"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

6 de abril de 2008

La basura de "El País"

El viernes, por casualidad, me topé con un ejemplar de "El País" que llamó mi atención por el escandaloso titular de portada “Guardias civiles fabricaron el caso contra una clínica abortista”. Tras leer la información, sentí verdaderas náuseas por el miserable ejercicio de manipulación que constituía dicho titular. Hace falta atesorar mucha maldad para publicar algo semejante, pero de ese Diario ya nada puede sorprenderme, sino la ingenuidad de algunos de sus lectores. A la reunión convocada por el inefable Bermejo con los dueños de los mataderos humanos, le sigueron las amenazas a los jueces. A éstas, se suma la basura del buque insignia de PRISA. Pensaba escribir sobre ello, pero alguien me envió lo escrito por Eulogio López en Hispanidad, a quien cedo gustoso mi tribuna para su divulgación entre mis queridos lectores.
LFU

Otra canallada de El País contra los más débiles

La edición del 4 de abril del diario El País podrá pasar al anuario de la Infamia periodística. Noticia de portada, a cuatro columnas. “Guardias civiles fabricaron el caso contra una clínica abortista”. El pobrecito matadero no es otro que la clínica Isadora, obra de Marisa Castro, la diputada de Izquierda Unida y feminista de pro que decidió convertir su ideología en mercado y sus principios en negocio. En fino: luchó por la despenalización del aborto y luego puso una clínica para poder liberar a las mujeres de sus “paquetes” y a ella misma de la pobreza.
Por su supuesto la noticia es una manipulación de primer orden. Como los embustes más peligrosos y los artificios más dañinos, recoge hechos ciertos y los sitúa en contexto erróneos. Es sabido: toda gran mentira debe radicarse muy cerca de la verdad. De otra forma no es creíble.

Por supuesto que la denunciada contra Isadora fue “fabricada” por la Guardia Civil. Como casi todas las denuncias, en Isadora hubo un denunciante, la Guardia Civil investigó, un juez no vio indicios, y otro sí… y siguieron investigando. “La Guardia Civil fabricó”; por supuesto, es su trabajo. Y El País lo sabe.

La noticia, por supuesto, viene a cuento de que el juez que no le gusta a El País, el que permitido continuar las investigaciones, ha citado a declarar el mismo viernes a médicos y personal de la clínica Isadora, es decir a unos señores que se dedican a trocear, asfixiar o envenenar a niños no nacidos. Y claro, hay que defenderles -a los del abortorio, no a los niños-. Y todo ello en medio de un fraude de ley galopante, donde se utiliza el coladero ridículo, pueril y miserable del peligro para la salud psíquica de la madre. Y El País lo sabe.

Primer subtítulo (ideas-fuerza del Gran Hermano): “Los agentes desobedecieron al juez que les ordenó cerrar las pesquisas”. Mentira. Un juez consideró que no había pruebas suficientes. Los agentes siguieron investigando y otros jueces descubrieron que sí, que había indicios. El mismo diario lo reconoce en el texto, pero recuerden que la clave de la manipulación en prensa -en los medios audiovisuales, que emplean el lenguaje oral, es otra cosa- los lectores de la noticia completa no llegan ni al 10% de los lectores de los titulares. Y El País lo sabe.

Naturalmente, El País sigue la técnica del verdugo que se convierte en víctima, pero su espíritu de matón le puede. Así, los dos firmantes de esta repugnancia profesional -lo siento, pero a mí sí me gusta mi profesión- Oriol Güell y Mónica Belaza-, o sus jefes, han añadido un segundo subtítulo, que contiene la amenaza: “Interior abrió una investigación ante las irregularidades”. Las irregularidades inventadas por El País se entiende, pero ese viejo amigo de PRISA que es el ministro del Interior, Rasputín Rubalcaba, siempre al servicio de Janli Cebrián y los Polanco, no podría por menos de echar una manita, “andecha”, que decimos en Asturias, una colaboración desinteresada. En plata: se trata de amedrentar a los guardias civiles para que no investiguen lo que sus jefes políticos y editoriales no quieren que se investigue. Es la historia de esa perversión de la libertad que es el socialismo zapatista, otra secreción de El País: Si controlas los resortes de poder no hace falta que luches por tus principios, te basta con controlar a las personas, tener capacidad para inflingirles dolor, que era la definición de poder que más gustaba a George Orwell. Te basta con luchar contra las personas: basta con abrir un expediente a un juez -acuérdense del juez Ferrín Calamita-, o de investigar a los investigadores, a los guardias civiles, que para eso su salario depende de Rasputín. Y El País lo sabe.

Cuando en España se asesinan a 100.000 niños no nacidos, seres inocentes e indefensos, mientras las clínicas abortistas hace unos millonarios, mientras se produce un permanente fraude de ley, mientras España se ha convertido en el paraíso del aborto... hay que ser muy, muy miserable, para publicar esta sarta de mentiras. Y esto, no creo que lo sepa El País. O, al menos, no creo que lo acepte. Sólo Lope de Vega era tan sincero consigo mismo.

A la postre, de lo que estamos hablando es de miles de casos como el de Fátima, una mujer musulmana que abortó en Isadora y que cuenta su historia de esta forma.

Eulogio López

2 de abril de 2008

1º de abril

Por su indudable interés como documento audiovisual histórico, creo que nada mejor que este video para conmemorar la efemérides del 1º de abril, consagrado mundialmente por esa inutil, masónica y lamentable institución en la que se ha convertido la Unesco como "día de la diversión en el trabajo".

LFU

27 de marzo de 2008

Nerja, primavera 2008

El final de unas vacaciones felices es inseparable de una sensación de nostalgia por las horas que se fueron. Gracias a mis padres, tengo la suerte de poder regresar una y otra vez al luminoso paisaje de mi niñez, que ahora también es el sueño de mis hijas. Es verdad que, para mí, para los míos, Nerja no sería lo mismo sin "El Alamillo", sin sus toques de campana gastronómicos y sus despertares envueltos en gritos infantiles; sin sus multitudinarios desayunos y sus grandes peroles; sin la poesía que inunda sus paredes y el amor de unos padres que han logrado que dos generaciones queden atrapados por esa invencible atracción telúrica que solo produce un verdadero hogar. Pero aún así, Nerja siempre será uno de los lugares más bellos de nuestra querida España.

24 de marzo de 2008

El Infierno vasco

Gracias a El Baluarte de la Hispanidad de mi aguerrido amigo Abu Saif al-Andalusi he podido ver el avance de esta película que seguramente pasará inadvertida para gran parte de los medios de comunicación, porque no propugna la eutanasia, el incesto o la aberración ni pone a Franco y a la mitad de España de vuelta y media. Zp no irá al estreno ni tampoco Bardem y compañía. Seguro. Pero debería ser de exhibición obligada en el resto del mundo para que de una vez por todas abran los ojos sobre lo que está pasando en una parte de España. Es significativa, por retratar la cruda realidad, la frase de uno de los aparecientes: "A mí no me ha echado ETA. Me ha echado el nacionalismo vasco".

ETA no sería nada sin la inestimable colaboración que del nacionalismo vasco -me refiero también al denominado "nacionalismo moderado"- ha tenido durante los últimos treinta años. Sin ETA, el nacionalismo vasco sería testimonial y la sociedad vasca, menos cobarde. Sin el nacionalismo vasco en el gobierno, ETA acabaría desapareciendo. Esto no es un silogismo. Es la pura verdad, aunque les duela a algunos.

LFU


20 de marzo de 2008

Cerrado por vacaciones

Debo disculparme con mis lectores por no haber actualizado esta página desde el día 11 de marzo, pero imponderables de carácter profesional, primero, y después, el lógico deseo de evadirme del mundanal ruido en esta Semana Santa, me han impedido escribir una sola palabra. Volveremos en unos días. Feliz Pascua a todos.

LFU

11 de marzo de 2008

El secuestro de la infancia


¿A quien no le preocupa la clase de dibujos animados y películas que ven nuestros hijos? Sin darnos cuenta, las películas, los juguetes y las modas obligan cada vez más a nuestros hijos e hijas a jugar a ser mayores sin quemar antes la etapas fundamentales de la infancia. Los peligros que se esconden tras la cercenación de la infancia son muchos, pero pocos son conscientes de su trascendencia en la formación de la personalidad de nuestros hijos.

Por eso, y por su indudable interés y acierto, sobre todo para quienes tenemos mayor facilidad para engendrar niñas, reproduzco a continuación, el magnífico artículo de Carmen Posadas que está colgado en su web, :

Mamá, quiero ser sexy.

Los médicos han dado la voz de alarma pero de momento nadie les hace demasiado caso: la infancia de nuestros hijos es, a los efectos, tres o cuatro años más corta de lo que fue la nuestra. El fenómeno no por curioso deja de ser inquietante. Las niñas, por ejemplo, ya no quieren jugar con plastilina o montar en bici, lo que quieren es bailar como Shakira, vestirse como Paulina Rubio y tener el pelo de Beyoncé. Lo malo es que también pretenden hacerse piercings, usar minifalda y tener “novio”. Pero el fenómeno va aún más allá.Hace unos meses muchos pusieron un grito en el cielo por un anuncio de Armani en el que aparecían dos niñas asiáticas de seis o siete años maquilladas y vestidas de tal guisa que parecían un reclamo procaz que incitaba al turismo sexual. El anuncio fue retirado y la firma se disculpó pero a nadie se le escapa que la publicidad lo que hace es mirarse en el espejo de la sociedad y utilizar rasgos que ya existen en ella. Dicen los especialistas que la alimentación actual y la obesidad infantil adelantan la pubertad de modo que hoy las niñas y los niños se desarrollan antes; pero no solo se trata de eso.

En la oscarizada película Little Miss Sunshine puede verse cómo una familia de clase media hace todo tipo de locuras para que su niña de seis años llegue a tiempo de tomar parte en un concurso de belleza infantil en el que las participantes (maquilladas, peinadas y siliconadas) resultan ser la versión bonsái de Britney Spears o la tonta de Paris Hilton. El fenómeno no se limita a las niñas, los chicos también reclaman su acceso precoz a la feria de vanidades: uno pide que le hagan mechas rubias en el pelo, otro quiere un pendiente en la oreja y todos reclaman un piercing o un tatuaje. Según los expertos, el problema no es únicamente que con esta tendencia se les esté robando a unas y otros una etapa tan fundamental en la vida de todo ser humano como la niñez. El mayor problema reside en que la evidente erotización de la infancia eleva los riesgos de sufrir alteraciones de conducta, enamoramientos frustrados y por supuesto trastornos alimentarios tan temidos como la anorexia. Los medios de comunicación, la publicidad y los modelos a imitar (cantantes infantiles y demás monstruitos) potencian dicho fenómeno desde una edad tan temprana que los chicos no están formados para asumirla. En otras palabras, la sexualidad precoz acaba por eclipsar diversos aspectos importantes de la personalidad y se convierte en el único baremo válido para juzgar a alguien. Cada época tiene sus excesos y sus absurdos.

Cuando yo era niña, las chicas usábamos vestiditos de nido de abeja y los chicos pantalón corto hasta que las hormonas hacían de las suyas y a nosotras nos apuntaba el pecho y a ellos les crecían pelos en las piernas. Tal vez entonces, años recatados aquellos, se alargaba tontamente la infancia pero lo cierto es que tenía su encanto. Aún recuerdo mi primer lápiz de labios comprado a escondidas (trece años) y mis primeros zapatos de tacón (cerca de los catorce). Era yo por tanto una anciana comparada con estas lolitas actuales que andan ya pidiendo guerra a los ocho y que, probablemente, ni siquiera recuerdan cómo comenzaron en tales lides. Los distintos ritos iniciáticos –desde el bar-mitzva de los judíos a los tatuajes de los adolescentes maoríes, por ejemplo–, servían antaño para marcar la frontera entre la edad infantil y la adulta a los doce o trece años. Naturalmente no voy a ser tan retrógrada (ni tan ilusa) de pedir que volvamos a ellos, tampoco de que regrese la deliciosa posibilidad que tuvimos nosotros de ver cómo nuestra infancia se disolvía poco a poco hasta convertirse en adolescencia. Lo único que pretendo al señalar el fenómeno es alertar a ciertos padres que parecen encantados de que sus niños y niñas sean tan precoces. Pienso que sería mejor que los ayudasen a vivir y a disfrutar de su infancia un poco más y que les explicasen que ya tendrán tiempo harto suficiente de ser sexys, de enamorase y por supuesto de llorar y sufrir por amor. Ayudarles, en definitiva, a que nadie ni nada les robe la infancia porque es, todos los viejos lo sabemos, posiblemente la etapa más feliz de la vida. CARMEN POSADAS

9 de marzo de 2008

Una derrota sin paliativos

El infame ha vuelto a ganar las elecciones y gobernará, si Dios no lo remedia, cuatro años más en España o en lo que quede de ella. Ante esta realidad aplastante, no cabe consolarse con subidas de escaños ni excusas por el estilo. El peor presidente de la historia de España, el que ha vuelto a resucitar las dos Españas, el que ha mentido descaradamente una y otra vez a todos y cada uno de los Españoles, el que ha puesto a las instituciones al servicio de su imagen, de su poder personal y de su sectarismo, despojándolas de cualquier atisbo de independencia y solidez, el que llegó a inclinar la rodilla del Estado ante los terroristas y fue capaz de la villanía de contar los muertos en un debate, ha vuelto a ganar las elecciones.

Rajoy sabe que su tiempo se ha agotado. No había más que escuchar sus palabras en el balcón de Génova y el sombrío rostro de su mujer, para darse cuenta de que se estaba despidiendo. El partido popular debe hacer cuanto antes, una profunda renovación si no quiere instalarse en una eterna oposición de la mano de Jimenez Losantos. Los más de doscientos mil votos de Rosa Díez -cuya presencia en el parlamento habrá de darnos más de una satisfacción- deberían hacer reflexionar al Pp. Por cierto, por el balcón de Génova no asomó la cerviz la Presidenta del partido popular en Madrid.....

Que el buen Dios -que no entiende de plebiscitos democráticos- nos ayude.

LFU

1 de marzo de 2008

4 de marzo



Para la mayoría, esta fecha pasará inadvertida en el calendario, solo marcada por la resaca de un debate en el que el infame lo fue más que nunca sacando a los muertos en su defensa y el aspirante no fue capaz de fulminarlo.

Pero para aquellos que alguna vez en su vida han sentido el azul mahón en sus corazones, el 4 de marzo les traerá el recuerdo de una mañana luminosa de la Castilla de 1934 en la que sonaron, poéticas y juveniles, las voces de José Antonio, Onésimo y Ramiro en medio de un clamor de unidad que los tres rubricarían dos años después con el sacrificio supremo de sus vidas.


Para mí, el 4 de marzo es mucho más. Cuando yo apenas contaba cinco años de vida, mi padre, José Utrera Molina, en el mismo escenario vallisoletano en el que se proclamó la unidad de un movimiento nuevo, pronunció el que posiblemente sería el mejor discurso de su vida política. El más vibrante y genuinamente jose antoniano, por la poesía que impregnaba sus palabras y por el fondo unitario de su mensaje: el último de los que conseguirían devolver al teatro Calderón la emoción de una efemérides inolvidable que hace tiempo cayó en el olvido. Todo un canto a la Esperanza, a la unidad y a la superación de la fractura nacional, y una profesión de fe en la juventud, en un tiempo en el que muchos se apresuraban a vender de nuevo su alma por treinta denarios. He visto la grabación y leído el discurso muchas veces. Y aunque es imposible transmitir con palabras la emoción de unas imagenes inolvidables, no me resisto a transcribir algunos de sus últimos párrafos:

(...) A los jovenes no les va ni la simulación, ni la hipocresia, ni el enredo, los jóvenes quieren que nos liberemos de una vez para siempre de cualquier clase de espíritu de contienda y que quememos, de verdad, nuestro corazón en la superación de las fracturas el alma nacional. No quieren vivir bajo un cielo vacío, ni quieren existir en un aire muerto, ni pueden disciplinar su indignación ante los que quieren detenerse y ver también el tiempo forzosamente encadenado y detenido. Quieren también que España amanezca, pero que amanezca con justicia para todos. La juventud sigue a los hombres, pero no está dispuesta a alistarse con los budas.

Creo que cuando los mayores se saben servidores de una causa justa y cuando de verdad se hallan empeñados en empresas de signo moral auténtico, tienen siempre el respeto de los jóvenes. (...) Creo en la juventud; los que no creen en ella no pueden creer tampoco en el amor, en la esperanza y en la vida. Por eso estoy seguro de que la juventud estará con nosotros, si llevamos la conducta en el corazón y no en los labios, si somos capaces de llevar la vida en la palma de la mano, si nos atrevemos, en suma, a alzar con ellos fraternas y aliadas, las banderas de la justicia con el signo de la libertad.

Estamos en la esperanza. Por eso nuestros ojos no están hundidos en la nostalgia y nuestras venas repiten, en esta mañana castellana, la conmovida jaculatoria de nuestra fidelidad a los que cayeron por una España mejor, más justa y más libre. Elos esperaron sin esperanza, creyeron con generosidad y combatieron sin odio, por eso les sentimos junto a nosotros y estamos orgullosos de fundirnos, después de tanto tiempo, con el vigor de sus espíritus que hoy cumplen su destino sobre la luz de la etierra. En nuestro corazón oímos aún el sonoro silencio de sus voces vivas que vuelven a exigirnos, por encima de todo, el sagrado compromiso de la unidad y el abrazo fraterno de los que combatieron en trincheras distintas.

Camaradas; no pueden morir nuestros caminos, no pueden perecer nuestras ilusiones; sólo los que se cansan pueden ser vencidos. Hay alma todavía en las estrellas, hay otro sol ardiendo en la aventura, hay otro día. Caballeros de la camisa azul: templemos el brazo y clavemos otra vez la Rosa de los Vientos en el corazón de esta Castilla escueta y esencial, fraterna ysolidaria, y hagamos penitencia y sacrificio para que nazca limpia, audaz y joven, la nueva y alegre mañana de España.


LFU

29 de febrero de 2008

Año bisiesto

Reza el adagio popular "año bisiesto, año siniestro", atribuyendo muchas desgracias y tragedias ocurridas a lo largo de la historia a la llegada de este "fatídico" día, sin dejar cabida a la mera coincidencia.

Este pensamiento fatalista tiene sus orígenes en la cultura romana, producto de que febrero, según su tradición, era el mes de los muertos y del dolor en los tiempos del Imperio. Por ello, añadir un día a este mes, suponía incrementar la agonía, o bien, llamar directamente a la muerte.

Para los romanos, esta creencia era tan férrea que las puertas de los templos permanecían cerradas durante el mes de febrero. Nadie se casaba ni quería salir de sus hogares, pasando largas jornadas de encierro para evitar situaciones difíciles.

Aunque soy ajeno a este tipo de supersticiones paganas, lo cierto es que 1936 fue bisiesto y siniestro al mismo tiempo. Pero también lo fue 2004, cuando Zapatero llegó al poder tras el atentado del 11 de marzo. Y mucho me temo que 2008 entrará de lleno en el archivo de lo siniestro como ZP vuelva a ganar las elecciones.

Moraleja: por si acaso, urge forzar elecciones anticipadas para evitar que las generales caigan en bisiesto. Si no, aviados vamos los españoles.

LFU

27 de febrero de 2008

El debate

Cualquier mente no obnubilada por la pasión reconoce que Rajoy estuvo muy por encima de Zapatero en el debate del lunes. Pero también que Zapatero salió vivo, y es muy peligroso.

Rajoy no quiso contestar a la acusación de Zapatero sobre el Estatuto Catalán y es que parece que no conviene ahora remover el lodo en Cataluña y menos entrar al trapo del concepto de nación andaluza y catalana. Vamos, como si los que van a votar al Pp en cataluña estuviesen encantados con el "Estatut". Pero la respuesta era bien fácil. Comparar 20 artículos con los 223 que tiene, resulta rídículo. Aunque el Pp nunca debió apoyar el Estatuto andaluz, lo cierto es que la comparación entre ambos textos legales resulta absurda.

Tampoco mencionó Rajoy la tremenda erosión que una institución como el Ministerio fiscal ha sufrido en los últimos cuatro años. Conde Pumpido ha desprestigiado la Fiscalía General como nunca nadie lo había hecho. Recordemos la retirada de la acusación a Otegui que tuvo que ser hecha por un fiscal sustituto pues el titular se negó a perpetrar tal indignidad.

El problema es que ZP tiene unas armas contra las que Rajoy puede sucumbir si no anda habilidoso. El complejo tremendo de la derecha a la hora de defender los valores que son comunes a la inmensa mayoría de sus votantes puede hacerle vacilar en el próximo debate, en el que ZP tratará de ponerle entre las cuerdas.

La mejor medicina contra ZP es ponerle nervioso utilizando sus mismas armas. Rajoy lo consiguió el lunes y la angelical sonrisa del presidente se trocó en mirada de odio. El Presidente ha mentido muchas veces durante mucho tiempo y no puede negarlo. Acusa a la oposición de utilizar el terrorismo como arma electoral cuando él no tuvo inconveniente en utilizar el mayor atentado de la historia como arma arrojadiza contra el gobierno en la jornada de reflexión de las últimas elecciones. ¿por qué no se lo recordó Rajoy de forma clara?

Rajoy debe ir a degüello contra el presidente en el próximo debate. Si lo hace, ZP se descompondrá de nuevo y por lo menos tendremos un momento de alivio y consuelo ante lo que se me antoja una derrota irremediable.

LFU

25 de febrero de 2008

23-F en Paracuellos

El pasado sábado, merced a la generosidad de dos buenos amigos con mando en la Brigada Paracaidista, viví con mi familia y con algunos buenos amigos una jornada inolvidable conmemorando el LIV aniversario de la fundación de la BRIPAC, que por primera vez se celebraba en la nueva Base "Príncipe" de Paracuellos del Jarama.

Resulta admirable la personalidad propia de la joven aunque laureada Brigada y el orgullo que sienten los Caballeros Legionarios Paracaidistas que a ella pertenecen.

Lástima que el mando, algo imbuido de lo políticamente correcto, no permitiese que se cantase el particular "La Muerte no es el final" de la BRIPAC. En cambio, sí resonaron, rotundas y altivas, las voces de los CLP dando los gritos de ritual paracaidista:

Sobre nosotros: ¡DIOS!
Con nosotros: ¡LA VICTORIA!
En nosotros: ¡EL HONOR!
Triunfar: ¡O MORIR!
Caídos paracaidistas: ¡CON NOSOTROS!

LFU

22 de febrero de 2008

Pizarro no dio la talla

El debate de anoche puso de manifiesto las carencias mediáticas del fichaje "estrella" del Partido popular. Frente a un Solbes amable, desenvuelto y paternalista, Pizarro pecó de falta de rigor y de exceso de demagogia, además de repetir una y otra vez determinados conceptos en los que le habían dicho que debía insistir, sin contestar ni una sola vez a los argumentos de Solbes. Hasta en dos ocasiones le retó Solbes a contestarle respecto a una declaración de un miembro de su partidor respecto a la solvencia del sistema financiero español, y Pizarro no fue capaz de contestar. Cometió un error de bulto al decir "yo no estaba entonces" cuando Solbes aludió a la gestión de los gobiernos del Partido popular, olvidándose de que si estaba allí era como representante de ese partido y no como Manolo Pizarro. Y terminó de decepcionar a los juristas cuando en su condición de abogado del Estado no fue capaz de rebatir a Solbes cuando éste le refutó -muy convincentemente por cierto- acerca de las deducciones por i+d+i en el Impuesto sobre sociedades.

España no es una empresa y a Pizarro, cuya capacidad como gestor nadie pone en duda, le faltan muchas tablas en esto de la política. Pero si lo que quieren los del Pp es autocomplacerse, que escuchen la Cope, que para escurrir el bulto ya está diciendo que el debate fue un tostón -de hecho lo fue- para tratar de disimular el fiasco de Pizarro.

Nada que ver con Rato, que, como político experimentado, en su día fue capaz de machacar a Solbes dejandole en evidencia ante toda España con la frescura de un nuevo modelo económico que no cabe duda que fue beneficioso para España.

Lo de ayer fue un toque de atención para la oposición. Sólo le salva que muy poca gente fue capaz de aguantar hasta el final, aunque fue precisamente al principio cuando Solbes le dio un importante repaso a su manso contrincante, a quien atrajo a sus terrenos para lidiarle con asombrosa facilidad.

LFU

20 de febrero de 2008

Fidel Castro, Franco y Fernando Onega.

Comparar a Francisco Franco con Fidel Castro o comparar la España de 1975 con la Cuba de 2008 más que un disparate es una tremenda villanía. Basta con citar que el nivel de convergencia en renta per cápita de los españoles con el resto de Europa era en 1975 del 78%, tasa que por cierto no se volvería alcanzar hasta el año 1996. Por supuesto, los españoles podían viajar libremente por el mundo, no existía ninguna clase de embargo sobre los productos nacionales y los mandatarios de todo el mundo visitaban España sin problemas (Por aquí pasaron hasta cuatro presidentes de los Estados Unidos de América). Quizás la prueba del nueve resida en que el Jefe del Estado Español siga siendo el que fue designado en 1969 por Franco como sucesor suyo a título de rey.

Esta mañana, Fernando Ónega, en su intervención en Onda cero, al hilo de la retirada del Dictador cubano, ha mezclado churras con merinas y se ha metido en comparaciones miserables que no estoy dispuesto a admitir ni a silenciar. Precisamente porque jamás he podido olvidar el vibrante, sentido y emocionado artículo que el mismo Fernando Onega publicó en "Arriba" el 21 de noviembre de 1975 y cuyo título deberíamos recordarle ahora: "Así solo mueren, Europa, los grandes hombres de la Civilización" . Y es que las hemerotecas, a veces, nos refrescan la memoria. Aquí lo tenéis:

LFU

"ASÍ SOLO MUEREN, EUROPA, LOS GRANDES HOMBRES DE LA CIVILIZACIÓN"


TIEMPO I.- Fue –tenía que ser-un 20 de noviembre. Murió como un caído más, como el más humilde de los caídos, precisamente el día que dedicó a su honra. Entrelazó su nombre, para las conmemoraciones e la historia, con el de José Antonio. Va a descansar bajo el mismo techo, y el destino, que escribe sus designios con caracteres misteriosos, escribió ahora esta grandiosa coincidencia.

Fue con el alba, cuando el país dormía. Y ese país se despertó después con la mañana de luto y la historia cambiada. A las seis de la mañana ya estaban encendidas las luces de casi todos los hogares. Se resistía la niebla a dar paso a alguna noticia que no fuera la del milagro, pero ya era tarde. Ya era el gran vacío. Estaban cerradas cuatro décadas de gloria. El edificio estaba construído.
El pueblo salía de sus casas, como todos los días. Aparecían las primeras banderas a media asta, como los sentimientos, y el pueblo salía de sus casas, como todos los días.

Yo estoy seguro que Franco –un Franco difunto, ¿os dais cuenta?- hubiera deseado un amanecer justamente así: con el pueblo, con su pueblo, que lleva un nudo en la garganta, se desayuna con su amargura, se afeita con su luto, pero acude a su trabajo con la enorme y sagrada serenidad de la esperanza en la normalidad. Ni un histerismo, ni un grito callejero, ni una parálisis, ni siquiera el silencio. Un dolor seco, pero una vida del país llano que seguía su ritmo normal. Era, sin duda, el amanecer que hubiera deseado Franco para la hora suprema de
“rendir la vida ante el Altísimo y comparecer ante su inapelable juicio”

TIEMPO II.- Y luego, aquél brazalete negro por la calle. Y aquellos rostros que lloraban sin ningún reparo. Y la imagen entrañable de la viuda, cortada por el dolor. Y las voces emocionadas de los encuestados por televisión. Y cerca de cuatro millones de ejemplares de periódicos vendidos en una sola ciudad. Y una comitiva de catorce coches que cortaba el aire frío de una mañana para todas las derrotas. Hasta ese momento se había creído en el milagro. Ahora, Franco había sucumbido en su última batalla. Y esta España nuestra, huérfana de un caudillaje, se miraba a sí misma y se repetía: sin Franco. En los pueblos las campanas sonaban a muerte. España estaba de luto. La música fúnebre no se oía solo en los receptores. Esta España nuestra era ya, irremisiblemente, una España sin Franco.

TIEMPO III.- Estaban conectados, seguramente, todos los televisores del país: “Franco ha muerto”. Carlos Arias, resumen humano perfecto de veintidós meses trepidantes, en los que se dieron cita la angustia y la ansiedad, los mayores compromisos y los mayores problemas para un gobernante, comparecía otra vez ante la sociedad. Contemplad su rostro: es una imagen para el recuerdo, como algo muy patético de emoción. Sus palabras se entrecortaban, fue preciso repetir la grabación, y al final, como cada español, dijo el “Viva España” de Franco con toda la zozobra que cabe en un cuerpo humano, con toda la tristeza que puede caber en la geografía de una nación. “No os faltará mi capitanía”. A las seis horas de faltarnos, supimos que Franco había tenido la previsión de estadista de dejar su testamento político, escrito desde el amor y el perdón, recuadrado en aquellas palabras que Franco escribió tan alto: unidad, Patria, paz, pueblo, justicia social. El, que no pudo físicamente asistir a la jura del Rey de España, sólo dejó dos peticiones básicas: la unidad y “que rodeéis al futuro Rey del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado”. Ha sido su último gran gesto. Y entre el amor y el perdón ha entrado en el juicio de la Historia.
ASÍ NO MUEREN, VIEJO CONTINENTE, LOS DICTADORES. ASÍ SOLO MUEREN, EUROPA, LOS GRANDES HOMBRES DE LA CIVILIZACIÓN.

HOY ES MAÑANA.- Todo está consumado. De lo que ahora se trata es de que ese gran testamento no quede en un archivo, aunque sea primorosamente cuidado. Cuando estas líneas se escriben, en alguna imprenta de Madrid se están editando un cuarto de millón de “posters” con la imagen del Caudillo perdido y el texto de sus últimas palabras.
Cuando, el próximo jueves, los escolares vuelvan a sus aulas, ese “poster” pasará a presidir un cuarto de millón de habitaciones, un cuarto de millón de estudios, de un cuarto de millón de muchachos que ahora heredan, sencillamente, una cosecha de paz.

Hasta ahora, con precisión milimétrica, entraron en juego puntualmente los mecanismos institucionales. Con madurez ejemplar, que ya nadie podrá discutir, el pueblo se comportó singularmente. Hoy, con el alba, ese pueblo acudirá a ofrecerle su homenaje de despedida final a su cuerpo, ya que su obra es patrimonio colectivo. Pero hoy es ya el mañana, veinticuatro horas antes de la jura del Rey Don Juan Carlos. La pena y el luto son inmensos, pero sobre ellos se abre el mandato social de los tiempos: “Continuar”. Mañana, a los seis años y cuatro meses de su proclamación como heredero, un hombre joven, ya Capitán General de los tres Ejércitos, cogerá el timón que Franco condujo a lo largo de cuatro décadas. Hereda un Estado construido, pero necesitado de las modificaciones que requiere la nueva sociedad. Ayer terminó, por ejemplo, su vigencia, la ley de Prerrogativas. Ese simple hecho enmarca un enorme compromiso. El final de esta ley significa lo mismo que el tránsito del Régimen de Franco a una Monarquía constitucional: el paso del poder personal a un poder institucional y popular. Pero no es tiempo de cábalas. El gran umbral del futuro sólo se abrirá mañana con el mensaje del Rey a la nación. Mientras tanto, es hora de silencios. Fernando ONEGA

15 de febrero de 2008

El "belga"


En el mes de marzo de 2004, la conjunción de la pésima, torpe y confiadamente ingenua política mediática del Partido popular -que llegó a creerse invulnerable en el poder- y la inestimable colaboración de los medios del grupo PRISA que, tras el atentado de los trenes de Atocha, se lanzaron a la caza del gobierno en lugar de a la de los asesinos, hizo posible que ocupara la presidencia del gobierno el político más insolvente y nefasto que ha conocido la historia de España.

Personaje cargado de un resentimiento enquistado en lo más profundo de su ser, ha cubierto de sectarismo su acción de gobierno, pero es cobarde y acomodaticio ante los medios y frente a sus interlocutores. A todo el mundo le dice lo que quiere oir, con palabras vacuas, frases hechas y de una preocupante elementalidad. Sólo se siente cómodo hablando de los grandes principios universales (paz, solidaridad, libertad) que maltrata fonéticamente con la estridente zeta y que, en realidad, le importan un higo, porque su único fin es mantenerse en el poder a costa de lo que sea menester.

Pero a la hora que es, aún no he visto a ningún medio hablar de la gran revelación que el presidente Zapatero hizo ayer en un medio radiofónico "los españoles, en su día se fueron a Alemania sin saber alemán, y se fueron a Bélgica sin saber el belga". Si señor. El presidente del gobierno español se inventó ayer un nuevo idioma hasta ahora inédito, pero nadie hasta ahora parece haberse dado cuenta.

Pues es la ligereza con la que habla del "belga", la que viene aplicando a su nefando mandato, en el que no sólo ha puesto a España al borde de su desintegración, sino que la ha hecho desaparecer de la escena internacional. Ha causado un daño irreparable a sus instituciones poniéndolas al servicio de su inmenso sectarismo, aventando además en el pueblo español una división que parecía haber quedado olvidada en el arcano de la historia.

Desgraciadamente, son muchas las posibilidades de que repita mandato cuatro años más. Y parte de culpa la tiene el partido popular, incapaz de aglutinar en su seno las diversas tendencias que a diestra y siniestra podían haberle dado una mayoría.

Al paso que vamos, y con el maltrato que sufre el Español en buena parte de nuestra patria, no me extrañaría que, dentro de cuatro años, se imponga por ley la obligación de aprender el "belga".


LFU

8 de febrero de 2008

María Centenera

Se llamaba María y era mi amiga. Cuando murió, hace ahora un año, me prometí a mí mismo escribir sobre ella, pero no fui capaz entonces de enhebrar algo digno de su memoria. Tenía por tanto una deuda pendiente conmigo mismo, que me he propuesto saldar ya, de forma definitiva.

La conocí hace dieciséis años, cuando iniciaba yo mi andadura profesional como abogado. Entonces yo lo tenía todo por aprender y ella fue la destinataria de mis más peregrinas preguntas, propias de un bisoño pasante en el despacho. Muy pronto se estableció entre nosotros un clima de confianza y de confidencia, que sólo la muerte pudo interrumpir.

Siempre admiré en ella su fuerte personalidad, su claridad de ideas y su buen humor. Atesoraba un sentido común fuera de lo habitual y siempre estaba disponible para escuchar. En ella encontré consuelo y comprensión en momentos de zozobra y buenos consejos en mis inquietudes. Pero fue su enorme fortaleza ante el descubrimiento de su fatal enfermedad y la increíble entereza con la que afrontó su penosa evolución lo que hizo que mi admiración por María se elevase a lo infinito.

María nos dio a todos los que la conocimos una enorme e impagable lección de fe y de esperanza ante la adversidad. Durante los tres años que duró su calvario, jamás se borró la sonrisa de su rostro y no hubo asomo de tristeza en su mirada. Recuerdo que sonreía irónica ante su mala fortuna, pero jamás la escuché quejarse, a pesar de los muchos sufrimientos y frustraciones que tuvo que padecer. Nunca pudimos tratarla ni verla como a una enferma, tal vez porque nos parecía imposible que su enorme vitalidad no fuese capaz de vencer a la enfermedad.

Cuando fue consciente de lo inevitable –y me consta que lo fue muy pronto-, puso su corazón y su fuerza en vivir intensamente cada día que Dios le pudiera conceder, como un precioso regalo que sabía que no podía desperdiciar en lamentos inútiles. Estoy seguro de que Dios le dio Su divino aliento para llenar de amor y alegría a Antxón, a Maite, a Luis y a Iñaki, a su familia y a todos los que la sentíamos como algo nuestro, hasta el día en que quiso llevarla con Él.

Recuerdo que un día me dijo que su enfermedad le había enseñado a comprender la absurda esterilidad de las discusiones domésticas y la importancia y fecundidad de vivir cada día como si fuese el último. Conservo como un tesoro un correo electrónico que, según me dijo, había recibido de esos muchos que circulan por la red, y que viene a resumir de forma certera, en sus tres últimos párrafos, toda una lección de vida que ella supo hacer suya con los demás:

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.”

Estoy seguro que, desde el cielo, María sabrá perdonarme la escasa calidad literaria de unas líneas escritas, con algo de retraso, desde lo más profundo del corazón.

LFU

6 de febrero de 2008

Cara al sol



Somos legión los que lo hemos entonado, con emoción, desde hace setenta y dos años, pero pocos los que conocen la historia de los orígenes del himno de la Falange, que tomaría el nombre del principio de la primera estrofa: "Cara al Sol".

Su letra, que nos habla de amor y de guerra; de rosas, primaveras y amaneceres, fue un primer reflejo de la "poesía que promete" de la que hablaba José Antonio en su limpio, fresco y emocionante discurso del Teatro de la Comedia, que venía a servir de contrapunto a la áspera dureza de los himnos y canciones de sus adversarios.

La necesidad de contar con un himno propio rondaba la mente de José Antonio desde poco después de la fundación de la Falange. Pero la primera referencia a su imperiosa necesidad la encontramos a la salida de un multitudinario mitin en el Cine Madrid, que tuvo lugar el 17 de noviembre de 1935, al que habían acudido 12.000 falangistas, cuando Francisco Bravo, jefe de la falange salmantina, comentó con José Antonio la necesidad de contar con un himno para poder cantarlo al final de los actos del movimiento.

Pocas semanas después, el 2 de diciembre de 1935, tras asistir al estreno en el cine de la película francesa "La bandera" protagonizada por Jean Gabin y que ensalzaba los valores de la Legión Española, se reunieron en casa de Marichu de la Mora José Antonio, Rafael Sánchez Mazas, Dionisio Ridruejo y José María Alfaro. Al término de dicha reunión, José Antonio comentó a los demás que al día siguiente los esperaba en la Cueva del "Or kompon" para redactar la letra del himno de la Falange, cuya música había compuesto el maestro vasco Juan Tellería con el título de "Amanecer". "Si falta alguno –dijo socarrón a los reunidos- mandaré que se le administre ricino."

Or Kompon era un restaurante vasco que estaba en la calle de Miguel Moya en Madrid que Foxá describe así en "Madrid de Corte a Checa": "era una especie de cueva vasca, con acuarelas de Guipúzcoa en los zócalos. Carros de bueyes rojos, con la lana sobre el testuz, caseros de boina, frontones, maizales y curas con paraguas, bajo los cielos plomizos de Loyola".

Al día siguiente, se reunieron en el restaurante José María Alfaro, Agustín de Foxá, Pedro Mourlane Michelena, Dionisio Ridruejo, Agustín Aznar, Rafael Sánchez Mazas, el Marqués de Bolarque y José Antonio, en unión del Maestro Tellería. A la puerta del local quedaron montando guardia, Luis Aguilar y Agustín Aznar, Jefe de Milicias de la Falange, según Foxá, para que no saliese ninguno hasta que el himno estuviese terminado.

Tellería se puso al piano e interpretó la música que había compuesto para servir de inspiración al plantel de poetas reunido en torno de la mesa. José Antonio dio la pauta de lo que quería: "Tiene que ser un himno sencillo. Una canción alegre, exenta de odio, pero a la vez de guerra y de amor. En la primera parte debe hablarse de la novia, después de decir que no importa la muerte, haciendo alusión a la Guardia eterna de las estrellas, y luego algo sobre la Victoria y la Paz.". José Antonio leyó los versos que traía compuestos:

"Traerán prendidas cinco rosas, las flechas de mi haz".

Foxá, José Antonio y Alfaro redactaron la primera estrofa


Cara al sol, con la camisa nueva
que tú bordaste en rojo ayer
me hallará la muerte si me lleva
y no te vuelvo a ver.

Foxá se ocupó igualmente de la segunda estrofa que no quedaría como la conocemos hasta el día siguiente.

"Formaré junto a los compañeros
que hacen guardia sobre los luceros
impasible el ademán
y están presentes en nuestro afán."

José Antonio añadió tres versos para enlazar con la tercera estrofa:


"Si te dicen que caí
me fui
al puesto que tengo allí".

Ridruejo escribió los dos primeros versos de la cuarta, en la que el adjetivo que acompañaba al "paso" fue primero "fuerte", después "recio" y finalmente, "alegre"

"Volverán banderas victoriosas
al paso alegre de la paz"


y José Antonio, los dos segundos, que traía escritos.

"Y traerán prendidas cinco rosas
Las flechas de mi haz".


La última estrofa fue obra de Alfaro:

"Volverá a reír la primavera",


Pedro Mourlane:

"que por cielo, tierra y mar se espera"
y, nuevamente, Alfaro

"¡Arriba escuadras a vencer!
que en España empieza a amanecer".


Cuenta Foxá que, a propuesta de Bolarque, se reunieron todos en torno al piano para entonarlo por vez primera:

"Sonaron los primeros compases. Comenzaron a cantar. La música se hacía densa: eran voces juveniles que invocaban la muerte y la victoria. Se ponían firmes inconscientemente, levantaban el brazo. Y era que estaba allí el himno, arrebatándoles, sorprendiéndoles a ellos mismos, vivo ya, independiente, desgajado de sus autores.

En los ojos de José Antonio brillaba una luz de entusiasmo velada por una ligera tristeza. Le parecía escuchar en la cercana calleja las pisadas rítmicas de sus camaradas que marchaban hacia un frente desconocido, y que penetraba por la ventana el aire frío de las batallas y de las banderas: Y se imaginó a sus mejores pronunciando, moribundos en la tierra, en el mar y en el aire, aquellas palabras que hacía unos minutos, sobre el papel, no eran nada y que ya no pertenecían a los poetas."


Gracias al camarada Francisco Valencoso López, a quien José Antonio regaló el manuscrito del himno tras acompañarle con su clarinete, sabemos que el Cara al Sol sería entonado por primera vez ante un público reducido en el parador llamado del Zurdo, en el pueblo conquense de Quintanar del Rey el 29 de diciembre de 1935, a la salida de un mitin celebrado en el Teatro Cervantes de dicha localidad:

"De pronto, José Antonio, al que se notaba muy contento sin duda por el feliz desarrollo del acto, preguntó de repente: ¿no hay un músico entre vosotros".

Yo, como verdaderamente lo era, aunque aficionado, contesté: Yo toco un poco el clarinete. Magnífico –dijo él- tráelo enseguida. Mandé a mi primo a mi casa a por el instrumento y al volver y dármelo, José Antonio dijo: "Os voy a enseñar una canción de amor y guerra que hace unos días hemos hecho en Madrid. Por cierto que no se ha cantado aún en ningún acto."

Habría que esperar al 2 de febrero de 1936 para que el Cara al Sol fuese cantado por miles de voces por vez primera, en el mitin del Cine Europa de Madrid.

Desde entonces, millones de gargantas han vibrado con sus notas, con el brazo en alto y la mano abierta a la esperanza de un nuevo amanecer de España.

Escuchemoslo, una vez más: http://es.youtube.com/watch?v=SQcSTGz3XyY

LFU

4 de febrero de 2008

El PSOE contra la Iglesia. El Islam con el PSOE


Parece que no aprenden. Aunque la confrontación con la Iglesia pueda dar a la izquierda réditos a corto plazo, la historia nos enseña que, a largo plazo, el ataque a la Iglesia se vuelve contra sus promotores e instigadores como un certero bumerán. ZP está empeñado en retrotraer a la sociedad española a los años 30 y lo está consiguiendo en todos los órdenes.

La Iglesia española, en su último documento, ha establecido determinadas directrices morales para orientar el sentido del voto. No pide el voto para ningún partido -como victimistamente pretende el PSOE- , pero recomienda que no se vote a opciones que contemplen y amparen en su programa temas como el aborto, la ley del divorcio sin causa o el matrimonio homosexual, en los que, por cierto, la postura del PP no es ni mucho menos clara: “Es preciso afrontar - señala el Papa - con determinación y claridad de propósitos, el peligro de opciones políticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano, en particular con respecto a la defensa de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y a la promoción de la familia fundada en el matrimonio, evitando introducir en el ordenamiento público otras formas de unión que contribuirían a desestabilizarla, oscureciendo su carácter peculiar y su insustituible función social” (n. 56). La legislación debe proteger al matrimonio, empezando por reconocerlo en su ser propio y específico"

Guerra amenaza con denunciar los acuerdos con la Santa Sede; Pepiño acusa a la Iglesia de integrista y amenaza chulesco con un antes y un después del 9 de marzo; el gobierno amenaza con más y mejor aborto, y además por Real Decreto, algo que repugna no ya moralmente sino desde el punto de vista constitucional. Esto es, vamos a darle a la Iglesia en el trasero de los embriones, para que los puedan matar más y mejor y así rabien los curas.

En auxilio del Gobierno salen los de siempre, entre ellos, los paniaguados de la Industria subvencionada del Cine, incapaces de subsistir sin el dinero de todos, que no tienen otra ocrrencia que solicitar unos y aplaudir losdemás, la "disolución" de la Conferencia Episcopal. Pero no contábamos con Mansur Escudero, quien en nombre de la Junta Islámica, se ha descolgado pidiendo el voto de los musulmanes para el PSOE, lo que no deja de ser una sarcástica paradoja, teniendo en cuenta el papel que desempeña la mujer en el mundo islámico, en ocasiones peor tratada que un animal, y la consideración penal que merece el adulterio en los países islámicos, en alguno de ellos castigado con la muerte por lapidación pública.

En los años 30 la izquierda impulsó, alentó y promovió activamente la persecución a la Iglesia. El resultado fue enormemente fecundo para la Iglesia, que se nutrió espiritualmente con la sangre de los más de 7.500 religiosos asesinados en toda España y muy frustrante para la izquierda, que vio cómo mientras en sus filas resultaba imposible mantener el orden y la unidad, la perseguida religión fue la amalgama que consiguió que falangistas, requetés, monárquicos y conservadores, olvidasen sus diferencias para combatir en nombre de Dios y de España y luchasen codo a codo para alcanzar la victoria final.

Setenta años después, el ignorante y rencoroso Zapatero se dispone a repetir los errores de sus antepasados, a los que está deseoso de emular. No le arriendo la ganancia. Al final, aunque sea para algunos demasiado tarde, lo acabará pagando con creces.

LFU

30 de enero de 2008

El Ministro de Justicia con los verdugos

Ha pasado casi desapercibida la reunión, con luz y taquígrafos, mantenida por el Ministro de Justicia con los responsables de los abortorios que están siendo objeto de una investigación judicial relacionada con la comisión de diversos delito de aborto. Es un verdadero escándalo que estando abiertas unas diligencias judiciales, nada menos que el Ministro de Justicia se posicione públicamente en favor de los presuntos delincuentes y, no contento con ello, advierta en tono amenazante -secundado por el Ministerio fiscal- que no tolerará intromisión alguna en la intimidad de las mujeres que han abortado en dichas clínicas, ya sea legal o ilegalmente, en alusión directa al Juez que ha llamado a declarar como testigos a diversas mujeres que abortaron en dichos centros.

No existen precedentes en la historia de España de un hecho de tanta gravedad perpetrado por un Ministro de Justicia español, despreciando no sólo la acción de la Justicia y la división de poderes, sino ciscándose directamente en el Código penal vigente.

Hasta esta misma mañana, el aborto sigue siendo un delito en España (artículo 144 y siguientes del Código penal) y que sólo en ciertos supuestos contemplados por la ley está despenalizado, lo que no convierte su práctica en tales casos en un derecho merecedor de protección alguna.

Pues bien, ¿qué va hacer Fernandez Bermejo y la fiscalía si al final resultan condenados los responsables de los abortorios? ¿qué si condenan a las mujeres que asesinaron a sus fetos de siete meses?. ¿Va a garantizar su derecho a la intimidad?. ¿va a aplicar medidas disciplinarias contra el juez?

Esto es una verdadera vergüenza. Y más vergüenza me da que la prensa nacional no haya reaccionado de manera más contundente contra uno de los atentados más graves contra el Estado de derecho que ha cometido un gobierno presuntamente democrático.

LFU

28 de enero de 2008

Desilusión

Cada vez tengo más claro que Rajoy no es el hombre que España necesita para salir de la postración e inseguridad en la que la está sumiendo ZP. Su lamentable actuación en relación con la elaboración de las listas de Madrid, en la que se ha visto incapaz de soportar las presiones del aparato del partido, provocando una escena ridícula, innecesaria y extemporánea en época preelectoral, se suma a sus explicaciones posteriores directas e indirectas que son todo un insulto a la inteligencia de los españoles y que demuestran que le preocupa mucho más que no le muevan de su silla que servir a España desde donde sea.

Rajoy ha perdido una oportunidad de oro para conformar en torno suyo una mayoría social capaz de derribar al imperio de la mediocridad que representan Zapatero y su gobierno. En lugar de convocar a todos, sin exclusión de credos ni ideologías, a una ilusionante tarea de reconstrucción nacional, de recuperación del sentido nacional, de los valores y de la seriedad en el servicio público, ha preferido, con tal de tener la fiesta en paz en su casa, encerrarse en el caparazón de su partido pariendo unas listas que lo son todo menos algo ilusionante: Trillo, Zaplana y Acebes, estrellas rutilantes de un pasado de derrota, con la inestimable colaboración de Esperanza Aguirre, han confeccionado unas listas para meter cada uno a los suyos a costa de lo que sea, y así sale lo que sale. Por ejemplo, la mano derecha de Acebes, Cayetana Álvarez de Toledo, discípula de Pedro jota y Federico Jiménez Losantos, cuyos méritos políticos (¿cuantos años lleva en el PP, dos o uno?) brillan por su ausencia, cuya pedantería en las tertulias y en sus artículos, supera lo inadmisible y a la que, por cierto, a esta chica alguien debería explicarle que no se puede comparar a Franco con Videla, ni con Stroessner, ni con Hitler. ¡Algo más de seriedad, que encima me están pidiendo el voto!

Esto es lo que les importa España. Han hecho unas listas para su autocomplacencia, pero no para ganar y mucho menos para ilusionar y terminarán perdiendo ante los inagotables, a los que se lo están poniendo como a Fernando VII.

LFU

25 de enero de 2008

Recortes (I). La Vegetación del Páramo

Mi nada despreciable colección de recortes de prensa me permite salvar la falta de tiempo para cumplir mi propósito de escribir al menos, dos entradas semanales. En esta ocasión, he escogido dos magníficos artículos de Julián Marías, por cierto, nada sospechoso de tener apego alguno al régimen anterior.

El primero "¿Por qué mienten?" publicado en ABC el 16 de enero de 1997 es tan sólo un recordatorio del segundo "La Vegetación del Páramo" publicado en "La Vanguardia Española" (actualmente "La Vanguardia" a secas) el 19 de noviembre de 1976, cuando ya apuntaban maneras los muñidores de la falsificación de la historia, pretendiendo borrar de la memoria de los españoles unos años de gran fecundidad en el mundo cultural.

LFU

¿POR QUÉ MIENTEN?

Reconozco que tengo una aguda sensibilidad para la mentira. La verdad me importa hasta tal grado, que la mentira me deprime y entristece. Por desgracia, su frecuencia es inquietante, y en personas individuales o grupos ha adquirido un carácter que se podría llamar "profesional": se puede contar con la mentira con la seguridad de que no falte.

La historia es objeto preferente de esa operación, lo que resulta fatigoso y encierra quizá los peligros más graves que nos amenazan. Todo lo que se haga para establecer –o restablecer– la verdad histórica me parece tan precioso como necesario. Pero, aunque existen, se cuentan con los dedos los que se entregan a fondo a esa urgente tarea.

La voluntad de mentir se concentra especialmente en la presentación del pasado cercano y del presente, sobre todo en sus dimensiones intelectuales, culturales en general. Casi todo el mundo considera necesario decir que España, durante cerca de medio siglo –o más– ha sido un desierto, y se ha acuñado la expresión "páramo cultural".

Hace veinte años escribí un largo artículo titulado "La vegetación del páramo" (recogido luego en mi libro "La devolución de España", 1977). En él consideraba la actividad cultural en España entre 1941, fecha en que se reanudó tras la guerra Civil, y 1955, en que murió Ortega. Era un recuento fragmentario, sin rebuscas ni propósito exhaustivo, de lo que se había hecho, en medio de grandes dificultades, en esos quince años. Resultaba una larguísima lista, impresionante, de "libros libres", fruto de vocaciones admirables; se veía la continuidad, no interrumpida, de los autores existentes antes del feroz corte de la guerra, y la aparición de promociones nuevas, de sorprendente fecundidad, y en la mayoría de los casos, capaces de innovación e independencia. La vegetación del páramo, concluía yo, es bastante frondosa.

Baroja decía con humor que los españoles discuten sobre cuestiones de hecho. Muchos hacen ahora algo mejor: ni siquiera discuten, sino que hacen caso omiso de los hechos. Al cabo de tantos años, casi nadie ha leído el artículo, ni siquiera en el libro, agotado hace mucho tiempo. Y el hecho es que, con raras excepciones, cada vez que se habla de lo que ha sido la realidad cultural de España después de la guerra civil, se acumulan las mentiras más evidentes, más contrarias a la irrefragable realidad.

Lo más curioso es que a veces las cometen los que dieron frondosidad a la vegetación del páramo, los que con su propia obra desmienten lo que dicen. Hay gran número de autores que surgieron precisamente en aquel tiempo, que florecieron y alcanzaron fama, que contribuyeron a que, a pesar de tantos pesares, España fuese habitable, esperanzadora, interesante, en muy alta proporción creadora.
¿Por qué lo hacen? Tengo una irrefrenable propensión a intentar entender. Hay que distinguir de edades o generaciones. Los jóvenes –y en esta categoría, para estos efectos, son los que no han llegado a los cincuenta años– mienten, diríamos, en nombre de otros. Su motivo principal es la ignorancia: no saben nada, aceptan pasivamente lo que les han dicho y lo repiten como cosa propia.
Hay un curioso grupo, formado por los que empezaron a actuar hacia 1956 –fecha muy significativa–. Tuvieron, ya desde entonces, la voluntad de dar por nulo todo lo que se había hecho antes –es decir, todo lo que se enumeraba en el artículo de que hablo–, para dar la impresión de que con ellos, y sólo con ellos, se iniciaba una resistencia a las presiones oficiales y un intento de independencia.

Finalmente, los decididamente mayores, los que vivieron y escribieron en ese ya lejano periodo, con frecuencia se pliegan a las presiones dominantes, temen ser acusados de complacencia con ellas si afirman y valoran lo que muchos hicieron precisamente para no aceptarlas, pagando por ello el precio necesario. Algunos tuvieron en efecto esa complacencia para buscar una vida más fácil, lo que al fin y al cabo es humano; otros no. Todos contribuyeron a que no se rompiera la continuidad de una cultura que data ya de un siglo largo –y me refiero a la que es "actual", no a la dilatadísima que constituye el patrimonio milenario de todos los que hablan español a ambos lados del Atlántico–.

En España, desde hace veinte años, han sucedido muchas cosas, buenas y malas, con evidente predominio de las buenas. Sobre todo, el incremento de la libertad, cuyos retrocesos no han sido tan profundos que hayan impedido su posible recuperación. Lo que sigue faltando, y me preocupa extraordinariamente, es el triunfo de la veracidad. La verdad fue, como en todas las guerras, la primera víctima en 1936. Una crisis previa de la veracidad fue la causa últimamente decisiva de la discordia que llevó a la guerra civil; se buscan las causas de su origen, y rarísima vez se piensa en esta.

La verdad fue evitada, perseguida durante los decenios siguientes, por el partidismo, la obsesiva politización de los que mantenían su versión interesada de las cosas y los que aspiraban a sustituirla por otra opuesta pero igualmente tendenciosa y deformadora.

Esto es comprensible, pero ¿lo es la perduración de tales actitudes cuando se ha cancelado lo que de siniestro ha tenido una larga época, cuando se puede decir la verdad? Es gravísimo que no se haga, que no se quiera usar la libertad para lo que debe ser su finalidad primaria.

No se abrirá de verdad el horizonte de España mientras no haya una decisión de establecer el imperio de la veracidad, la exclusión de la mentira. Esto, claro es, en todos los órdenes; me estoy refiriendo particularmente a la vida intelectual, porque es lo que conozco mejor y porque es algo "notorio", controlable, que consta y en buena media queda.

Creo que mentir descalifica al que lo hace, y debe tener la consecuencia inmediata de su desprestigio. Cuando alguien lo hace, los que lo saben deben tomar nota y obrar en consecuencia. Hay que tener en claro a quién se puede estimar, en quién se puede confiar. No es infrecuente el caso de quienes, en cierto momento de su vida, han cedido a las tentaciones dominantes y han renunciado a decir la verdad; ese día han perdido su condición de intelectuales y se han convertido en "militantes" de lo que sea. La proporción es variable según las edades y las regiones españolas, pero el peligro es muy amplio.

Con diversos pretextos, hay gentes dedicadas a lo que llamo la "calumnia de España". Ningún pretexto me parece aceptable para ello; no sólo en nombre de España, sino, todavía antes, en nombre de la verdad.

Julián Marías



LA VEGETACIÓN DEL PÁRAMO

«Se trata –no hay que decirlo- del famoso “páramo cultural” español de los últimos decenios. La imagen ha sido moneda corriente desde poco después de la guerra civil. Primero circuló fuera de España; se suponía que en ella no quedaban más que “curas y militares”, y ni rastro de vida intelectual, refugiada en la emigración. La propaganda oficial, mientras tanto, afirmaba que se había eliminado –hacia el cementerio, la emigración, la prisión o el silencio- la escoria “demoliberal”, y se había restablecido el esplendor “imperial” de España, ejemplificado en nombres de los que hace mucho tiempo nadie se acuerda, y que no es piadoso recordar.

Hace mucho tiempo que quedaron atrás, desmentidas por los hechos, las dos versiones, si se quiere, las dos caras de la moneda falsa, de curso “legal” cada una de ellas en campos acotados y para propósitos muy definidos. Sin embargo, ahora reverdece la primera, destinada primariamente al consumo de los jóvenes nacidos a la vida histórica hace poco tiempo, un decenio o dos a lo sumo, que tienen más presente la imagen de los últimos años y confunden los tiempos que no han vivido.

¿Cómo es posible que pueda usarse –y prosperar- la imagen del “páramo”? Los jóvenes tienen ante los ojos, sobre todo, las instituciones en las cuales estudian, a las cuales tienen acceso; y se podría hablar, en efecto, de un páramo institucional desde que la guerra arrasó las Universidades, el Centro de Estudios Históricos, la Institución Libre de Enseñanza, la Residencia de Estudiantes y la de Señoritas, y en muy buena medida las Academias. Se les ha dicho además, incansablemente, que no han tenido maestros -lo cual ha contribuido tanto a que no los tengan aunque los haya, a que renuncien a ellos y no los hagan suyos-. Se ha tratado de inculcar en sus mentes la idea de que sólo en los últimos años –a lo sumo desde 1956- ha habido intentos de resistencia a la falta de libertad, de afirmación de las opiniones discrepantes, de ejercicio de la inteligencia. Es decir, hasta que han empezado a hacer algo los interesados en difundir esa imagen. Todo lo anterior –y, en definitiva, todo durante cuarenta años- ha sido el páramo intelectual de España.

La verdad ha sido muy distinta. En La España real he escrito: “La libertad empezó a germinar y brotar, como brota la hierba en los tejados y en las junturas de las losas de piedra. Sería apasionante y conmovedor una historia fina y veraz del tímido, vacilante, inseguro renacimiento de la libertad en España”. No puedo hacerlo aquí –lo he hecho parcialmente, en otros lugares, desde hace un cuarto de siglo, por ejemplo en El intelectual y su mundo, 1956, publicado en Buenos Aires, prohibido muchos años en España: en Los Españoles; en El oficio del pensamiento; en Innovación y arcaísmo-; voy a limitarme a recordar algunos hechos, algunos datos, todos ellos anteriores a la muerte de Ortega a fines de 1955, es decir, en el apogeo del supuesto “páramo”.

La guerra civil –en ambas zonas- significó la ruptura de la continuidad, la casi total extinción de la vida intelectual, el dominio de la propaganda, la persecución de la verdad, el triunfo del partidismo. Sin embargo, en la zona republicana, en Valencia y luego en Barcelona, se publicó la revista mensual Hora de España, que mantuvo un decoro intelectual y literario, sorprendente en medio de una feroz discordia civil. La noble pluma de Antonio Machado honraba todos los números de la revista, y a su sombra colaboramos muchos que no hemos tenido nunca que avergonzarnos ni arrepentirnos de lo que allí escribimos. No sé si en la otra zona hubo algo comparable –no ha llegado a mí la noticia-, pero hay que hacer constar que, terminada la guerra, desde 1940 y durante los dos años de dirección de Dionisio Ridruejo y Pedro Laín Entralgo, Escorial significó un esfuerzo de reanudación de la convivencia intelectual y de los derechos de su ejercicio. Y, en forma ya más independiente, no se olvide lo que fue Leonardo en Barcelona, y desde 1946 Ínsula en Madrid (puede repasarse el índice de esta revista que hace unos veinte años compuso Consuelo Berges, y que no puedo ver sin admiración y una nostálgica melancolía).

Tres son los elementos que pueden distinguirse en los años posteriores a la guerra:

1) La exclusión de los disidentes por el Estado y las fuerzas políticas que lo respaldaban, su recuperación por el resto de la sociedad.
2) La reanudación de la continuidad intelectual por parte de los grandes escritores.
3) La aparición de otros nuevos, de las generaciones posteriores a la guerra.

Tan pronto como fue posible, quiero decir desde el término de la Guerra Mundial, que había impuesto un casi absoluto aislamiento, se empezó a hablar de los escritores emigrados. Mientras la censura proscribía sus obras y hasta se tachaba con indeleble tinta negra su nombre al frente de la edición de un clásico, Ínsula fue el órgano principal de su difusión y comentario. En el Diccionario de Literatura Española de la Revista de Occidente (1949) hablé de Alberti, García Lorca, Salinas, Guillén, Antonio Machado, Azaña, Gómez de la Serna, Casona, José Gaos, y allí aparecían igualmente otros muchos, sin otro criterio que la calidad y la información disponible.

Los grandes autores de la generación del 98, de las dos siguientes, empezaron muy pronto a escribir, y una parte esencial de su obra corresponde a los años que estoy recordando. Menéndez Pidal publica Los españoles en la Historia y Los españoles en la literatura –tan independientes, tan contracorriente, que tanto rencor oficial provocaron-: Reliquias de la poesía épica española, Romancero hispánico, El Imperio Español y los cinco reinos, innumerables estudios lingüísticos, literarios e históricos. Azorín, Españoles en París, Pensando en España, los dos prodigiosos libros Valencia y Madrid, novelas como El enfermo, La isla sin aurora, María Fontán, Salvadora de Olbena; cuentos como Cavilar y contar, ensayos y memorias como París, Memorias inmemoriales, Con permiso de los cervantistas, Con Cervantes, El cine y el momento. Baroja en los mismos años publica sus memorias, Desde la última vuelta del camino, Canciones del suburbio, El cantor vagabundo... Los títulos de Ortega se suceden: Historia como sistema, Ideas y creencias, Teoría de Andalucía, Estudios sobre el amor, los prólogos a Bréhier y Ybes, a Alonso de Contreras y El collar de la Paloma, Papeles sobre Velázquez y Goya... Zubiri publica Naturaleza, Historia, Dios; Morente, Lecciones preliminares de filosofía y Ensayos; Dámaso Alonso, La poesía de San Juan de la Cruz, Ensayos sobre poesía española, Vida y obra de Medrano, Poesía española, y nada menos que los libros de poesía original Oscura noticia, Hijos de la ira y Hombre y Dios. García Gómez, después de las Qasidas de Andalucía, Silla del Moro y Nuevas escenas andaluzas, la traducción de El collar de la paloma.Vicente Aleixandre, nada menos que Sombra del Paraíso; y por si fuera poco, Mundo a solas, Poemas paradisiacos, Nacimiento último, Historia del corazón. Miguel Mihura estrena en colaboración Ni pobre ni rico sino todo lo contrario y El caso de la mujer asesinadita, y solo Tres sombreros de copa, El caso de la señora estupenda, Una mujer cualquiera, ¡Sublime decisión!, etc. José López Rubio, Alberto, Celos del aire, La venda en los ojos, La otra orilla. Fernando Vela publica El grano de pimienta, Circunstancias, Los Estados Unidos entran en la historia. Marañón da una larga serie de libros admirables: Ensayos liberales, Crítica de la medicina dogmática, Luis Vives, Españoles fuera de España, Antonio Pérez, Elogio y nostalgia de Toledo. ¿Quién ha podido romper la continuidad de la cultura española del siglo XX, más fuerte que el partidismo, la violencia y el espíritu de negación?

¿Y los nuevos? Quiero decir los escritores apenas conocidos o desconocidos enteramente, que hacen la mayor parte de su obra después de la guerra civil. Aparte de algunos libros promovidos por la guerra misma, poesía o narraciones de Miguel Hernández, Herrera Petere, Rafael Alberti, Agustín de Foxá, Dionisio Ridruejo y otros a ambos lados de las trincheras, hasta 1941 no empieza ese nuevo brote de pensamiento, narración o poesía.

Casi toda la obra poética de Gabriel Celaya es de ese período: Tentativas, Movimientos elementales, Objetos poéticos, Las cosas como son, Las cartas boca arriba, Paz y concierto, Vía muerta, Cantos iberos. Casi lo mismo podría decirse de Luis Rosales: después de Abril, anterior a la guerra, Retablo sacro del Nacimiento del Señor, La casa encendida, Rimas. De Dionisio Ridruejo son Primer libro de amor, Fábula de la doncella y el río, Sonetos a la piedra, Poesía en armas, En la soledad del tiempo. La obra de Leopoldo Panero, José Luis Hidalgo, Carlos Bousoño, Eugenio de Nora, Blas de Otero, se condensa o al menos se inicia y madura en estos años.
Zunzunegui, anterior a la guerra, publica con fecundidad tras ella: ¡Ay..., estos hijos!, La quiebra, La úlcera, Las ratas del barco, Esta oscura desbandada. Pero es Camilo José Cela el que inicia la novela de su generación, a fines de 1942: La familia de Pascual Duarte; y luego, Pabellón de reposo, Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes, La colmena, Viaje a la Alcarria y tantas invenciones más. Y tras él Ignacio Agustí con Mariona Rebull y El viudo Rius, Carmen Laforet con Nada, Gironella con La marea y Los cipreses creen en Dios, Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada, Aún es de día, El camino, Mi idolatrado hijo Sisí, Diario de un cazador. Todavía en ese plazo empiezan a aparecer cuentos de Ignacio Aldecoa y su novela El fulgor y la sangre y Congreso en Estocolmo, del economista y novelista José Luis Sampedro, y Gonzalo Torrente, y el comienzo de la obra teatral de Buero Vallejo, desde Historia de una escalera hasta Irene o el tesoro.

¿Cómo olvidar la obra ingente de Pedro Laín Entralgo, autor caudaloso y profundo a un tiempo? Medicina e historia, Menéndez Pelayo, Las generaciones en la historia, La generación del 98, España como problema, La historia clínica, Palabras menores, La espera y la esperanza, son sólo unos cuantos de sus libros de quince años. Y, aunque con obra iniciada unos años antes, Enrique Lafuente Ferrari da en éstos mismos lustros obras capitales: Velázquez, Vázquez Díaz, Zuloaga, la expansión y maduración de su Breve historia de la pintura española, el libro esencial sobre el tema. ¿Y los innumerables libros de Camón, Juan Antonio Gaya Nuño, Sánchez Cantón, Angulo, María Luisa Caturla, María Elena Gómez Moreno? Añádase la obra de Fernando Chueca, desde Invariantes castizos de la arquitectura española hasta Nueva York: forma y sociedad, El semblante de Madrid o La arquitectura del siglo XVI, los estudios de geografía social de Manuel de Terán, los ensayos de patología psicosomática y psicología de Juan Rof Carballo, y tantas obras originales. Los libros de historia de las ideas de Antonio Tovar, Luis Díez del Corral, José A. Maravall, Enrique Gómez Arboleya, Lapesa, Blema, Díaz-Plaja...

Y no puedo omitir mi nombre, porque, si no me equivoco, mi Historia de la Filosofía (enero de 1941), fue el primer libro nuevo de autor nuevo, que invocaba la tradición filosófica española anterior a la guerra para seguir adelante con otros libros: La filosofía del P. Gratry, Miguel de Unamuno, El tema del hombre, Introducción de la Filosofía, Filosofía española actual, El método histórico de las generaciones, Biografía de la Filosofía, Ensayos de teoría, Idea de la Metafísica, La estructura social...

Repare el lector en que esto es una fracción de lo que se ha publicado en España después de la guerra civil y hasta 1955. Y que me he fiado de mis recuerdos más vivos, sin disponer de tiempo ni de espacio para tratar adecuadamente el tema. Pero pienso que no son buenos botánicos los que hablan del “páramo” y se les pasa esta frondosa, esperanzadora vegetación, que pudo brotar en el clima más inhóspito, sin abono, sin cultivo, mientras tantos intentaban simplemente descastarla».

JULIAN MARIAS

22 de enero de 2008

Divorcio express. La familia a la interperie.

“Divorcio Express” Todo incluido. Su convenio en 24 h. Divorcios con hijos o bienes 490 €”. Es el primer vínculo que aparece en Google si tecleamos las dos palabritas mágicas.

Ya sabemos que el PP no piensa modificar la actual legislación del divorcio, modificada por el PSOE con la introducción del “divorcio Express”. Así lo ha confirmado Rajoy en una entrevista radiofónica. Nada nuevo bajo el sol, pues el PP en el Congreso no se atrevió a votar en contra de esta ley, pese a constituir una legislación sin parangón en los países de nuestro entorno, que no en vano el Consejo General del Poder Judicial, calificó como inspirada en el repudio islámico al alcance tanto del hombre como de la mujer.

El alarmante y exponencial incremento del número de divorcios en España desde la aprobación de la citada ley es un dato que debería preocupar, y mucho, a alguien que tiene la intención de gobernar esta nación. La institución de la familia ha quedado a la intemperie con una legislación que promueve e incentiva la falta de compromiso y seriedad que deben exigirse a los que contraen matrimonio, lo cual por otro lado, está en consonancia con el espíritu nihilista y hedonista y la ausencia total de valores que imperan en España.

Las estadísticas nos ofrecen datos para la reflexión y para la preocupación. No era ni mucho menos marginal el número de matrimonios que durante el año que debía mediar entre la separación y el divorcio, alcanzaban la reconciliación desistiendo de la demanda. Hoy, por el contrario, la irresponsable facilidad y rapidez con la que se obtiene el divorcio, priva a los matrimonios con problemas de dicho período de reflexión, que reconducía muchas veces situaciones nacidas en un momento de tensión y ofuscamiento de la razón.

Los más perjudicados, los niños, que contemplan impotentes como en sólo unos días se derrumba el castillo de su seguridad y da comienzo de una nueva vida no querida ni buscada, en la que deberán repartir su cariño al albur de un convenio regulador. Resultado: los índices de fracaso escolar se disparan en los niños de familias desestructuradas. Su felicidad es la principal víctima del egoísmo y la falta de espíritu de sacrificio de unos padres educados bajo la ley del mínimo esfuerzo y el engañoso canto de la libertad. ¿Sólo 490 €?

Consideraciones religiosas aparte, la crisis de la familia debería hacer reflexionar a quienes aspiran a gobernar España. Una educación en valores como el sacrificio, la fidelidad, el perdón, la entrega y la generosidad es más que nunca necesaria en nuestra sociedad.

Pero el PP está tan interesado en captar votos por donde sea, que no duda, con tal de molestar lo menos posible, en dejarse arrastrar por la miseria moral de una sociedad sin rumbo y abocada a su definitiva decadencia.

LFU


15 de enero de 2008

Un grave error

Hacían falta todos los esfuerzos y todos los sacrificios. Los cuatro años de crispación, sectarismo, mentira e ineptitud que ha sufrido España con el gobierno de Rodríguez Zapatero nos convocaban a todos los que amamos a esta gran Nación a un esfuerzo colectivo por decir "basta ya" apoyando la única alternativa política capaz de derrotarle, aún sabiendo que tampoco de ahí saldría nuestra España.

Cualquiera con algo de sentido común y ecuanimidad sabe que Alberto Ruiz-Gallardón ha demostrado su enorme capacidad de concitar un importante apoyo popular incluso fuera de su propio partido. Ha demostrado con creces una capacidad de gestión sobresaliente y ha evitado caer en la tentación del sectarismo que siempre se ha criticado a la izquierda, lo que le ha valido no pocos desprecios en su propio partido.

Ha cometido también no pocos errores, como todo el que tiene la ambición y la responsabilidad de tomar decisiones. Son muchas las discrepancias que en el plano ideológico me separan de Alberto Ruiz Gallardón y no ha sido infrecuente mi decepción ante algunas de sus actitudes, pues creo que ha pecado, como otros muchos en su partido, de no pocos complejos ante una izquierda pletórica de orgullo por su oscura historia y ávida de revancha, cuyo espíritu jacobino no soporta la lejanía del poder. Pero por conocerle bien desde hace ya muchos años, puedo asegurar que su amor a España no obedece a ningún género de impostura, y trasciende a cualquier clase de "patriotismo constitucional" recientemente formulado. Me consta que su intención, quizás torpemente formulada, era limpia porque es consciente del peligro que para España representa una nueva legislatura socialista.

Creo sinceramente que su presencia en las listas del Partido Popular en las próximas elecciones generales hubiera sumado mucho más de lo que dicen que habría restado. El Partido popular no anda sobrado de apoyos y no puede permitirse el lujo de prescindir de uno de sus principales activos. Pero, una vez más, el aparato del partido ha preferido mirarse al ombligo en lugar de tomar el pulso de la sociedad. No ha primado el interés de España, sino el del partido y, muy concretamente, el de una Esperanza Aguirre que debería explicar algún día las verdaderas razones de sus oscuras maniobras para evitar que el Alcalde figurase en las listas, poniendo en bandeja al Partido Socialista a un sector del electorado de centro que nunca se verá arrastrado por lo que representa la Presidenta.

Aguirre estará a estas horas saboreando las mieles de "su" victoria. Rajoy, que ha demostrado una vez más su debilidad, se habrá quitado un peso de encima demasiado alegremente. Pero mucho me temo que España terminará por pasarles algún día a los dos la factura de su colosal miopía, que muy probablemente, terminaremos pagando todos los demás.

LFU

14 de enero de 2008

Magnífica propuesta

Al hilo de la terrible letra que algunos proponen para el himno nacional, quiero hacerme eco de la que, desde las páginas de Codalíes, nos sugiere un buen amigo:


1¡Viva España,
Patria de Malasaña
Y de Hernán Cortés,
Que el orbe vio a sus pies!
Todos a coroGritad:
¡Leña al moro,
Caiga el luterano
Y húndase el francés!

2Tiemble el mundo:
Ya Felipe Segundo
Desde el Escorial
Nos manda la señal:
¡Guerra incesante
Contra el protestante
Y colleja y media
Para Portugal!

3Sin empacho
Linchemos al gabacho Q
ue la Patria holló:
Au français pas de l'eau
Y que disfrutes
Colgando franchutes
De Despeñaperros
Hasta Mataró.

4Ruge altivo
Desde el solar nativo
Con resolución,
Ibérico león:
Cunda ya el pánico
En el pecho británico.
¡Nuestras son las monas,
Nuestro es el Peñón!

5En Lepanto
Del Turco fue el espanto
Nuestro pabellón.
Démosle otra lección:
Abre tu surco
Y entierra allí al Turco
Antes de que vuelva
A armar el follón.

6En Otumba,
Donde cavó su tumba
El azteca atroz,
Propínale otra coz.
Zúmbale al Inca
Porque no la hinca
Y que el filipino
Te sirva el arroz.

7No refrenes
Tu afán de armar belenes
Allí donde estés,
Combate así el estrés.
¡Gloria a tu cepa
Y viva la Pepa
Y que viva España,
Qué bonita es!

La letra es buena, aunque dudo que pase el tamiz del consenso. En todo caso, aquella que lo consiga pasar, seguro que no podrá gustarme.

LFU

11 de enero de 2008

La letra del himno. Se cumplió mi profecía

El 18 de julio pasado abordaba el asunto de la letra del himno nacional con las siguientes palabras, que la realidad ha convertido en proféticas:

"Yo quiero pronunciarme desde aquí, de forma clara, en contra de ponerle una letra a nuestro himno. De hecho, Franco se negó siempre a oficializar letra alguna porque, conociendo el temperamento español, era consciente de lo contingente de cualquier texto y del riesgo que correría cualquier letra aprobada bajo su mando cuando los vientos cambiaran. Y es que, con la que está cayendo, sólo falta que el Gobierno se dedique a estos menesteres, designando una comisión de expertos, encabezada por Saramago, Sabina, Cebrián, Pradera, Zerolo y demás ilustres (perdón, me olvidaba de Mayor Zaragoza que siempre da reumbrón). Podéis imaginar la letra. Un batiburrillo de solidaridad, libertad, igualdad, progreso, democracia y paz. ¡Qué pereza!.

Que lo dejen como está. A mí me emociona oirlo porque lo siento mío y es de las pocas cosas que nos unen a todos, por encima de credos e ideologías. No quiero tener que aguantar a la progresía desafinando una letra plagada de blandenguería con la que estoy seguro no me identificaré y que, desde luego, me negaré a cantar."

Hoy la letra ya está en todos sitios. Una letra que parece recién salida del mandil del Gran Maestre de la Gran Logia de España: libertad, hermandad, democracia y paz. ¡Qué emoción! Sólo les ha faltado -como diría el gran Foxá- una referencia al Sistema Metrico Decimal para que todos podamos sentirnos identificados.

Lo digo ahora y lo cumpliré. Si esa es finalmente la letra que se oficializa, prometo sellar mis labios cada vez que suene el himno nacional para no ser cómplice de una colosal horterada. ¡Inmenso mar!

LFU

8 de enero de 2008

Bono

Confieso que llevaba tiempo queriendo escribir sobre José Bono y últimamente no para de regalarnos perchas que resulta dificil desaprovechar.

Sus amigos lo califican como entrañable; algunos de sus subordinados -en la última cartera ministerial- de despótico y maleducado; por lo general es sobradamente conocido por su vertiente populista y demagógica. Dejando al margen toda consideración sobre su faceta personal y humana -en la que no soy quien para entrar-, tengo que confesar que, si durante algún tiempo me ha tenido engañado, ha terminado por decepcionarme profundamente al descubrir en su trayectoria política, no ya una escandalosa falta de coherencia política sino también una colosal indignidad.

No puede calificarse de otro modo a quien repite hasta la saciedad -para demostrar su abierto talante- que su padre era falangista y no era menos honrado que todos los socialistas, y al mismo tiempo participa, promueve y defiende una Ley como la de Memoria Histórica que trata de desterrar a las mazmorras de la historiaaa la media España en la que se alistó su padre.

No puede defenderse al mismo tiempo en alta voz y con luces y taquígrafos la unidad de España y a España como nación, y mostrar una abierta complicidad y apoyo al gobernante que más y mejor ha hecho por destruir la unidad de una nación que para él no era más que un concepto discutido y discutible. Es más, me atrevo a decir que su ominoso silencio durante la negociación del Estatuto catalán, las negociaciones del gobierno-ETA, las concesiones a Batasuna, la humillante retirada de los cargos por el Ministerio fiscal a Otegui, los vergonzantes privilegios a De Juana Chaos no eran prueba de su desagrado sino una muestra de cobardía escondiendo la cabeza en el gabinete mientras otros ponían la cara en las ruedas de prensa.

Se fue del gobierno al final, y muchos quisimos pensar que lo hacía porque no se sentía identificado con Zapatero, porque se sentía engañado por él. No pocos quisimos ver en la extraña pirueta previa a la designación de candidatos a la alcaldía de Madrid, un regalo envenenado para su Presidente. Pero tampoco. Tengo para mí que si no se presentó, sólo fue porque no está acostumbrado a perder y la victoria se vendía demasiado cara.

Ahora, parece que piensa que España no tiene bastante con cuatro años de ignominia zapateril y ha decidido volver a la política activa arrumbando el National Geografic y dejando otra vez huérfanos a sus hijos. Llegué a confiar en su buena fe, pero su vuelta a la política para apoyar a Zapatero ha terminado por abrirme los ojos a su verdadera condición.

Últimamente y como monaguillo de Pepiño Blanco, no ha podido callarse y ha decidido entrar de lleno en los ataques a la Iglesia, acusándola de defender dogmas (?) que hacen infelices a la gente y de promover una familia basada en "la mujer en la cocina y la pata quebrada". No cabe mayor dosis de demagogia, pero también de ignorancia. No se le ha escuchado, empero, palabra alguna en relación con el escándalo de los abortorios, pese a definirse como católico y presumir de dicha condición. Como siempre, saldrá diciendo que él no es quien para condenar a una pobre mujer que se ve obligada a abortar. Pero sí lo es para guardar silencio ante el holocausto de miles de vidas humanas que diariamente van a parar a la trituradora.

He sido el primero en agradecer algunos de sus gestos, como aquél de invitar a miembros de la División Azul y de ambos ejércitos contendientes en nuestra Guerra al primer desfile del 12 de octubre como ministro. En ocasiones, le he defendido ante lo que consideraba ataques injustificados y sectáreos, a los que soy alérgico. Por eso me duele comprobar que su imagen se parece, cada vez más, a la de un sepulcro blanqueado.

LFU

Herodes, en huelga

Nunca me había parado a pensar si algún día celebraría una huelga. Pues ese día ha llegado. Los abortorios, o clínicas privadas en las que se practican diariamente miles de asesinatos de fetos humanos, han decidido ir a la huelga en protesta por las presiones de quienes no están de acuerdo con su macabro negocio -puesto al descubierto gracias a diversos medios de comunicación- y para reivindicar de las autoridades mayor seguridad para seguir matando más y mejor. Es como si los SS de Mathausen se hubiesen puesto en huelga por las protestas de la comunidad judía por la puesta en práctica de la solución final.

Confiemos en que las autoridades competentes (en gran medida las Comunidades Autónomas) hagan oidos sordos a las peticiones y la huelga se convierta, primero en indefinida y finalmente concluya en cierre patronal. Así, es posible que muchas vidas se salven, que algunos niños tengan otra oportunidad de vivir, aunque se registre un aumento del paro en el sector de los matarifes.

LFU

2 de enero de 2008

Tiembla el Vaticano


Furibunda. No puede calificarse de otro modo la desabrida reacción del gobierno y del Partido Socialista a la impresionante manifestación del pasado día 30 de diciembre en Colón. En ocasiones como ésta se aprecia en su verdadera medida todo el talante y la tolerancia de la izquierda española. En su afan por controlarlo todo, también quieren meter la cuchara en la Iglesia Católica, a ver si así se adapta a su visión materialista de la vida y de la historia.



Nada de hablar de Ibarreche y su renovado desafío secesionista del nuevo año. Ni una palabra del "pacto de San Mamés" y de las manifestaciones separatistas en las que se han quemado banderas de España y se reivindica a voz en grito la independencia. La consigna es "todos contra la Iglesia" porque no pueden soportar la visión de las multitudes congregadas en torno a la Cruz reivindicando el respeto a la vida humana desde la concepción y la reivindicación de la familia tradicional frente al profundo ataque del que está siendo objeto desde el gobierno.



Ahora resulta que salen católicos del PSOE por doquier. Moratinos, Pepiño y seguro que no tarda en salir el inefable Bono, amenazan con "desapuntarse" de la Iglesia, porque ésta no dice lo que ellos quieren escuchar, con lo que podemos imaginar el cisma que puede armarse. Estoy por apuntarme al PSOE y dar una rueda de prensa para decir a los cuatro vientos que si siguen por este camino, yo me desapunto. Tiembla el baldaquino y crece el estupor en el Vaticano.



Ni con siete mil horrendos asesinatos sus antecesores de los años 30 pudieron hacer callar la voz de la Iglesia. No hay más que darse un paseo por San Pedro para darse cuenta de lo mucho que inquieta a Su Santidad la furia socialistoide. Pero es una lástima que, al final, no podamos disfrutar con una carta pastoral escrita al alimón por Bono, Moratinos y Pepiño. No tendría desperdicio.



Un abrazo y feliz año a todos



LFU