"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

8 de mayo de 2008

El F.C. Barcelona también tiene historia

En la ímproba y denodada voluntad de este blog de reivindicar la verdad histórica sin complejos, recurrir al material audiovisual es, a veces, fundamental para explicar a muchos incautos jóvenes víctimas de la LOGSE que en España también había vida antes de 1978.

En esta ocasión, la actualidad manda y tras la "humillación" deportiva del F.C. Barcelona haciendo el pasillo al Real Madrid en el Bernabeu, conviene recordar que el F.C. Bacrelona no ha sido siempre un club antipático fuera de Cataluña, ni tampoco una referencia del independentismo, como desgraciadamente lo es desde que el Sr. Laporta lo preside, empeñado en prostituir tan ilustre club convirtiéndolo en tribuna y trampolín político. Conviene recordar también cómo hubo una época en la que la exaltación de la cultura, de las tradiciones y de la lengua catalana no era incompatible con la conciencia de una unidad nacional.

Gracias a la labor de El Empecinado, podemos hoy demostrar que también para el Barcelona, hubo un pasado mejor.

LFU

7 de mayo de 2008

Calvo Sotelo no nació en 1978

Por su indudable acierto e interés, reproduzco a continuación un artículo de José Javier Esparza en El Manifiesto sobre la biografía del extinto presidente Calvo-Sotelo que, según las crónicas de su óbito pareciera haber nacido en 1978, pues se ha omitido tan intencionada como absurdamente, toda su biografía anterior al período constitucional. ¿Por qué? Porque en España seguimos padeciendo una manipulación escandalosa de la historia. Para la ESpaña oficial, no puede hablarse bien de nadie que haya tenido algo que ver con el régimen de Franco. ¿Qué pasará cuando muera el Rey?.

LFU


Un hijo de la meritocracia franquista

Lo que nadie ha contado sobre Leopoldo Calvo Sotelo


JOSÉ JAVIER ESPARZA

La muerte de Leopoldo Calvo Sotelo, presidente del Gobierno entre febrero de 1981 y diciembre de 1982, ha llenado las páginas de los medios de comunicación de oraciones fúnebres, algunas sinceras, otras hipócritas. Se ha hablado de él como de un héroe de nuestra democracia. Bueno: así será, si así se desea. Pero en el panegírico se está olvidando deliberadamente el único dato que realmente explica quién era Leopoldo Calvo Sotelo: un hijo de la meritocracia franquista.

Fue presidente del Gobierno de la España democrática, es verdad. Antes había sido vicepresidente económico, ministro para las relaciones con la CEE y ministro de Obras Públicas con Suárez. Aún antes, ministro de Comercio con el gabinete de Arias Navarro, primero de la monarquía reinstaurada. Y antes todavía, procurador en las Cortes de Franco por el tercio sindical como representante de la industria química (1971-1975), consejero delegado de Explosivos Riotinto, presidente de RENFE (1967-1970)… Era ingeniero de Caminos. Se había doctorado en la Politécnica. Había militado en las Juventudes Monárquicas, en los Propagandistas cristianos, en el SEU falangista. Leopoldo Calvo Sotelo era un hijo de franquismo. En el mejor de los sentidos. Porque también en esto hay un sentido “mejor”.

Hubo tres franquismos, por lo menos. El franquismo del Soldado, hijo de la guerra civil; el franquismo del Misionero, nacido del fuerte aliento religioso del régimen, y el franquismo del desarrollista, crecido al calor del despegue económico e industrial. Este último franquismo, el del desarrollista, tuvo un sueño: dotar a España de una elite de hombres severos y justos, caballeros cristianos, de excelente formación técnica y moralidad romana, capaces de dirigir el país con ese criterio entre autoritario y paternalista que caracterizó a los últimos quince años del régimen. Era la España que Fernández de la Mora teorizó bajo la fórmula del “Estado de obras”. Y no se trataba sólo de economía: López Rodó hizo una ley de la Función Pública que garantizó –por primera vez en nuestra historia- la implantación de una burocracia del Estado eficiente, reducida, técnicamente experta y sometida a la ley. Era la España de la meritocracia: el poder del mérito.

A partir de los últimos años cincuenta y primeros sesenta, las grandes personalidades de la vida pública –esa gente que ocupaba ministerios, direcciones generales o la presidencia de empresas públicas- eran opositores con excelente calificación. El tipo humano que se proponía a la sociedad como modelo de jefe era ese señor estudioso y tenaz, con frecuencia antipático, pero fiable, con gafas de pasta y trajes de rigor escurialense. No era, probablemente, el tipo humano adecuado para la España del bikini y el turismo masivo, Massiel y los concursos de la tele; sin embargo, era el tipo humano que había construido precisamente ese mundo. El franquismo había criado a una elite que estaba cambiando el país; en ese país, curiosamente, pronto dejaría de caber esa misma elite.

Hoy está prohibido hablar bien del franquismo, destacar el menor aspecto positivo del antiguo régimen. Hay que acabar con eso, porque es mentira. El franquismo creó un sistema político incapaz de regenerarse, y hoy, seguramente, se nos haría insoportable vivir bajo un sistema igual; pero, en otros terrenos, el régimen de Franco tiene bastantes cosas que enseñarnos. Por ejemplo, no fue un régimen más corrupto que la actual democracia, al revés (veinte años de rigurosa investigación del nuevo régimen sobre los prohombres del régimen anterior no descubrieron el menor indicio de corrupción institucionalizada en la elite del poder). Del mismo modo, fue un sistema menos burocratizado que el actual (compárese el número de viejos funcionarios del Estado con el actual sistema de administraciones central, autonómica y municipal). Y sobre todo, fue un régimen que, con todas las reservas de tipo ideológico, normalmente promovió a los mejores, a los que habían demostrado aptitudes superiores en el estudio o en el trabajo. De esto último andamos hoy particularmente ayunos: no hay más que leer los currículos de los ministros del actual gabinete.

Esta generación última del franquismo, los hijos de la meritocracia, quedaron generalmente marginados en el nuevo sistema. Algunos de ellos todavía se sentaron en los consejos de ministros de la UCD; otros, en los bancos de la oposición de la vieja AP (empezando por el propio Fraga). Pero la mayoría fueron dejados de lado en un país que empezó a privilegiar, para la vida pública, al joven, al simpático, al “PNN” (como se decía de los ministros de Suárez) y, después, simplemente al demagogo de partido, al “trepa” de aparato, al profesional del voto. Calvo Sotelo no era el último mohicano, pero sí uno de los últimos representantes de una España en extinción.

6 de mayo de 2008

¿Donde está la oposición?

Mientras en el Partido Popular hacen su particular "debate de ideas", gran parte de los españoles nos empezamos a preguntar donde se ha metido el principal partido de la oposición. Porque mientras se dilucida qué es lo que va a pasar con el Pp, el gobierno del infame se frota las manos ante la ausencia de crítica a su gestión.

Veamos: el gobierno ha pagado un rescate de 1,2 millones de dólares a unos piratas somalíes. Ha enviado a la zona a una fragata que se ha limitado a vigilar el pago del rescate y a escoltar a nuestro pesquero hasta el puerto una vez verificado el pago. Ha salvado las vidas de los marineros, como era su obligación, pero nada más. A diferencia del gobierno francés que, tras verificar el pago, se ocupó de recuperar el dinero y poner a buen recaudo a los piratas -en uso del legítimo uso de la fuerza que le corresponde-, España se ha limitado a ceder a la extorsión contribuyendo sin duda a la proliferación de piratas y a que éstos, dada la experiencia,den prioridad a los objetivos españoles, pues el mensaje está claro: España paga y se va. ¿Alguien ha oido a la oposición?

El gobierno, a través del impresentable Ministro de Sanidad que padecemos ha causado un daño enorme al sector del aceite de girasol y ha contribuido a la inflación originando una subida importante del aceite de oliva, al decretar un día la alerta por toxicidad del aceite de girasol, para dos días después que sólo era un poquito tóxico . ¿Alguien ha oido a la oposición? ¿Alguien ha pedido el cese del ministro?

Se ha averiguado que el chivatazo que recibió la ETA durante la tregua para evitar unas detenciones, partió de un alto funcionario del Ministerio del Interior. De Garzón, por supuesto, no espero nada de nada, pero, ¿ha dicho algo la oposición? ¿Es posible que tan grave noticia quede en nada?

La fiscalía ha afirmado tener pruebas de que la alcaldesa de Mondragón, Inocencia Galparsoro es activista de ETA desde hace más de ocho años. ¿Y resulta que la misma fiscalía no puso peros a que esta señora se presentase a las elecciones municipales hace un año?

Rajoy se está equivocando.El partido puede estar dos meses o tres en espera, pero España no se para y cada minuto que pierde en dejar de hacer oposición es oxígeno que recibe el gobierno del infame.

Mientras tanto, se respira un turbia atmósfera de resignación.

LFU

29 de abril de 2008

Educación para la ciudadanía

Esto no es una broma, ni una exageración. La presentación que podréis ver más abajo ha sido elaborada por maestros de primaria y secundaria -una de las cuales me lo ha hecho llegar- sobre la base de libros de texto oficiales de la asignatura estrella del zapaterismo.

No podemos dejar que la comodidad y la pereza nos lleven a pasar por alto lo que este Gobierno pretende conseguir: una sociedad a su imagen y semejanza, en la que la ausencia de cualquier clase de valores y principios de paso al imperio del relativismo y la encumbración de chiquilicuatris por doquier.

Sigamos pues el ejemplo de las miles de familias que no están dispuestas a arriar sus banderas co tanta facilidad. Por lo menos, que nuestros hijos no puedan reprocharnos que no hicimos nada por evitarlo.

LFU


23 de abril de 2008

José Antonio






















Hace 105 años, el 24 de abril de 1903 nació José Antonio Primo de Rivera. Su verbo, su estilo, su valentía, fue una brisa de aire fresco y limpio que removió las conciencias adormecidas de una nación inmersa en una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa.

Fueron muchos sus enemigos, y entre ellos, todos los que eran incapaces de mirar a España de frente, incapaces de superar la miopía de su partidismo.

Su sangre joven, derramada por el odio, fue semilla fecunda de esperanza y de valor entre una juventud que ofreció su vida por una España unida, grande y libre.

Su memoria permanece viva entre quienes seguimos soñando con la patria el pan y la justicia para todos, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.

José Antonio, ¡Maestro!...¿En qué lucero,
en qué sol, en qué estrella peregrina
montas la guardia? Cuando a la divina
Bóveda miro, tu respuesta espero.

Toda belleza fue tu vida clara.
Sublime entendimiento, ánimo fuerte,
y en pleno ardor triunfal temprana muerte
porque la juventud no te faltara.

Háblanos tú... De tu perfecta gloria
hoy nos enturbia la lección el llanto;
mas ya el sagrado nimbo te acompaña

y en la portada de su nueva historia
la Patria inscribe ya tu nombre santo...
¡José Antonio! ¡Presente! ¡Arriba España!


MANUEL MACHADO
noviembre de 1936


17 de abril de 2008

Humillante

No puede definirse de otra manera. La arrogancia del infame presidente que padecemos no tiene límite y es capaz de cualquier cosa con tal de transgredir. Y no lo digo porque haya nombrado a una mujer como Ministro de Defensa, pues hay muchas mujeres en el ejército que son todo un ejemplo de entrega, servicio y sacrificio. Lo digo porque ha nombrado a alguien -no importa el sexo- que carece del más mínimo apego a la milicia y a los valores que impregnan a la familia militar y que no parece sentirse honrada de haber asumido tan alta responsabilidad.

Aunque sea una anécdota, el entusiasmo y energía con el que ordenó al Capitán que mandaba la compañía de honores y dio los gritos de rigor evoca la llamada de atención del cliente molesto a un camarero que te ha traido un plato con una mosca en la comida. Estoy convencido de que la Sra. Chacón está capacitada para gritar con más energía que la que demostró dando los Vivas a España y al Rey. Y si no, que se lo pregunten a su marido, que a buen seguro habrá sufrido alguna vez algún rapapolvo y habrá sido destinatario de mejores muestras de efusión.

No se le pide un espíritu prusiano, ni que evite perder el paso tras saludar a la bandera, pero, al menos, debería poner algo más de energía y entusiasmo, que es, por cierto, el que se les exige cada día a la tropa que tenía delante y a todos los soldados de España. Y si no, que prueben los soldados a contestar a los vivas con el mismo fervor de la ministra, a ver cuantos días de arresto les supone la broma. Ser Ministro no es una prebenda sino una enorme responsabilidad y un gran honor y en cualquier Ministerio se debe exigir a su titular, cuando menos, ejemplaridad. Justo lo que brilló por su ausencia en la toma de posesión de la nueva Ministra de Defensa, como podréis comprobar a continuación.


LFU



14 de abril de 2008

CINE (I) DAVID LEAN, el último maestro clásico

Mi querido RRG inicia hoy con éste artículo sobre David Lean, una sección dedicada al séptimo arte, que confío tenga continuidad en el futuro rompiendo así el excesivo personalismo de esta tribuna.

El 25 de marzo de 2008 se cumplieron 100 años del nacimiento del último de los maestros clásicos, David Lean (Croydon, Gran Bretaña, 1908- Londres, 1991). Estudió en Laighton Park. Dirigió su primera película, Sangre, sudor y lágrimas, gracias a la oportunidad que le brindó Noel Coward quien le dio un consejo que estuvo presente en toda su carrera: “Haz lo que te guste; pero si lo que hagas no gusta al público, márchate del mundo del espectáculo”. Mucho antes trabajó en el cine como ayudante de operador y, más tarde, como montador. Entre sus grandes éxitos se encuentran clásicos del cine como: El puente sobre el río Kwai, (1957), Lawrence de Arabia (1962) o Doctor Zhivago (1965) pero es en su faceta más intimista donde es más interesante su trabajo, como en la espectacular Breve encuentro (1945). Obtuvo, entre otros muchos, los Oscar a mejor película y mejor director en 1957 y 1962 con El puente sobre el río Kwai y Lawrence de Arabia.

Sabiendo que su voluntad debía imponerse a las demás, luchó contra productores, guionistas y actores para conseguir hacer realidad lo que previamente había creado en su cabeza. Los lugares exóticos y desquiciantes complicaban y encarecían los rodajes; su enfermizo perfeccionismo los retrasaba, pero los resultados siempre merecían la pena. Sam Spiegel colaboró como productor en más de una ocasión con David Lean y sus conocidos afirmaban que las batallan entre ambos alcanzaban, en sus mejores momentos, tintes épicos. Fue Robert Bolt, guionista de Lawrence de Arabia quien definió la relación como “un choque continuo de monstruos egomaníacos, dedicados a derrochar energía como dinosaurios y a verter en la arena ríos de dinero”. Existen pocas escenas que tengan más fuerza visual que la lenta aparición en la lejanía de Omar Sharif cabalgando en su camello para llegar y matar, sin mediar palabra, al reciente amigo de Lawrence, Peter O´Toole. Decía Platón que “Si uno sabe algo, uno sabe todo y por ello, una de dos: o uno lo sabe todo o uno no sabe nada.” En esto reside la racionalidad, es decir, si uno aprende a pensar y a razonar en un caso concreto está en condiciones de aprender y razonar en todos los casos, y, como consecuencia, o uno sabe cómo razonar y puede saber de todo, o no sabe y no puede saber de nada. Adolfo Castilla razona que “La sabiduría es saber utilizar la mente; no tiene nada que ver con el conocimiento”.

David Lean lo sabía todo o, por lo menos, lo sabía todo respecto al cine. Encontró la fórmula para gustar haciendo lo que le gustaba. Aprendió a fusionar el cine comercial con el cine de autor, ejerciendo una influencia muy significativa en directores posteriores como Steven Spielberg o Francis Ford Coppola. No es casualidad que sus superproducciones no se hayan quedado estancadas y desfasadas como la mayoría de sus contemporáneas. En sus películas, el dibujo de los personajes se hace desde dentro, desde sus pensamientos y sus sensaciones, convirtiendo los mitos en humanos. Sus protagonistas suelen ser “genios” admirados y respetados por sus semejantes pero que se sienten perdidos y desgraciados entre todos ellos. Su éxito reside en realizar en un fondo visual espectacular y un estudio intimista de sus personajes dotando a la película de una intensidad dramática inigualable. No digo que David Lean fuera el primero ni el único en hacer esto, pero sí que consiguió trasladar esta “línea narrativa” a películas de aparente corte comercial. Es precisamente esto lo que diferencia sus películas de las demás y lo que le convierte en el último maestro clásico.

RRG