"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

28 de abril de 2011

Vientres de alquiler



La noticia de la reciente “paternidad” de un famoso cantante español célebre también por su ambivalencia sexual y por su decidido apoyo al infame presidente que aún padecemos, vuelve a poner sobre la mesa la terrible amoralidad que supone la pretendida reivindicación de un supuesto e inexistente derecho a la paternidad y su colisión con los derechos fundamentales de los niños.

El hombre se empeña, una vez más, en forzar lo que el orden natural le niega, pero siguiendo en este caso sus caprichos más egoístas y despreciando las consecuencias de todo orden que su decisión pueda tener en los seres humanos que son objeto de su deseo. Y en esto, como en todo, hay grados. No es lo mismo en modo alguno que un matrimonio joven que no pueda concebir naturalmente recurra a técnicas de reproducción asistida para poder concebir un hijo al que pueden garantizar sus derechos y necesidades básicas como cualquier otro matrimonio -lo que éticamente no debería plantear conflicto alguno-, que una pareja homosexual u hombres o mujeres solos recurran a una madre de alquiler para poder disfrutar de la compañía de un recién nacido que no pueden/quieren concebir de otro modo.

En primer lugar, porque concebir un hijo en el cuerpo de una mujer que abandonará a su hijo nada más nacer, sólo por el capricho de satisfacer el deseo de paternidad de alguien que naturalmente no puede –o no quiere- concebir, no sólo es tratar a un ser humano como una mercancía más, sino negarle a dicho ser humano el derecho a no ser separado de su madre y a conocer sus antecedentes biológicos, cuando no el derecho de todo niño a tener un padre y una madre, derecho que sólo la naturaleza –y no el egoísmo de un individuo- puede negarle. Y ello sin pensar, por supuesto en el drama que para una mujer económicamente necesitada supone verse privada para siempre de un hijo que ha llevado nueve meses en su vientre.

Los terribles abusos que se están cometiendo en este campo nos demuestran que no existen límites morales ni éticos en esta sociedad relativista para la que el fin –verdadero capricho en la mayor parte de los casos- justifica los medios. Del mismo modo que los padres no capacitados pueden y deben verse privados de la patria potestad de sus hijos naturales, y que no pueden adoptar quienes no estén en condiciones de garantizar adecuadamente las necesidades básicas de un niño, debe negarse por ley que alguien pueda asumir la paternidad de un ser humano a través de una transacción económica máxime cuando no está en condiciones de garantizar mínimamente los derechos del niño objeto de dicha transacción.

Ya se han dado casos en los que un matrimonio ha asesinado a unos gemelos varones porque querían una niña. Contemplamos con pavorosa normalidad la selección artificial de la especie mediante técnicas dirigidas a crear bebés a la carta. Estamos acostumbrados a ver madres solteras famosas de sesenta años y famosos homosexuales con bebés recién nacidos a los que no sólo se les está negando conocer a sus padres o madres, sino que se les condena a una infancia diferente sin padre o madre y muchas veces con madres o padres cercanos a la ancianidad. Ya no es sólo que se cometa un agravio flagrante con los matrimonios que quieren adoptar. Es que se ha perdido el norte. ¿Alguien piensa en esos niños? ¿Alguien se pregunta si le hubiera gustado nacer en esas condiciones?.

Urge poner coto desde el gobierno a tanto desafuero que puede dar rienda suelta a las más increíbles aberraciones. Noticias como la paternidad del cantante de marras, que se unen a la del cantante portorriqueño recien salido del armario y a la del inglés y su amiguito monflorita de la fotografía deberían ser objeto de rechazo moral y repudio legal por la sociedad antes de que sea demasiado tarde, por lo que conlleva de profundo desprecio a la dignidad de la vida humana.




LFU

27 de abril de 2011

Un alcalde y el Crucifijo




«Este Cristo estará aquí mientras yo sea Alcalde»


Así terminó el alcalde de la localidad cordobesa de Baena, Luis Moreno, del PSOE, su valiente e inteligente defensa de la permanencia del Crucifijo en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, cuya retirada había sido solicitada por Izquierda Unida.

Ojalá cunda el ejemplo contra los sectarios iconoclastas de la escuela de Peces Barba, muchos de los cuales están en el propio partido del alcalde baenense.

LFU

25 de abril de 2011

Feliz Pascua de Resurrección



«El Cirio Pascual hoy arde. Y arde con una luz inextinguible. Ni la Unión Soviética, ni el III Reich, ni la masonería, ni las sectas, ni el paganismo pueden extinguir esa llama. Pequeña y humilde, pero inextinguible. Y así, generación tras generación, hasta que Él vuelva a caminar sobre la tierra, ese cirio pascual se tornará a encender y el pastor entrando en la iglesia a oscuras volverá a cantar: ¡Luz de Cristo!»

Del blog del Padre Fortea

14 de abril de 2011

Semana Santa




El dolor de la liturgia se aminora porque consuela la alegría de saber que, a pesar de su muerte cercana, Cristo se quedará para siempre entre nosotros.

Avanza y se aproxima el Jueves Santo, día solemne lleno de la majestad del dolor, reencuentro de la humanidad entera con Jesucristo. Málaga se enfrenta sublimada, encendida, con el misterio de la Redención desbordando para ello el genio de su arte y su belleza. Málaga se pone en pie y contempla con el alma estremecida el drama del calvario, sintiendo como suyo el dolor religioso de estas tristes jornadas evocadoras.

No hay lírica mentirosa y barroca en la exaltación del fervor de nuestro pueblo. Hay una viva emoción teológica ante la presencia en las calles de las imágenes, ante el realismo dramático de los Cristos, ante el dolor y la amargura de las Vírgenes sollozantes. Anochecido, sale de su templo el Cristo de los legionarios y sentimos al verlo el sudor de sus sienes, viendo en sus ojos, en su boca, en sus pómulos febriles el ansia y el esfuerzo por fijarse en todos los infortunios.

Entre las sombras de la noche todos miran a Cristo, rezan ante la dramática expresión de su agonía. Agonía de hombre que padece la angustia de todas las muertes, todos al mirarle sufren con él, adivinando la fiebre que le hunde en el cuerpo las uñas de la fe, el vibrante escozor de la garra ardiente de las manos, el dolor de las arterias que ayer llevaban las dulzuras de la vida y hoy se convierten en dogales aprisionantes, ante trance supremo se pasar la soledad humana de la muerte. Al contemplarlo parece que nos habla queriéndonos decir que sólo saber vivir quien bien se muere.

Entre una larga fila de enlutados penitentes, altos capirotes, hachones encendidos en la noche, el Cristo de la Buena Muerte camina, doblada la cabeza, lleno el rostro de paz, la desazón partida, vencedor por amor de la muerte, dulce muerte que ya no tiene el signo trágico de una guadaña ensangrentada por emblema, sino expresión de paz y reposo infinito. Todas las miradas se concentran en el negro clavel de sus heridas, marchan atrás los soldados del Tercio legionario, lento y firme andar tras de su himno que es, sin duda, la marcha nupcial del legionario cuando quiere desposarse con la muerte. Avanzan con los rostros erguidos, alta la frente, dura la mirada, embriagados de banderas y de gloria.


Ya entra la procesión por la calle de Larios y un escalofrío de emoción traspasa el alma, dulcemente mecido camina el Cristo ente banderas, guiones y estandartes, entre hombres rudos amigos del amor y de la muerte, entre un estruendo de tambores se escucha la romántica canción del legionario y entre músicas, plegarias y silencios, parece como si la muerte, por el borde de Dios fuera cantando.


Pregón de la Semana Santa de Málaga. José Utrera Molina (1957

13 de abril de 2011

Peces Barba, la procesión atea y lo que nos espera






No soy partidario de dar pábulo a payasos del estilo de los convocantes de la Procesión atea. Ante este tipo de provocaciones claramente criminales, la actitud del ciudadano debe ser la denuncia de los hechos ante la Policía y la actitud del cristiano debe ser la de rezar por la conversión de los mamarrachos.

Debo decir, no obstante que, ante la repulsiva y sectaria actitud de la Delegación del gobierno, tratando de eludir y hacer dejación de su inequívoca competencia en materia de orden público y la meliflua actitud del Ministro del Interior, la rotunda actitud del Ayuntamiento de Madrid es de agradecer. No ha caído en la trampa saducea que le ha puesto el gobierno; no ha echado balones fuera ni se ha lavado las manos como Pilatos.

Más grave es, a mi juicio, el artículo publicado el domingo en el Diario El País por el inefable profesor Peces Barba, verdadero apóstol incendiario del laicismo que ya no escatima provocaciones en sus escritos, llamando a la lucha contra la Iglesia en términos más propios del mayo de 1931 que del siglo XXI:

«España ha sido una de las grandes perjudicadas del clericalismo, y lo ha sufrido en sus carnes antes del franquismo, durante el franquismo y con la democracia, cuando todavía hay demasiada contemporización con los peores usos clericales. Hay muchos aspectos pendientes y el gobierno de Rodríguez Zapatero consiente demasiado pensando que es una buena fórmula ¡Craso error!. En cuanto se les presenta la ocasión, como en estas elecciones autonómicas, dicen que no se puede votar a partidos que apoyan el divorcio, el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Todavía hay tiempo y pido al PSOE y a su Gobierno que se decidan a tomar medidas que se sitúen claramente en la línea debida. Al menos dos medidas, derogación de los acuerdos con la Santa Sede y supresión de la enseñanza reglada de la religión deben ser tomadas. ¡Todavía se puede hacer!

No podemos ser tan ingenuos como para pensar que la inacción por nuestra parte va a ser respondida con la neutralidad y el juego limpio.(…) Cuanto más se les consiente y se les soporta, peor responden. Solo entienden del palo y de la separación de los campos

Atención con este tipo de nefastos personajes como Peces Barba y Jiménez Villarejo, que empiezan a estar de los nervios. Para ellos la libertad religiosa no existe y la democracia y el orden constitucional sólo valen en la medida que sirvan o se plieguen a sus propósitos más sectarios. Son la representación actual del estalinismo de Largo Caballero. Se han retratado en la defensa de un juez miserable como Garzón, al que durante mucho tiempo se le han tolerado actuaciones manifiestamente ilegales y que no ha tenido escrúpulos a la hora de politizar los tres procesos que tiene abiertos ante el Tribunal Supremo presentándose como víctima propiciatoria de la caverna mediática; han tratado de cerrar por vía de hecho la Basílica del Valle de los Caídos y se han encontrado con la resistencia de monjes y fieles, pero también con querellas y recursos contencioso-administrativos. Ahora van a seguir dando la batalla contra los católicos pisoteando la legalidad vigente y pidiéndole al infame que aproveche los meses que le quedan para completar su obra sectaria.

Aviso a los navegantes: nos esperan onces meses de fuegos artificiales con la ley de igualdad de trato, la ley de la eutanasia y el previsible desarrollo de la Ley de memoria Histórica. Recemos, sí, pero no nos acobardemos. Debemos resistir, denunciar y dar testimonio. Lo contrario es de cobardes.

LFU

11 de abril de 2011

Chacón censura una conferencia sobre el Alcázar de Toledo

El Ministerio de Defensa, haciendo uso de su omnímodo poder sectario y de enormes dosis de talante zapateril, ha anulado de forma fulminante -previa denuncia de los payasos guardianes de la «memoria histórica» social-marxista- una Conferencia sobre el Sitio y Asedio del Alcázar de Toledo, con ocasión del 75º aniversario de esta gesta, conocida en todo el mundo menos en España.

La decisión -que muy probablemente pueda encuadrarse en un concurso de delitos de prevaricación y contra el ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas- tiene como único fundamento que el conferenciante es un General de Brigada llamado Blas Piñar, hijo del Notario del mismo nombre, al que se le niega «por franquista» su derecho a la libre expresión, ante el peligro de que realice una exaltación de la «Cruzada de Liberación».

Mi consejo para el General y para los que pensaban asistir es que sigan el precedente del homenaje a Agustín de Foxá prohibido por una Concejal del Ayuntamiento de Sevilla hoy procesada por un hecho similar.

Así pues, que imparta la conferencia a las puertas del Museo Militar de la Coruña, al aire libre, con la prensa como testigo y acto seguido, que se dirija a la comisaría de policía más cercana para denunciar los modos estalinistas de un gobierno que ha alcanzado ya las cotas más altas de indignidad, con el beneplácito silente de la mayoría de nuestros congéneres.

¡Viva la libertad!

LFU

7 de abril de 2011

«Añoranza de Guerra»



Título: Añoranza de guerra Autor: Blanco Corredoira
Web: www.blancocorredoira.com
Editorial: La Esfera de los Libros, 2011
Páginas: 398 páginas
Precio 24 euros

Resulta difícil encontrar una novela histórica con un tono equilibrado entre la ficción y la histórico. Historia y novela parece que dan lugar a hijos bastardos, ayunos de las virtudes que cada uno de los géneros posee. Sin embargo, Añoranza de guerra es una muy buena novela histórica. Con equilibrio, sin alharacas combina: sencillez, tono directo, ritmos narrativos de recuerdos, acción y reflexión acompasados al hilo argumental, verosimilitud y rigor.



Aborda Añoranza de Guerra un episodio militar excepcional de la historia española. La intervención de los voluntarios españoles junto al ejército alemán en el frente ruso durante la II Guerra Mundial. Su autor, José María Blanco Corredoira, profundo conocedor de este controvertido episodio de nuestra historia, evita tanto la exhibición pedante de conocimientos como la glorificación vana de la guerra. El autor con una sencilla brillantez construye una historia personal, creíble y de hondura de un divisionario, combatiente, preso en la URRS, vuelto a la patria que hace cuentas de su vida, de sus recuerdos, combates y amores en la España que fue y la que es.

Confieso que inicialmente pensé mientras la leía, que la novela acusaba en exceso un testimonio biográfico que de soporte a la historia. No es así, con rara habilidad el autor consigue crear esa atmósfera de crónica autobiográfica que permite dar pábulo a la novela, al mismo tiempo que construye un fresco generacional, social y político lleno de interés, exento de rencor retrospectivo, alejado por su elegancia de las novelas que están surgiendo al calor de la iniciativa social-comunista de la “Memoria histórica”. Encontramos en el relato la altura de miras de quien admira el valor, sacrificio y el idealismo de los mejores españoles que allí fueron y también la sabiduría prudente de quien intuye de la amargura, dolor y sombras que todo hecho de armas implica.

Novela muy recomendable para quien no conozca el episodio de la llamada “División Azul”, pero también para todo aquél que quiera indagar en esta buena introspección novelesca de la figura eternamente repetida del soldado retornado a la vida civil en un país muy distinto de aquél que abandonó por aventura e idealismo.

César Utrera-Molina