"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

15 de octubre de 2009

Fantoches con antorcha

De pequeñito me decía mi madre aquello de "el que juega con fuego....". Ya hace un año dediqué una entrada a la pantomima de la noche de las antorchas en homenaje al delincuente golpista Companys a raíz de un comentario del, a Dios gracias ex ministro, Fernández-Bermejo solicitando la rehabilitación pública del mencionado delincuente.

Ahora le toca el turno al impresentable de Laporta, cuya talla política está sin duda a la altura de Companys, Carod y demás alhajas. Estos nazionalistas de ERC no saben lo que hacer para que salga la foto anual de tan siniestra celebración, que recuerda en sus rituales a lo más rancio del nacional socialismo.
Pero lo importante es que Bermejo pió y al poco tiempo dimitió. Ojalá la sombra de Companys acompañe también al tonto de Laporta y el año que viene podamos celebrar su desaparición de la vida pública. En tal caso, tendrán que plantearse que lo de la fantochada de las antorchas está definitivamente gafado.

LFU

13 de octubre de 2009

Zapatero: Las razones de un abucheo



Es natural que Rodríguez Zapatero quiera restar importancia a los abucheos que año tras año –desde que accedió a la presidencia- acompañan su llegada y partida de los actos del desfile de la Fiesta nacional del 12 de octubre, relegándolos a la categoría de ritual.

El Presidente –el único, por cierto, en los últimos treinta años que ha sido sonoramente abucheado en tales ocasiones- nunca ha querido serlo de todos los españoles. La tónica de su mandato ha sido la de dividir a los españoles en buenos y malos, reservando la última calificación a los que se resisten a comulgar con las ruedas de molino de sus iniciativas estrella de la memoria histórica, del aborto y de la educación para la ciudadanía.

El público que asiste a los desfiles no es precisamente el adicto a la ideología de género o a la memoria histórica; carece de dudas sobre el concepto de nación en lo tocante a España y quiere y respeta a su ejército y a su historia. No es, por tanto, el perfil del votante del socialismo representado por Zp. Y ese mismo público, que grita Viva España al paso de las unidades militares, y se comporta con dignidad al paso de las banderas de las naciones aliadas, se siente profundamente herido por la insolvencia de un gobernante que ha jugado peligrosa y ligeramente con la unidad de España, que ha socavado los cimientos del estado de derecho cuando le ha convenido, ha tirado por los suelos el prestigio internacional de nuestra patria y ha querido convertir en «criminales fascistas» a la mitad de los españoles que lucharon en nuestra guerra fraticida. Por eso, precisamente, a Rodríguez le dan absolutamente igual, porque sabe que no es más que la manifestación del mismo desprecio que él siente por los que le abuchean.

Ningún otro gobernante ha crispado más a los españoles; ninguno ha reabierto tantas heridas; ninguno ha despreciado tanto a la mitad de España y ninguno ha recibido semejantes abucheos.

Los abucheos, por tanto, son tan comprensibles como merecidos. Pero, ¿es ese el lugar adecuado?. Sin ningún género de dudas, la respuesta es sí. En primer lugar, porque los abucheos se produjeron en la vía pública antes y después del acto en sí -que comienza con la llegada de la Bandera Nacional y la revista a las Fuerzas por parte del Jefe del Estado- y en ningún momento durante su celebración, durante la cual los asistentes mantuvieron una actitud de respeto ejemplar. Si aún así se entendiese que los prolegómenos o momentos posteriores del acto en sí deben tener la consideración de “acto de Estado”, no lo es menos que los desfiles se hacen en la vía pública para solaz y orgullo de la gente y no en un recinto cerrado para consumo de las autoridades. Jamás admitiría ni disculparía un abucheo en un funeral de Estado o en un acto solemne en el que el Presidente esté representando a nuestra Nación. Pero no era el caso. En el desfile de la Fiesta nacional, España estaba representada, primero, por el Jefe del Estado y después, por los representantes de los tres poderes del Estado, pero también por el pueblo para el que se organiza el despliegue de tropas. Y si lo que se quiere es que la gente acuda y aguante dos horas de espera en la calle con mordaza, lo mejor es eliminar los desfiles, pero no se puede pretender invitar a todo un pueblo a celebrar los actos de la fiesta de todos y pedirle que antes y después del acto muestren respeto a quien no sólo no se lo ha ganado, sino que no ha sabido respetar a la gran Nación que representa.

LFU

9 de octubre de 2009

«Los Gladiadores» de Arthur Koester


Titulo: Los Gladiadores.
Autor: Arthur Koestler.
Editorial: Pocket Edhasa


«Los Gladiadores», además de una novela histórica, fue una suerte de terapia personal para el autor, abrumado por sus vivencias personales y políticas en los años 30, y, a consecuencia de lo anterior, resulta una reflexión profunda sobre el sentido de la acción política revolucionaria y sobre todo de las razones que la justifican.

El autor, Arthur Koestler (n. 1905) fue un hombre profundamente inmerso en el acontecer político de la Europa del siglo XX. Húngaro de origen judío, poseedor de dos lenguas maternas la alemana y el húngaro, a la que posteriormente añadió el inglés y de talento literario, estaba dotado de una fina y acerada inteligencia. Tras abandonar su fe judía, militó en su juventud en el partido comunista durante 7 años (1931-1938). Fue tiempo suficiente para deslumbrarse por la utopía soviética y luchar por ella (participó en la Comuna revolucionaria de Bela Kun en Hungría), desengañarse por su atroz realidad de purgas infinitas que conoció de primera mano y vacunarse para siempre del mesianismo socialista. Desde entonces y con la publicación de su obra Darkness at noon (1941) (traducida al español como «el cero y el infinito») fue un destacada figura anticomunista en el panorama literario mundial. Nunca pudo volver a su país de origen. Se suicidó en 1983 estando gravemente enfermo.

Los Gladiadores cuenta con un trabajo muy cuidado de documentación arqueológica e histórica que soporta con mucha dignidad toda la ambientación histórica y que dota al relato de un fuerte realismo. La novela aborda el hecho histórico de la rebelión de esclavos capitaneada por Espartaco. Si fuera una mera novela histórica resultaría interesante pero desigual desde el punto de vista narrativo. Existen situaciones y parlamentos que lastran algo la acción pero que deben ser interpretadas en la doble lectura insinuada en mi párrafo de apertura. La narración de la rebelión espartaquista en Roma en el siglo I, antes de Cristo, es una excusa y un medio para tratar la revolución soviética y en cierto modo, toda acción política.

En ese doble marco de lectura, aparece un análisis marxista de la economía y de la sociedad no desprovisto de brillantez, una visión sobre el proceso revolucionario, sus inevitables atajos y las razones de los mismos, y sobre todo una interrogación sobre los límites éticos de toda actuación política. El planteamiento de los fines y los medios se aborda de una forma clara y evidente, y la narración lo aguanta pues aborda un universal siempre de actualidad.

Hay que tener presente que el libro se escribe entre 1935 y 1939, y que el progresivo distanciamiento de Koestler con el activismo comunista está latente en la acción, en el desarrollo de la trama y se nota. Hay que reconocer la enorme honestidad intelectual de Koestler al denunciar ya en 1938 el fracaso de todo proceso revolucionario, al describir la inevitable crueldad sanguinaria que la propia dinámica de dichos procesos implica, a pesar de iniciales razones legítimas.

Resulta curioso que Koestler, en este libro, vuelve la mirada a sus orígenes judíos, de hecho la argumentación política concreta de la rebelión de esclavos se soporta a través de uno de los personajes que pertenecía a la secta esenia. Lo cierto, es que el desengaño revolucionario que de algún modo cuenta esta novela no culminó con el abrazo de su fe ancestral ni tampoco de la fe cristiana, como de algún modo subrepticio parece insinuarse, su salto se quedó en una abrazo esperanzado a la ciencia que, no pudo satisfacer, en última instancia, su enorme inquietud y sed de respuestas. Al respecto, termino con las palabras de Vintila Horia sobre Koestler con motivo de su muerte: “Koestler pudo haber sido uno de los espíritus más abiertos y constructivos de nuestro siglo. Del mismo modo en que Pascal, en un momento revelador y crucial de su vida, escogió la religión y abandonó la ciencia, Koestler abandonó la religión (su religión marxista) y se convirtió a la ciencia. Sus libros, en este sentido, son tan buenos como sus novelas y reportajes escritos durante su época marxista y que culminan con su El cero y el infinito, novela en cuyas páginas asistimos a su cambio interior y a su adhesión a una posición anticomunista. Esto, sin embargo, no fue suficiente. Su mente preclara logró empaparse de muchos conocimientos científicos actuales y comprendió el papel revolucionario que la ciencia interpretó en este umbral de los nuevos tiempos. Pero no llegó jamás a sacudirse de encima la última partícula de polvo materialista y tampoco el pesimismo que acompaña al agnóstico. (El que vive dentro del mal y lo practica sufre mucho más que sus víctimas, afirmaba el poeta Boecio en su De consolatione philosophiae, afirmando implícitamente que el remordimiento y el dolor acompañan permanentemente al hombre que triunfa dentro del mal). Olvidar el hecho fundamental de que, durante muchos años, uno haya sido el cómplice de los campos de concentración estalinistas y de las torturas anímicas y somáticas del universo leninista, no es nada fácil. Sólo la oración y la penitencia nos pueden salvar en casos así, como al piloto que arrojó su bomba sobre Hiroshima. Koestler llegó hasta las cercanías de la cumbre, pero no descubrió en el vasto horizonte que la ciencia abría ante sus ojos, más que destrucción y miseria.”

César U-M





8 de octubre de 2009

El Ayuntamiento de Sevilla prohibe un homenaje a Foxá




La noticia es cierta (también puede leerse aquí). Y el homenaje, pese a la prohibición municipal, se celebró bajo un árbol, a la interperie, con la enorme emoción de lo prohibido. Ellos tienen los locales, nosotros la palabra. No os perdáis la crónica y las palabras de Aquilino Duque en Villa Marina.


Todo un ejemplo de «tolerancia» y de «cultura democrática». ¡Lo que se hubiera reido Foxá!


Y pensar, que después que yo me muera
Torrijos prohibirá mis homenajes.....


LFU

5 de octubre de 2009

Sed como niños

Con motivo de la próxima manifestación contra el aborto -yo no me manifiesto contra los matices de la nueva regulación- pensaba escribir sobre la dificultad que me supone hablarles a mis hijas del verdadero motivo por el cual su madre y yo (y ellas también), nos vamos a meter en una bulla el próximo día 17 de octubre. Sin embargo,el malagueño Jesús Cotta, a quien leo con habitualidad, se me ha adelantado en su blog Los días de mis noches, con una aplastante y reconfortante claridad. Por eso, me limito a reproducir sus palabras, con las que me siento identificado. LFU


«El niño pequeño y la moral adulta»

«Los niños pequeños entienden bien qué es mentir, robar y pegar, porque sienten a veces el impulso de hacerlo para conseguir sus objetivos o bien lo hacen. Pero les cuesta mucho entender qué es la separación de unos padres, el suicidio y el aborto, porque esos tres actos no sólo nunca les han tentado sino que ni siquiera se les ha ocurrido que se puedan hacer.

El niño se queda perplejo cuando se entera de que los padres de un amiguito suyo se han separado. No logra entender cómo los que se unieron para engendrarlo a él no forman ya esa unidad gracias a la cual él comprende el universo y se siente seguro en él. Tampoco entiende que alguien quiera poner fin a esa vida que es para él una fuente de maravilla y asombro. A pesar de ello, se me ocurren ciertos argumentos que pueden conseguir que un niño entienda por qué los mayores se separan o se suicidan.

Pero, ¿con qué argumentos morales puede uno justificar ante un niño el aborto? ¿Le habla uno de eugenesia? ¿Le cantamos las bondades del utilitarismo biológico? ¿Le decimos que es mejor que no nazcan niños enfermos? ¿Le dice uno: "Si tu madre te hubiese abortado, habría estado en su derecho" o "Lo que las madres llevan en la barriga no son bebés, sino ectoplasmas"? ¿Le decimos que los carniceros de las clínicas abortistas son médicos tan respetables como su pediatra?

Pocas veces he entendido mejor que hoy aquello de Sed como niños.»

Jesús Cotta Lobato

2 de octubre de 2009

Madrid 2016. Un buen trabajo.


Escribo esta entrada de urgencia, treinta minutos antes de que el COI diga su última palabra sobre las candidaturas de Madrid y Río de Janeiro. Madrid se merece ser elegida, por el trabajo excepcional que ha hecho el equipo de Madrid 2016, pero la decisión está en manos de 94 hombres y mujeres que sólo responden ante su propia conciencia. Si finalmente resulta elegida, será un triunfo de toda España. Si no, tendremos la sensación del deber cumplido, podremos volver con la cabeza bien alta y al menos habrá servido para ver como una nación entera –menos los indeseables de siempre- aparca por un momento sus luchas cainitas para empujar con fuerza en la misma dirección.

Que Dios reparta suerte.

LFU

1 de octubre de 2009

La fuerza de la mentira. ZP quiere rendir el Alcázar de Toledo, 73 años después.



Decía Jean-Françoise Revel que la primera de las fuerzas que mueven al mundo es la mentira. Hoy varios medios de comunicación se hacen eco de la decisión del Ministerio de Defensa de eliminar, en el nuevo Museo del Ejército que tendrá sede en el Alcázar de Toledo, cualquier vestigio, rastro o mención del terrible asedio que sufrió la fortaleza desde el 18 de julio hasta el 28 de septiembre de 1936, una de las páginas de heroísmo más legendarias de la historia de España que alcanzó repercusión mundial.

En esto consiste la memoria histórica del infame y sus secuaces: en eliminar cualquier rastro material de aquella parte de la historia que les incomoda con el inicuo objetivo de que se diluya en las generaciones venideras, a las que se adoctrinará convenientemente utilizando la mentira como arma de propaganda. Es decir, un ejemplo palmario de nacional-socialismo en estado puro administrado en vena por un gobierno democrático en su origen, que no en su ejercicio.

Al contemplar con infinita tristeza las malvadas intenciones de los que pretenden borrar la historia con odio retrospectivo, viene a mi memoria la actitud digna, caballerosa y ejemplar de aquellos oficiales y soldados del ejército republicano que no dudaron en presentar armas ante el cadáver del Capitán Cortés muerto en la heroica defensa del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza. Aquellos soldados, hermanos y enemigos, en un gesto de grandeza, supieron reconocer en las piedras derrotadas del Santuario el valor, la entrega y el heroísmo de sus defensores. En cambio, los que hoy se proclaman sus herederos, no contentos con vilipendiar a los que lucharon en el bando nacional, se afanan por esconder el rastro de la gloria como justificación de su infinita miseria.

Pues bien, por mí que no quede. A Dios gracias, Internet tiene también sus grandezas y una de ellas –y bien gorda- es que van a tener muy complicado ponerle puertas al campo. Y como muestra, el video que hoy sirve como homenaje a los héroes que hace setenta y tres años ofrecieron su vida por Dios y por España, entre las ruinas gloriosas de un Alcázar de Toledo que ni los bombardeos, ni los cañones, ni las minas, ni el hambre ni la muerte pudieron rendir, cuya memoria permanecerá viva para siempre en el corazón de muchos españoles de bien.

LFU