"Mi sueño es el de la patria, el pan y la justicia para todos los españoles, pero especialmente para los que no pueden congraciarse con la patria, porque carecen de pan y de justicia.". JOSÉ ANTONIO

11 de noviembre de 2009

La lápida de Queipo

Por mi amigo Gonzalo y su Blog Vamos tirando, me entero hoy de la indignidad cometida por la Hermandad de la Macarena a la que pertenezco desde mi bautizo, con la lápida del General Queipo de Llano, con objeto de reconvertirla en «políticamente correcta» al gusto de los sicarios de la Ley de Memoria Histórica que, como vemos, no respeta ya ni las sepulturas. Al General le han arrebatado en su última morada, no sólo la Laureada de San Fernando, sino también su condición de Excelentísimo y su empleo de Teniente General y ¡cómo no!, la fecha del 18 de julio de 1936, declarada oficial y retrospectivamente proscrita para los restos. Me ha faltado tiempo para enviar una nota de protesta al Hermano Mayor por un hecho tan vergonzante como injusto y medito muy seriamente darme de baja de una Hermandad que reniega así de uno de los hermanos que más hizo por esa y por todas las Cofradías de Sevilla. Una cosa es que Queipo no sea santo de mi devoción -por circunstancias desde luego muy ajenas a su actuación el 18 de julio de 1936- y otra muy distinta aceptar de buen grado marranadas como ésta.

Siento una invencible vergüenza ajena por la bochornosa y cobarde actuación de mi Cofradía y cedo gustoso la palabra al cronista Julio Dominguez Arjona, cuyas palabras, desde nuestra comunión cofrade e hispalense, suscribo plenamente, aunque con una puntualización: se trata de la segunda mutilación que sufre la lápida, pues, como puede apreciarse en la primera de las fotografías que aparecen a continuación, antes se había hecho desaparecer la Gran Cruz Laureada de San Fernando, el emblema del Arma de Caballería y los escudos de la ciudad y la provincia de Sevilla. Se trata, por tanto, de una sepultura doblemente mutilada.

LFU

QUEIPO , LA MACARENA Y TORRIJOS
JULIO DOMÍNGUEZ ARJONA
30 de Octubre de 2009



Vean la foto superior de la tumba del EXCELENTISIMO SR TENIENTE GENERAL DON GONZALO QUEIPO DE LLANO Y SIERRA y mas abajo se lee 18 DE JULIO DE 1936

¿Se acuerda ustedes de las palabritas de nuestro inclito Rodrigo Torrijos de Julio 2008 cuando le quitaron los honores de Hijo Adoptivo y Medalla de Oro de la ciudad, oigan con dos huevos , pues el "deshonrado" llevaba muerto desde 1951 y no habia posibilidad de que resucitara

"Desde su muerte en marzo de 1951, sus restos reposan en la Basílica de la Hermandad de la Macarena, tras ser amortajado de verde terciopelo macareno,a la entrada de la Basílica que él ayudo a sufragar.

Sevilla, sin embargo, mantiene la digna condición de sevillano adoptivo a quien asesinara a los más valientes hijos de nuestra ciudad y obliga a tantos y tantos hombres y mujeres que buscan paz y piden consuelo y esperanza en la basílica de la calle Bécquer a compartir existencia con el infame general de División que allí yace enterrado "
.

Hoy se reinagura el museo macareno tras recibir 300.000 euros municipales . Uno de los primeros efectos de la reinaguración lo vemos en la lápida mortuoria de Queipo de Llano , redactada de forma social y politicamente correcta , con los tiempos que corren con lo que tenemos metido en la "granja San Francisco" o el "ambulatorio de Plaza Nueva" o el frente popular , donde se reescribe la historia , Ad Meu ZP Gloria .-



Como ven Don Gonzalo ha dejado de ser Excelentisimo Señor y , ya no es Teniente General , es como si Joselito el Gallo sufriera la goma macarena y dejara de ser matador de toros ( con los antitaurinos todos es cuestión de tiempo ) o Rodriguez Ojeda , le quitaran lo de bordador o Juanita Reina no cantara canción española .-

Los señores de la actual Junta de Gobierno Macarena , han borrado profesión y tratamiento para no violentar las pura conciencias rojas , Pero la cosa va mas allá tambien. han borrado de la lápida una fecha histórica 18 de Julio del 1936 y lo han sustituido por el escudo de la Hermandad, cosa que es de agradecer no lo hayan cambiado por la hoz y el martillo o el puño con el capullo ( con perdón) de los oberos españoles.-

Ahi estan las fotos pueden jugar a buscar las diferencias y sobre todo a buscar las causas y lo que lo han motivado . Enhorabuena sr Torrijos , enhorabuena señores de la Memoria Histérica , ya estan mas cerca de ganar la Guerra Civil , tienen el terreno muy liso .-

Alguien, preguntó una vez a cuento se pagaba el kilo de fajín , hoy habría que preguntarse a cuanto se paga , la goma de borrar historia de marmol y el lapiz de volver a escribirla ., olvidandose que la Madre de Dios la tuvieron que meter en un cajón para salvarla y uno de los que la salvo, esta ahí dentro . Muestra de la Sevilla cofrade agradecida -

¿Aqui reposa en la paz del Señor Don Gonzalo a secas ? . creo que se estará justificadamente retorciéndose en su tumba de costero a costero , y tendrá no la cara verde no por el antifaz, sino roja de vergüenza ajena como hoy sentimos muchos macarenos y sevillanos .-

Esto que han hecho los sres de la Junta de Gobierno de la Macarena tienen en mi pueblo un nombre, un nombre muy feo , eso que precisamente estan ustedes pensando .-

10 de noviembre de 2009

El tonto del muro


Ayer tuve ocasión de discutir con un auténtico estúpido, procedente de lo más rancio de la izquierda cavernícola española, que trató de comparar la caída del muro de Berlín con la muerte de Franco, sin que se le moviera un pelo del flequillo. El muchacho parecía tan bien aleccionado en el argumentario progre como ignorante de nuestra reciente historia.

Es muy posible que el muchacho en cuestión se tentase bien la ropa antes de soltarle semejante estupidez a uno de los millones de alemanes que vivieron bajo la bota de la Stasi hasta hace veinte años, tras largas décadas de negación de la dignidad humana. Uno de los millones de alemanes a los que les hubiera gustado mucho poder viajar libremente al otro lado del muro o a cualquier país del mundo, como hacían los españoles en los años 40, 50, 60 y 70; a los que les hubiera gustado leer la prensa extranjera todos los días, como podían hacer libremente los españoles en todo momento; que hubieran cambiado, sin pensarlo, su miserable vida aplastada por el comunismo por una existencia alegre como la que había en España en los años 60 y 70 del siglo XX; uno de esos miles de alemanes a los que el muchacho en cuestión debería explicarle por qué cuando Franco murió en la cama de un hospital, los españoles en lugar de salir corriendo a saltar muros y alambradas salieron a hacer cola para rendir un último tributo a quien tanto hizo por España. Recordando las palabras de Fernando Ónega en aquél momento cumbre de nuestra historia reciente, le diría al imberbe muchacho que «así no mueren Europa, los dictadores; así solo mueren los grandes hombres de la civilización».

Y hoy me encuentro con que Zapatero va a Palonia y suelta la misma estupidez……

LFU

5 de noviembre de 2009

Cruces, calabazas y compases




El secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Tarcisio Bertone, ha tenido una ocurrencia feliz al acusar a Europa de dejar únicamente "las calabazas" de Halloween, en respuesta a la Sentencia del Tribunal Europeo de los Derechos del Hombre que declara la presencia de los crucifijos en las aulas de las escuelas públicas italianas como una violación de la libertad religiosa: "Lamentablemente, esta Europa del tercer milenio nos deja sólo las calabazas y nos quita los símbolos más estimados."

Generoso que ha sido el cardenal. La sentencia es una auténtica barbaridad, aunque previsible. No cabía esperar otra cosa de una institución de inspiración masónica en la que los mandiles asoman por debajo de las togas. Habría que ver a estos mismos magistrados pronunciándose sobre el velo islámico, que por cierto no es tradición religiosa sino cultural.

¿Cual será el próximo paso?. En los años 30 el ensayo general laicista celebrado en España terminó con una gran parte de nuestro patrimonio cultural convertido en cenizas y con unos cuantos miles de religiosos asesinados en fosas mucho más repletas que las de Viznar.

En pleno siglo XXI, la Cruz, símbolo de amor, entrega y perdón, acaba de ser proscrita por una resolución judicial que promete ser punta de lanza, excusa y fundamento de futuras disposiciones laicistas como el proyecto de Ley de Libertad Religiosa que acaricia Zapatero y que amenaza con eliminar la presencia religiosa en la vida pública. Habrá que estar alerta, pues los enemigos de la civilización cristiana no descansan y amenazan con dejarnos calabazas……….. y compases.

LFU

3 de noviembre de 2009

«El secreto de sus ojos»


Titulo: El secreto de sus ojos.
Director: Juan Jose Campanella.
Actores: Ricardo Darín, Soledad Villamil,Guillermo Francella y Pablo Rago.
Nacionalidad: Argentina.


Desde hace algunos años el cine argentino, a la inversa que la situación social y política de Argentina, está pasando por un momento interesante de creatividad y talento, de películas de una cierta calidad y siempre de interés. «Siete reinas», en la mejor tradición hispánica de la picaresca, la irregular pero efectiva «El hijo de la novia», ésta misma entre otras son un ejemplo de que las musas pueden funcionar cuando en un país prácticamente todo lo demás, parece que no tiene remedio.

En la bien trenzada historia que cuenta esta película, constituye un acierto singular la elección de dos de los ejes argumentales que vertebran el relato. El primero, representado en el afán de hacer justicia asumido por un oscuro funcionario de un juzgado penal (se apellida “Expósito”). Retrata al hombre que dignifica su existencia y se hace grande cuando encuentra una causa por la que entregar su vida. El segundo, presenta la necesidad irrenunciable de que se haga justicia, de que se cumpla una sentencia, la determinada por la ley. Se palpa de forma escalofriante en la película, la necesidad existencial en todo sujeto de exigir la necesaria e inexcusable reparación que espera el ofendido de un delito y las consecuencias que acarrea que un sistema legal no cumpla su papel reparador. En ambas líneas argumentales hay una nota común, es el deseo y la voluntad del llegar al fin de las cosas y no conformarse con soluciones intermedias.

Sólo esto, que no es poco, supone una bocanada de aire fresco, un ciclón de autenticidad que se transmite a la historia, a los personajes que habitan en ella y todo por atreverse con ambición a abordar el universal de la Justicia, la cuestión de su aplicación y exigencia, y esto en el entorno relativista de nuestra cultura le da a la película el empaque que, sin embargo, le falta a la historia de amor que se entremezcla con las tramas descritas y que pese a ser el reclamo, la supuesta trama principal, resulta casi desvaída, poco coherente y creíble, en el marco de la historia contada.

No se puede escribir de esta película sin destacar la portentosa interpretación de un secundario (Guillermo Francella) en el papel de compañero e intimo amigo del protagonista. La actuación es de una solvencia y verismo estremecedor. Su papel de crepuscular hombre de mediana edad, resignado ante la vida, alcohólico pero de corazón insobornable, grande y fiel, es de los que perduran en la memoria para siempre.

Ojalá que esta suerte de renacimiento de las artes argentinas se comunique de alguna forma positiva a la maltrecha vida social y política de esa nación hermana y querida de todos los españoles de buena memoria.

César Utrera-Molina Gómez.

31 de octubre de 2009

Alegre jactancia.


Reproduzco a continuación un sensacional artículo de Arturo Robsy, a quien no tengo el gusto de conocer, pero he tenido el inmenso gusto de leer por vez primera...y espero que no sea la última. La poesía -la que promete- fluye entre las líneas del artículo con armonía y vigor. No tiene desperdicio. Mi enhorabuena al autor. LFU

"29 Arriba"

"Me acaba de decir una mujer lista y sensitiva que hubiera querido vivir la gloria de la jornada del Veintinueve de Octubre, cuando, en verdad, el mundo dio un vuelco y volvió a descubrirse para el hombre. Mundo, por fin, vestido con una inextinguible primavera.

Viví aquel momento. Era un día que estallaba, que reventaba de luz y que encendía las almas. No fue discurso sino profecía y no profecía sino promesa de larguísimas andanzas y angustias.

A lo mejor hay luceros desconocidos donde aguardan las almas que han de bajar a tomar las banderas de los caídos y a sufrir por lo grande mejor que a disfrutar con lo pequeño. Porue lo nimio bien puede ser un gobierno y lo enorme un hombre solo con la verdad exacta. Mucho antes de nacer, lo viví. En la sala la gente era ya falangista y era el tiempo de cerrar las filas y cargar hacia lo nuevo que, en aquel momento, fue lo eterno. Y lo supieron en cuanto José Antonio se puso en pie.

Se trataba de España, pero no sólo de la España necesaria sino también de la irreflexiva. ¿Es que no la veis? decía cada palabra de José Antonio. ¿Es difícil de entender que España misma es la entraña del alma? España son las palabras, y los recuerdos y los olvidos. Las lágrimas y las risas. Castilla hace y deshace los hombres pero guarda sus hechos para palidecer los tiempos cuando los tiempos se crecen, endiosados.

El hombre, polvo de estrellas, siempre capaz de volver a arder y brillar volvía a encenderse en lo superior. No se hablaba en realidad de política sino del obstáculo que la política es para que el hombre vuelva a la luz, la reclame y declare prohibida la oscuridad. Se proponía un más allá, un argumento superior a todos: hacer la justicia, porque tras ella, como en milagro, vendrían la fe, la paz y la libertad.

Ser y ser completamente: no a trozos. Ser definitivamente, sin retornos ni equilibrios. Estar en lo difícil y en lo alegre. En guardia eterna por los hombres y no por las ansias. Porque aquella magia de España, que volvía a despertar, era sencillamente el hombre; el olvidado, el maltratado, el dominado por los espíritus impuros de Rousseau.

De aquello trataba el 29 de Octubre. De que el hombre decidiera recuperar su trascendencia y hacer y vivir un mundo para hombres justos. No se cómo se fundarían otras órdenes de caballería, pero la nuestra lo hizo volviendo al origen de las cosas que son y que han de ser para siempre. Descubriendo que, pase lo que pase, quedan los afanes justos y las esperas de la norma segura. Aquello que no pueda durar ni en los hechos ni en las palabras no es de hombres. Tampoco lo será quien no pueda estar en lo alto de una palabra que sepa que es verdad.

Por eso no engaño cuando digo que estuve allí, que lo ví todo. Que aún se puede ver y que lo aprendí porque su conocimiento resonaba en mí desde el principio. Quizá el único trabajo fuera aprender que los botones de los bolsillos de la camisa deben ir abrochados y vivir sin temer al amanecer. Quizá saber por completo que las cosas del alma necesitan alma y que al alma le urgen la Patria, que es carne y pensamiento, la Justicia, que es dar pese a quien pese, y el Pan, que es pura fe en el hombre y su capacidad, a veces secreta, de ser grande y bueno.

Aquel día quedó claro que la Falange era para el aire libre y que, por lo tanto, había que liberar primero ese aire con fiestas de primavera y juventud, vestirlo de pétalos y llenarlo con la luz del nuevo sol. Quizá se haya olvidado todo, pero, como lo viví, lo cuento: no el hombre para el mundo sino el mundo para el hombre en medio del aire libre al fin, y con el sol bendiciéndolo. Un hombre a la luz, desnudo como los sables alzados.

Dios me amparará: lo que se dijo entonces fue, sencillamente, que el hombre es más que la doctrina y que allá los que quisieran circular por los salones vacíos de los pasados e inútiles festines del día anterior. Lo que de verdad se dijo, en repetida metáfora, fue que frente a la ofensa a la Patria no se requiere más que valor.

Y un poquito de alegre jactancia."

Arturo Robsy

27 de octubre de 2009

La Batalla de Caja Madrid. ¿Qui prodest?

Visto lo visto y las reacciones posteriores a las declaraciones del Vice-alcalde de Madrid, parece evidente, en primer lugar, que a Esperanza Aguirre le han metido un gol por la escuadra contraponiendo abiertamente la candidatura de Rato a la de Ignacio González para la presidencia de Caja Madrid, dejándola sola con el apoyo del «provisional» Tomás Gómez en la defensa de su candidato. En segundo lugar, y en vista del resultado -¿qui prodest?- me da a mi la impresión de que, antes de tirar a puerta, Manuel Cobo ha contado con la bendición, no ya de su inmediato jefe y mentor, sino de las más altas instancias del Pp, algo molestas con el pulso que la «lideresa» mantiene con la dirección del partido a cuenta de Caja Madrid para colocar a su escudero, que da la casualidad de que fue excluido por Rajoy de la Ejecutiva Nacional del partido en el Congreso de Valencia, siendo sustituido, para más inri, por Manuel Cobo.

Aunque el espectáculo que se ofrece a la opinión pública sea bochornoso, alguien habrá pensado que falta mucho para las próximas citas electorales y es el momento de darse de tortas; que en política, las noticias como ésta se quedan viejas en quince días, pero los cadáveres no vuelven a levantarse jamás. Y ya puestos, no estaría de más que alguien aprovechase para modificar de una vez la Ley de Cajas limitando el control político de estas instituciones estrictamente a los fines sociales que éstas deben cumplir. Ninguno lo hará porque todos quieren mojar en la salsa, pero es una de las vergüenzas de nuestra partitocracia.

Habrá que estar atentos, por tanto, a la cintura de Rajoy en la resolución del contencioso y a los posibles candidatos tapados que pudieran surgir para calzarse el zapato de Cenicienta. Visto desde fuera, lo que está claro es que el partido de la oposición necesita un timonel al que no le tiemble el pulso o acabará definitivamente a la deriva, lo que, bien mirado, tampoco tendría que ser ninguna desgracia, pues sólo desde la catarsis nace la cordura.

LFU

26 de octubre de 2009

Discurso de un Embajador de España

Me lo enviaron hace días y me gustó, más que nada porque nuestros ojos y nuestros oídos no están acostumbrados a la emoción que llevan las palabras que nacen del corazón. Son las palabras que el Embajador de España en Bosnia Herzegovina, D. Alejandro Alvargonzález San Martín, ha dirigido recientemente a nuestras tropas destacadas en ese país con motivo de la Fiesta Nacional. Es el discurso que merecen nuestros soldados y que raramente escuchan por el estrechísimo corsé que impone la dictadura de lo políticamente correcto.

Mi enhorabuena a tan buen embajador de nuestra patria.

LFU



«Me piden que les dedique unas palabras en el día de hoy, fecha adelantada de la celebración de nuestra fiesta nacional. Lo clásico sería iniciarlo con aquello de "es un honor para mí". Se trata de una frase más o menos protocolaria que en el fondo no quiere decir nada si quien la pronuncia no tiene voluntad de que así sea.

Les adelanto que este no es el caso. Por eso utilizo la fórmula:"Es un honor para mí", realmente lo es, rendirles mi homenaje desde esta tribuna. Es un honor para mí dirigir unas palabras a un grupo de españoles y hoy, en Bosnia y Herzegovina, ante soldados de España. Algunos sin ser de nacionalidad española, pero soldados de España al fin y al cabo, dispuestos a dar su vida por ella, sin grandes alharacas, discretamente, como lo han hecho siempre. Como han hecho a lo largo de toda la historia.

Ustedes son la noble herencia de una historia que pocos, desgraciadamente pocos, conocen. Uno lee "la defensa de las Indias", de Julio Albi, y descubre que con un puñado de hombres, que eran ustedes, se defendió - durante varios siglos y con notable éxito - la costa que va de La Florida a la Patagonia, y de ésta hasta California. Uno se va al mayor experto de la historia del Pacífico, el australiano Spate, y descubre que su obra más importante la tituló "el lago español", y lo hizo por ustedes. Uno recorre el Extremo Oriente y descubre la presencia de soldados de España en Camboya y Tailandia ya en el siglo XVI, estudiando mapas de China, tratando con Japón. Eran ustedes. Ustedes fueron en buena medida quienes extendieron el español por el mundo.

Eran ustedes.

Ustedes han protagonizado las casi 60 misiones internacionales que arrancan de los años 80. Recuerdo bien las primeras en Centroamérica, donde yo estaba destinado entonces. Fuí testigo de la mano izquierda para acercarse a cualquier escenario, y de la mano derecha para dar seguridad cuando se demandaba. Vi actuar a médicos de uniforme y a soldados de paisano, y les vi dar un paso al frente siempre. Siempre.

Ustedes son los que caminan las calles de Mostar, de Sarajevo, de Trebinje, de tantos sitios en Bosnia y Herzegovina, donde su uniforme es objeto de respeto, de reconocimiento, sabedores todos de su profesionalidad, de su espíritu de sacrificio. Lugares donde se han ganado el aprecio de sus gentes, donde España - por ustedes - significa algo.

Un día dejarán de ser necesarios en Bosnia y Herzegovina. Se irán. Pero quedarán su recuerdo y la admiración de quienes les conocieron. Quedarán las placas con los nombres de sus compañeros caidos en Mostar, o esa plaza que siendo de España es de ustedes, o ese pinsapo que donaron y seguirá creciendo en algún lugar, o el afecto de esos ancianos a los que surtían de gasolina, de alimentos, de mantas. Y quedarán la prueba de su valor. Así me lo han dicho tantas y tantas veces: "ellos llegaron, y empezamos a sentirnos seguros".

Cuentan que los Tercios de Flandes, cuando volvian a España gustaban de desfilar en la Plaza Mayor de Madrid, y que para esa ocasión recibían la orden de entrar en la plaza "pisando fuerte". Así nació la expresión de "entrar pisando fuerte". Así entraron ustedes, y así deberian salir "pisando fuerte".

Un dia se irán. Se vaciará Camp Butmir, crecerá la hierba entre las grietas del asfalto, se hará el silencio donde estamos, no habrá ni misa de domingo, ni oiré las palmas de un soldado de Cádiz, ni degustaré la paella que uno de ustede se tomó como un ejercicio a todo o nada, ni recibiré noticias de tal o cual desplazamiento. Me alegraré mucho de que no sean ustedes ya necesarios en Bosnia y Herzegovina. Se me llenará la boca cuando diga que España, en su pequeña o gran responsabilidad, cumplió. Pero les aseguro también que cuando despida al último, empezaré a echarles en falta.

Y ustedes, una vez más, habrán cumplido.

Y me refiero a ustedes con legítimo orgullo porque hablar de ustedes es hablar de mi propia familia. De mis primos y tios en Infantería de Marina, a los que admiraba en mi infancia y sigo admirando hoy. De mi padre, jurídico de la Armada, de mi abuelo en el Cuerpo de Ingenieros, de mis bisabuelos haciendo la guerra de Marruecos o de Filipinas. Ellos eran ustedes, si acaso ustedes me lo permiten.

Pero también ustedes son ellos. Quiero decir que también ustedes se verán otros. Los 23 soldados de España fallecidos en Bosnia y Herzegovina son ustedes, porque en ustedes viven. Saben ustedes bien que cuando les miren a ustedes los padres o los hijos de aquellos que fallecieron los verán a ellos, porque ustedes son ellos. Porque tienen ustedes, y solo ustedes, el honor de serlo.

Todo esto era para explicarles por qué es un honor para mí poder dirigirle unas palabras a ustedes.

Y porque es un honor dirigirme a ustedes, y porque ustedes son Cristo Ancor Cabello, les ruego que me permitan también que este sea un homenaje a él. Fallecido en Afganistán, pero vivo en cada uno de ustedes.

Que sea él quien, a través de ustedes, grite conmigo, con nosotros

¡VIVA EL REY!

¡VIVA ESPAÑA!»

22 de octubre de 2009

Garzón y (III). Se estrecha el cerco.


Recibo la noticia como agua de mayo, aunque en octubre con la falta que hace se agradezca más aún. El Colegio de Abogados de Madrid ha soltado lastre y complejos y ha decidido dar un paso más para pararle los pies a quien ha convertido la ley y la justicia en un enorme chicle cuya elasticidad depende siempre de sus propios intereses, cada vez menos confesables.


Lo que antes eran voces en el desierto hoy es un clamor social contra un magistrado que, arrastrado por su enorme ego, se ha creído que puede hacer mangas y capirotes con las leyes como antaño hacían los señoritos en su cortijos.


Resulta paradójico que Franco, como mío Cid en Valencia, vaya a ser la punta de lanza del declive de una carrera marcada por la soberbia, la prepotencia y el desprecio más absoluto al papel que debe jugar el poder judicial en un Estado de Derecho.


Que se haga justicia.


LFU

19 de octubre de 2009

Sed como niños (II). Una oportunidad para la vida.


Hace unos días, en estas mismas páginas y bajo el título «Sed como niños» hice mía una reflexión del malagueño Jesús Cotta al hilo de la dificultad que encontramos los mayores para explicar a los niños determinados comportamientos de los adultos contrarios al sentido común y a la ley natural.

El sábado, por fin, pudimos explicarle a nuestra hija Paloma -siete años- las razones por las que, en lugar de irnos al parque o al cine, íbamos a asistir a una manifestación. Nuestras explicaciones, suaves pero realistas, debieron causarle un tremendo impacto pues no alcanzaba a comprender que alguien a quien –Jesusito o la cigüeña porque ignoran que la voluntad humana pueda tener algo que ver en ello- le envía un niño, fuese capaz de matarlo. Su respuesta, tras una larga meditación, fue una pregunta: ¿Y porqué no los dejan nacer y luego los envían a un orfanato?. La reflexión, llena de sentido común tiene más calado si tenemos en cuenta que la imagen que tienen para mi hija los orfanatos es la de la película «Annie» o «La Princesita» (esta última muy recomendable) y no son preciosamente lugares de ensueño. Al menos en el orfanato -supongo que pensó- todos esos niños tendrían una oportunidad para la vida.

En contra de la opinión de muchos de los que no asistieron (total, para lo que va a servir…..) creo que la impresionante manifestación del sábado es un aldabonazo más en la conciencia de una sociedad adormecida que ha estado demasiado tiempo mirando para otro lado para no enfrentarse con la cruda de realidad del mayor genocidio silencioso de la historia de la humanidad.


LFU

16 de octubre de 2009

José Serrano Carvajal. Un caballero malagueño. Por José Utrera Molina

El próximo día 23 de octubre, el Profesor Serrano Carvajal -Pepe Serrano para los que le queríamos-tenía que asistir al homenaje que le habían preparado con cariño un grupo de amigos. No llegó a tiempo, pues parece que Dios tenía prisa por reunirlo de nuevo con su mujer, que hacía un año le había dejado repentinamente, y el pasado día 3 lo llamó a su presencia para donde partió, en palabras de José Antonio, «rodeado de caras familiares y respirando un aroma religioso de sacramentos yrecomendaciones del alma, es decir, con todo el rito y la ternura de la muerte tradicional». Uno de sus amigos del alma -mi padre- desde el dolor de su ausencia, le ha dedicado su pequeño homenaje, el artículo publicado el pasado día 6 de octubre en el Diario Sur de Málaga, que he querido hoy traer a estas páginas:


JOSE SERRANO CARVAJAL, UN CABALLERO MALAGUEÑO


Hoy las tierras de Montejaque tienen para mí un triste recuerdo. Allí conviví con José Serrano Carvajal durante los seis meses de preparación de la Milicia Universitaria. Los dos fuimos alféreces y sentimos por igual el orgullo que aquella distinción suponía. Habíamos sido anteriormente compañeros de estudio y siempre amigos.

No exagero si confirmo en estas líneas que he sufrido con la muerte de Pepe Serrano un tremendo dolor. Hablaba con él casi todos los días y la amistad que sostenía con él no ha tenido interrupción alguna. Desde la época ya ciertamente lejana en que le propuse para ser Gobernador y Jefe Provincial del Movimiento de Zamora hasta hoy, había permanecido su ánimo, su generoso ánimo en el estado de gracia de la lealtad. Pepe Serrano era un caballero a la antigua, es decir, un hombre que tenía como honor el patrimonio de su dignidad y la señal inequívoca de su coraje. Nunca abdicó de sus convicciones esenciales, es más, las pregonó siempre, sin insolencia, sin la jactancia del orgullo, pero sí con la fuerza irrenunciable de su convicción. Amó la fiesta nacional hasta extremos que admiten muy poca comparación porque era consciente de la cultura que encerraba su significado y de lo importante que era llevar sus luces y sus imágenes nada más y nada menos que al templo sagrado de la universidad. Pepe Serrano amaba en el toreo la belleza, la estética que lleva encerrada la fiesta de los toros, era entendida por él de manera original y vibrante.

Ayer fui a los toros en la Plaza de las Ventas. Se produjo un minuto de silencio en su memoria. Creo que es la primera vez en la larga historia de las corridas de toros, que alguien que no ha sido profesional se le rinda un homenaje semejante. Yo que había compartido con él localidad y afanes, puntos de vista e ideas parecidas, llené con una oración el vacío que muchas veces suponen los minutos de silencio. He afirmado alguna vez que hay personas que se mueren y otras que se nos mueren. Pepe Serrano es de los últimos, su recuerdo permanecerá siempre vivo en mí junto a la gratitud a su lealtad, a la limpia idea de la amistad que siempre me demostró sin interrupción alguna. Era un malagueño tradicional, jamás abjuró de su tierra, la amaba entrañablemente. En su corazón estaban sus tradiciones, sus costumbres, sus glorias y sus penas. En su memoria tantas cosas como habría sentido al contemplar los amaneceres sobre el mar y las luces claras sobre las montañas. Pepe Serrano ha bordado con su vida la mejor y más templada verónica, lenta, solemne, pausada, con las manos bajas y el corazón en alto. Concretamente hace cuatro días estuve con él. Ya tenía en el rostro la señal de la muerte, pero su ánimo tenía una singular entereza. Yo le animé y me despedí de él con la conciencia de que era difícil que volviera a verlo vivo. Cuatro días después de nuestro ultimo encuentro, me dieron la noticia de su fallecimiento. Nunca he sentido una amargura tan lacerante, una ausencia tan dolorida. Desde mi amistad, le brindo mi recuerdo y afirmo que es de las pocas personas de las que me he sentido orgulloso de ser amigo. Dios, en el que él creía, le habrá acogido con su misericordia mientras que sus amigos, le recordaremos con amor.


JOSÉ UTRERA MOLINA

15 de octubre de 2009

Fantoches con antorcha

De pequeñito me decía mi madre aquello de "el que juega con fuego....". Ya hace un año dediqué una entrada a la pantomima de la noche de las antorchas en homenaje al delincuente golpista Companys a raíz de un comentario del, a Dios gracias ex ministro, Fernández-Bermejo solicitando la rehabilitación pública del mencionado delincuente.

Ahora le toca el turno al impresentable de Laporta, cuya talla política está sin duda a la altura de Companys, Carod y demás alhajas. Estos nazionalistas de ERC no saben lo que hacer para que salga la foto anual de tan siniestra celebración, que recuerda en sus rituales a lo más rancio del nacional socialismo.
Pero lo importante es que Bermejo pió y al poco tiempo dimitió. Ojalá la sombra de Companys acompañe también al tonto de Laporta y el año que viene podamos celebrar su desaparición de la vida pública. En tal caso, tendrán que plantearse que lo de la fantochada de las antorchas está definitivamente gafado.

LFU

13 de octubre de 2009

Zapatero: Las razones de un abucheo



Es natural que Rodríguez Zapatero quiera restar importancia a los abucheos que año tras año –desde que accedió a la presidencia- acompañan su llegada y partida de los actos del desfile de la Fiesta nacional del 12 de octubre, relegándolos a la categoría de ritual.

El Presidente –el único, por cierto, en los últimos treinta años que ha sido sonoramente abucheado en tales ocasiones- nunca ha querido serlo de todos los españoles. La tónica de su mandato ha sido la de dividir a los españoles en buenos y malos, reservando la última calificación a los que se resisten a comulgar con las ruedas de molino de sus iniciativas estrella de la memoria histórica, del aborto y de la educación para la ciudadanía.

El público que asiste a los desfiles no es precisamente el adicto a la ideología de género o a la memoria histórica; carece de dudas sobre el concepto de nación en lo tocante a España y quiere y respeta a su ejército y a su historia. No es, por tanto, el perfil del votante del socialismo representado por Zp. Y ese mismo público, que grita Viva España al paso de las unidades militares, y se comporta con dignidad al paso de las banderas de las naciones aliadas, se siente profundamente herido por la insolvencia de un gobernante que ha jugado peligrosa y ligeramente con la unidad de España, que ha socavado los cimientos del estado de derecho cuando le ha convenido, ha tirado por los suelos el prestigio internacional de nuestra patria y ha querido convertir en «criminales fascistas» a la mitad de los españoles que lucharon en nuestra guerra fraticida. Por eso, precisamente, a Rodríguez le dan absolutamente igual, porque sabe que no es más que la manifestación del mismo desprecio que él siente por los que le abuchean.

Ningún otro gobernante ha crispado más a los españoles; ninguno ha reabierto tantas heridas; ninguno ha despreciado tanto a la mitad de España y ninguno ha recibido semejantes abucheos.

Los abucheos, por tanto, son tan comprensibles como merecidos. Pero, ¿es ese el lugar adecuado?. Sin ningún género de dudas, la respuesta es sí. En primer lugar, porque los abucheos se produjeron en la vía pública antes y después del acto en sí -que comienza con la llegada de la Bandera Nacional y la revista a las Fuerzas por parte del Jefe del Estado- y en ningún momento durante su celebración, durante la cual los asistentes mantuvieron una actitud de respeto ejemplar. Si aún así se entendiese que los prolegómenos o momentos posteriores del acto en sí deben tener la consideración de “acto de Estado”, no lo es menos que los desfiles se hacen en la vía pública para solaz y orgullo de la gente y no en un recinto cerrado para consumo de las autoridades. Jamás admitiría ni disculparía un abucheo en un funeral de Estado o en un acto solemne en el que el Presidente esté representando a nuestra Nación. Pero no era el caso. En el desfile de la Fiesta nacional, España estaba representada, primero, por el Jefe del Estado y después, por los representantes de los tres poderes del Estado, pero también por el pueblo para el que se organiza el despliegue de tropas. Y si lo que se quiere es que la gente acuda y aguante dos horas de espera en la calle con mordaza, lo mejor es eliminar los desfiles, pero no se puede pretender invitar a todo un pueblo a celebrar los actos de la fiesta de todos y pedirle que antes y después del acto muestren respeto a quien no sólo no se lo ha ganado, sino que no ha sabido respetar a la gran Nación que representa.

LFU

9 de octubre de 2009

«Los Gladiadores» de Arthur Koester


Titulo: Los Gladiadores.
Autor: Arthur Koestler.
Editorial: Pocket Edhasa


«Los Gladiadores», además de una novela histórica, fue una suerte de terapia personal para el autor, abrumado por sus vivencias personales y políticas en los años 30, y, a consecuencia de lo anterior, resulta una reflexión profunda sobre el sentido de la acción política revolucionaria y sobre todo de las razones que la justifican.

El autor, Arthur Koestler (n. 1905) fue un hombre profundamente inmerso en el acontecer político de la Europa del siglo XX. Húngaro de origen judío, poseedor de dos lenguas maternas la alemana y el húngaro, a la que posteriormente añadió el inglés y de talento literario, estaba dotado de una fina y acerada inteligencia. Tras abandonar su fe judía, militó en su juventud en el partido comunista durante 7 años (1931-1938). Fue tiempo suficiente para deslumbrarse por la utopía soviética y luchar por ella (participó en la Comuna revolucionaria de Bela Kun en Hungría), desengañarse por su atroz realidad de purgas infinitas que conoció de primera mano y vacunarse para siempre del mesianismo socialista. Desde entonces y con la publicación de su obra Darkness at noon (1941) (traducida al español como «el cero y el infinito») fue un destacada figura anticomunista en el panorama literario mundial. Nunca pudo volver a su país de origen. Se suicidó en 1983 estando gravemente enfermo.

Los Gladiadores cuenta con un trabajo muy cuidado de documentación arqueológica e histórica que soporta con mucha dignidad toda la ambientación histórica y que dota al relato de un fuerte realismo. La novela aborda el hecho histórico de la rebelión de esclavos capitaneada por Espartaco. Si fuera una mera novela histórica resultaría interesante pero desigual desde el punto de vista narrativo. Existen situaciones y parlamentos que lastran algo la acción pero que deben ser interpretadas en la doble lectura insinuada en mi párrafo de apertura. La narración de la rebelión espartaquista en Roma en el siglo I, antes de Cristo, es una excusa y un medio para tratar la revolución soviética y en cierto modo, toda acción política.

En ese doble marco de lectura, aparece un análisis marxista de la economía y de la sociedad no desprovisto de brillantez, una visión sobre el proceso revolucionario, sus inevitables atajos y las razones de los mismos, y sobre todo una interrogación sobre los límites éticos de toda actuación política. El planteamiento de los fines y los medios se aborda de una forma clara y evidente, y la narración lo aguanta pues aborda un universal siempre de actualidad.

Hay que tener presente que el libro se escribe entre 1935 y 1939, y que el progresivo distanciamiento de Koestler con el activismo comunista está latente en la acción, en el desarrollo de la trama y se nota. Hay que reconocer la enorme honestidad intelectual de Koestler al denunciar ya en 1938 el fracaso de todo proceso revolucionario, al describir la inevitable crueldad sanguinaria que la propia dinámica de dichos procesos implica, a pesar de iniciales razones legítimas.

Resulta curioso que Koestler, en este libro, vuelve la mirada a sus orígenes judíos, de hecho la argumentación política concreta de la rebelión de esclavos se soporta a través de uno de los personajes que pertenecía a la secta esenia. Lo cierto, es que el desengaño revolucionario que de algún modo cuenta esta novela no culminó con el abrazo de su fe ancestral ni tampoco de la fe cristiana, como de algún modo subrepticio parece insinuarse, su salto se quedó en una abrazo esperanzado a la ciencia que, no pudo satisfacer, en última instancia, su enorme inquietud y sed de respuestas. Al respecto, termino con las palabras de Vintila Horia sobre Koestler con motivo de su muerte: “Koestler pudo haber sido uno de los espíritus más abiertos y constructivos de nuestro siglo. Del mismo modo en que Pascal, en un momento revelador y crucial de su vida, escogió la religión y abandonó la ciencia, Koestler abandonó la religión (su religión marxista) y se convirtió a la ciencia. Sus libros, en este sentido, son tan buenos como sus novelas y reportajes escritos durante su época marxista y que culminan con su El cero y el infinito, novela en cuyas páginas asistimos a su cambio interior y a su adhesión a una posición anticomunista. Esto, sin embargo, no fue suficiente. Su mente preclara logró empaparse de muchos conocimientos científicos actuales y comprendió el papel revolucionario que la ciencia interpretó en este umbral de los nuevos tiempos. Pero no llegó jamás a sacudirse de encima la última partícula de polvo materialista y tampoco el pesimismo que acompaña al agnóstico. (El que vive dentro del mal y lo practica sufre mucho más que sus víctimas, afirmaba el poeta Boecio en su De consolatione philosophiae, afirmando implícitamente que el remordimiento y el dolor acompañan permanentemente al hombre que triunfa dentro del mal). Olvidar el hecho fundamental de que, durante muchos años, uno haya sido el cómplice de los campos de concentración estalinistas y de las torturas anímicas y somáticas del universo leninista, no es nada fácil. Sólo la oración y la penitencia nos pueden salvar en casos así, como al piloto que arrojó su bomba sobre Hiroshima. Koestler llegó hasta las cercanías de la cumbre, pero no descubrió en el vasto horizonte que la ciencia abría ante sus ojos, más que destrucción y miseria.”

César U-M





8 de octubre de 2009

El Ayuntamiento de Sevilla prohibe un homenaje a Foxá




La noticia es cierta (también puede leerse aquí). Y el homenaje, pese a la prohibición municipal, se celebró bajo un árbol, a la interperie, con la enorme emoción de lo prohibido. Ellos tienen los locales, nosotros la palabra. No os perdáis la crónica y las palabras de Aquilino Duque en Villa Marina.


Todo un ejemplo de «tolerancia» y de «cultura democrática». ¡Lo que se hubiera reido Foxá!


Y pensar, que después que yo me muera
Torrijos prohibirá mis homenajes.....


LFU

5 de octubre de 2009

Sed como niños

Con motivo de la próxima manifestación contra el aborto -yo no me manifiesto contra los matices de la nueva regulación- pensaba escribir sobre la dificultad que me supone hablarles a mis hijas del verdadero motivo por el cual su madre y yo (y ellas también), nos vamos a meter en una bulla el próximo día 17 de octubre. Sin embargo,el malagueño Jesús Cotta, a quien leo con habitualidad, se me ha adelantado en su blog Los días de mis noches, con una aplastante y reconfortante claridad. Por eso, me limito a reproducir sus palabras, con las que me siento identificado. LFU


«El niño pequeño y la moral adulta»

«Los niños pequeños entienden bien qué es mentir, robar y pegar, porque sienten a veces el impulso de hacerlo para conseguir sus objetivos o bien lo hacen. Pero les cuesta mucho entender qué es la separación de unos padres, el suicidio y el aborto, porque esos tres actos no sólo nunca les han tentado sino que ni siquiera se les ha ocurrido que se puedan hacer.

El niño se queda perplejo cuando se entera de que los padres de un amiguito suyo se han separado. No logra entender cómo los que se unieron para engendrarlo a él no forman ya esa unidad gracias a la cual él comprende el universo y se siente seguro en él. Tampoco entiende que alguien quiera poner fin a esa vida que es para él una fuente de maravilla y asombro. A pesar de ello, se me ocurren ciertos argumentos que pueden conseguir que un niño entienda por qué los mayores se separan o se suicidan.

Pero, ¿con qué argumentos morales puede uno justificar ante un niño el aborto? ¿Le habla uno de eugenesia? ¿Le cantamos las bondades del utilitarismo biológico? ¿Le decimos que es mejor que no nazcan niños enfermos? ¿Le dice uno: "Si tu madre te hubiese abortado, habría estado en su derecho" o "Lo que las madres llevan en la barriga no son bebés, sino ectoplasmas"? ¿Le decimos que los carniceros de las clínicas abortistas son médicos tan respetables como su pediatra?

Pocas veces he entendido mejor que hoy aquello de Sed como niños.»

Jesús Cotta Lobato

2 de octubre de 2009

Madrid 2016. Un buen trabajo.


Escribo esta entrada de urgencia, treinta minutos antes de que el COI diga su última palabra sobre las candidaturas de Madrid y Río de Janeiro. Madrid se merece ser elegida, por el trabajo excepcional que ha hecho el equipo de Madrid 2016, pero la decisión está en manos de 94 hombres y mujeres que sólo responden ante su propia conciencia. Si finalmente resulta elegida, será un triunfo de toda España. Si no, tendremos la sensación del deber cumplido, podremos volver con la cabeza bien alta y al menos habrá servido para ver como una nación entera –menos los indeseables de siempre- aparca por un momento sus luchas cainitas para empujar con fuerza en la misma dirección.

Que Dios reparta suerte.

LFU

1 de octubre de 2009

La fuerza de la mentira. ZP quiere rendir el Alcázar de Toledo, 73 años después.



Decía Jean-Françoise Revel que la primera de las fuerzas que mueven al mundo es la mentira. Hoy varios medios de comunicación se hacen eco de la decisión del Ministerio de Defensa de eliminar, en el nuevo Museo del Ejército que tendrá sede en el Alcázar de Toledo, cualquier vestigio, rastro o mención del terrible asedio que sufrió la fortaleza desde el 18 de julio hasta el 28 de septiembre de 1936, una de las páginas de heroísmo más legendarias de la historia de España que alcanzó repercusión mundial.

En esto consiste la memoria histórica del infame y sus secuaces: en eliminar cualquier rastro material de aquella parte de la historia que les incomoda con el inicuo objetivo de que se diluya en las generaciones venideras, a las que se adoctrinará convenientemente utilizando la mentira como arma de propaganda. Es decir, un ejemplo palmario de nacional-socialismo en estado puro administrado en vena por un gobierno democrático en su origen, que no en su ejercicio.

Al contemplar con infinita tristeza las malvadas intenciones de los que pretenden borrar la historia con odio retrospectivo, viene a mi memoria la actitud digna, caballerosa y ejemplar de aquellos oficiales y soldados del ejército republicano que no dudaron en presentar armas ante el cadáver del Capitán Cortés muerto en la heroica defensa del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza. Aquellos soldados, hermanos y enemigos, en un gesto de grandeza, supieron reconocer en las piedras derrotadas del Santuario el valor, la entrega y el heroísmo de sus defensores. En cambio, los que hoy se proclaman sus herederos, no contentos con vilipendiar a los que lucharon en el bando nacional, se afanan por esconder el rastro de la gloria como justificación de su infinita miseria.

Pues bien, por mí que no quede. A Dios gracias, Internet tiene también sus grandezas y una de ellas –y bien gorda- es que van a tener muy complicado ponerle puertas al campo. Y como muestra, el video que hoy sirve como homenaje a los héroes que hace setenta y tres años ofrecieron su vida por Dios y por España, entre las ruinas gloriosas de un Alcázar de Toledo que ni los bombardeos, ni los cañones, ni las minas, ni el hambre ni la muerte pudieron rendir, cuya memoria permanecerá viva para siempre en el corazón de muchos españoles de bien.

LFU

30 de septiembre de 2009

Ha muerto el Teniente General Gavilán


José Ramón Gavilán Ponce de León, un as de la aviación española y Teniente General en la reserva del Ejército del Aire, falleció el pasado sábado 19 de septiembre.

Falangista de la primera hora, fue enlace de Mola, en los días que precedieron al Alzamiento Nacional. Participó también en un comando secreto para la liberación de José Antonio Primo de Rivera de la cárcel de Alicante y facilitarle su huida en un barco alemán. Tras luchar como alférez provisional de Infantería en la Ciudad Universitaria de Madrid, durante la Guerra Civil se enroló en la recién creada Arma de Aviación. Allí luchará, con el empleo de teniente con la 3ª Escuadrilla Azul en el frente ruso, consiguiendo nueve derribos. De vuelta a España, creó la Escuela de Reactores, siendo el primer piloto español en volar en uno de ellos.
Entre otras condecoraciones, le fueron concedidas la Gran Cruz del Mérito Aeronáutico, del Mérito Militar, del Mérito Naval, 1 Cruz de Guerra y 3 Rojas del Mérito Militar, Laureada colectiva de la Ciudad Universitaria, Cruz de Hierro de 1ª y 2ª clase, y Cruz del Águila alemana con espadas.

Su vida da un giro cuando es elegido 2º jefe de la Casa Militar del Generalísimo y como tal vive en primera línea el asesinato de Carrero Blanco, la elección de Arias Navarro y la agonía y muerte de Francisco Franco, de la que fue testigo directo de excepción.


Sus memorias publicadas en el año 2005 por La Esfera de los Libros, constituyen una fuente indispensable de consulta para el estudio de nuestra historia más reciente.

Tuve el honor de tratar al General Gavilán en los últimos años en el Patronato de la Fundación Francisco Franco y de que me dedicase su libro de memorias en su domicilio.

Descanse ya en paz el bravo piloto, el fiel falangista y el gran soldado español.

José Ramón Gavilán Ponce de León

PRESENTE

P.D.- El funeral por su eterno descanso tendrá lugar el miércoles 30 de septiembre a las 19.00 horas en la Parroquia del Buen Suceso (c/Princesa, 43) de Madrid.

29 de septiembre de 2009

Aquellos años......

Adivina adivinanza


¿Qué periódico nacional con serios problemas económicos está echándole una manita al Gobierno a costa del principal partido de la oposición?

¿Qué partidas presupuestarias han aumentado en grado tal, que han prolongado el mutismo de los sindicatos mayoritarios e incrementado sensiblemente su cariño por el presidente?

Maldito parné……

LFU

25 de septiembre de 2009

Francisco Rivera «Paquirri». Brindar por España

Mañana sábado hará veinticinco años que un toro de Sayalero y Bandrés de nombre «Avispado» le arrancó trágicamente la vida a un torero poderoso y de raza que ocupa ya un lugar de honor en el escalafón de la historia de nuestra fiesta. Recuerdo, de pequeño, aquellos carteles tan repetidos de Paquirri, Manzanares y Capea en la feria de Málaga y la imagen que tengo de Francisco Rivera es la de la fortaleza, el dominio y la honestidad. Recuerdo la consternación que me causó su muerte, no sólo por sus caracteres de tragedia, sino por el dolor que adiviné en mi padre y en mi hermano José Antonio, que tantas tardes le había acompañado por las plazas de toda España y sentía por él una sincera amistad.

Hoy, cuando su vida y su muerte se recuerda por los cuervos rebuscando en el morbo de su intimidad, yo quiero rendirle mi modesto tributo reproduciendo a continuación el artículo que mi padre, José Utrera Molina escribió una tarde de julio de 1978 bajo la emoción de un gesto noble, valiente de todo un torero y un caballero español. LFU

«Brindar por España»

Creo, y lo proclamo con el dolor que siento, que no puede existir una amargura más lacerante ni una angustia más profunda que la de contemplar, cercana e irreparable, la pérdida de la sagrada unidad de España, la ruptura de su ser nacional, la vergonzosa aniquilación de su integridad, la mutilación próxima de su cuerpo físico y hasta, incluso, el secuestro de su alma metafísica.

Pues bien, el espectáculo bochornoso de esta entrega increíble, la sonoridad culpable de tantos silencios, la falta significativa de palabras de compromiso, tuvo el jueves una notable excepción. Una excepción que, lejos de ser una anécdota, adquiere valor de verdadera y esencial categoría.

Desde la plaza de toros de Barcelona, un torero español, Francisco Rivera «Paquirri», tuvo el coraje, el valor y la gallardía de brindar, ante los micrófonos de radiotelevisión española, y, por lo tanto, ante millones de espectadores, por la unidad de la Patria, por la paz de España y afirmar, a continuación, que él ofrecería a gusto, si fuese necesario, la vida por ella.

Resulta estremecedor este bello gesto, limpio y antirretórico, del diestro de Barbate y contrastan sus palabras, pronunciadas con firmeza, con lentitud y sin cautela, sin timidez, pero también sin orgullo y, sobre todo, sin asomo de flamenquismo, con la jerga desvergonzada, con los términos ambivalentes, con las expresiones equívocas que hoy se alzan en la vida de Espoaña con la amenaza de liquidar para siempre cualquier asomo de dignidad y de hombría. No sé si «Paquirri» habrá dado en la arena una lección de arte taurino. Tal vez sus verónicas no tuvieron el temple de otras veces y sus manos no estuvieron bajas y seguras del todo, posiblemente ese natural de frente, abierto al compás, no haya estado engarzado esta vez con un pase de pecho largo, profundo y definitivo, quizás no cuadrara del todo, ante la arisca y descompuesta cabeza del toro, a la hora de clavar sus reiletes, pero lo que nadie puede negar es que, desde el centro del ruedo de España, un torero andaluz, que no es de derechas ni de izquierdas, sino, simplemente, español, escribió una lección de valor y de patriotismo espléndida y bella, una lección de dignidad, que contrasta con tantos envilecimientos, una lección de valor a los que tienen ya, incluso, miedo a la esperanza.

Decía Ortega y Gasset que sólo dos cosas pueden realizarse con garbo: la historia y el toreo. La historia hoy se hace sin gloria, con mediocridad y con miedo y, tal vez, un torero, en Barcelona, haya hecho, con garbo, la historia que otros están manchando sin compostura y sin honor.

JOSÉ UTRERA MOLINA
(«El Alcázar», 22 de julio de 1978).

23 de septiembre de 2009

Un lunar y una sonrisa. Mi hermana María del Mar.


Conociéndola, llegué a temer que me prohibiese terminantemente escribir sobre ella siguiendo la tradición que inauguré en estas páginas hace ya dos años. Y si no lo ha hecho, es porque, afortunadamente, tiene cosas más importantes en qué pensar que en este cuaderno abierto al mundo que me permite compartir mis ideas, sentimientos, recuerdos y reflexiones.

Aunque para muchos –quizá la mayoría- es solamente Mar, sabe bien que los que la conocemos desde siempre no nos sentimos cómodos con el monosílabo que nos suena tan ajeno como lejano. En mi condición de penúltimo de ocho hermanos, me atrevo a afirmar que siempre ha sido la favorita de todos por la fuerza de su alegría, por su incansable optimismo y por su extraordinaria generosidad, y no exagero al hablar del extraño magnetismo que su persona ha ejercido siempre sobre los que la rodean.

Su imagen para nosotros es y será siempre, la de un lunar y una sonrisa, que si aquél desapareció por prescripción facultativa, nadie ha podido con ésta, indiferente al paso y al peso de los años que tan bien la han tratado. Pero esa imagen quedaría incompleta si me olvidara de un apéndice fundamental en su figura: el libro, que desde muy pronto se convirtió en omnipresente compañero de su figura, de su imaginación y su memoria.

Quien escribió que «en las mujeres todo es corazón, hasta la cabeza» debía estar pensando en alguien como ella, que de tanto dar, sufrir y estirarlo lo tiene maltrecho por exceso de uso. Y es que si la trascendencia en esta vida pasa por vaciarse y entregarse a los demás, ella ya se ha licenciado con honores para el examen final del que hablaba San Juan de la Cruz. Y si no, que se lo pregunten a sus cuatro principales admiradores, sus hijos Alberto, Pepe, Rodrigo e Ignacio y también, cómo no, a Alberto, quien tanto le debe, porque –como sabe de sobra- sin ella apenas sería una tenue sombra de lo que es.

Muchas felicidades y que Dios te guarde, querida hermana.

LFU

21 de septiembre de 2009

Si tu vida sexual está bien....

Llevo varios años escuchando el dichoso anuncio mientras me afeito por la mañana y por fín le he encontrado su verdadero sentido. El eslogan, inicialmente lanzado por un centro médico especializado en enfermedades de la entrepierna, lleva camino de convertirse en el lema del PSOE en las próximas elecciones y sustituir en las camisetas al Ché Guevara y al "Make love, not war" . Es el perfecto lema nihilista de la nueva generación cejuda que propugna el nuevo socialismo del infame.


Y es que, en realidad, el lema comparte con el infame la condición de síntoma patológico de la sociedad en la que vivimos. Me explico: En tiempo de tribulación y miseria, el socialismo ha encontrado en el sexo un opiacio que, además de anular a la religion, tiene efectos inhibidores frente a los estragos de su política. ¿Que se queda usted sin trabajo y no puede pagar la hipoteca?. Pues no pasa nada, mientras le funcione correctamente la entrepierna. ¿Que no llega usted a fin de mes y no puede pagar el colegio de los niños?. Pues dedíquese al vicio y al fornicio y alcanzará el eden prometido por el infame, despreocupándose de lo demás.


En un tiempo en que tanto subir como bajar los impuestos es de izquierdas, en que las «ligeras desaceleraciones» generan casi cinco millones de parados, en que los ricos son los que ganan más de 50.000 euros, o no, y en que decir una cosa y la contraria se ha convertido en norma y consigna impune desde los arrabales del poder, y en que la oposición no es más que una caterva de políticos esterilizados y dormidos bajo un árbol como la liebre despreciando a la tortuga, la mejor receta para la crisis es convencer a todos de que lo único importante es que la vida sexual de cada uno esté bien. Si esto es así, lo demás, no importa.

LFU

14 de septiembre de 2009

Sobre un Caballero, D. José Utrera Molina, mi padre. Por César Utrera-Molina Gómez.


Nota previa: Sin duda, entre las virtudes que Dios ha concedido al inefable jesuita y mediocre historiador García de Cortázar, no se encuentra la valentía. Ha movido artera y eficazmente sus contactos en el Grupo Correo para disuadir a ABC de la publicación de la justa y cabal réplica que mi hermano César, en nombre de todos sus hermanos, quería dar a los mezquinos insultos contenidos en el artículo «Verano y humo» publicado por ABC el pasado 8 de septiembre, dirigidos a nuestro padre, José Utrera Molina, quien había osado días antes llamarle públicamente la atención por sus despiadados ataques a una época de nuestra reciente Historia, de la que, por lo visto, se ha convertido en solitario paladín. La desabrida respuesta del sesudo clérigo, plagada de falsedades y medias verdades, lejos de pretender una justificación ideológica buscaba tan sólo el cobarde ataque personal. He esperado ingenuamente durante días que ABC publicara tan justa réplica, pero está visto que el jesuita tiene amigos poderosos, por lo que traemos a estas páginas un artículo brillante en desagravio de un caballero. LFU




"Sobre un caballero, Don José Utrera Molina, mi padre."


Es un privilegio haber crecido en un hogar donde el amor y la entrega han sido una norma, jamás impuesta, sino gozosamente aceptada. Una casa donde la palabra empeñada se cumplía y se hacía respetar y cuya puerta siempre ha estado abierta a amigos, conocidos y familiares con la generosidad sin límite de quien ama sin pedir nada a cambio. Los privilegios tienen contrapartidas. Como hijo menor de la estirpe de Don José Utrera Molina he pedido a mis hermanos y a mi padre que me dieran la oportunidad de desagraviar su nombre ante el insultante contenido del artículo «Verano y humo» del jesuita y Catedrático de Historia de la Universidad de Deusto, Fernando García de Cortazar. Sirvan estas líneas a este propósito.

Son muy variadas las descalificaciones vertidas en el artículo citado, algunas, bien por increíblemente groseras o mezquinas y otras por su evidente falsedad, no merecen línea alguna, ya que descalifican por sí solas al autor. Quiero centrarme en las que requieren cumplida respuesta, pues afectan a la vida pública de mi padre, que forma parte de la historia de España y es de ley aclararlas no sólo por interés personal –que lo hay- sino también histórico.

No creo equivocarme si digo, que es la primera ocasión en que califican a José Utrera Molina de oportunista. Alega el Catedrático de Deusto, como supuesta razón, el hecho de presentarse al Senado por la provincia de Málaga bajo las siglas de Alianza Popular. Según su particular criterio, dicha candidatura le resultaba «confortable» para continuar su vida política pese a que los miembros de dicha formación eran sus «adversarios» según matiza el poco templado historiador. Un análisis mínimamente imparcial de aquella época permite ver con otra perspectiva dicha candidatura. Lo cierto es que entre las personalidades de la Alianza Popular de aquella época, estaban Gonzalo Fernández de la Mora, Cruz Martínez Esteruelas, Enrique Thomas de Carranza y Licinio de la Fuente entre otros, a los que nunca mi padre pudo considerar ni adversarios personales ni enemigos del Régimen anterior, cuando el mismo Fraga en el I Congreso de AP (5 y 6 marzo de 1977) se negaba literalmente «a aceptar la voladura de la obra gigantesca de los últimos 40 años». Silencia Don Fernando, eso sí, de forma interesada que mi padre se presentó como independiente, dada su filiación falangista, y también calla o ignora que se pagó con su patrimonio personal su campaña. Omite, cómo no, interesadamente el resultado ajustado que tuvo aquella votación que fue adversa para la candidatura de mi padre pero que supo a victoria moral por los muchos miles de votos que consiguió en una provincia que no era precisamente conservadora en el año 1977. Al contrario de lo que quiere dar a entender el señor García de Cortazar, mi padre quiso dar la cara y enfrentarse a las urnas en la tierra que le vio nacer, cuando esta apuesta era bien arriesgada y todo cálculo político lo desaconsejaba.

En segundo lugar, de forma imprecisa, meliflua, pero perfectamente entendible, el señor García de Cortazar describe la trayectoria política de mi padre bajo el Régimen del 18 de julio con trazos muy gruesos. Con toda la soberbia de quien cree conocerlo todo y acusando el puyazo de la crítica de mi padre ante su falta de imparcialidad en su juicio al Régimen anterior, Don Fernando sostiene que el afán de medrar es la clave que explica la carrera de mi padre, de profesor del Colegio de los Jesuitas de Málaga a Ministro y que su objetivo era perpetuar un sistema que le dio de comer, eso sí, siempre de espaldas a la voluntad del pueblo que cínicamente reivindicaba bajo la retórica joseantoniana. Resulta difícil imaginar injuria peor que esta. Hace poco, Juan Manuel de Prada, en un artículo en este mismo periódico hizo una relación de muchas de las obras sociales de las que Don José Utrera Molina fue impulsor, colaborador o directo artífice. No vale la pena repetirlas. Me pregunto si el ese «afán de medrar» llevó a mi padre a recorrer por carreteras polvorientas cada pueblo de cada provincia en la que fue gobernador, a persistir en la vida pública del régimen cuando sabía que las exigencias revolucionarias de su fe falangista podrían postergarse, a tener abiertas las puertas de su despacho siempre para cualquiera –amigo o adversario- que lo solicitara, a pasar noches a la intemperie junto a los afectados de las inundaciones del Tamarguillo en Sevilla, a decir las cosas incómodas al propio Franco que nadie quería mencionar, y a mantener sus juramentos cuando para la mayoría eran papel mojado, en definitiva, a robar horas a la noche, a su salud y a la familia para estar disponible siempre, disponible para servir a España. La respuesta, es no. Tengo la certeza de que fue así, y precisamente yo, que no fui testigo directo de su vida política, he tenido el privilegio –uno más- de constatar que con el tiempo quien más ha agradecido el empeño de su vida política no fueron los poderosos de su tiempo, sino gentes sencillas: banderilleros, vendedores en puestos de la calle, presos de origen político o no a los que mi padre ayudó, capataces de fincas, hombres de campo, gentes sencillas siempre que testimonian sin alharacas que el ideal joseantoniano de justicia social y reconciliación nacional asumido por mi padre, José Utrera Molina, fue su «opción preferencial» en su vida política, su verdadero afán.

Por último, quiero cerrar la defensa de mi padre, recordando su aportación singular a la vida pública de España como la de un caballero cristiano, que asumió su condición de paladín de las ideas de Jose Antonio Primo de Rivera en la España que le toco vivir y que con generosidad, arrojo y falta absoluta de cálculo consumió sus energías en la defensa de lo que, en conciencia, siempre estimó justo y bueno, para este sufrido país, España al que no dejará de amar nunca. Un caballero cristiano, que no puede entender que alguien que profesa vocaciones tan altas como la de sacerdote de Cristo y notario del pasado, no tenga la templanza de juzgar con serenidad y sin estridencias la historia cercana, como si la luz de la gracia no pudiese iluminar su quehacer científico por encima de sus experiencias personales (su momentánea detención en 1971 o su expulsión de la Universidad Autónoma en 1975) resultando su condición de hombre de Dios y de historiador, dos facetas irreconciliables e incompletas. Quizás para un caballero cristiano octogenario como mi padre, resulta inconcebible esta contradicción.

César Utrera-Molina Gómez
Abogado.

7 de septiembre de 2009

Los sucesos de Pozuelo

Había pensado escribir sobre este asunto, pero mi querido Abu Saif al-Andalusi se me ha adelantado, de forma magistral, en su entrada de hoy en su Baluarte de la que me permito extraer el colofón con un diagnóstico con el que coincido plenamente.


"Mi diagnóstico es simple. En España la familia ha dejado de ser el núcleo básico de la sociedad en la que el niño y el joven aprende a distinguir el bien del mal, aprende a respetar lo ajeno y a reconocer la autoridad de padres, profesores, policía y mayores en general, aprende a labrarse un futuro digno con su esfuerzo. Cuando todo esto falla, y en España más que en ningún otro sitio falla desde hace una generación, no existe más regla que la voluntad degenerada de los niñatos insolentes, malcriados y «pijos» de nuestras ciudades. Verdaderos rebeldes sin causa."

(De El Baluarte de Occidente)

Enhorabuena, Abu. Has dado en el clavo.

LFU

4 de septiembre de 2009

Réplica serena a un antifranquista inmoderado. Por José Utrera Molina

A continuación reproduzco el artículo publicado en el día de hoy por ABC


Me refiero al jesuita Fernando García de Cortázar. A propósito, en este largo y cálido verano, me había propuesto una cura de silencio. En primer término porque no me había podido aliviar del dolor de haber perdido a un fraternal e incomparable amigo, que fue un notable profesional de la medicina y un activo militante de unas ideas que el señor a quien aludo en esta carta, no ha llegado a comprender del todo. Quería refugiarme ante dos estímulos esenciales: el mar y la montaña. Ambos me proporcionaban el silencio necesario para meditar sin pedantería y sin dogmatismo lo efímero de esta vida y lo fugaz de tantas ilusiones. Pero al hilo de la afirmación del propio señor Cortázar: «siempre me han intrigado el olvido y la prisa en aceptar presiones de una vulgar superficialidad» precisamente en esta circunstancia protagoniza el autor del artículo «Manía persecutoria» publicada en la Tercera de ABC una vulgarísima interpretación de una etapa que, vuelvo a repetir, tuvo en la reciente historia de España, sus luces y sus sombras, sus aciertos y sus errores.

¿Qué depósito de odio, qué pozo de rencor posee el señor Cortázar, para continuar las injustas alusiones a nuestro pasado histórico? Hay algo peor que la prisa en aceptar una vulgar superficialidad y es la escucha impasible de una reiterada ofensa a un periodo de historia que levantó de sus cimientos, casi destruidos, a una nación que volvió a tener conciencia de su destino. Yo, señor Cortázar, no pertenezco a ninguna familia de adinerados. No pude asistir a las clases de ninguna de las escuelas jesuíticas en las que había que pagar un alto estipendio. Fui un normal estudiante de bachillerato, en un instituto gloriosamente igualitario. Allí sufrí lógicamente, la visión de una España que poco a poco, lentamente, se levantaba de sus ruinas. Participé en su reconstrucción de una manera muy simple y tal vez según su concepto muy vulgar, cantando un amanecer que se prometía y pregonando una unidad que tantos habían negado y que se necesitaba para seguir adelante.

Insisto otra vez, ¿por qué esa reiteración abusiva, tan llena de desprecio, tan solemnemente revestida de dogmática pedantería, con que nos obsequia tan frecuentemente el señor Cortázar?
Yo fui amigo y profesor en un colegio emblemático de jesuitas durante cuatro años y puedo asegurarle, que tanto los profesores como los alumnos, mantenían una actitud de respeto ante las estructuras que usted tan frecuentemente denigra. Es más, recientemente, un grupo de antiguos alumnos, quiso reunirse conmigo, aquí en la orilla del Mediterráneo, -en Nerja- para recordar con generoso fervor las clases de Historia que yo modestamente impartía. Para usted todo lo franquista es infernal, injusto, contrario a la esencia de la verdad. No repara su lista de la contemplación de otros horizontes -que los hubo- donde se alzaron todavía ejemplos de bondad, de hacer el bien y de luchar por España, que el tiempo no ha podido derribar.

Le estoy escribiendo con serena amargura, con tranquila paciencia, con cierta tristeza de comprobar que el sectarismo no está precisamente en los bloques cerrados de una izquierda manipuladora y rencorosa, sino entre los pliegues de una sotana que precisamente el régimen que usted combate quiso defender.

En este tiempo estival, que se prorroga inexorablemente, no he dejado de pensar en las circunstancias en que viví cuando sólo tenía nueve años, el inicio de una contienda cruel y despiadada. Pero nadie podrá arrancar de mis ojos ni borrar de mi memoria los cadáveres de clérigos y de seminaristas, que muy cerca de mi casa eran vejados, escupidos y maltratados con saña verdaderamente infernal. Le aseguro que he intentado borrar todas las imágenes que pudieran reproducir una contienda que tuvo por ambas partes páginas de dolor, de gloria y también de injusticia.

He luchado siempre por una verdadera reconciliación e incluso por un discreto olvido, pero oír su voz, leer su escrito y aceptar sus insultos en bloque, no me parece una forma digna de vivir con la conciencia tranquila. Yo, al menos creo que mi silencio no sería lícito. Modere usted, -que titula su artículo como Catedrático de Historia Contemporánea, sin hacer alusión de su condición de jesuita-, su destemplanza, sus frecuentes irritaciones, su memoria lastrada por la ignorancia y piense que hubo también en aquella zona para usted maldita, héroes anónimos que ofrecieron su vida para que al final del tiempo, usted pudiera ejercer su libertad sin límite y sin censura alguna.

Le aseguro que me he esforzado en comprender su actitud y en justificar su conducta. Pero no he logrado conseguir mi propósito. Espero que quien como usted no puede estar ajeno a una escala de valores impregnada de generosidad, que usted ejerce, rectifique su afán de demolición, frene sus ataques sistemáticos y, al menos, olvide unos años que para muchos de nosotros representan un caudal de orgullo personal y de íntima satisfacción para nuestra conciencia, de cuyo sentido no estamos dispuestos a renunciar.

Espero que en esta ocasión, al menos, no recurra a colaboraciones extemporáneas y partidistas para contestar mi artículo, pues me basta las continuas manifestaciones de su inagotable rencor.

JOSÉ UTRERA MOLINA

2 de septiembre de 2009

Alertas


De vuelta a la fragua, sólo se habla de la crisis, de la gripe A y de vez en cuando, de las alertas por olas de calor.

Cuento entre mis amigos a varios que han sufrido el virus H1N1 con extraordinaria levedad y sin tomar otra cosa que paracetamol y bisolvón a los más tosedores. Pero en la era de la comunicación y del auge de la responsabilidad civil, comprendo que las alertas se disparen, por si acaso.

Hablando de alertas, no dejan de tener su gracia las alertas multicolores que últimamente se anuncian, cada dos o tres días, por altas temperaturas. Debo confesar que durante el mes de julio –que para mí no fue especialmente caluroso en Madrid- llegué a preocuparme por si había mutado mi temperatura corporal. Pero comentándolo con allegados, llegué a la conclusión de que es una manifestación más de la era preservativa que vivimos.

Pero para lo que no estamos suficientemente preparados es para lo de la crisis. Por cierto, ¿alguien ha visto en los últimos dos meses a la Ministra de Economía?.

LFU

31 de agosto de 2009

Up


Para los que no habéis visto aún esta gran película de Disney en la que el protagonista es un genial y entrañable octogenario, os recomiendo la breve y acertada crítica de la misma del Baluarte


Un abrazo
LFU

25 de agosto de 2009

El Alamillo dice adiós al verano




Sopla por fin el aire de poniente y el cambio de aires se lleva otro verano, como se llevó a Mary Poppins en mi película favorita. Es momento de hacer balance y lo primero, con la que está cayendo, es dar gracias a Dios por haberlo disfrutado, a mis padres por habernos abrazado a todos en ese bendito refugio de El Alamillo con el que sueñan mis hijas como lo hacía yo de chico y a mi mujer por llevar tan bien el compartir sus vacaciones con una tribu tan numerosa y variopinta.

A todos se nos fue Rafael Ariza para hacernos añorar cada 14 de agosto su llamada y el recuerdo entrañable de una mañana calurosa de la Sevilla de 1962 en la que mi padre tomó posesión de un sueño que aún le sigue visitando de cuando en cuando, llenando su corazón de jacarandas y azahares, de campanas y de incienso.

Mi frágil Azorín, estrenando matrícula, nombre y emblema, me ha permitido alejarme del bullicio playero con un buen número de bisoños marineros y marineras que mañana recordarán esas cortas travesías por los acantilados de Nerja, adornando el recuerdo con la candorosa imaginación de sus acelerados corazones. (Conserva pequeño Lucas, esa ilusión marinera que te viene de tu limpia estirpe)

Como cada año por estas fechas, mi plegaria se eleva entre las copas de este viejo jardín, lleno de poesía, con el deseo de que nadie falte a la cita, ahora ya más cercana, de un nuevo verano tan rico en armonía, paz y alegría como el que ahora se despide.

LFU

4 de agosto de 2009

Rafael Ariza, un apasionado creyente. Por José Utrera Molina


No exagero, ni pretendo tampoco sobreponerme a una patética y dolorosa realidad que atraviesa mi corazón y perturba mi alma. Pero si quiero enviar a la tierra sevillana, tan querida siempre por mi y tan profundamente amada –por el que hoy me refiero en este artículo: Rafael Ariza- un mensaje, que haga ver a quienes le conocieron y a los que adivinaron su presencia, la calidad tan excepcional, tan noble y generosa de un hombre que para mi ha constituido la singular síntesis de todos los mas altos valores humanos.

Murió ayer, pero quien dejo esta vida pertenece a la especie de los que no pueden fallecer del todo.

Durante cuarenta años, tuve con él una relación activa y palpitante. Afirmo y no creo equivocarme, que Rafael sin haber nacido en Sevilla amaba con delirio esta tierra. La conocía a fondo, amaba sus tradiciones, comprendía incluso sus contradicciones, sus altos en la Historia. Pero él amaba su esencia y así me lo decía una y otra vez en una correspondencia siempre valiente y confortadora.

Alguien me preguntará quien era ese señor merecedor de tan entusiasta alabanza. Yo respondo: era un médico, con plena vocación universitaria y sobre todo era un hombre capaz de ofrecer su vida en permanente sacrificio, consciente del dolor de los demás.

Conocía a Sevilla en su totalidad, sus calles, sus gentes, su historia. Arrastraba su mirada por la ribera del Guadalquivir y soñaba con la historia que sus aguas traían. Jamás tuvo un gesto de hostilidad hacia nadie, valoró a sus adversarios y poseía un torrente de comprensión hacia los que estaban en una posición contraria a la suya. Solo manifestaba de vez en cuando su dolorido desprecio hacia la versatilidad política de aquellos que habían sido nuestros correligionarios y ahora se ocultaban en el silencio o se parapetaban en el olvido. Sirvió a la justicia social y la puso en el más alto nivel donde era posible que llegara su eficacia.

Era siempre un modelo de creyente, sus gestos sin manifestaciones espectaculares en el fondo de su corazón, traducían la oración de cada día en los latidos de su alma, a mi juicio única, que yo había contrastado en muchísimas ocasiones.

No tuvo ambiciones políticas. Cuando yo abandoné el gobierno de Sevilla y pasé por la Subsecretaría del Ministerio de Trabajo, continué mi relación con él. Cuando me nombró Ministro Secretario lo que hice en el primer despacho con Franco fue que aprobara una propuesta de Gobernador Civil de Huelva a favor de Rafael Ariza Jiménez. Contento y gozoso de haber obtenido aquella aprobación que yo había soñado desde siempre, llamé a Rafael y le dije: desde hoy ya eres Gobernador Civil de Huelva. Siguió un largo silencio a las palabras que yo acababa de pronunciar y al cabo de un rato me dijo: “Lo siento, jefe, pero yo no puedo aceptar el cargo que me ofreces. Vine a la política y concretamente a la Subjefatura del Movimiento en Sevilla porque tú representabas una esperanza que yo compartía y unas ilusiones que robustecían mi ánimo. Terminada tu gestión yo quiero regresar a mi pequeño y modesto laboratorio”. Permaneció solo unos meses y se dedicó después a sus tareas profesionales. En el despacho que tuve con Franco le dije: Mi General, tengo que pedirle excusas por haberle hecho una propuesta que al final no ha tenido éxito. ¿A qué propuesta se refiere?- A la que le hice a favor de Rafael Ariza Jiménez como Gobernador de Huelva. Franco me miró silencioso y al final me dijo ¿y por qué no quiere? -Porque desea reintegrarse a su profesión-, y entonces Franco me sorprendió con su respuesta: "Este hombre ha hecho bien al pretender reintegrarse a su antiguo trabajo."

Señalo esta circunstancia para subrayar la absoluta falta de ambición política de quien fuera mi más fiel y honrado colaborador.

Con Rafael muere para mí una parte importantísima de Sevilla. Ya no podré oír los latidos de esa melodía siempre incompleta que era para nosotros la tierra de Sevilla. Me quedo huérfano de aquella amistad y camaradería tan emocionante, tan completa que tanto me estimulaba y que tanto me ayudaba a vivir en mis amarguras y ante la presencia de traiciones y desprecios.

Pero ahora pienso que no voy a prescindir de él del todo porque me seguirá mirando desde arriba, poniéndome sus manos en mi espalda en un abrazo interminable. Estoy seguro que me ayudará siempre, que alabará la constancia de mis convicciones, que predicará desde arriba la validez de lo que él y lo habíamos servido. Hay personas que se mueren y otras que se nos mueren. Con Rafael, termina una época de mi vida que recordaré siempre, que juntos vivimos de forma inseparable pensando en los que menos tenían, en los carecían de vivienda, en los desafortunados de siempre porque nuestro ideal estuvo siempre irrevocablemente unido a la causa de los humildes.

Sevilla pierde con Rafael un defensor amoroso y apasionado, me refiero a su realidad íntima, a su pura esencialidad. Su alma estará siempre colgada de una rama del parque de Maria Luisa o asomada a los viejos puentes sevillanos. Transitará conmigo, no me dejará. Yo tampoco le dejo hoy y lo tengo presente en mi corazón que se siente amargamente dolorido. Fue un falangista integral, la imagen de un estilo que encontré en muy pocas ocasiones en los camaradas que me asistieron en mi trabajo. Jamás se desprendió de lo que fueron sus esperanzas siempre renovadas y ardientes.

Yo le rindo con estas líneas mi modesto homenaje y sobretodo expreso para conocimiento de las gentes de Sevilla, que ha muerto un hombre que amó a esta tierra con delirante emoción, inasequible siempre al desaliento.

JOSE UTRERA MOLINA

31 de julio de 2009

Sepulcros blanqueados

Hoy comienzo mis vacaciones de verano y mis hijas preparan ilusionadas su equipaje. Hubiera deseado despedirme hasta nueva orden con alegría y sosiego, pero unos mal nacidos le han jodido las vacaciones y la vida a dos familias españolas: las de los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada García y Diego Salva Lezaun, y han conseguido amargarme también la despedida.

De las alimañas espero que se encarguen más pronto que tarde los compañeros de los caídos, motivados más si cabe con el dolor de la joven sangre derramada. Yo prefiero hablar de la náusea que me produce contemplar a personajes como Llamazares (¿qué pasa con Madrazo y Esker Batua?), Zapatero (¿porqué ANV está en los Ayuntamientos? ¿Te acuerdas del proceso de paz y de los hombres de paz?), PNV (¿os acordáis del árbol y las nueces?) rasgándose las vestiduras y escenificando por enésima ocasión, la hipócrita condena demócrata contra “los violentos”, poniendo cara de circunstancias y advirtiéndoles que “no van a conseguir sus objetivos”, como si no hubieran conseguido ya bastantes estos hijos de puta con la connivencia de la izquierda y los nacionalistas.

Son nuestros sepulcros blanqueados. Hoy se llenan la boca de condenas y mañana, cuando pase el tiempo, la cabra tirará otra vez para el monte. Mientras tanto, aprobarán unos presupuestos en los que se apoye con cuantiosas subvenciones a las asociaciones de invertidos, transexuales y demás fauna urbana y se restrinja el presupuesto para la defensa y cuerpos de seguridad, con lo que esos bravos Guardias Civiles, de los que todos estos canallas sólo se acuerdan cuando derraman su sangre por España, seguirán en sus cuarteles sin cámaras de vigilancia, inhibidores y aparcamientos propios; sin vehículos adecuados a la entidad de su misión y teniendo que utilizar dinero propio para necesidades del servicio porque nunca alcanza el presupuesto.

Una vez más, y lo digo con escaso convencimiento, sólo espero que su sacrificio y el dolor de sus familias, a quienes encomiendo en mi plegaria, no sea en vano.

Guardias Civiles D. Carlos Sáenz de Tejada García y D. Diego Salva Lezaun

¡Presentes!

LFU