"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

21 de septiembre de 2010

El Abad del Valle de los Caídos denuncia el acoso que sufre la Basílica


En su homilía del pasado día 14 de septiembre, festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, el Abad del Valle de los Caídos D.O.M. Anselmo Álvarez Navarrete, volvió a hacer pública su denuncia sobre la situación de acoso gubernamental que sufre el sagrado recinto y sobre la cual sigue pesando el más oominoso velo de silencio por parte de toda la clase política:


«(...) El rechazo de la Cruz es el rechazo de Cristo. No es extraño, por eso, que en torno a ella se esté librando la última batalla, como se libró la primera junto al árbol del paraíso. Pero sabemos que ella es más fuerte que las «puertas del infierno» y que todos los efímeros poderes humanos: «lucharán contra ti pero no prevalecerán» (cf Ap 12, 8) porque, como dice un escritor judío contemporáneo: «los abrazos de todo el mundo son más débiles que los brazos extendidos de Cristo» (Joseph Brodski).

Si algún día las cruces fueran desterradas físicamente siempre se alzará un altar en los corazones y una oración en el alma de muchos hombres, que mantendrán vivos el recuerdo y el amor de esa cruz, hasta que se cumpla lo anunciado: «la señal de la Cruz aparecerá en el cielo cuando el Señor venga a juzgar esta tierra». De hecho, es la Cruz lo único que permanece firme (Stat Crux): frente a todo lo que es pasajero: hombres, ideologías, sistemas, luchas; frente a todo lo que la desafía pero junto a todos los que la aman y esperan en ella. Por eso, la cruz será lo último que desaparezca de este mundo.

Esa Cruz tiene un asiento preferente en este Valle de los Caídos, en el que un grupo de monjes canta diariamente sus alabanzas y eleva su oración por aquellos cuyos restos fueron depositados a su sombra, en espera de la resurrección. Junto a ella se levanta una Basílica y un monasterio, cuyo conjunto constituye uno de los monumentos más insignes erigidos a la gloria de Dios. Expresamente ha sido definido como lugar de culto, por tanto lugar de la presencia y de la gracia de Dios, de oración y de meditación; por consiguiente, un lugar inofensivo, abierto a todos como signo de paz, de acogida y de concordia; lugar que cobija sin discriminaciones a los adversarios del pasado, que ha contemplado multitudes de visitantes y peregrinos, venidos siempre en son de paz, de plegaria o de contemplación de la fiesta estética y espiritual que el Valle les ofrece. Una cruz y un templo no perturban a nadie sino que, por su propio significado, abren sus brazos y sus puertas a todos.

Sin embargo, este lugar de culto se encuentra hoy notablemente condicionado en su uso por circunstancias poco convincentes.

Se alude a una falta de seguridad para los visitantes de la Basílica. Pero un peligro o una inseguridad material hipotéticos no pueden ser pretexto para impedir de manera continuada el ejercicio de un derecho real y fundamental, consignado en todas nuestras fuentes legales. La suspensión de este derecho, para la que nunca ha existido consentimiento por parte de la institución a la que corresponde la autoridad de iure sobre la Basílica, y que afecta a todos los posibles usuarios de la misma, resulta un daño cualitativamente superior a los riesgos eventuales que sirven de pretexto. No porque esos riesgos nos resulten indiferentes, sino porque es sabido que pueden ser anulados con las máximas garantías, mediante procedimientos técnicos completamente fiables. Por eso urgimos a que no se demoren las medidas que posibiliten el rápido restablecimiento de las actividades normales de la Basílica y de la vida del Valle, en armonía con la naturaleza del lugar y de su propia finalidad legal.Confiamos estas intenciones a la Santa Cruz del Valle y a la reliquia del lignum crucis que después vamos a venerar, y de cuya recuperación nos gozamos, al mismo tiempo que damos gracias a Dios

20 de septiembre de 2010

La Legión cumple 90 años



Hoy, hace 90 años, el ceutí Marcelo Villareal Gaytán estampó su firma en la Hoja de alistamiento del Tercio de Extranjeros, convirtiéndose en el primer legionario español de la historia que encontraría la muerte años más tarde, después del desembarco de Alhucemas, en la ocupación de Monte Malmusi, siendo ya Brigada, tras diversos ascensos por méritos de guerra.

Ese sencillo acto -pese a que el decreto fundacional fue suscrito por el Rey Alfonso XIII el 28 de enero de 1920- fue adoptado por la nueva unidad de choque del ejército español, como punto de partida de su ya gloriosa andadura, en la que se ha convertido en la unidad más laureada de nuestras fuerzas armadas, con 22 laureadas individuales, 7 laureadas colectivas, y 211 Medallas Militares individuales y 22 colectivas.

Desde su fundación son muchos miles los legionarios que han ofrecido su vida por España en heróico sacrificio. Desde estas páginas mi felicitación y reconocimiento a todos los españoles que desde cualquier puesto son o se sienten caballeros legionarios.

Viva España y Viva la Legión

LFU

17 de septiembre de 2010

«Una historia de guerra» Emocionante homenaje en Mazar Shariff


«Una Historia de guerra»
Por Arturo Pérez Reverte


Alguien escribió en cierta ocasión que si una historia de guerra parece moral, no debe creerse. Y alguna vez lo repetí yo mismo. Pero eso no es del todo verdad. O no siempre. Como todas las cosas en la vida, la moralidad de una historia depende siempre de los hombres que la protagonizan, y de quienes la cuentan. Ésta de hoy es una historia de guerra, y quiero contársela a ustedes tal como algunos amigos míos me han pedido que lo haga. La moralidad la aportan ellos. Yo me limito a ponerle letras, puntos y comas.

Base de Mazar Sharif, Afganistán. Cinco guardias civiles, de comandante a sargento, perdidos en el pudridero del mundo, formando a la policía afgana. Cinco guardias de veintidós llegados hace cinco meses y medio, desperdigados por una geografía hostil y cruel, en misión de alto riesgo, en una guerra a la que en España ningún Gobierno llamó guerra hasta hace cuatro días. Los cinco de Mazar Sharif, como el resto, eran gente acuchillada, porque lo da el oficio. Sabían desde el principio que a la Guardia Civil nunca se la llama para nada bueno. Y menos en Afganistán. Si lo que iban a hacer allí fuera fácil, seguro, cómodo o bien pagado, otros habrían ido en vez de ellos. Aun así, lo hicieron lo mejor que podían. Que era mucho. Atrincherados en una base con americanos, franceses, holandeses y polacos, vivían con el dedo en el gatillo, como en los antiguos fuertes de territorio indio. Igual que en los relatos de Kipling, pero sin romanticismo imperial ninguno. Sólo frío, calor, insolaciones, sueño, enfermedades, soledad. Peligro. Los únicos cinco españoles de la base, de la provincia y de todo el norte de Afganistán.

Ellos y sus compañeros habían llegado a la misión tarde y mal, aunque ésa es otra historia. Que la cuenten quienes deben contarla. Aun así, con la resignada disciplina casi suicida que caracteriza al guardia civil, se pusieron al tajo. Como era de esperar, no encontraron la mesa puesta. Quien estuvo por esos mundos con militares norteamericanos, holandeses y franceses, sabe de qué van las cosas. Sobre todo con los norteamericanos, que tienen a Dios sentado en el hombro como los piratas llevan el loro. Para hacerse un hueco entre sus aliados, distantes y despectivos al principio, no hubo otra que la vieja receta de Picolandia: aprender rápido, trabajar más que nadie, no quejarse nunca y ser voluntarios para todo. Y por supuesto, tragar mierda hasta reventar. Y así, a base de orgullo y de constancia, poco a poco, los cinco hombres perdidos en Mazar Sharif se hicieron respetar.

Un triste día se enteraron de la muerte de sus dos compañeros en Qualinao. De la pérdida de dos guardias civiles de aquellos veintidós que llegaron hace medio año, y de su intérprete. Y pensaron que el mejor homenaje que podían hacerles era que la bandera norteamericana que ondea en la base fuese sustituida, aquel día, por la española a media asta. Eso no se hace allí nunca, aunque a diario hay norteamericanos muertos, los franceses sufrieron numerosas bajas, y también caen holandeses y polacos. Así que el jefe de los guardias civiles, el comandante Rafael, fue a pedir permiso al jefe norteamericano. Accedió éste, aunque extrañado por la petición. Saliendo del despacho, el guardia civil se encontró con el jefe del contingente francés, quien dijo que a él y a sus hombres les parecía bien lo de la bandera. En ésas apareció otro norteamericano, el mayor James, que nunca se distinguió por su simpatía ni por su aprecio a los españoles, y con el que más de una vez hubo broncas. Preguntó James si los muertos de Qualinao eran guardias civiles como ellos, y luego se fue sin más comentarios.

A las ocho de la tarde, cuando fuera de los barracones apenas había vida, los cinco guardias se dirigieron a donde estaba la bandera. Formaron en silencio, solos en la explanada, cinco españoles en el culo del mundo: Rafael, Óscar, Rafa, Jesús y José. Cuando se disponían a arriar la enseña, apareció el teniente coronel francés con sus cuarenta gendarmes, que sin decir palabra formaron junto a ellos. Luego llegaron el mayor James, el teniente Williams y veinte marines norteamericanos. Y también los polacos y los holandeses. Hasta el pequeño grupo de Dyncorp, la empresa de seguridad privada americana destacada en Mazar Sharif, hizo acto de presencia. Todos se cuadraron en silencio alrededor de los cinco españoles, que para ese momento apretaban los dientes, firmes y con un nudo en la garganta. Y entonces, sin himnos, cornetas, autoridades ni protocolo, el capitán Rafa y el sargento José arriaron despacio la bandera. Una historia de guerra nunca es moral, como dije antes. Si lo parece, no debemos creerla. Pero a veces resulta cierta. Entonces alienta la virtud y mejora a los hombres. Por eso la he contado hoy.

16 de septiembre de 2010

La ayuda de Franco a los judíos

Hasta tres veces he escrito sobre este tema en Arriba:


http://www.arriba-lfu.com/2007/10/francisco-franco-y-la-persecucin-de-los.html
http://www.arriba-lfu.com/2009/05/la-espana-de-franco-y-la-shoa-ii.html
http://www.arriba-lfu.com/2009/05/la-espana-de-franco-y-la-shoa-ii.html

Pero, ante la contumacia del poder mediático de la izquierda que recurrentemente se empeña en manipular la historia hasta hacerla irreconocible, lo mejor es sacar los documentos que acreditan la verdad de la historia.

Bien están los homenajes a Sanz Briz y a otros diplomáticos españoles, que como el cónsul en Viena Schwartz actuaron decididamente para salvar vidas de judíos en la persecución nazi, asumiendo riesgos personales. Pero resulta mezquino convertir tales homenajes en reproches al Gobierno español, presentando a dichos diplomáticos como outsiders del régimen. Esto es, simple y llanamente mentira.

Como acertadamente destaca la Fundación Francisco Franco en su página el entonces Ministro español de Asuntos Exteriores, José Félix de Lequerica (si tenéis paciencia, no os perdáis la burda manipulación que de su actuación se hace en wikipedia), comunica a nuestro embajador en Washington resultados de la acción española en defensa de los judíos. Y en esta ocasión tiene un aspecto fundamental ya que nuestro embajador está en contacto permanente con el Consejo Mundial Judío, que reside en la capital norteamericana y que está muy atento e interesado por la acción española. En esta comunicación el ministro señala los logros obtenidos en Hungría, actuación tan brillante y esforzada del Encargado de Negocios Sanz Briz “hecha tras insistentes órdenes por nuestra parte”. Bien claro queda la acción decisiva del gobierno en esta comunicación, así como la de fronteras abiertas en España para los judíos, incluso sin papeles, y los roces con Berlín que estas acciones provocaron.

Aquí está el telegrama:




La revista judía The America Sephardi afirma: “en contraste con Inglaterra que cerró las fronteras de Palestina a los judíos que huían del nazismo y la destrucción y en contraste con la democrática Suiza que devolvió al terror nazi a los judíos que llamaban a sus puertas buscando ayuda, España abrió su frontera con Francia ocupada admitiendo a todos los refugiados sin distinción entre los que se encontraban los clandestinos. El Sabat Vayis Cah (22 de noviembre de 1975), los coeditores de la revista acudieron a rezar por Francisco Franco ante el arca de la histórica sinagoga hispano portuguesa y tras mencionar su nombre se añadió la frase “por su ayuda a los judíos durante la Gran Guerra”.

Franco hizo muchas cosas mal en cuarenta años, no cabe duda. Pero en su haber tiene también muchas otras buenas y, desde luego, nadie puede negar la impresionante ayuda humanitaria que prestó al pueblo judío en uno de los momentos más dramáticos de su historia, cuando otras naciones como Inglaterra o Suiza miraban para otro lado. Ya va siendo hora de que lo que reconocen muchos judíos e instituciones hebreas se plasme en un reconocimiento oficial del Estado de Israel. Es de justicia.

LFU

14 de septiembre de 2010

Liberados sindicales


No se entiende –o se entiende demasiado bien- por qué tanto miedo a llevar a la luz pública el debate de la vox populi sobre el anacronismo, despilfarro y falta de respeto que constituye la existencia de los llamados “liberados sindicales”.

Parece mentira que sólo Aguirre se haya atrevido a mentar la bicha y ya ha salido el simio Méndez y su congénere De la Vega a anatemizarla, comparándola con el pirómano pastor.

Vayamos por partes: no estamos ya en la época de Dickens. Los trabajadores cuentan con una legislación –en su mayor parte heredera del franquismo- que les protege frente a cualquier veleidad explotadora del empresario y cuentan con una protección jurisdiccional que funciona razonablemente bien. Además, el trabajador puede acudir a los Sindicatos para que éstos le asesoren y defiendan y, en la era de las comunicaciones, no tienen que recorrer grandes valles para alcanzar su objetivo. Entonces, ¿para qué sirven los liberados sindicales? Muy sencillo: se trata de auténticos comisarios políticos de las centrales sindicales, cuyo puesto de trabajo es intocable, están “liberados” de la carga de trabajo que soportan el resto de sus compañeros, pero cobran lo mismo.

Sinceramente resulta indecente que con más de cuatro millones de parados haya más de treinta mil paisanos intocables que viven de nuestros impuestos sin pegar un palo al agua y que constituyen un elemento tan anacrónico como los alguacilillos que “despejan” el ruedo en las plazas de toros, sólo que a éstos últimos no les pagamos el sueldo todos los españoles con nuestro sueldo.

En España hay demasiado miedo a poner en su lugar a los sindicatos –mucho más en época preelectoral-, pero si todos nos tenemos que apretar el cinturón ya va siendo hora de que, al igual que sucede en Francia o en Alemania, se empiece a debatir en serio la necesidad de que los sindicatos vivan de las cuotas de sus afiliados y no dependan de mis ingresos o, al menos, que salgan a la luz pública las millonarias subvenciones que reciben de forma directa e indirecta, a través de fundaciones y terceras entidades con cargo al erario público para conocimiento general.

Zapatero ha vaciado la caja en estos siete años y ya no puede untarles más. Pero el trato de favor dispensado y el acomodamiento burgués en el que han caído los dos mariachis sindicales, parecen haber conseguido romper el tabú sindical al dejar al aire sus vergüenzas. Su prepotencia ha impedido cualquier acuerdo sobre la reforma laboral hasta que el Gobierno –cogido por el pescuezo desde fuera- ha tenido que hacer una reformita. Y ahora, encima, cargan contra los empresarios y la derecha como culpables de la crisis.

España necesita imperiosamente un replanteamiento serio de muchas de sus instituciones y estructuras administrativas que resultan anacrónicas, inútiles y que no nos podemos permitir económicamente. Racionalícese de una vez por todas la administración del Estado y las administraciones periféricas aprovechando sinergias y desterrando su utilización como centros de acomodo de amiguetes del partido. Y acábese, de una vez por todas, con los privilegios sindicales, que deberían llenar de oprobio a cualquier sociedad bien regida.

LFU

13 de septiembre de 2010

Vocento neutraliza el ABC

La destitución de Ángel Expósito de la Dirección de ABC y su sustitución por el hasta hace poco director de la Voz de Galicia, Bieito Rubido es una mala noticia para los que habíamos vuelto a comprar el ABC en los últimos tiempos.

Expósito ha demostrado ser un periodista ágil, brillante y con independencia de criterio, algo -ésto último- que finalmente le ha costado el puesto. ABC empezaba a recuperar su imagen tradicional que había perdido en la etapa del sesudo Zarzalejos --que estuvo a punto de hundirlo-, pero Vocento prefiere un hombre de paja al frente de su cabecera estrella al que poder manejar según soplen los vientos del poder.

El nuevo director no ha sido precisamente un amigo de la derecha y sin duda ahí está la razón de que La Voz de Galicia haya cambiado de Director, pues ahora toca llevarse bien con el nuevo poder establecido en Galicia.

Auguro una caída libre al ABC, en beneficio de La Razón y La Gaceta, prestos a quedarse con el material de derribo. Siempre le quedarán las esquelas, pero esto también tiene una vida limitada.

A Expósito le han buscado un acomodo en la 10. Ojalá la convierta en una televisión de las que se pueda ver tranquilamente sin tener los cinco sentidos alerta para proteger a la infancia. Lo malo es que estas dan menos dinero...

LFU

9 de septiembre de 2010

Hastio de Sindicatos


Es la palabra más suave que encuentro para definir la campaña mediática de los sindicatos de cara a la huelga trampa del próximo día 29. Pero la campaña -una basura inconmensurable- les define.

Indignación, lo que siento al cuenta de que yo he pagado con mis impuestos una parte de esa campaña.

Impotencia de ver la plaza de Vistalegre repleta de miles de vagos y maleantes con pañuelo rojo -liberados sindicales- preparados todos para trabajar el único día del año que lo hacen: justo el que quieren impedir que trabajemos los demás.

Hastío, de una sociedad adocenada que no se rebela contra estos sinvergüenzas que se lo están llevando crudo desde el año 2004 para taparles la boca. ¿Alguien ha escuchado a algún dirigente del PP denunciar la sinvergonzonería de esta caterva de ladrones? ¿Acaso todo vale con tal de que el infame se desgaste?

Urge, aunque sea tarde, un cambio radical que busque la regeneración de la sociedad española y haga temblar sus cimientos. Ya no sirven los parches. (Y no penséis que estoy haciendo apología del golpe de Estado. Tras leer a Malaparte, he quedado convencido que, hoy en día, la regeneración tiene que surgir de la propia sociedad y de su hartazgo)

LFU