -el dinero, el ejército, la Ley-, sino que presta especial atención a la base misma de la vida colectiva: a las convicciones, a las costumbres, a los principios y a la educación. Es ahí donde la ideología de la cancelación se extiende poco a poco, como un cáncer, llevando a todas partes su mensaje: la nación es una realidad acabada, la familia es una institución obsoleta del pasado, la religión es una superstición de otros tiempos, la moral es una cuestión de puntos de vista, la ley debe adecuarse a las circunstancias.... Eso es lo que está pasando en España. Esa es la ideología que se va imponiendo desde el poder. (...)
El objetivo supremo del poder, hoy, en España, es aniquilar cualquier vestigio de corte tradicional. Ya sea en la educación o en la estructura familiar, ya sea en la religión o en la identidad nacional, la política del PSOE marcha expresamente orientada al exterminio de todo lo que recuerde a la sociedad «vieja», de todo lo que pueda representar un obstáculo para la sociedad «nueva». Este proceso no ha empezado ahora: lleva muchos años en marcha. Pero sólo ahora se ha convertido deliberadamente en programa de gobierno.Se trata de liquidar, de hacer desaparecer, el mundo tal y como lo hemos conocido. Así se privilegiará a los transexuales y homosexuales antes que a las familias, a las minorías musulmanas antes que a las mayorías católicas, a los que denigran a España antes que a los patriotas, a los terroristas antes que a las víctimas, a los alumnos incapaces antes que a los capaces, a los partidarios del aborto y la eutanasia antes que a los defensores de la vida, y todo ese largo etcétera de inversiones que está poniendo el mundo cabeza abajo.Hay, pues, un proyecto detrás de las políticas de Zapatero. Y ése es precisamente el mayor problema: Zapatero no es un tonto, ni un incapaz. Es un malvado con un objetivo diabólico.»
El artículo es, evidentemente mucho más largo y tan interesante como difícil de extractar. Podéis leerlo casi completo aquí.
LFU