"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

14 de febrero de 2014

¿La libertad de la mujer?

La libertad, es decir, la capacidad del hombre para actuar según su propia voluntad, jamás se ha considerado un valor absoluto ya que ninguna comunidad civilizada protege y garantiza la libertad para hacer el mal. Hasta ahora.

La constante apelación a la “libertad de la mujer” para defender el supuesto derecho de la mujer a causar deliberadamente la muerte de su hijo no nacido no es más que una aberración propia de una sociedad decadente y desalmada a la que sólo se puede llegar a partir de la negación al concebido no nacido de su condición de ser humano. 

Esto, por desgracia, no es nuevo en la historia del hombre. El antecedente más próximo lo encontramos en el nazismo, cuya exacerbación de la teoría de la supremacía de la raza aria y el antisemitismo proverbial del pueblo alemán le llevó a justificar la eliminación de millones de seres humanos –nacidos y no nacidos- a quienes previamente se había negado tal condición.

No hay que irse muy lejos para recordar que en fecha no muy lejana una ministra del gobierno de España afirmó que el concebido no nacido era un ser vivo pero no un ser humano. En la actualidad, se extiende hasta en sectores de la derecha la especie de que “No se puede obligar a una mujer a ser madre”, perversión  que podría completarse con  la de “no se puede obligar a nadie a sacrificar su vida por sus familiares ancianos o enfermos”, para justificar la eutanasia o incluso -¿por qúe no?,  la de que “no se puede obligar a nadie a ser padre, hermano, o a ser hijo” para justificar el parricidio. Una consecuencia lógica de dicha negación de la evidencia es la resistencia numantina del lobby proabortista a aceptar que se obligue a los facultativos a enseñar una ecografía a la mujer antes de abortar. Se trata de “cosificar” al feto, negando su condición humana para justificar “moralmente” su muerte provocada.

Las mismas voces que claman por la supuesta libertad de la mujer, olvidan deliberadamente las miles de mujeres que recurren al aborto presionadas por su entorno: por sus padres, por sus parejas, por su entorno laboral, por las circunstancias económicas o, en muchas ocasiones, por sus proxenetas.  Esta es una verdadera esclavitud que provoca un trauma duradero en la mujer mientras libera a su entorno del “problema” del embarazo.

La respuesta que esperan esas mujeres de la sociedad no es la de fomentar su esclavitud haciendo más fácil el aborto. Sólo puede garantizarse su verdadera libertad si se le ofrece ayuda para poder seguir adelante con su embarazo.  La mujer traumatizada por un embarazo necesita ver una salida distinta a la de la muerte. Si a la mujer en trance de abortar se le ofreciera protección social y ayudas económicas para tener a su hijo y, para la que no quiera ser madre en el sentido verdadero del término, garantizarle que su hijo será dado en adopción -cuya demanda crece día a día- se disminuiría drásticamente el número de abortos. Para que la sociedad cambie su percepción sobre el aborto, tan sólo es necesario no ocultar la verdad y es que, tras cada aborto provocado, no sólo hay un trauma de la mujer sino también, y antes de nada, la muerte de un ser humano. 

Para salvar vidas hay que ofrecer más vida. La muerte no es, nunca, la solución. 


LFU

7 de febrero de 2014

¿Dónde estaban las “valientes” de Femen?

Ayer se celebraba el día internacional contra la ablación femenina, una de las prácticas más bárbaras y salvajes contra la mujer, consistente en la extirpación total o parcial de los genitales externos de las niñas para evitar que puedan sentir placer sexual y puedan llegar vírgenes al matrimonio, puesto que si no es de ese modo, la mujer puede ser repudiada, y evitar la supuesta promiscuidad de la mujer. Se calcula que más de 3 millones de niñas en más de veintiocho países islámicos de África y Asia son víctimas cada año de ésta práctica verdaderamente inhumana y salvaje.

Ayer, conocíamos también la noticia de la muerte de una universitaria en Arabia Saudí, tras impedir elacceso de médicos para atenderla por ser varones y recientemente conocíamos también la muerte en extrañas circunstancias de una mujer que desafiaba la prohibición de conducir de las autoridades saudíes.
En mi infinita ingenuidad, supuse que las tiorras de Femen aprovecharían el día de ayer para escenificar su protesta por la violación de los derechos de la mujer en el mundo islámico. Pensé que, desnudas, lascivas y altaneras, se encadenarían a alguna mezquita de Rihad o de Arabia Saudí tatuadas provisionalmente con alguno de sus lemas feministas de combate y gritarían histéricas resistiéndose a la fuerza pública que tratara de desalojarlas. Llegué incluso a imaginar que, en un alarde de arrojo temerario, habrían preparado una emboscada a algún Imán o Ayatola arrojándole prendas íntimas sangrientas y adornarían alguna mezquita con grafitis alusivos a la liberación de la mujer.  

Nada más despertar, he repasado con avidez los titulares de prensa para ver si mis imaginaciones se habían hecho realidad, pero por más que he buscado, no he encontrado nada. Sin noticias de Femen durante el día de ayer en los 29 países islámicos que mutilan a las niñas. He llamado a algunas embajadas, Arabia Saudí, Irán, Nigeria, interesándome por la presencia de las “heroínas” desnudas y la contestación ha sido la misma: ni están ni se las espera.

Presumo que el día de ayer lo pasarían pensando en cómo pueden acosar a algún obispo o cardenal octogenario o cuál será la próxima Iglesia que profanen con sus vergüenzas al aire insultando a los fieles que allí rezan; en ver cómo pueden reivindicar el derecho de la mujer a asesinar el fruto de su vientre elevándolo a la categoría de sagrado y emitiendo sonidos guturales con los lemas más edificantes sobre sus ovarios y genitales que nos dicen mucho de su altura intelectual.

Lo de la ablación, la sharía y demás, queda muy lejos y, además, nunca se sabe cómo se la pueden gastar estos musulmanes. Al menos los católicos son mansos, no hacen nada y las autoridades españolas se tientan la ropa antes de emprender cualquier acto de represión contra ellas. Hace muchos años se empezó con la coña de los caramelos envenenados y se acabó con más de 7.000 religiosos asesinados que además morían perdonando a sus verdugos. Desde luego, con estos da gusto, dirán las valientes de Femen. A los otros, mejor dejarlos para otro día....


Pues eso, sucias, patéticas y cobardes. Es lo que son.

LFU

3 de febrero de 2014

La Soledad de Alcuneza

Título: La soledad de Alcuneza.
Autor: Salvador García de Pruneda.
Editorial: Renacimiento. Colección Espuela de Plata.
Año: 2013 (Reedición).

Una novela apenas conocida sobre la Guerra Civil pisa fuerte, en su quinta reedición, reclamando su sitio entre los mejores títulos escritos sobre ella. La reedición nos regala quinientas y pico páginas de enorme e indiscutible talento y belleza. Estamos ante un libro mayor, que nada tiene que envidiar a clásicos como las memorias bélicas de Jünger o la Caballería Roja de Babel y entronca con una larga tradición en la cultura hispánica, la del hombre de letras en guerra, que encabezan Garcilaso y Cervantes.

El tono autobiográfico de la narración parece templado por el tiempo. El autor dejó pasar 18 años desde la Guerra hasta su redacción. Los materiales del libro transitaron de unas memorias de guerra a una novela, ganando como el buen vino con los años de cuidado y silencioso reposo. Prescinde con acierto de plasmar al detalle los lugares de operaciones, para centrarse en el paisaje que le circunda, los colores, los ruidos y aromas del campo, para que nos dejemos llevar por la sensual evocación que genera. Sabemos que está en Aragón, que pasa a Castilla que vuelve al Ebro catalán, pero de una forma confusa y premeditada, como la propia guerra que nos narra. Con acierto, García de Pruneda expurga lo irrelevante para dar énfasis a lo esencial: a aquellas operaciones que sintetizan tres años de guerra; a los personajes que aportan definición y tono a cada situación narrada; a las reflexiones que destilan la esencia de su experiencia militar.

García de Pruneda compone en el acontecer de la narración un vibrante y esmerado homenaje a la milicia, y en especial a la caballería. A ese estoico y peculiar modo de entender la existencia que procede de la vida militar. Los versos de Calderón, “Este ejército que ves/vago al yelo y al calor/la república mejor y más política es/ del mundo (…)” parecen ser el hálito que estructura el relato, que explica a los personajes, que descubre las motivaciones o el desnortamiento de muchos en el acontecer duro y exigente de la guerra. El protagonista, un hombre con estudios clásicos, se incorpora como oficial a una unidad de zapadores en un regimiento de caballería. La disciplina, la esforzada observancia de las ordenanzas, el trato con la humanidad diversa de la tropa, el poderoso vínculo entre animal y jinete, la acrisolada profesionalidad de los veteranos de carrera van ganando poco a poco, el ánimo y el corazón del civil que se torna, emulando el ejemplo y el sacrificio de sus superiores en un auténtico soldado. No se encuentra aquí una superficial glorificación de la violencia o una adolescente idealización de la vida de acción, sino que hay una sutil y progresiva comprensión y reconocimiento de que las virtudes del mundo castrense no sólo humanizan al torbellino atroz y caótico del conflicto armado sino también generan hombres ejemplares. La milicia como civilización de la guerra, como antídoto al caos que asedia siempre a la violencia desatada. Así lo atestiguan los preciosos ejemplos del cuidado de la tropa por oficiales al mando, la forja de amistades que no caducan, el común desprecio de todo auténtico soldado al oportunismo y al ventajismo, el natural respeto al adversario al que se le combate sin odio o cómo ante la proximidad de la muerte, sólo procede el silencio o las palabras verdaderas ante Dios o los camaradas de armas. 

Otra virtud no pequeña del texto, un medido tono nostálgico y elegíaco, a veces, se abre paso: no sólo en los fragmentos descriptivos del paisaje; sino en las marchas de aproximación; en los escuetos diálogos que el servicio provoca o en los momentos de ocioso esparcimiento. Así percibimos -con una tristeza compartida con los protagonistas de la obra- que la caballería, por su aristocrática idiosincrasia, por la fusión del jinete y bestia, de caballero y soldado, resulta un anacronismo vivo en las guerras del siglo XX, que nuestro conflicto ya prefigura. La simbiosis de jinete y animal se corresponde con un mundo que desaparece a toda velocidad, la dolorosa belleza de la carga a caballo resulta un sinsentido atroz y brutal ante la ventaja de las máquinas automáticas, de los blindados que acabarán por proliferar.

Tampoco falta como en toda historia verdadera de guerra: aventuras, humor y amor. La mirada del autor, consciente de la dolorosa circunstancia que supuso nuestra guerra, acoge con generosidad e ingenio, lo anecdótico, lo inusual, los caracteres que dan color y gracia al discurrir de la azarosa vida del hombre en armas. No se sobrevive en guerra, sin abordar la realidad inmediata con la distancia inteligente y lenitiva que da el humor. Capítulo aparte merecen el relato vibrante, humanísimo y dolorido de las aventuras galantes, lejos de una exhibición vanidosa están teñidas de la punzante urgencia del superviviente, de la tristeza de las promesas incumplidas. 

No quería terminar sin hacer una pequeña advertencia. No se trata de una novela neutral políticamente, no lo es en absoluto sin ser una novela politizada. Hay críticas que le asignan esta asepsia, como si les ofendiera que este libro, raro y valioso, se escribiera en el bando vencedor. No la han leído bien o faltan a la verdad, me atrevo a decir. En esto como en lo demás, el autor sintetiza con altura, la del diplomático que fue, uno de los significados de nuestra guerra, en España se jugó otra vez –como en la Reconquista, como en Lepanto- la partida de Occidente contra sus adversarios. Occidente ganó y se aplazó, un poco, su ocaso.

César Utrera-Molina.




29 de enero de 2014

En la muerte de Blas Piñar. Por José Utrera Molina


Reproduczo a continuación, en su integridad, el artículo publicado hoy en ABC bajo el título 

"Prototipo de una España desconocida"

Ha muerto Blas Piñar. Estoy seguro que para muchos españoles habrá muerto también el resto de ilusiones que él mantuvo por encima de cualquier dificultad, haciendo frente a ataques injustos y a críticas demoledoras.

Ahora, caliente aún su cadáver, muy cerca de él y de los suyos, proclamo aunque mi voz sea siempre un grito solitario, que Blas Piñar no fue uno de los mejores españoles de nuestro tiempo, sino el mejor.

Reunía una serie de cualidades excepcionales: la primera, el valor, la segunda, la increíble resistencia al cambio ventajoso y acomodaticio. Su corazón latió siempre con el nombre de España. No hubo para él ningún descanso, ningún silencio y por supuesto, ninguna cobardía. Amó a España hasta la extenuación viviendo su sacrificio personal alentado siempre por la alegría de servir permanentemente a su nación y a su patria. Hubo un tiempo en que hasta el mismo ABC le prestó en muchas ocasiones su Tercera. Sí, eran otros tiempos, pero Blas había levantado una bandera que no estaba dispuesto a arriar a pesar de dificultades, ataques, agravios e insultos.

Latía en su pecho un delirante amor a su patria. Nada podía suplirlo, nadie podía adelgazarlo. La verdad entera de España la guardaba en su alma de patriota ejemplarísimo. Pienso que frente a la dignidad suprema de este personaje, pocos hay que recibieran como él en vida la vil expresión que le alejaba de la nómina de los españoles de bien. Conocí a Blas cuando yo tenía 20 años. Un primo hermano mío, Ángel Molina -que firmó mi carta de afiliación a la Falange Española de las JONS y cuyo padre fue vilmente asesinado en Albacete-, me dio sus primeros consejos que estaban ya ungidos por su firme carácter de Alférez Provisional.

Me figuro la perplejidad de algunos que dirán: “ya se fue el fascista Blas Piñar” y posiblemente, en su desvío emocional y en su odio recalcitrante, serán incapaces de ver y conocer todo lo que representó la figura de Blas Piñar en la historia de España. Blas no fue nunca fascista, se comportó siempre como un soldado enamorado y ajeno a galas innecesarias.

Yo le conocí a fondo y sabía de sus afectos y fervores hacia mí, que por supuesto, yo no merecía en absoluto. En ocasiones critiqué algunas de sus posturas radicales; ahora entiendo mejor la radicalidad de su amor y de su actitud de permanente lealtad a la esencia de España que él soñaba.
Jamás dobló su espalda ante nadie, ni ante el mismo Franco Caudillo de España, al que sirvió con lealtad crítica e incomprendida y quien le alabó ante mí en más de una ocasión. Él, que no entendía de desvíos ni de alteración de circunstancias marcadas por un interés político, representó como ninguno la fidelidad a la egregia figura del Capitán de nuestra juventud, Francisco Franco, para deshonra de tantos aduladores provisionales que pronto le habrían de mirar con desprecio desde las poltronas del poder. Nadie, absolutamente nadie ofreció jamás un testimonio tan conmovedor, tan delirante en la lealtad a Franco y al movimiento nacional. Y no conozco a ninguna persona que haya sufrido con tanta entereza los viles ataques de sus enemigos. Yo le veía siempre en mis sueños como defensor del Alcázar, al que él amó de forma infinita y estremecida.

No era orgulloso, no presumía de ninguna clase de monopolio. Estaba radicalmente solo y aguantó la soledad como un héroe clásico. Jamás le vi con la mirada enturbiada por el rencor, jamás le vi cercano a cualquier clase de odio. El amor que sentía por España invadía todo su ser y hacía imposible una beligerancia hacia nadie. Sólo España era el rosario permanente de sus oraciones y la verdad estremecida de su esperanza. A ella consagró su vida, sin ayudas, sin prestaciones, sin limosnas que él rechazaba siempre con una suprema caballerosidad. Pero aceptó la soledad como un grado de dignidad y de honor y como una obligación que él sentía como la del más erecto soldado de España.

Nadie podía decirme que iba a ser yo quien trazara esas líneas necrológicas ungidas por la pasión y el dolor de su pérdida, pero él sabrá, allá donde los luceros nos alumbran, que su fiel camarada estuvo al pie de su cadáver con postura militar y ánimo de soldado saludando a quien había sido el mejor artífice de la lealtad de vida a un Capitán hoy maltratado.

Sé que todavía la ponzoña con que se le atacó tendrá sus grados de recuerdo, pero mi voz que está ya, sino cansada, avejentada por el paso de los años, estará siempre en pié junto a su recuerdo, firme ante el ejemplo que dio en su vida, alta mi frente para mirarle a los ojos sin que pudiera bajarlos en ninguna ocasión. Blas era el prototipo de una España ya desconocida que pasó a la historia, pero que un día volverá con resplandores, con canciones y con himnos a alegrar un poco nuestro corazón entumecido.

Te prometo Blas seguir tu ejemplo. Bendito sea tu patriotismo, bendita sea tu lealtad, bendita sea la entereza de tu ánimo y bendita la firmeza de tus convicciones y la elegante manera de tratar a los que eran tus enemigos. Tu amor a España lo invadía todo e invadirá las maderas de tu féretro hoy tendido. De él se desprenderá el amor que le profesaste, tú no puedes morir del todo porque eres la encarnación de la España moribunda, pero no muerta, y desde mi dolor, desde mi tristeza, grito en el umbral de tu muerte aquel grito que nos unió en vida y que nos abraza en la muerte: 

¡¡¡ Arriba España!!!  


JOSÉ UTRERA MOLINA

28 de enero de 2014

Blas Piñar. En la muerte de un triunfador.

Ha muerto Blas Piñar. Mejor dicho, ha muerto hoy, para vivir siempre.  Descansa en paz, por fin, el gran español. Su batalla con la muerte ha sido dura, como lo fue su vida en constante lucha por mantener intacta su dignidad, sin cambiar de bandera.

Hace tan sólo unos días, uno de sus nietos compartía con nosotros una última fotografía del hombre cuyo pie de foto lo decía todo: “Estamos con vosotros, Abuelos. Sois un ejemplo. Siempre juntos, hasta el final. Gracias por la Fe, la Patria y la familia”.  

No me corresponde a mí hacer la glosa del político. Lo dejo para mis mayores. Me quedo con el testimonio emocionado de sus 8 hijos,  44 nietos y más de 70 biznietos. El testimonio de amor y de fe de una gran familia, tan unida como la suya, nos dice mucho del enorme sentido que ha tenido su vida. Y esas manos unidas hasta el último aliento son el mejor testamento que alguien pueda dejar. No cabe duda de que un hombre que deja la huella de amor, de fe y de admiración de una familia que ha sabido honrarle hasta el final y que lleva con orgullo su apellido, es un gran triunfador.

No faltarán los enanos de siempre que, ignorantes de su grandeza, quieran cavar hoy más hondo en el pozo de su miseria.  No importa. Hoy es día de dar gracias por la vida, el  ejemplo y la honradez de un gran español, de un hombre bueno al que habrán recibido de pie en el firmamento, pues hasta el final de su larga vida supo mantenerse en pie.

Que Dios te de su eterno descanso y tu ejemplo de fe y de insobornable amor a España permanezca siempre vivo  entre quienes hoy recogen tu testigo.


LFU

27 de enero de 2014

El otro Anson

LUIS MARÍA ANSON
"LA HORA DE LA MONARQUÍA"

(Colección de  Doctrina  Monárquica,
 Edit. Círculo, Zaragoza, 1.958)"

Hace unos meses, en una entrada anterior hacía referencia al célebre académico para recordar que mucho antes de alcanzar la cima de su popularidad, dejó escrito un libro excepcional “La Hora de la Monarquía”, dedicado a su entonces maestro Eugenio Vegas Latapie, en el que abomina de lo que ahora defiende con ardor, la monarquía liberal, defendiendo la monarquía católica representativa.

Ayer, rebuscando entre mis papeles, apareció una nota con algunos extractos del libro que mi querido amigo Miguel Toledano quiso destacar tras su lectura y que no tienen desperdicio y harán la delicia de muchos.  

Lean, lean.....

I. CONTRA LA MONARQUÍA LIBERAL.


"la Monarquía liberal es la táctica que emplean los republicanos para llegar más fácilmente a la República'' (p. 80).

"la alianza de la Monarquía con el liberalismo o el izquierdismo significaría, en un plazo más o menos corto, indefectiblemente, la anulación y  eliminación de la Monarquía. Por eso sobre la miopía política de algunos monárquicos que propugnan la colaboración con los grupos liberales o izquierdistas, lo cual no demuestra más que una completa superficialidad doctrinal y un desconocimiento casi total de los principios sobre los que se asienta la Institución Monárquica" (p. 152).

"La Monarquía auténtica es la Monarquía representativa; rechazo la Monarquía liberal" (p. 207).

"La Monarquía en España o es católica o no puede existir porque la llamada Monarquía liberal· es el puente tendido hacia  la República" (p. 240).

"No existe posición más inconsecuente para España que la del monárquico liberal" (p. 241).

"El monárquico liberal es un completo absurdo aunque, eso sí, un absurdo bastante frecuente" (p: 241).

"[El monárquico liberal] A la larga tal vez sea más dañoso para el país y  para la propia Institución que el mismo republicano. La característica  fundamental del monárquico  liberal  es su rotunda y   contundente falta de toda base doctrinal [...]  no existen teóricos con un mínimo de prestigio procedentes del campo monárquico liberal" (p. 242).

"el monárquico liberal [...]   es, cuando mucho, el oportunismo político, el arribismo, la incapacidad y la incompetencia y, eso sí, indefectiblemente, la pedantería y la suficiencia" (p. 242).

"la Monarquía liberal es la Monarquía de los republicanos"  (p.242) 

"El monárquico liberal, por consiguiente, o es un ambicioso, en el mal sentido de la ambición política, o es un débil mental" (p.243) 

"entre el sistema monárquico y  el liberal existe un abismo doctrinal'' (p. 243).


II. CONTRA EL LIBERALISMO.

“Para algunos el totalitarismo es lo contrario del liberalismo. Y, sin embargo, tienen una misma e idéntica esencia" (p. 21).

"lo que procede es [...] atacar la sistemática  liberal y su dialéctica en sus mismas bases hasta que se desmorone  su edificio construido a medias de sofismas y de paradojas" (p. 64).

"Lo peor del liberalismo no es esto, con ser de por sí nefasto" (p. 65).

“El liberalismo, espejo y símbolo de la libertad para los indocumentados,  es, en sí mismo, un absolutismo: el de la mayoría" (p. 66).

"El liberalismo, que defiende el principio del respeto igual a todas las opiniones, es, en su misma paradójica vertebración, de un sectarismo sin límites" (p. 67).

"los liberales podrían mostrarse orgullosos de poseer las teorías de más absoluta imbecilidad que se han conocido a lo largo de la Historia del mundo" (p. 67).

"Los delirios liberales conducen primero a la mediocridad, luego a la corrupción, finalmente a la anarquía y al caos, abonando fecundamente la obra babeante de la Revolución que inunda con su veneno y su resentimiento las resecas fauces de la sociedad liberal'' (p. 68).

"los liberales machacan y trituran hasta la saciedad la obra de cualquier escritor católico y tradicional que surge a la vida pública con pujanza y posibilidades” (p. 71).

"gran parte de los errores del liberalismo, siempre en servicio del fin de la Revolución, nacen de un falso concepto de la libertad” (p. 72).

"La prensa liberal ha terminado, ciertamente, con la libertad de prensa” (p. 201).

"Los sistemas liberales han sido lamentables para la libertad de prensa" (p. 202).


III. CONTRA LA SOBERANIA POPULAR.


"Principio fatal el de la soberanía del pueblo” (p. 42).

"La soberanía del pueblo es, simplemente, un ateísmo nacional"
(p. 57).

"la elección, como principio, es decir, la elección aplicada a todo, es un principio falso'' (p. 165).

"El sufragio universal, aparte de ser un principio falso surgido de la Revolución, es un pésimo sistema representativo porque [...] supone una estructuración a la sociedad de la que ésta carece, puesto que la sociedad está vertebrada orgánicamente" (p.194).



IV. CONTRA LA REVOLUCION FRANCESA, LA ENCICLOPEDIA, LOS PRINCIPIOS DE LA REVOLUCION FRANCESA Y LOS PARTIDOS POLITICOS.



"el parto tremendo de la Revolución francesa" (p. 14).

"la Enciclopedia se mostró como una creación funesta y su propia luz fue ruido y dolor del infierno" (p. 36).

"Una nación sin jerarquías es tan absurda como una casa sin escaleras'' (p. 196).

"Para un católico es rechazable la existencia de todo tipo de partidos que mantengan principios distintos o contrarios a aquellos en que se sustenta el Estado cristiano" (p. 208).

"Fueron los partidos los que arrojaron sobre París toda la carroña liberal que convirtió a la más bella ciudad del mundo en una corrompida gusanera" (p. 217).


V. CONTRA LA LIBERTAD RELIGIOSA Y EL ESTADO LAICO.


"en    los       países donde sea posible, el Estado debe ser confesionalmente católico […] este es el caso de España, por ejemplo" (p.56).

“El Estado católico no puede, en consecuencia, admitir la libertad igual para todos los cultos […] que el primer ciudadano vaya a misa y el del culto falso se convierta al verdadero” (página 58)


VI. CONTRA LA LIBERTAD DE ENSEÑANZA.

"En cuanto a la libertad de enseñanza, nada existe más peligroso para el Catolicismo que este principio, hijo bastardo de la Revolución laica" (p. 58).


VII. CONTRA EL CAPITALISMO.

“El capitalismo, lo mismo que el socialismo, es una doctrina económica fracasada” (P. 74).


VIII. CONTRA LA LEGITIMIDAD EXCLUSIVA DE LA DEMOCRACIA.

"condenando expresamente la afirmación de que 'la democracia sea la única forma católica de gobierno” (p. 84).

"Ocurre en la actualidad que casi nadie se atreve a oponerse a la democracia inorgánica y a sus dogmas" (p. 216).


IX. CONTRA EL CENTRISMO.

"El liberalismo situado en el centro, entre el catolicismo y el socialismo, ha despedazado como una bestia fiera la estructura orgánica de la sociedad, ha subvertido el orden existente, ha conducido al reinado de la revuelta y la agitación y ha concluido por ser libertinaje, desorden y anarquía" (p. 75).


X. CONTRA ORTEGA.

"el caso del popular y conocido escritor Ortega y Gasset, cuya falta de base doctrinal y filosófica ha sido demostrada" (p. 70).


XI. LIBERAL Y CATÓLICO, TÉRMINOS INCOMPATIBLES.

"Para los católicos, el liberalismo católico no tiene posible defensa'' (p. 77).

"[los liberales católicos] intentan un maridaje, hijo del pecado, entre esos dogmas [los revolucionarios] y los de la Iglesia de Cristo" (p. 80).

“La incoherencia y la inconsecuencia son los caracteres fundamentales de los católicos liberales” (p. 80)

“¡Gran servicio el del liberalismo católico a esta obra!  Ha arrojado la carne descompuesta de una sociedad confundida y anárquica a las fauces hambrientas de carroña del monstruo revolucionario"  (p. 86).

XII. SOCIALISTA Y CATÓLICO, TÉRMINOS INCOMPATIBLES.

“No se puede ser socialista y  católico a la vez” (p. 103).

“los socialistas que se llaman católicos son, con los liberales católicos y  ciertos demócratas cristianos, los que más daño hacen a la causa de Dios” (p. 103).


XIII. VINCULACIÓN ENTRE LIBERALISMO Y SOCIALISMO, LIBERALISMO Y COMUNISMO, LIBERALISMO Y TOTALITARISMO.

“el padre del liberalismo es el socialismo” (p. 99).

"El comunismo es la coronación natural de todo el proceso revolucionario: herejía, naturalismo, racionalismo, liberalismo, totalitarismo y    socialismo.  Es la voluntad sin límites del hombre actuando en servicio exclusivo de las fuerzas del mal" (p.
109).

"el tortuoso camino que [la Revolución] ha seguido para implantar el Estado sin Dios, fundado en la sola voluntad del hombre, a través de la herejía, el absolutismo, la ideología naturalista, racionalista y laica, el liberalismo, el totalitarismo, el socialismo y  el comunismo" (p. 247).


XIV. CONDENA ABSOLUTA DEL COMUNISMO.

"El comunismo es una teología satánica" (p. 111).


XV. A FAVOR DE LA MONARQUIÍ TRADICIONAL.

"Al hablar de la Monarquía, por supuesto, me refiero a la Monarquía pura, a la que hoy se llama representativa para diferenciarla de sus varias adulteraciones históricas:   la Monarquía absoluta, la Monarquía liberal, la Monarquía electiva" (p.147).

"por cristiana y  por nacional, la Monarquía tradicional española va unida a otros dos postulados básicos que no admiten discusión: la Religión Católica y  la unidad sagrada de la Patria" (p. 151).

"Al hablar de Monarquía tradicional se habla de un régimen modernísimo y renovado, de una Monarquía católica y representativa, social y popular, antiliberal, antiparlamentaria, órgánica y  descentralizada'' (p. 153).

"La Monarquía, para ser española, ha de ser cristiana" (p. 239).

"En España no puede existir otra Monarquía que la cristiana y  la Tradicional” (p. 243).




XVII. DEFENSA DE  LA  LLAMADA  "DEMOCRACIA   ORGÁANICA" DEL  FRANQUISMO.

"Atendiendo a la constitución de la sociedad, la representación más perfecta es la orgánica. Es decir, los representantes surgen por elecciones parciales o por selección a través de los estudios y  oposiciones, de los órganos naturales y  culturales que conforman la sociedad: familias, municipios, regiones, asociaciones profesionales, corporaciones” (p. 194).


XVIII.   DEFENSA     DEL   ALZAMIENTO    NACIONAL    Y   DE    LA    GUERRA    CIVIL ESPAÑOLA,


"Acción Española propugna y justifica catolicamente el alzamiento militar contra una República que está despedazando a España" (p.135).

"la heroica empresa colectiva que es devolver España a su auténtico cauce histórico, empresa que tuvo su iniciación en julio de 1.936, cuando los españoles se alzaron en armas contra un gobierno ilegítimo, contra la República atea y marxista" (p. 250).



XIX. A FAVOR DE LA CONTRARREVOLUCIÓN.


 "es tremenda la necesidad de emprender, con la urgencia vertiginosa de los tiempos que vivimos, un ingente movimiento de Contrarrevolución"
  

"la esperanza contrarrevolucionaria tiene un templo: veinte siglos de tradición cristiana (p. 98).

"la guerra de las ideas, otra vez la guerra de Religión, la Cruzada, por fin, en defensa de los derechos de Dios, contra los hijos de la Revolución, contra los hijos del infierno'' (p. 115).

"La Contrarrevolución exige extirpar por completo el ateísmo de la ley, de las instituciones y del Estado [...] es necesario, pues, luchar contra la Revolución como doctrina y contra las revoluciones en cuanto que quiebran la continuidad [...] la restauración de los principios católicos debe hacerse poco a poco [...] no hay que perder el tiempo.  La hora de los proyectos y de la reflexión ha pasado. Está llegando la hora de la acción [...] Ahora se hace precisa la acción, entablando decididamente la batalla con las fuerzas de la Revolución, hasta conseguir implantar el Estado de la Contrarrevolución" (pp. 127-128).

"hace falta implantar el Estado con Dios, el Estado de la Contrarrevolución" (p. 139).

"El europeísmo, la integración europea, de urgente y vital necesidad, sólo podrá asentarse, no en los principios de la democracia liberal, sino en los verdaderamente universales y fecundos de la civilización cristiana" (p. 217).

"El combate victorioso por la Ciudad Católica, por la implantación del Estado de la Contrarrevolución, por la instauración de la Monarquía cristiana, representa el grito de gozo de la salvación de España" (p. 251).

"No se trata sólo de traer el Rey a España. Se trata de traerle sentado sobre el trono de San Fernando, sobre las bases de la Monarquía católica y tradicional" (p. 251)